La Reconfiguración forzada del Gabinete de Rocha Moya en Sinaloa
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, anunció anoche una reestructuración de su gabinete que, lejos de ser un mero ajuste administrativo, evidencia la presión y las grietas internas que atraviesan a su administración. Estos movimientos, presentados como un intento de "fortalecer la cohesión interna", se producen en un contexto de escándalos y polémicas que han puesto en entredicho la capacidad de respuesta del gobierno estatal.
El epicentro de esta crisis se sitúa en la Secretaría de Economía, con la salida de Ricardo "Pity" Velarde Cárdenas. Su renuncia no es fortuita; se da en medio de la grave polémica por la desaparición del joven Carlos Emilio Galván, ocurrida a principios de octubre en un establecimiento de su propiedad en Mazatlan:
Aunque Rocha Moya afirmó haber recibido la solicitud de Velarde para "atender la investigación", la realidad es que su dimisión se concretó justo dos días después de una marcha multitudinaria para exigir la aparición del joven duranguense y, más significativamente, el mismo día en que sesionaba en Mazatlán el Gabinete de Seguridad Nacional. La coincidencia, que difícilmente puede considerarse casual, sugiere una movida estratégica para sofocar el escándalo ante los ojos del gobierno federal y de los empresarios hoteleros invitados a dicha reunión.
Para cubrir el hueco, Rocha Moya recurrió a un movimiento de ajedrez interno: Feliciano Castro Meléndrez, quien se desempeñaba como Secretario General de Gobierno desde octubre de 2024, es ahora el nuevo titular de Economía. Este cambio, aparentemente lateral, saca a Castro de la primera línea política donde era el principal operador y negociador con el Congreso (rol que desempeñó previamente como titular de la JUCOPO en la 64ª Legislatura).
El efecto dominó continuó:
Secretaría General de Gobierno: El puesto clave que dejó Castro Meléndrez será ocupado por Yeraldine Bonilla Valverde, actual Presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de Sinaloa.
Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (Sebides): Se oficializó la rumoreada salida de María Inés Pérez Corral. Su lugar lo toma Omar López Campos, un perfil con experiencia previa como delegado de Programas para el Bienestar.
La lectura política de estos nombramientos apunta a una doble estrategia: por un lado, se busca enviar un mensaje de "continuidad y normalidad" frente a la crisis; por otro, la colocación de Bonilla Valverde en la Secretaría General de Gobierno puede ser leído como un intento de Rocha Moya por proyectar a una mujer en una posición de poder, quizás con miras a una eventual sucesión o como un guiño a la equidad que desvíe la atención de los problemas de seguridad y economía que motivaron los ajustes.
La secuencia de eventos —la polémica, la marcha, la sesión del Gabinete de Seguridad, y finalmente los cambios— desmantela la narrativa oficial de un simple "reajuste para el fortalecimiento". Los movimientos son una respuesta forzada y medida a la presión social y política, un intento de controlar daños cuyo éxito aún está por verse. En la política sinaloense, como evidencian estos enroques, la casualidad rara vez tiene cabida.
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