Alvarado, Veracruz, 27 de julio del 2012
Discurso del Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, Secretario de Marina.
Ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Felipe Calderón Hinojosa; doctor Javier Duarte de Ochoa, Gobernador del Estado de Veracruz; señor General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional; Magistrado Alberto Sosa Hernández, Presidente del Honorable Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Veracruz; General de División Diplomado de Estado Mayor Jesús Javier Castillo Cabrera, Jefe del Estado Mayor Presidencial.
Licenciada Sara Luz Herrera Cano, Presidenta Municipal de Alvarado, Veracruz; licenciada Luz Carolina Gudiño Corro, Presidenta Municipal de Veracruz, Veracruz; licenciado Salvador Manzur Díaz, Presidente Municipal de Boca del Río, Veracruz; General de División Piloto Aviador Diplomado de Estado Mayor Aéreo, Ernesto Rivera Rojas, Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Mexicana; General de División Diplomado de Estado Mayor René Carlos Aguilar Páez, Comandante de la VI Región Militar.
General de Brigada Diplomado de Estado Mayor Sergio
Alberto Martínez Castuera, Director del Heroico Colegio Militar; señores y
distinguidos integrantes del Cuerpo Diplomático Acreditado en nuestro país;
señores Almirantes, Generales, Capitanes, Jefes, Oficiales, Cadetes,
Guardiamarinas, Clases y Marinería; estimados representantes de los medios de
comunicación que hoy nos acompañan; invitados especiales; damas y caballeros:
Agradezco a todos los presentes su asistencia a esta
Ceremonia de Graduación. En especial, al Mando Supremo de las Fuerzas Armadas,
por honrarnos con su presencia en este evento de gran relevancia para todos los
marinos navales, toda vez que representa el éxito de mexicanos que, habiendo
ingresado a este heroico plantel siendo casi niños, hoy, convertidos en
hombres, culminan un gran esfuerzo físico e intelectual, digno de
reconocimiento por parte de sus conciudadanos.
A partir de hoy, 119 Guardiamarinas de las carreras del
Cuerpo General y de Infantería de Marina se integran a la oficialidad de la
Armada de México, Institución que, durante sus años de preparación, los hizo
merecedores de este nombramiento como recompensa a su esfuerzo y dedicación.
Se les hace la entrega del Sable de Mando, símbolo de
liderazgo de quien conduce a sus subordinados y compatriotas por la ruta del
éxito bajo los más altos preceptos de honor, deber y lealtad para su país.
Es un compromiso portarlo y conducirse con señorío,
mantener su actuar en estricto apego a la ley, privilegiando el respeto a los
derechos humanos y, sobre todo, conservar un esfuerzo constante de preparación,
con el objetivo de ser portadores de la excelente calidad de decisión para
lograr un México mejor.
La conclusión de sus estudios, más allá de un logro
individual, representa un paso más en la consolidación del profesionalismo del
personal naval en su conjunto.
Por ello, deben estar conscientes de que la profesión de
las armas les obliga a dedicar su esfuerzo, hasta el último aliento, a la
defensa de la soberanía nacional, de los intereses del pueblo mexicano y de la
democracia.
Como alto mando de la Armada de México, es un orgullo
comprobar que todo esfuerzo por mejorar la calidad de la educación naval nos
genera frutos perennes que habrán de redundar en beneficios a nuestros
connacionales.
La modernidad del sistema educativo naval que nos hemos
planteado nos permite, tanto en el presente, como a mediano y largo plazo,
vislumbrar una educación integral de calidad con igualdad de acceso,
permanencia y egreso; de relación con la ciencia y la tecnología, con
conocimientos y competencias relevantes para la profesión y la vida cotidiana y
la participación ciudadana, respeto por la diversidad y de fomento de valores
inquebrantables que fortalecen la identidad institucional.
Vivimos en una sociedad más informada, participativa,
plural, consciente y con demandas claras. Es preciso responder con eficiencia y
prontitud a sus necesidades. Por ello, la transformación de la educación naval
no puede sustraerse de la realidad, de lo contrario, estaríamos inhabilitándonos
hacia un futuro ineludible.
