9 jun 2009

Tragedia en Hermosillo

Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
Publicado en El Universal, 9 de junio de 2009;
Caerá la “tía incómoda”
La tragedia es del tamaño de la corrupción
El castigo, ejemplar… si quieren votos
De un momento a otro se conocerán las investigaciones de la tragedia de la guardería en la que perdieron la vida 44 niños, reporte en el que abundan indicios de que la responsabilidad alcanzará a los gobiernos estatal y municipal, a la delegación del IMSS y, sin duda, a los “parientes incómodos” de la casa presidencial.
De acuerdo con las indagatorias, existe responsabilidad en distintos niveles no sólo del gobernador Eduardo Robinson Bours, sino del alcalde Ernesto Gándara, de cercanos colaboradores de los mandatarios estatal y federal; además de toda la delegación del IMSS en la entidad y de quienes presiden los sistemas estatal y municipal de Protección Civil.
Acaso el mayor grado de responsabilidad se pudiera encontrar en los propietarios de la guardería —entre ellos la señora Marcia Gómez del Campo, tía segunda de la esposa del Presidente y copropietaria de la estancia infantil—, debido a que de los dueños del establecimiento es de donde habrían salido los sobornos para torcer todo el esquema de Protección Civil bajo el que debe operar una guardería subrogada por el lMSS.
De acuerdo con fuentes oficiales, la investigación aclara, primero, que desde hace por lo menos tres décadas existe la figura de subrogación en distintos servicios del IMSS, entre ellos los de guarderías. Luego establece que al momento de la tragedia la respuesta oficial para atender la emergencia no fue lo efectiva que debiera y lo rápido que se esperaba, porque los gobiernos municipal y estatal estaban acéfalos. ¿Qué quiere decir eso?
Poca cosa, que ni el alcalde Gándara ni el gobernador Bours se encontraban —respectivamente—, en el municipio y el estado que gobiernan. Según una versión no oficial, el alcalde de la capital de Sonora se encontraba en Guaymas, en tanto que el gobernador, fuera del país, atendiendo sus negocios en Tuckson, Arizona.
La bitácora oficial del siniestro reporta que los servicios de protección civil llegaron al lugar por lo menos entre 15 y 20 minutos después de que el fuego ya era una amenaza mortal. Por eso las labores de socorro estuvieron a cargo de ciudadanos que arriesgaron sus vidas.
Por increíble que parezca, a esa situación de suyo deficiente, también se detectó que a pesar de las temperaturas extremas y de los incendios constantes en la temporada, los hospitales de la capital de Sonora no cuentan con salas especializadas para atender pacientes quemados.
Según los mismos reportes oficiales, la tragedia resultó de una cadena de hechos de corrupción e ingobernabilidad que resultan intolerables. Hasta hace algunos meses, y debido a la construcción de un paso a desnivel, fue cerrada la más importante guardería del DIF estatal, conocida por todos como “Caperucita Rosa”. Los niños que eran atendidos en esa guardería fueron trasladados a una estancia particular, conocida como ABC. ¿Cuál fue el resultado? Hacinamiento, atención deficiente, además de un riesgo permanente.
Pero resulta que la guardería ABC fue instalada en un galerón que había sido una maquiladora, en terrenos propiedad de colaboradores del gobernador Bours. ¿Pero cuál es la responsabilidad directa de Bours y Gándara; gobernador y alcalde? Casi nada, que legalmente son quienes presiden los sistemas estatal y municipal de Protección Civil. Es decir, que esos sistemas debieron negar la licencia de funcionamiento a una guardería como esa. ¿Por qué no la clausuraron? Por corrupción.
¿Y la responsabilidad del IMSS? Es una responsabilidad que recae en toda la delegación estatal. ¿Por qué? Porque queda exhibida la criminal corrupción. Pero todos saben que para que exista una autoridad que permita la corrupción, debe existir una contraparte, un ciudadano corrupto y uno corruptor.
¿Y quienes corrompieron a la autoridad? En efecto, los propietarios de la guardería, entre ellos la tía segunda de la esposa del Presidente. Y la primera incómoda o quienes de su familia que aparezcan como dueños de la guardería, deberán parar en la cárcel.
¿Quiénes van a pagar, y qué castigo recibirán?
El gobernador Eduardo Bours y el alcalde Gándara deberán pagar con sus cargos y acaso con un juicio penal —aunque el gobernador deberá ser sometido a juicio político—, en tanto que en el IMSS no todo se puede quedar en la delegación. Acaso el actual director sea el menos responsable —porque su antecesor, Juan Molinar, no hizo nada en dos años—, pero en todo caso el señor Daniel Karam tendrá que pedir perdón a todos por sus infortunadas declaraciones.
El tamaño de la tragedia es del tamaño de la corrupción. Y el castigo tendrá que ser ejemplar. De lo contrario, que nadie se queje de la abstención. Al tiempo.

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