Quién es Maria Corina Machado Parisca?..
María Corina Machado Parisca es una líder política venezolana, ingeniera industrial de profesión, y figura central de la oposición al chavismo. Recientemente, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su lucha por la democracia.
Orígenes,
Nacida el 7 de octubre de 1967 en Caracas, Machado es la mayor de cuatro hermanas, proveniente de una familia acomodada y ligada al sector empresarial: es hija de la psicóloga Corina Parisca Pérez y del empresario del acero Henrique Machado Zuloaga (fallecido en 2023), vinculado a SIVENSA. Es madre de tres hijos (dos varones y una mujer).
Su sólida formación académica incluyó la educación primaria y secundaria en la Academia Merici de Caracas, un internado en Wellesley, Massachusetts (EE. UU.), y su título de Ingeniera Industrial por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), complementado con una Especialización en Finanzas. Antes de su carrera política, fue Profesorade la Cátedra de Gerencia de Recursos Humanos en la UCAB.
Su activismo comenzó en la sociedad civil:
En 1992, cofundó la Fundación Atenea junto a su madre, dedicada al cuidado de niños vulnerables en Caracas.
En 2001, fundó Súmate, una organización civil y voluntaria que promovía la transparencia y el activismo cívico. Dejó esta organización en 2010 para incursionar en la política electoral.
Carrera Política y Liderazgo Opositor
Machado se consolidó como una de las voces más críticas del gobierno chavista, primero bajo Hugo Chávez y luego bajo Nicolás Maduro:
Fue Diputada en la Asamblea Nacional entre 2010 y 2015.
En 2012, fundó y asumió la coordinación del partido Vente Venezuela, que se ha establecido como una de las principales fuerzas opositoras.
Su visión política se distingue por una firme visión liberal de la economía y la defensa del libre mercado. Su liderazgo se centra en un discurso de principios inquebrantables, rechazando abiertamente el modelo socialista del chavismo.
A pesar de haber sido inhabilitada por 15 años para ejercer cargos públicos por la Contraloría General, se mantuvo activa durante las elecciones presidenciales de 2024. Su partido respaldó la candidatura de Edmundo González Urrutia. Aunque el gobierno de Maduro se declaró vencedor, Machado permanece en Venezuela, liderando desde la clandestinidad, y disputa los resultados de los comicios.
Investigaciones, Posturas y Reconocimientos
Acusaciones Legales
Machado enfrenta múltiples investigaciones y cargos por parte de las autoridades venezolanas:
En noviembre de 2024, fue acusada de "traición a la patria" por supuestamente conspirar con el Gobierno de Estados Unidos para impulsar un proyecto de ley que buscaba el aislamiento económico de Venezuela.
También es investigada por "instigación a la insurrección" de la Fuerza Armada.
Posicionamiento Internacional
Su postura internacional es de fuerte alineamiento con Occidente:
Ha respaldado públicamente las sanciones impuestas por EU al régimen de Maduro, considerándolas necesarias para lograr un cambio democrático.
Ha apoyado el despliegue militar de EU en el Caribe.
Ha prometido retomar las relaciones diplomáticas con Israel si llega al poder. En 2024, declaró que trasladaría la embajada venezolana a Jerusalén y se solidarizó con Israel ante los ataques de Irán.
Distinciones
Además del Premio Nobel de la Paz 2025, ha recibido importantes reconocimientos internacionales por su defensa de la libertad y los derechos humanos:
Premio Sájarov por la Libertad de Conciencia (2024).
Premio Václav Havel de Derechos Humanos (2024).
100 Mujeres de la BBC (2018).
Premio Libertad Cortes de Cádiz (2015).
Premio Charles T. Manatt por la Democracia (2014).
El anuncio del galardón a María Corina Machado ha desatado una ola inmediata y masiva de respaldo en la comunidad internacional, con diversos líderes y gobiernos latinoamericanos y europeos expresando su apoyo l a su lucha por la democracia en Venezuela.
El Respaldo explícito de Latinoamérica
Múltiples jefes de Estado de la región celebraron el reconocimiento, destacando la valentía de Machado y la relevancia de su causa:
Javier Milei (Presidente de Argentina) felicitó a Machado por el "reconocimiento más que merecido por tu enorme lucha por la defensa valiente de la LIBERTAD y de la democracia", y la calificó de inspiración contra la "narcodictadura de Venezuela."