Frente al gran desafío, asumimos la enorme oportunidad de
hacer de la educación naval un estilo de vida para los jóvenes mexicanos. De
consolidar a la formación militar en un proceso de transformación física, mental
y cultural de hombres y mujeres, para lograr que, voluntariamente convencidos y
comprometidos, entreguen al país y a sus instituciones su lealtad, capacidades,
habilidades, inteligencia y la vida misma, si fuese necesario, en el
cumplimiento de los deberes que impone el servicio de las armas.
Forjamos el propósito fundamental de capacitar a los
futuros cuadros de mando, bajo la premisa de ser útiles a la Nación, a fin de
disponer de un contingente de profesionales instruidos y aptos para cumplir
eficientemente sus misiones constitucionales, y participar en el desarrollo
nacional.
Creo, firmemente, que las tareas que han iniciado con la
puesta en marcha para la modernización educativa naval, dan pie para confrontar
grandes desafíos. Además, de que fluirán generosamente a favor del pueblo
mexicano.
El pueblo de México puede tener la certeza de que los
jóvenes egresados de esta Heroica Escuela Naval Militar sabrán responder a las
demandas de la sociedad, cuyo amor por su Patria los llevará a combatir todo
aquello que atente contra la seguridad y la tranquilidad de la población
mexicana.
Ciudadano Presidente de la República:
Los marinos de México le damos las gracias por el apoyo
recibido desde el inicio de su Administración, toda vez que, en cada momento,
veló por los intereses personales y familiares de cada uno de los que
integramos las Fuerzas Armadas.
Habremos
de seguir en el esfuerzo de devolver a la ciudadanía la paz y tranquilidad que se merecen.
Jóvenes Guardiamarinas que hoy se gradúan:
La trayectoria que han iniciado, deben continuarla con la
férrea actitud de quien se esfuerza por
conquistar sus anhelos. Cuentan, para ello, con la herramienta indispensable.
Una buena educación promueve conductas saludables y permite a los individuos
actuar con justicia y disciplina.
Tengan siempre en mente que el país les exigirá el máximo
celo en el cumplimiento de las misiones que les sean asignadas, por lo que
deben mantenerse alerta y anticiparse a quienes pretendan vulnerar la seguridad
de los mexicanos.
Los convoco a ser un ejemplo para otros jóvenes, para que
se conduzcan de manera íntegra, poniendo en práctica lo aprendido en este
heroico plantel. Que su conducta refleje cada uno de los preceptos éticos y
morales que les han sido inculcados.
Recuerden que trabajamos para el bien común y con el fin
de enfrentar, de manera rotunda, toda circunstancia que intente vulnerar la
soberanía nacional y ponga en riesgo la seguridad de este país. Por lo que los
convoco a no desistir en este esfuerzo, anteponiendo siempre su integridad y
sus valores. Todo ello, a favor de alcanzar los anhelos de las familias
mexicanas.
La planta académica y los instructores del cuerpo de
cadetes, también, están orgullosos de verlos concluir esta etapa de formación, pero
estoy seguro que lo estarán más cuando comprueben que el esfuerzo por hacer de
ustedes hombres de bien, es ya una realidad. A todos ellos, les damos las
gracias por su dedicación, y los invito a continuar con el honroso papel de
seguir siendo guías de nuevas generaciones de oficiales.
Por otra parte, aprovecho la ocasión para agradecer a los
tutores y padres de familia la confianza que depositaron en esta Institución, y
por el apoyo incondicional que les han brindado a este numeroso grupo de
jóvenes, así como por esas palabras de aliento en los momentos de tensión, ya
que ello les motivó a continuar el esfuerzo, hasta ver completado el objetivo.
Finalmente, les reitero que la trayectoria que han
iniciado deben continuarla con la actitud de quien lucha por conquistar sus
éxitos. Atrévanse a llegar a la cima y encontrar su plenitud personal y
profesional, porque, de esa manera, contribuirán al eficaz desempeño de la
Armada de México.
Señor Presidente Felipe Calderón Hinojosa:
Servir
a México es un privilegio y un deber que juramos cumplir con lealtad y amor a
la Patria. Pero servir bajo su mando, ha sido un honor que nos enorgullece a
todos los marinos de la Armada de México.
Reconocemos su liderazgo y su amor a México.
Gracias por su confianza.
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