Renato Leduc, le quitó el almidón a la poesía, su gran legado.
Noche del martes 26 de junio de 2013, en la cantina "La Jalisciense" de Tlalpán, lugar donde nació Leduc en 1895. El
legado de Renato Leduc a la poesía es su falta de estiramiento. Él nos dio una
manera nueva de ver y sentir la poesía, por su falta de almidón. A través de
una voz fresca, natural, es una voz que reintegró la voz del pueblo, expresó el vate chiapaneco Roberto López Moreno, ayer en la presentación del libro “Soy
un hombre de pluma y me llamo Renato” (Ed. Artes e Historia México).
La
ocasión para decirlo no podía ser más propicia, anoche en la cantina La
Jalisciense, uno de los lugares favoritos del “Gran Jefe Pluma Blanca” para
pasar largas tardes de conversación y cultivar la amistad con sus amigos además
de dar lecciones a los jóvenes poetas y periodistas de su época.
La
presentación del libro coordinado por Fred Álvarez y Pepe Alcaraz en el Centro
Histórico de la delegación Tlalpan, convocó a amigos y parientes del vate, así
como a periodistas, quienes escucharon una seguidilla de anécdotas que
pintaron, para quienes tienen pocos años en el oficio, a un hombre atrevido en
las letras por su vasto conocimiento del lenguaje.
Gonzalo
Martré recordó cuando Carlos Gómez Carro le platicó que estaba por hacer una
recopilación de los mejores poetas y le preguntó por uno y él, sin pensarlo
mucho le dijo que Renato Leduc, quien apareció en el libro “Elogio al Oficio.
13 carteles de poesía” al lado de Tomás Segovia, Gérard de Nerval, Jorge Luis
Borges, Samuel Becket, Constantino Cavafis, José Juan Tablada, Oshima Ryata,
Paul Valery, César Vallejo, e.e. cummings, Francesco Petrarca, José Emilio
Pacheco y Cuicapicque.
El
poema Temas, fue leído por
Roberto Barrón- de Radio UNAM-, a petición del maestro Martré..
"No haremos obra perdurable. No
tenemos de la mosca la voluntad tenaz.
Mientras haya vigor
pasaremos revista
a cuanta niña vista
y calce regular...
Como Nerón, emperador
y mártir de moralistas cursis,
coronados de rosas
o cualquier otra flor de la estación,
miraremos las cosas
detrás de una esmeralda de ilusión...
Va pasando de moda meditar.
Oh, sabios, aprended un oficio.
Los temas trascendentes han quedado,
como Dios, retirados de servicio.
La ciencia... los salarios...
el arte... la mujer...
Problemas didascálicos, se tratan
cuando más, a la hora del cocktail.
¿Y el dolor?, ¿y la muerte ineluctable?...
Asuntos de farmacia y notaría.
Una noche -la noche es más propicia-
vendrán con aspavientos de pariente,
pero ya nuestra trémula vejez
encongeráse de hombros, y si acaso,
murmurará cristianamente...
Pues...
(De "Algunos poemas deliberadamente románticos y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933)
"No haremos obra perdurable. No
tenemos de la mosca la voluntad tenaz.
Mientras haya vigor
pasaremos revista
a cuanta niña vista
y calce regular...
Como Nerón, emperador
y mártir de moralistas cursis,
coronados de rosas
o cualquier otra flor de la estación,
miraremos las cosas
detrás de una esmeralda de ilusión...
Va pasando de moda meditar.
Oh, sabios, aprended un oficio.
Los temas trascendentes han quedado,
como Dios, retirados de servicio.
La ciencia... los salarios...
el arte... la mujer...
Problemas didascálicos, se tratan
cuando más, a la hora del cocktail.
¿Y el dolor?, ¿y la muerte ineluctable?...
Asuntos de farmacia y notaría.
Una noche -la noche es más propicia-
vendrán con aspavientos de pariente,
pero ya nuestra trémula vejez
encongeráse de hombros, y si acaso,
murmurará cristianamente...
Pues...
(De "Algunos poemas deliberadamente románticos y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933)
El
periodista y compañero de Renato Leduc, Jorge Meléndez Preciado recordó que al tlalpense como fundador
de la Agencia Nacional de Periodistas donde estaban comunistas muy famosos como
Mario Gil, Juan Dutch, candidato a diputado del Frente Electoral del Pueblo, el
brazo electoral del partido comunista, junto con Renato que se postuló para
Senador -en fórmula don David Alfaro Siqueíros-; el candidato a la presidencia de la República fue Ramón Danzós Palomino; ahí convergieron otros
literatos como Juan de la Cabada y Emilio Abreu Gómez.
Aseguró
que Leduc quizá no estaría muy contento con este homenaje. Decía que él nunca
hubiera aceptado tener una estatua o un busto entonces aseguraba: “a las
estatuas a los bustos las mean los perros y las cagan las palomas, yo no quiero
que ni me meen que ni me caguen; yo simplemente quiero ser Renato. Por eso no
me casé con María Félix, para que no me dijeran señor Félix”.
Sin
embargo, Gonzalo Martré y Roberto López Moreno insistieron y lograron que a su muerte
el entonces delegado en Tlalpan Francisco Ríos Zertuche, también presente,
cambiara el nombre de la Avenida del Ferrocarril por el de Renato Leduc. “Cuando
me entra la nostalgia voy a la avenida Renato Leduc y me fijo que el busto no
está ni cagado ni meado, y me quedo tranquilo”, abundó el poeta chiapaneco.