Daniel Noboa (Presidente de Ecuador) afirmó que "hoy más que nunca, las voces valientes se imponen sobre el ruido," asegurando que la región "no volverá a caer en manos de quienes la destruyeron." La Cancillería ecuatoriana se sumó pidiendo que Venezuela "retorne plenamente al cauce democrático."
Santiago Peña (Presidente de Paraguay) calificó el premio como justo y merecido, y prometió: "Desde Paraguay te seguiremos apoyando para lograr que finalmente ese sueño se cumpla."
Otros líderes como José Raúl Mulino (Presidente de Panamá), Bernardo Arévalo (Presidente de Guatemala) y Luis Abinader (Presidente de República Dominicana) también se unieron a las felicitaciones, destacando su rol como "faro de esperanza" y su lucha pacífica.
Incluso el expresidente argentino Mauricio Macri fue categórico al señalar que "pocas veces se ha elegido tan bien a alguien para representar la paz como con este premio."
La Unión Europea y el Eje de las Democracias
El galardón generó una reacción unánime de reconocimiento entre las principales figuras de la Unión Europea, quienes subrayaron la defensa de los valores democráticos:
Ursula von der Leyen (Presidenta de la Comisión Europea) celebró la distinción, enfatizando que el premio "representa a cada voz que se niega a ser silenciada."
El canciller alemán, Friedrich Merz, destacó el compromiso de Machado con los valores democráticos, la libertad y el Estado de derecho.
Emmanuel Macron (Presidente de Francia) mantuvo una conversación telefónica con Machado, resaltando que ella "encarna con brillo la esperanza de todo un pueblo" en tiempos en que la libertad está "cada vez más amenazada."
Reacciones con matices y en EU
Aunque el apoyo fue mayoritario, algunos líderes ofrecieron matices en sus reacciones:
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, felicitó a Machado y deseó que el premio ayude a que Venezuela "consiga el diálogo para mantener la paz."
Por su parte, la presidenta Sheinbaum, puso distancia con la decisión, remarcando su postura a favor de respetar la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
En EU , la situación fue notable, con la felicitación de Barack Obama y la revelación de una conversación entre Machado y el Trump, a quien Machado dedicó el premio agradeciendo su "decidido apoyo a nuestra causa."
Human Rights Watch (HRW) también consideró que este reconocimiento debería "contribuir a revitalizar los esfuerzos internacionales" para promover una transición democrática pacífica.
Mención aparte es el posicionamiento de Putin…
El líder ruso se centró en la figura de Donald Trump y en una crítica directa al Comité que otorga el premio, sin mencionar directamente a María Corina Machado.
Criticó al Comité del Premio, diciendo que "ha habido casos en los que el Comité ha otorgado el Premio Nobel de la Paz a personas que no han hecho nada por la paz," lo que, según él, ha "dañado enormemente el prestigio del premio."
Y mis amigos en la red han sido criticos…
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Heroica María Corina/ Enrique Krauze, Historiador y ensayista. Director de la revista Letras Libres.
REFORMA, 12 octubre 2025
La vida y pasión de María Corina Machado nos devuelve la fe en una virtud antigua y olvidada de la humanidad: la del heroísmo. Por si fuera poco, su triunfo moral no es solo de Venezuela. El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz nos acerca a la posibilidad de una América Latina plenamente democrática y libre.
Parece una utopía. Puede no serlo. La vida de los pueblos no se mide en años sino en décadas, y a veces en siglos. A golpes de experiencia, muchas veces terribles, finalmente aprenden de sus errores.
Es el caso de los venezolanos. En 1998 entregaron todo el poder a un falso salvador que usó la democracia para acabar con ella. Su sucesor ha llevado al país a la peor implosión de la historia latinoamericana. Pero como el populismo no mata a los pueblos, sino que lentamente los asfixia, el efecto fue sintiéndose paulatinamente hasta convertirse en la toma nacional de conciencia que ha ocurrido en estos años.
Para que nuestra América construya esa nueva realidad democrática, Venezuela debe retornar a la democracia con la investidura de Edmundo González, su presidente legítimo, y el triunfo histórico de María Corina Machado, líder de esta gesta liberadora. El mecanismo parece estar en marcha. La autocracia criminal que oprime al país podría verse obligada a abandonar el poder debido a la presión interna y externa. Cuando suceda, el impacto asombrará al mundo. Venezuela, un país rico en petróleo, es aún más rica en la valentía y la resistencia de su gente, decidida ya a librarse de los capos. Millones de expatriados regresarán a su país para reconstruirlo. Las familias se reunificarán. Los venezolanos valoran como nunca antes el significado de la libertad.
