La
operación “suegro”, el regalo de la DEA a México/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista
Proceso # 1908, 26 de mayo de 2013;
La
captura de Inés Coronel Barreras, suegro del Chapo Guzmán, efectuada en Sonora
el pasado 30 de abril, aparentemente no fue fruto de la labor de inteligencia
de las instancias nacionales encargadas de combatir el narcotráfico. Según
confían a Proceso agentes mexicanos y estadunidenses, fue obra de la DEA, que
de este modo trata de ganarse el apoyo del gobierno de Enrique Peña Nieto para
que le permita seguir actuando con total libertad en México, como lo hizo en el
sexenio anterior.
AGUA
PRIETA, SON.- La afirmación que hacen agentes de inteligencia de México y
Estados Unidos a Proceso es inequívoca: la captura de Inés Coronel Barreras,
suegro de Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, fue un regalo
de la DEA al gobierno de Enrique Peña Nieto.
“A
Coronel Barreras lo ubicó la DEA y se lo entregó al gobierno del presidente
Peña Nieto con el propósito de que le abra las puertas que le cerró a las
agencias de inteligencia de Estados Unidos”, dice a Proceso un agente mexicano
de inteligencia –quien pidió el anonimato– asentado en esta ciudad, colindante
con Douglas, Arizona.
–¿Por
qué cree que el arresto del suegro del Chapo fue una operación quirúrgica? –se
le pregunta al oficial mexicano.
–Pues
porque la DEA –responde– se lo puso a la Marina mexicana en charola de plata
para que después el Ejército, la Secretaría de Gobernación y la PGR se colgaran
la medallita.
La
madrugada del pasado 30 de abril, aproximadamente a las 05:40 horas, una
treintena de vehículos federales se desplazó por las avenidas Internacional 20
y 30 y por la calle 6 de esta ciudad fronteriza.
El
sueño de los vecinos fue interrumpido súbitamente por el estruendo de vehículos
federales a toda velocidad y las aspas del helicóptero Tomahawk que los apoyaba
volando a baja altura, según el recuento que las fuentes hicieron al reportero.
Los
más de 250 soldados, marinos y policías federales que llegaron en la madrugada
a ese punto de Agua Prieta entraron a varios inmuebles donde hicieron
inspecciones rápidas.
“Y
para sorpresa de todos, incluidas las autoridades locales, que ni siquiera
fueron avisadas, luego de dos horas y cinco minutos (a las 07:45) los más de
250 federales, con todo y helicóptero, desaparecieron dejando sorprendida a la
población, que no sabía qué pasó”, destaca el relato.
La
irrupción y rápida salida del numeroso grupo de uniformados dejó boquiabiertas
a los pobladores. Y es que hasta antes de esa madrugada en esta parte de Sonora
no pasaba nada, o al menos nada espectacular, porque se consideraba “una plaza
segura y totalmente controlada” por la estructura de poder del Cártel de
Sinaloa.
No
fue sino hasta el mediodía –según la recreación de hechos que se le hizo a este
semanario– cuando entre la gente de Agua Prieta comenzó a correr el rumor de
que los federales habían atrapado al “pariente incómodo” del Chapo (así se le
dice aquí a Coronel Barreras).
A
las 16:00 horas del mismo día Eduardo Sánchez, subsecretario de Normatividad y
Medios de la Secretaría de Gobernación, anunciaba en conferencia de prensa que
las autoridades mexicanas habían capturado al suegro del jefe del Cártel de
Sinaloa. El gobierno de Peña Nieto presumió que el arresto se hizo sin disparar
un tiro gracias a la efectividad de los sistemas de inteligencia mexicanos que
habían ubicado al presunto narcotraficante.
El
relato de lo ocurrido en Agua Prieta destaca que, más o menos una hora después
de que se fueran los federales, de varios puntos de casi todo el estado de
Sonora salieron disparados hacia la sierra y en distintas direcciones unos 80
vehículos (sobre todo camionetas) repletos de gente armada.
“Eran
los jefes de las plazas que tienen en todo el estado El Chapo y El Mayo (Ismael
Zambada García)”, machaca uno de los testigos que hablaron con Proceso a
condición del anonimato.
