Parte de la nota de Susana Moraga en Reforma On Line, Ciudad de México (24 enero 2010).-
"La Asamblea Legislativa del Distrito Federal, dominada por la fracción del partido de la Revolución Democrática (PRD), ha hecho gala de prepotencia en la mayoría de sus acciones, sin tomar en cuenta ni el debate legislativo ni mucho menos la opción de los ciudadanos. Tal es el caso de la serie de leyes que están contribuyendo a la disolución de los valores y los principios éticos de la convivencia social", se lee en el editorial de este domingo del Semanario Desde la Fe. (abajo el editorial completo).
Sigue debate por bodas gay
Ahora acompañado por ministros de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el Cardenal Norberto Rivera Carrera criticó a quienes buscan que se actúe sólo en el más allá, cuando existen problemas que deben tener una mirada de actualidad.
El prelado también reprobó que se burlen, difamen y amenacen a la Iglesia católica por manifestar su derecho a disentir ante la despenalización del aborto y la aprobación de los matrimonios y adopción entre personas del mismo sexo.
Durante la homilía de este domingo en la Catedral Metropolitana, el Arzobispo Primado de México dijo que el evangelio hay que leerlo con ojos de hoy, cargados con los problemas y situaciones actuales.
"A veces escuchamos tonterías que dicen que la Iglesia debe actuar sólo en el más allá; para que salte la chispa de su luz, liberación, bondad y gracia para nosotros", expresó.
Este domingo, es el tercero que Rivera Carrera se hace acompañar por ministros de otras iglesias en rechazo a los matrimonios y adopciones por parte de parejas del mismo sexo.
Hora de publicación: 14:54 hrs.
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Asamblea Legislativa sin control /Editorial, Desde La Fe, 24 de enero de 2010
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal, dominada por la fracción del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ha hecho gala de prepotencia en la mayoría de sus acciones, sin tomar en cuenta ni el debate legislativo ni mucho menos la opinión de los ciudadanos. Tal es el caso de la serie de leyes que están contribuyendo a la disolución de los valores y principios éticos de la convivencia social.
Como botón de muestra baste recordar la forma en que legisló lo referente a las reformas sobre el aborto en la Ciudad de México. Y es que, sin escuchar las voces de la oposición, sin poner mayor interés en un foro de debate público, donde los perredistas brillaron por su ausencia y desdén, y utilizando finalmente “la aplanadora” partidista en las votaciones, aprobaron una ley que abre la puerta a la irresponsabilidad social sobre la vida humana. El drama innegable que viven algunas mujeres durante la gestación, lo han convertido en pretexto para pasar por encima del respeto de la vida humana.
De la misma forma han actuado en la reciente legislación sobre el reconocimiento de las uniones homosexuales en calidad de “matrimonios”. La misma Asamblea había ya aprobado un contrato civil para tales uniones, denominado “sociedad de convivencia”, y aunque podría haber algunos cuestionamientos, finalmente pasó sin pena ni gloria. La situación actual es distinta, los legisladores perredistas pasan por encima de una institución fundamental de la sociedad y además ponen en entredicho los derechos humanos al aceptar que las uniones de personas del mismo sexo, como matrimonio, tengan la posibilidad de adopción de infantes, sin tomar en cuenta, una vez más, el respeto a la vida humana en la persona de los más pequeños. Si no le ha importado el valor de la vida en gestación (Ley del aborto), tampoco les importa ahora el respeto a la vida de los niños, por lo que no debe extrañarnos que pronto propongan el extermino de la vida de los enfermos y ancianos bajo la mal llamada eutanasia. Vamos dando pasos agigantados hacia la deshumanización.
Las encuestas hechas con distintas metodologías y por distintos mecanismos han mostrado que la ciudadanía está sumamente dividida en opinión sobre el mal llamado “matrimonio entre homosexuales”, pero es contundente y mayoritario el rechazo al derecho de adopción de menores. Pero todo esto no les importa a los legisladores de este partido y les tiene sin cuidado las opiniones en contra de la mayoría de los ciudadanos. ¿Quién puede hacer avanzar criterios razonables en toda esta discusión?
Ante este panorama, cuando la Iglesia Católica manifiesta su derecho a disentir, porque considera que los problemas se están resolviendo equivocadamente, encuentra como respuesta la burla, la difamación y la amenaza. Más aún, distintas asociaciones religiosas han hecho causa común con la Iglesia, pidiendo mayor prudencia a nuestros legisladores en las determinaciones que toman, pero han recibido como respuesta la intolerancia, amenazándolas con aplicarles, convenencieramente, las leyes para acallar la voz de los religiosos.
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