Una América libre de dictaduras sería una vuelta al origen. Ese fue el verdadero sueño de Simón Bolívar. Y el de José Martí. Con variaciones, todos nuestros países se constituyeron desde su nacimiento con los elementos esenciales de cualquier república (separación de poderes, Estado de derecho, libertades civiles, libertad de prensa, elecciones regulares). Esos ideales persistieron siempre. Hubo casos más exitosos y duraderos (Chile, Uruguay, Colombia, Costa Rica y, durante largos períodos, Argentina) pero la fragilidad e inestabilidad de las repúblicas no se debieron a la renuncia de los ideales sino a la influencia adversa de tres factores: los caudillos, dictadores y militares que en el siglo XX adquirieron un perfil fascista; la revolución marxista que en Cuba instauró la primera dictadura que nunca se avergonzó de serlo y reverberó en las guerrillas de toda la región; y Estados Unidos que, traicionando a los liberales del continente, prefirió apoyar a los dictadores, porque eran "sus dictadores".
En este siglo, Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y México contrajeron el virus populista, que es una mezcla maligna de los dos primeros factores. Pero ahora, las redes sociales han evidenciado la realidad de Venezuela (no se diga la de Cuba y Nicaragua) y el mal ha comenzado a revertirse en Ecuador, Perú y Bolivia. Este repliegue -importa señalar- no implica un desprestigio de la izquierda democrática que gobierna legítimamente (y quizá seguirá gobernando) en Brasil y Chile, dos países cuyos regímenes no tienen un carácter populista porque sigue rigiendo en ellos el Estado de derecho y hay libertades políticas. Y con todas sus estridencias, lo mismo cabe decir, en el extremo ideológico opuesto, de Argentina.
¿Ha cambiado el factor externo? A Trump no le preocupa la democracia en nuestros países. De hecho, la está desmantelando en el propio y no oculta sus simpatías por los autócratas del planeta. Por otro lado, la simbiosis del régimen de Maduro con el narco, sumada a su historial asesino, está llevando a Estados Unidos a incidir en la liberación del pueblo venezolano, cuya voluntad soberana se expresó en las urnas, inequívocamente, en contra de Maduro. Es deseable que esta presión derive en una transición pacífica que desemboque en la tan anhelada etapa de reconstrucción.
La libertad debe volver a Venezuela. Su ejemplo alentará el eventual cambio en Nicaragua y Cuba, e impedirá que los regímenes de izquierda y derecha que han exhibido proclividades autoritarias sigan pisoteando el Estado de derecho, la división de poderes, las libertades y la transparencia electoral.
No es una utopía. Es la modesta visión de una sociedad trabajadora, pacífica y decente. La misma que soñaron los fundadores de nuestras repúblicas. La misma que representa la heroica María Corina.
www.enriquekrauze.com.mx
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María Corina/Rosario Robles
El Universal
El morenismo no ha podido digerir el hecho de que el Premio Nobel de la Paz se le otorgara este año a María Corina Machado. Sin embargo, por más que intenten tapar el sol con un dedo y defender la dictadura que hoy gobierna en Venezuela, no se puede ignorar lo que significa este galardón. Se reconoce con ello la lucha por la democracia y la libertad que María Corina ha encabezado y que llevó a que en julio del 2024 el régimen que encabeza Maduro fuera derrotado en las urnas. Y esto es lo que no soportan. Que a través de una rebelión civil y pacífica el pueblo de ese país sudamericano le haya dicho basta a un gobierno envalentonado por el terror que esparce, la persecución de sus opositores, el control de los medios de comunicación, la captura de los órganos judicial y electoral, entre otros aspectos que tanto se parecen al derrotero que ha tomado nuestro país. Es tanta su penuria moral que argumentando principios como la no intervención en asuntos de otros países —que nada tienen que ver— se le escatima a esta valiente mujer lo que representa no sólo para Venezuela sino para el mundo entero.
Son ridículos, por tanto, los señalamientos de que este premio le fue otorgado a una golpista. Los que, por cierto, cayeron por su propio peso el mismo día que se anunció el Nobel: en el Consejo de Seguridad de la ONU (reunión solicitada por Maduro) varios países se pronunciaron en contra de su gobierno ilegítimo y reconocieron la labor de esta admirable mujer, la segunda latinoamericana en ser galardonada con el Premio Nobel de la Paz.