Todo
empezó en Colombia
–¿Fue
la DEA la que ubicó en Agua Prieta a Coronel Barreras? –se le pregunta a un
agente de inteligencia de Estados Unidos, quien pidió mantener su nombre en
reserva.
–Lo
que puedo decir es que a Coronel Barreras el gobierno de Estados Unidos tenía
tiempo investigándolo y siguiendo su rastro por Sinaloa, Durango, Sonora y
Sudamérica.
Presionado
para que abunde un poco más en el caso del suegro del jefe del Cártel de
Sinaloa, el agente especializado en temas del narcotráfico mexicano explica que
todo empezó a principios de 2012 con una investigación de la DEA enfocada en el
colombiano Jorge Milton Cifuentes Villa.
Según
la página web de la DEA, Cifuentes Villa es líder de una organización dedicada
al trasiego de cocaína.
“La
organización de Cifuentes amasó una gran fortuna en dinero y bienes ilícitos,
por ser uno de los principales proveedores de cocaína del Cártel de Sinaloa”,
se lee en la página de la DEA.
El
agente estadunidense revela que en varios de los informes de inteligencia
redactados por la DEA sobre la organización de Cifuentes Villa salía a relucir
el nombre de Coronel Barreras.
“Se
le identifica como el contacto con la gente del Chapo y el encargado del
transporte de algunos cargamentos de cocaína que salen de varios puntos de
Sudamérica hacia Centroamérica y México”, matiza.
El
13 de febrero de este año la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros
(Ofac) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó a Cifuentes Villa
–quien también tiene nacionalidad mexicana– “narcotraficante más
significativo”. Con esa etiqueta Washington aplicó sanciones, confiscó bienes y
congeló cuentas bancarias a nombre de Cifuentes Villa o relacionadas con él,
que se encontraran bajo jurisdicción estadunidense.
La
Ofac sostiene que Cifuentes es dueño de 15 compañías que operan en Colombia,
México y Ecuador.
“Coronel
Barreras estaba bajo la mira de la DEA, es cierto, lo que quedó confirmado hace
poco más de un mes cuando se decomisó en Ecuador un cargamento de cuatro
toneladas de cocaína que la gente de Cifuentes Villa estaba mandando a México”,
dice el agente.
–¿Era
un cargamento para el Cártel de Sinaloa?
–No
sólo eso. El contacto para el envío de la cocaína era Coronel Barreras. Esto
fue confirmado por las personas detenidas al momento de la confiscación de la
droga. Entre los arrestados hay colombianos y mexicanos –responde el agente.
La
DEA, según la fuente, convenció a las autoridades ecuatorianas de mantener en
secreto la noticia del decomiso de las cuatro toneladas de cocaína “porque los
detenidos aceptaron dar más información a cambio de un arreglo para aminorar
las penalidades a las que serían sujetos en Ecuador, en su país de origen o en
Estados Unidos, si fueran extraditados”.
Evitando
revelar más detalles de este caso, porque afirma que sigue abierta una amplia
investigación sobre otras figuras del Cártel de Sinaloa, el agente
estadunidense anota que gracias al decomiso del cargamento de cocaína en
Ecuador, la DEA pudo dar con el paradero de Coronel Barreras.
“Se
determinó que se movía en la franja fronteriza de Sonora, que estaba encargado
del pase de mariguana, heroína, metanfetaminas y cocaína por la frontera sur de
Arizona”, añade.
–¿Entonces
sí fue la DEA la que se lo entregó al gobierno mexicano? –se le insiste.
–Las
agencias de inteligencia de Estados Unidos siguen cooperando de manera muy
estrecha con el gobierno de México en la lucha contra el narcotráfico. Y hay
mucha confianza en la Marina mexicana, que ha demostrado ser una entidad
demasiado efectiva para capturar o eliminar a capos del narcotráfico –afirma
sin poder evitar una sonrisa.
Tocan
puertas
Por
su parte el oficial mexicano reitera que fue la DEA la que entregó al suegro
del Chapo al gobierno de Peña Nieto. “Por eso no hubo disparos”, comenta.
