Tomás Ángeles Dauahare: “Nos
puede pasar a cualquiera”
Tomás Ángeles abandonó el
penal de Almoloya de Juárez el pasado 17 de abril por la noche
Jorge Fernández Menéndez
Código Topo de Excélsior, 6 /05/2013
Jorge Fernández Menéndez
(JFM): Cuando se dio la detención comentamos que para detener al general Tomás
Ángeles debería haber una acusación realmente llena de pruebas: es uno de los
hombres más importantes de su generación en el Ejército Mexicano, y lo que se
ha venido a confirmar es que solamente había el testimonio de uno o dos
testigos protegidos.
Tomás Ángeles Dauahare (TAD):
Dos testigos protegidos, Jennifer y Mateo.
JFM: Y un testimonio que no
tiene sustento en ninguna otra prueba finalmente.
TAD: Así es, ningún sustento
en ambos casos.
JFM: General ¿Cómo vive un
hombre que fue subsecretario de la Defensa, que fue además uno de los hombres
más importantes que ha tenido el Estado Mexicano en la lucha contra la
delincuencia organizada, una situación tan difícil como la que le tocó vivir
los últimos 11 meses?
TAD: Hay una fórmula en la
vida: adaptarse e improvisar. Esta reflexión me permitió enfrentar la
situación. Adaptarse a ese medio como es, e improvisar en lo que sea menester.
Creo que es el kit para una situación como ésta y para muchas otras: adaptarse
e improvisar.
JFM: También hay una situación
en la que va la vida, la trayectoria profesional, la familia, y usted conoce
estos temas, pero creo que los testigos protegidos son útiles, pero no pueden
sustentar una acusación sin que haya pruebas que confirmen sus dichos
TAD: Es el mal en peor de los
testigos protegidos. El testigo protegido en sí no es una cosa inútil. Hay dos
requisitos fundamentales: que haya sido miembro de una organización mafiosa y
la otra, que lo que él diga, sea comprobado por el Ministerio Público.
JFM: ¿Por qué puede actuar el
MP sin confirmar los dichos de los testigos protegidos? La información es que
hubo una fuerte presión de agencias de Estados Unidos para sacar adelante estas
acusaciones, tanto la suya como las de la “Operación Limpieza” y otras.
TAD: Primero falta de ética
del Ministerio Público y de quienes depende el Ministerio Público, en este caso
del Federal. Otra cosa, respecto al caso mío, a la participación, presencia o
influencia de agencias de inteligencia extranjeras no lo puedo asegurar. De mi
parte sería muy temerario afirmarlo así. No lo sabía. Lo dudo porque de alguna
manera yo tenía relación con órganos de inteligencia de Estados Unidos,
fundamentalmente con la DEA en esta última etapa de mi vida ya estando retirado
y todo previo al encarcelamiento y en años pasados trabajamos de manera
conjunta con la agencia. No sé... me descontrola esto, no lo puedo asegurar.
JFM: ¿En el tema de la
sucesión de la Secretaría de la Defensa?
TAD: Mucho se ha especulado.
Son hechos que pertenecen al pasado que a mí me generaron mucho enojo, que me
estaban haciendo daño en la salud por lo que opté eliminarlos, enviarlos al
último de los rincones del subconsciente, por allá que esté olvidado. No tiene
ningún caso traer al presente esos momentos dañinos para mi salud. Además el
daño es irreversible; lo demás es ego. Que me pidan una disculpa es sólo para
satisfacer al ego. Lo principal es que eso es irreversible, el daño está hecho,
lo hemos superado, de parte mía, en el caso de la familia el impacto fue
brutal. Hubo necesidad de terapia familiar, vernos privados de la noche a la
mañana del patrimonio de toda la vida, dos casas aseguradas, cuentas
congeladas... Yo estaba en prisión pero mi esposa, mis hijas, mis nietos, mis
yernos... sufrieron esto en toda su magnitud. Fue un impacto que les generó
problemas emocionales y lógicos.
JFM ¿Ese patrimonio ha sido
regresado? Sí. Dos días antes de que terminara la administración anterior, la
gestión de Marisela Morales en la Procuraduría, fueron devueltos.
JFM: Hablando de temas
patrimoniales, Jeniffer y Mateo dijeron que usted recibió hasta un millón de
dólares por mes. Según lo que tengo entendido, en toda la investigación
patrimonial no se encontró ni un peso fuera de lo que recibía por su cargo en
la Sedena.
TAD: Yo era el supercapo.
Trabajaba para Arturo Beltrán Leyva, tenía relación ilícita con El Chapo
Guzmán, con Ismael Zambada El Mayo, era compadre de El Azul. Según Mateo,
Arturo Beltrán Leyva me daba cinco millones de dólares por cada reunión que
tuviera con él además de un millón de dólares mensuales... cantidades
estratosféricas. Además “tenía” una casa en Cuernavaca de cinco millones de
dólares... Sí, ahí está la casa, un condominio horizontal que nos costó un
millón 600 mil pesos en 2002 y para la cual nos dio Banjército un crédito
hipotecario de un millón 300 mil pesos... Todo se presentó debidamente a la
autoridad y no hubo nada ilegal. El caso es que (para ellos) yo era el “súper
capo” y además supermillonario.
JFM. Los que lo conocemos
nunca lo vimos súper capo...
TAD. Ni remotamente. No me
quedaría ni con lo uno ni con lo otro... la verdad.
FM: ¿Cómo hay que transformar
todo esto que no puede seguir ocurriendo?
TAD: Es una situación que
genera inseguridad en los ciudadanos. Nos puede pasar a cualquiera
independientemente de su conducta, su responsabilidad por intergérrimo que sea;
basta que te confrontes ideológicamente, o que pienses diferente a otras
personas, o alguna persona que tenga poder y te desbarata. No debe seguir este
atropello, así lo ha reconocido el presidente Enrique Peña, lo dijo en su
discurso de toma de posesión, va a imperar el Estado de Derecho; lo confirmó el
procurador Murillo Karam y estamos viendo que se está cumpliendo con eso. El
caso de Noé Ramírez Mandujano, el mío, el de otros que vienen, los compañeros
militares que están en los penales federales. Creo que se va por buen camino y
percibo que hay voluntad política para obtener resultados en algo tan sensible,
tan importante... lo que está en juego es la libertad de nosotros, nuestro
honor como ciudadanos. Dos valores por los que hay que pelear a muerte.
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