El oficialismo ha planteado este debate como un asunto entre izquierda y derecha. Nada más falso. La lucha de María Corina y del pueblo venezolano representa los valores de los demócratas del mundo, de los libertarios que se oponen a regímenes autoritarios, que anhelan la paz, la justicia y la dignidad, que defienden por encima de cualquier interés los derechos humanos de todos. El dilema hoy está entre democracia y dictadura y la izquierda por definición debiera colocarse a favor de la primera. Ponerse en los zapatos de los millones que han tenido que dejar a Venezuela y de los que defienden la democracia en ese país, el derecho de un pueblo a decidir su camino por la vía pacífica y electoral. Los venezolanos escogieron esta ruta. Decidieron hacerlo con las reglas y las condiciones que les impusieron y ganaron. No sólo eso. Demostraron con actas en mano la legitimidad de su triunfo. De ahí la contundencia del mensaje del Comité Noruego: “la democracia depende de la gente que se rehúsa a mantenerse en silencio, que se atreve a dar un paso al frente, a pesar de grandes riesgos. Nos recuerda que la libertad no puede nunca tomarse por sentada, sino que siempre debe ser defendida con palabras, coraje y determinación”. No son palabras menores. Tampoco el reconocimiento a la venezolana por escoger el camino de la reconciliación frente a la polarización populista y el de la unión de la oposición a Maduro como la única posibilidad de derrotarlo. Que sirva su ejemplo para quienes en México nos negamos a la destrucción de la República y que estamos convencidos de que “las herramientas de la democracia son también las herramientas de la paz”.
Política mexicana y feminista
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La Politización del Nobel de la Paz
Raúl Rodríguez Cortés, argumenta en El Universal que el Premio Nobel de la Paz siempre ha tenido una fuerte carga política y diplomática, lo que ha influido en la elección de sus galardonados, más allá de la simple promoción de la paz.
Naturaleza Política del Premio: Aunque muchos premiados (como Martin Luther King, Rigoberta Menchú y Malala Yousafzai) son merecedores por su labor a favor de la paz, la democracia y los derechos humanos, la gestión del premio es intrínsecamente política, lo que explica el secretismo de 50 años en torno a las nominaciones.
Señala que el premio se ha otorgado a figuras que fueron promotoras del conflicto y la guerra, como:
George C. Marshall (1953), corresponsable del lanzamiento de las bombas atómicas.
Henry Kissinger (1973) y Le Duc Tho (rechazado) por los acuerdos de paz de la Guerra de Vietnam.
Anwar el Sadat y Menájem Beguín (1978), figuras de conflictos en Medio Oriente.
Yasser Arafat, Shimon Peres e Ytzak Rabin (1994) por los Acuerdos de Oslo.
Cuatro presidentes de EU (Roosevelt, Wilson, Carter y Obama) a pesar del historial de intervenciones militares de su país.
La reciente ganadora, líder opositora en Venezuela, es vista en este contexto como un ejemplo de la politización. El autor sugiere que su lucha, al pedir la intervención de Washington para sacar a Nicolás Maduro (incluyendo la ayuda de figuras como Donald Trump y Marco Rubio), alinea la entrega del Nobel con los intereses geopolíticos de EU en un país con grandes reservas petroleras.
El autor interpreta la postura de "sin comentarios" de la presidenta Sheinbaum sobre el galardón a Machado como una defensa de los principios constitucionales de la política exterior mexicana, es decir, la no intervención y la solución pacífica de controversias, principios que considera fueron desdibujados por gobiernos anteriores.
La politización del Nobel de la Paz/Raúl Rodríguez Cortés
EL UNIVERSAL
De 1901 a la fecha se han entregado 106 premios Nobel de la Paz a 143 galardonados: 112 de ellos han sido personas y 31 organizaciones.
Los primeros ganadores fueron el suizo Jean Henri Dunant, fundador del Comité Internacional de la Cruz Roja, y el francés Frédéric Passy, incansable promotor de organizaciones pacifistas.
La más reciente galardonada, como se informó el viernes pasado, es la política y activista venezolana María Corina Machado.
Sin menoscabo de lo que la gran mayoría de los premiados han hecho para promover la paz, es decir la ausencia de guerra, la relación de armonía entre las personas sin enfrentamientos ni conflictos, según define el diccionario, la naturaleza misma de tales gestiones tienen una enorme carga política y diplomática que, a no dudarlo, influye y ha influido (a veces francamente de manera incomprensible) en la designación de los merecedores del galardón.