“No
hay comunicación con la DEA. La Secretaría de Gobernación los tiene totalmente
aislados con el argumento de que se está revisando la relación y cooperación en
la lucha contra el narcotráfico. Por eso la DEA le pasó la información
directamente a la Marina, ni siquiera al Ejército”, puntualiza.
Desde
el 1 de diciembre del año pasado, cuando Peña Nieto asumió la Presidencia, su
gobierno le cerró las puertas que Felipe Calderón les había abierto a las
agencias de inteligencia de Estados Unidos (Proceso 1904).
En
el sexenio pasado la DEA, la CIA, el FBI, el Pentágono y el Departamento del
Tesoro tenían carta abierta para espiar, operar e investigar bajo el cobijo de
las Oficinas Binacionales de Inteligencia creadas al amparo de la Iniciativa
Mérida.
“Los
agentes de la DEA están desesperados porque no tienen a quién acudir en el
gobierno de Peña Nieto, con la excepción de la Marina, en la que confían
ciegamente. La DEA espera que con la entrega del suegro del Chapo cambien las
cosas. Yo lo dudo. Aunque fue muy simbólico que Coronel Barreras cayera justo a
unos días de la llegada de Obama a México”, matiza el agente estadunidense.
El
miércoles 1 el subsecretario Sánchez dijo que Coronel Barreras, de 45 años, fue
capturado en una residencia que funcionaba como bodega, donde la Policía
Federal localizó 255 kilos de mariguana, dos camionetas, cuatro armas largas y
una corta, varios cargadores y decenas de cartuchos.
Además
del suegro del Chapo también fueron detenidos Inés Omar Coronel Aispuro (hijo
de Coronel Barreras y, por lo tanto, cuñado del jefe del Cártel de Sinaloa),
Juan Elías Ruiz Beltrán, José Heriberto Beltrán Cárdenas y Reynaldo Ríos
Morales.
“La
captura es producto del trabajo de inteligencia del gobierno de la República.
Su detención se llevó a cabo aproximadamente a las 07:00 horas sin que se
realizara un solo disparo”, afirmó Sánchez.
Dos
familias
En
Sonora la estructura de mando del Cártel de Sinaloa la dominan dos familias. De
acuerdo con la descripción proporcionada por los agentes y funcionarios de
Estados Unidos y de México, el control de la plaza lo ejercen las familias
Paredes Machado y Salazar, que encabeza Jesús Alfredo Salazar El Indio.
Desde
los ochenta estas dos familias –de la absoluta confianza del Chapo– se encargan
de vigilar el trasiego de drogas que viene principalmente desde Sinaloa a los
puntos estratégicos de Sonora: Agua Prieta, Sonoita, Sásabe, Naco, Nogales, San
Luis Río Colorado, Costa Rica y Riito. Hacia el sur, los Paredes Machado y los
Salazar imponen su ley en Imuris, Cananea, Caborca, Altar, Santa Ana, Esqueda,
Puerto Peñasco, Libertad, Guaymas, San Carlos y Bahía de Kino.
En
la familia Paredes Machado destacan El Goyo y El 20, brazos derechos del Chapo
y encargados de mantener a raya a Los Zetas y a los Beltrán Leyva en todo el
estado.
Aunque
originaria de Chihuahua, la familia Salazar –cuyos lazos con el Cártel de
Sinaloa los estableció el patriarca, Adán Salazar Zamorano, Don Adán– es
considerada por la gente de Agua Prieta como la responsable del ambiente de
tranquilidad y libertad que privaba en esta ciudad hasta la detención del
“pariente incómodo”.
Don
Adán, detenido por la Policía Federal el 15 de febrero de 2011 en Querétaro,
era representante del Chapo en Sonora y encargado de garantizar el cruce
fronterizo y la entrega de drogas en Arizona. Tras su detención, los hijos de
Don Adán, Jesús Alfredo y Adán Salazar Ramírez, se hicieron cargo de las
operaciones del Cártel de Sinaloa en el estado.
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