Esa es la razón por la que los nombres de quienes postulan a los aspirantes queden reservados cincuenta años por el Comité noruego de cinco integrantes que decide quiénes son los ganadores.
Por supuesto que lo han recibido enormes personajes y activistas promotores de la paz, la democracia y los derechos humanos, entre otras y otros el estadounidense Martin Luther King (1964) por su defensa a los derechos civiles de los negros; la madre Teresa de Calcuta (1979); el mexicano Alfonso García Robles (1982) por sus esfuerzos por la no proliferación de armas nucleares; la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú (1992); Nelson Mandela y Frederick Leclerc (1993) por poner fin en Sudáfrica al apartheid; y la activista pakistaní Malala Yousafzai (2014) por su lucha por la educación de las niñas.
Pero no pocas veces el Nobel de la Paz ha prestigiado a quienes han sido promotores del conflicto y de la guerra. Aquí algunos ejemplos:
El general estadounidense George C. Marshal, a quien el primer ministro británico Winston Churchill elogió como el “organizador de la victoria” en la Segunda Guerra Mundial y que como secretario de la Defensa del presidente Harry S. Truman fue corresponsable del lanzamiento de bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, recibió el Nobel de la Paz 1953 por el plan que reconstruyó Europa tras la devastación de la guerra.
El exsecretario de Estado Norteamericano Henry Kissinger y el general vietnamita Le Duc Tho, protagonistas ambos de la guerra de Vietnam, fueron designados para ganar el Nobel en 1973 tras firmar en París los acuerdos de paz que finalmente pusieron fin a la conflagración. Como el cese al fuego no se cumplió en los plazos pactados, Le Duc Tho no aceptó el galardón, convirtiéndose así en el único que lo ha rechazado.
El acribillado presidente de Egipto, Anwar el Sadat, y el también fallecido primer ministro de Israel, Menájem Beguín, ambos responsables de devastadoras guerras y atentados en el eterno conflicto del Medio Oriente, firmaron el acuerdo de paz de Campo David, con el que ganaron el Nobel en 1978.
Dieciséis años después, en el contexto de la estrategia de tierra por paz gestionada por Washington, el líder de la OLP, Yasser Arafat, y los israelíes Shimon Peres e Ytzak Rabin, acordaron el reconocimiento de Cisjordania y la hoy devastada franja de Gaza como el territorio de un Estado palestino. Llamados Acuerdos de Oslo, les valieron el galardón en 1994.
En el contexto de la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín ganó el Nobel de la Paz en 1983 el polaco Lech Walesa, líder del sindicato de mineros Solidaridad, y pieza clave junto con su paisano el papa Juan Pablo Segundo y el expresidente estadounidense Ronald Reagan en la disolución de la URSS, donde el exsecretario general del partido comunista soviético, Mijaíl Gorbachov, facilitó el proceso con una serie de reformas políticas y económica que le valieron el galardón en 1990.
Así, el rejuego político y diplomático ha dado lugar a que el Nobel de la Paz lo hayan ganado cuatro presidentes de Estados Unidos, en medio de su larga historia de intervenciones militares: Theodore Roosevelt (1906), Woodrow Wilson, Jimmy Carter y Barack Obama.
Se puede estar o no de acuerdo con el régimen en Venezuela iniciado con Hugo Chávez y continuado tras sospechosos procesos electorales por Nicolás Maduro, pero finalmente es decisión exclusiva de los venezolanos si lo mantienen o lo echan.
María Corina Machado, hoy flamante galardonada con Nobel de la Paz 2025, está en el lado de quienes lo quieren echar y en esa su lucha ha sido congruente. Pero llegó al punto en que ella y los suyos están convencidos de que no hay una vía política para conseguirlo porque está anulada la democracia. Entonces han ido a Washington a pedir su intervención para sacar a Maduro, demanda que encontró tierra fértil en el gobierno de Trump y de su operador diplomático el cubano descendiente Marco Rubio, quienes no solo han explicitado esa intención, sino que ya han desplegado fuerzas militares en el Caribe venezolano y hundido embarcaciones del país sudamericano que, según afirman, trafican droga de lo que llaman el narcorégimen de Maduro.
Y no porque amen a Corina, sino porque un gobierno como el que ella y los suyos pretenden, garantizaría mejor los intereses estadounidenses en un país con enormes reservas petroleras y que ha tenido que refugiarse en el apoyo geopolítico de China y Rusia.
Verá usted que en el fondo de todo esto está el tema de la soberanía, de la no intervención y de la solución pacífica de las controversias, principios constitucionales de la política exterior mexicana, que no es lo mismo que la Doctrina Estada como algunos equivocadamente refieren.
Por eso la reacción de Sheinbaum con un “sin comentarios” al pedírsele una opinión sobre el Nobel de la Paz a Corina Machado. No es mezquindad ni envidia, como han querido hacernos ver. Tampoco es alineación o apoyo a lo que la derecha mexicana llama dictaduras de Venezuela o Nicaragua. No veo a la presidenta mexicana aspirando a ser Maduro o Daniel Ortega.
Esa reacción consideró, a no dudarlo, la defensa de nuestra soberanía, amenazada también por el gobierno de Trump y fue congruente con nuestros principios constitucionales de política exterior que fueron desdibujando los últimos gobiernos del PAN y el PRI.
Instantáneas:
1. EJEMPLO. Si ir a Estados Unidos a declararse perseguido o perseguida político, victimizarse y solicitar la intervención incluso militar contra un gobierno legal y legítimamente electo te da para recibir el premio Nobel de la Paz, entonces el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, y la senadora del PAN, Lilly Téllez, van en camino a conseguirlo. El líder del tricolor, así como el expresidente blanquiazul Felipe Calderón deberían, por otra parte, agudizar su olfato político. Ambos, en semanas recientes se reunieron en Lima como Diana Boluarte, protagonista de un golpe de Estado técnico en Perú, quien la noche del jueves pasado fue cesada por el Congreso de su país. Asumió en su lugar el presidente de ese cuerpo legislativo, José Jeri, quien estará en el cargo hasta que se lleven a cabo las elecciones de abril de 2026. El depuesto expresidente Pedro Castillo, en prisión acusado del delito de rebelión, dijo que la destitución de Boluarte forma parte de un plan de la derecha peruana para controlar los próximos comicios.
2. PREFERENCIAS. Aunque todavía falta un poco más de dos años para las elecciones en diecisiete gubernaturas, encuestas recientes de Rubrum y C&E Research muestran desde ahora un escenario en el que Morena se mantiene con ventaja en la mayoría de los estados, mientras que el PAN se consolida en dos, el MC en uno, el Verde en otro y el PRI en ninguno. Las encuestas colocan a Morena arriba en 13 de las 17 entidades, con ventajas claras en estados como Guerrero (46.7%), Campeche (44.2%), Quintana Roo (47.5%), Chihuahua (37.4%) y Colima (36.8%) mientras que el PAN se impone únicamente en Querétaro (47.4%) y Aguascalientes (51.7%); MC en Nuevo León y Campeche; y el Verde en San Luis Potosí.
3. ¿Y EL NEPOTISMO? "Va a haber encuestas, las encuestas van a definir las candidaturas", dijo categórica Luisa María Alcalde en Tabasco, declaración que pone en la mesa otro tema a debatir y decidir para no generar divisiones e incluso fracturas: ¿qué se hará con quienes encabezan actualmente las encuestas como son Ruth González Silva en San Luis Potosí, Félix Salgado Macedonio en Guerrero y Saúl Monreal en Zacatecas? Porque al margen de la reforma que entra en vigor hasta 2030, la dirigente de Morena insiste en impedir que participen, lo que claramente es tomar una decisión desde la dirigencia del partido ignorando la decisión de la gente en las encuestas actuales. Lo que debe valorar la joven dirigente de Morena es que el apoyo de las bases no se traslada por decreto, y si comienza el proceso relegando liderazgos sociales, habrá que ver la militancia a dónde dirige sus votos.
4. HACIA LA REVISIÓN DEL T-MEC. En seguimiento a la reunión que sostuvieron a principios de septiembre, los ministros de Canadá, Francois Phillipe Champagne, de Finanzas, y Anita Anand, de Relaciones Exteriores, con la presidenta Claudia Sheinbaum y el canciller Juan Ramón de la Fuente, el embajador de México en Canadá, Carlos Joaquín González, tuvo la oportunidad de conversar con ellos esta semana para avanzar en una estrategia de acciones conjuntas, en favor de consolidar la cooperación y los proyectos de inversión entre ambas naciones. A finales de septiembre, el primer ministro Mark Carney visitó México, en seguimiento a la reunión que en julio pasado había tenido con la presidenta Sheinbaum, tras su participación en la reunión del Grupo de los Siete, en Kananaskis, Canadá, y en la que acordaron acciones de consulta conjunta, con miras a la revisión del T-MEC, a realizarse el próximo año. Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, en compañía de funcionarios de la secretaría de Economía, Nacional Financiera y el Banco de Comercio Exterior han participado con los sectores financiero y empresarial canadiense, en distintas reuniones y foros de consulta, promovidos por la embajada de México en Canadá, con el propósito de avanzar en proyectos conjuntos de inversión, que consolidan el desarrollo y crecimiento de ambos países.
5. ESTÁ QUE SE VA Y QUE SE VA… Cuando ni siquiera parece haber aterrizado por completo en un problemático Sistema de Transporte Colectivo, Adrián Rubalcava tiene todavía un pie metido en la alcaldía Cuajimalpa, donde la licitación pública 30001020-003-2025 se resolverá mañana, aunque todo parece orientado a que ganen empresas vinculadas a Guillermo Alcántara Bauza, operador del actual titular del Metro capitalino. Se trata de las firmas Zatule Gerbisur Rhamonse, Proveedora Alta y Xitle-Anáhuac que buscan adjudicarse un contrato de 25 millones de pesos para el abasto de materiales y herramientas de construcción. Por cierto, Alcántara presume también influencias en el propio STC dirigido por su amigo Rubalcava.
rrodriguezangular@hotmail.com
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Adán Augusto, nuestro embajador en las Islas Fiji/Sabina Berman
Un gobierno federal se va y se lleva a su ejército de funcionarios, entre ellos a esa quinta parte de corruptos; llega otro gobierno y llegan sus nuevos funcionarios, pero como el Gran Capital y el Crimen corruptores permanecen, los nuevos funcionarios son corrompidos.
Yo he venido nombrando en este espacio a esa quinta columna de funcionarios ladrones: Segundo Gobierno.
Un Segundo Gobierno que trastorna la vida pública porque es el engranaje de la autoridad con el Gran Capital corrupto y con el Crimen.
Observe el lector, la lectora, lo que le pasó a Andrés Manuel López Obrador.
Andrés Manuel había leído los libros donde Ana Lilia Pérez delató con detalle enciclopédico el saqueo a Pemex por los priistas y los panistas en sus sexenios; sabía que había sido un saqueo gigantesco, de cientos de miles de millones de pesos anuales; y pensó que la forma de pararlo era suplir la vigilancia en Pemex con la única burocracia mexicana no corrupta.
La Marina.
Gran idea.
Así que le entregó a la Marina las aduanas y la vigilancia de Pemex.
Pero los cárteles y los empresarios tramposos del ramo petrolero, entre ellos elegantes empresarios norteamericanos y canadienses, se acercaron a los marinos, les propusieron negocios de fábula, y los corrompieron.
Ah, eso sí, los eficaces marinos articularon una corrupción más eficaz y limpia. Nada de ensuciarse los blancos uniformes con petróleo crudo: se dedicaron sobre todo al huachicol fiscal, que es un puro y pulcro papeleo.
¿Se enteró López Obrador de la perversión de la Marina?
Claro que sí. En las zonas petroleras del país la gente te contaba hasta los nombres de los nuevos huachicoleros.
Lo que también es muy probable, es que lo abrumó saber que la única burocracia íntegra del país se había podrido; decidió callar el asunto y asumir el costo a su prestigio si algún día se destapaba; y lo más seguro es que también se preguntó con qué equipo se gobierna un país donde la corrupción se contagia entre los burócratas tan rápido como el sarampión.
Sí, carajo, ¿cómo se detiene el sarampión de la corrupción?
En China, en el septiembre pasado, el ex secretario de Agricultura fue encontrado por un tribunal culpable de negocios turbios, y será llevado ante un pelotón de soldados para ser fusilado.
La cabeza rasurada, las manos esposadas a la espalda, el ex secretario pasará al frente del pelotón.
Levanten armas, apunten… fuego.
Caerá de espaldas en su propia sangre.
Así se combate la corrupción –en China. Y sí, cada día en China la corrupción es más improbable.
En México en cambio a los sucesivos gobiernos les ha parecido impensable parar a los corruptos ante un pelotón de fusilamiento. Ni siquiera ante un tribunal de justicia.
Hoy Adán Augusto se pasea por el Senado como por su rancho, y mañana tal vez la Presidenta lo envíe de embajador a las Islas Fiji, para apartarlo del Poder, pero dejándolo impune.
Esa es nuestra segunda idea falsa en el asunto de la corrupción: la vemos como un asunto de relaciones dentro de la clase gobernante, y no como lo que es en realidad: un robo al bien común de la nación y un quebrantamiento de leyes.
Del tiempo de la post-revolución, tiempo de generales bigotudos y empistolados, que creían que el país le debía a cada cual una fortuna en oro, nos llega esa idea de que el respeto a la corrupción ajena es la paz en la clase gobernante.
No vaya Adán Augusto a reunir sus huestes y a derrocar al gobierno de Claudia.
Tonterías. En nuestro tiempo ni Adán ni los otros corruptos tienen huestes, pero mientras lo crean los gobiernos y los ciudadanos, la corrupción seguirá siendo una tara mayor.
Algo así como un triángulo de piedra que colocamos en el lugar de la cuarta llanta del automóvil que es México.
Para terminar, una humilde propuesta.
La prensa debería exigir que Adán Augusto comparezca ante un tribunal de justicia y la Presidenta debería facilitarlo, y si conforme a la ley Adán Augusto es culpable, que sea encarcelado.
Y luego deberíamos exigir justicia hacia el pasado.
Que también sean llevados a la justicia Peña Nieto, Osorio Chong, los Yunes, los Madrazo, Ricardo Anaya, los Bribiesca, Emilio Gamboa… –la lista de funcionarios enriquecidos “inexplicablemente” nos daría para llenar con juicios en tiempo real la programación de un Canal de la Justicia durante diez años y las fortunas restituidas nos darían para construir mil hospitales y cien puertos.
Nadie extrañará a los corruptos.
No se amotinarán ni nada se quebrará en México.
Al contrario, sería como ponerle a un coche la cuarta llanta que siempre le hizo falta.
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Adán: el clavo y el reino
Duda razonable/Carlos Puig
Milenio,
El último episodio en el laberinto que atraviesa el líder de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, esta vez respecto al artículo transitorio de la reforma a la Ley de Amparo, vuelve a poner el foco en la pregunta: ¿qué le conviene hacer a Claudia Sheinbaum con él?
Varios buenos reporteros han reconstruido, hasta donde se puede, el lío del transitorio. Que si primero Zaldívar y luego se metió el presidente de la Suprema Corte y que si Ernestina Godoy no le entendió bien y que si eso no era, pero sí un poquito. En fin, pura “eficiencia” hasta para debilitar una ley que ampara
Pero más allá de ese desbarajuste, la iniciativa fue aprobada en el Senado cuando ya estaba claro que la Presidenta no estaba contenta con dicha cláusula que había sido introducida, sí, por un senador de Morena, perteneciente al mismo grupo que lidera… Adán Augusto.
No solo eso, las revelaciones sobre su mucho dinero, la captura de su secretario de Seguridad y líder de un grupo criminal, ahora las historias de sus hijos trabajando para el Senado... en fin, las cosas que lo rodean parecen haber dado permiso a algunos senadores de indisciplinarse en maneras que no habíamos visto, como se refleja en el detalle de la votación de la Ley de Amparo.
No hay, sin embargo, que confundir el mal momento con la fuerza y operación que Adán Augusto ha demostrado desde la Secretaría de Gobernación y ahora en el Senado con respecto a Morena. Sí, tal vez por la imagen —cierta o no— bien construida de ser el hombre del ex presidente. Al final de cuentas, el tabasqueño ha sacado las cosas que más importan a la Presidenta con su supermayoría, sin necesidad de que los senadores las piensen o las lean.
Sí, lo que hoy sabemos de Adán lo mancha a él y en algo al movimiento. Pero no es como si no se supiera que la corrupción es algo que no se barrió, ni desde arriba ni desde abajo. Y como lo prueban las encuestas, no afecta mucho a la popularidad de la Presidenta. Y por último: si se fuera Adán Augusto, ¿quién al frente de Morena en el Senado?... Exacto. No está fácil la decisión.
En estos días en uno de sus pódcasts, Malcolm Gladwell recordaba aquello que escribió Benjamin Franklin:
Por falta de un clavo se perdió la herradura; por falta de una herradura se perdió el caballo, y por falta de un caballo se perdió el jinete.
Por la falta de un jinete se perdió la batalla; por perder una batalla el reino se perdió; todo por falta de un clavo de la herradura.

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