Oralba
Castillo recordó que Leduc la presentaba como su última amiga y que ella lo
acompañaba a despedirse de sus amigos, ya en sus últimos años. De ahí surgió el
libro por ella escrito, “Renato Leduc
y sus Amigos”, Ed. Domes, 1986.
Oralba leyó un poema de Leduc -el vate se lo recitó varias veces- que se encuentra en el libro: Alusión a los cabellos castaños, que dice:
"Así como fui yo, así como eras tú,
en la penumbra inocua de nuestra juventud
así quisiera ser,
mas ya no puede ser.
Como ya no seremos como fuimos entonces,
cuando límpida el alma trasmutaba en pecado
al más leve placer,
Cuando el mundo y tú eran sonrosaba sorpresa.
Cuando hablaba yo solo dialogando contigo,
es decir, con tu sombra,
por las calles desiertas,
y la luna bermeja era dulce incentivo
para idilios de gatos, fechorías de ladrones
y soñar de poetas.
Cuando el orbe rodaba sin que yo lo sintiera,
cuando yo te adoraba sin que tú lo supieras
-aunque siempre lo sabes, aunque siempre lo sepas-
y el invierno era un tropo y eras tú primavera
y el romántico otoño corretear de hojas secas.
Tú que nunca cuidaste del rigor de los años
ni supiste el castigo de un marchito ropaje;
tú que siempre tuviste los cabellos castaños
y la tersa epidermis, satinado follaje.
Tus cabellos castaños, tus castaños cabellos
por volver a besarlos con el viejo fervor,
vendría yo la ciencia que compré con dolor
y la tela de araña que tejí en sueños.
Así como fui yo, así como eras tú,
en la inconciencia tórrida de nuestra juventud,
así quisiera ser,
mas ya no puede ser...
(De "Algunos poemas deliberadamente románticos y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933)
Este ensiemplo demuestra que no solamente
de mujeres pueden los hombres pueden hablar.
"Entonces llegó ella, exactamente ella
luciendo un estruendoso vestido carmesí.
Lujo asiático —dije— pero está usted muy bella...
y ella, naturalmente, me contestó que sí.
Si usted me permitiera, yo le daría mi nombre;
soy un hombre de pluma y me llamo Renato,
lo de la pluma es subsidiario en el hombre
mas tengo un porvenir color permanganato.
Ella me dijo entonces una frase inefable
que por razones obvias no quiero recordar;
permita usted, por tanto, que de esto no le hable.
Pero hay otras cuestiones acerca de las cuales
sin desdoro ninguno podemos divagar:
La Vida… el Comunismo… las partes genitales... Leduc..(Breve glosa al Libro de Buen Amor, 1939).
Oralba leyó un poema de Leduc -el vate se lo recitó varias veces- que se encuentra en el libro: Alusión a los cabellos castaños, que dice:
"Así como fui yo, así como eras tú,
en la penumbra inocua de nuestra juventud
así quisiera ser,
mas ya no puede ser.
Como ya no seremos como fuimos entonces,
cuando límpida el alma trasmutaba en pecado
al más leve placer,
Cuando el mundo y tú eran sonrosaba sorpresa.
Cuando hablaba yo solo dialogando contigo,
es decir, con tu sombra,
por las calles desiertas,
y la luna bermeja era dulce incentivo
para idilios de gatos, fechorías de ladrones
y soñar de poetas.
Cuando el orbe rodaba sin que yo lo sintiera,
cuando yo te adoraba sin que tú lo supieras
-aunque siempre lo sabes, aunque siempre lo sepas-
y el invierno era un tropo y eras tú primavera
y el romántico otoño corretear de hojas secas.
Tú que nunca cuidaste del rigor de los años
ni supiste el castigo de un marchito ropaje;
tú que siempre tuviste los cabellos castaños
y la tersa epidermis, satinado follaje.
Tus cabellos castaños, tus castaños cabellos
por volver a besarlos con el viejo fervor,
vendría yo la ciencia que compré con dolor
y la tela de araña que tejí en sueños.
Así como fui yo, así como eras tú,
en la inconciencia tórrida de nuestra juventud,
así quisiera ser,
mas ya no puede ser...
(De "Algunos poemas deliberadamente románticos y un prólogo en cierto modo innecesario" 1933)
Pepe
Alcaraz recordó que la idea de “Soy un hombre de pluma y me llamo Renato” fue
de algunos tlalpenses para “convocar a hacer un documento en honor a este
tlalpense que tuvo dos amores profundos en la vida: las mujeres vistas como
poesía/literatura y su país”, un proyecto que duró año y medio.
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Este ensiemplo demuestra que no solamente
de mujeres pueden los hombres pueden hablar.
"Entonces llegó ella, exactamente ella
luciendo un estruendoso vestido carmesí.
Lujo asiático —dije— pero está usted muy bella...
y ella, naturalmente, me contestó que sí.
Si usted me permitiera, yo le daría mi nombre;
soy un hombre de pluma y me llamo Renato,
lo de la pluma es subsidiario en el hombre
mas tengo un porvenir color permanganato.
Ella me dijo entonces una frase inefable
que por razones obvias no quiero recordar;
permita usted, por tanto, que de esto no le hable.
Pero hay otras cuestiones acerca de las cuales
sin desdoro ninguno podemos divagar:
La Vida… el Comunismo… las partes genitales... Leduc..(Breve glosa al Libro de Buen Amor, 1939).
Fotografía:
1.- Fred Álvarez, Jorge Melendez, y Pepe Alcaraz.
2.-La segunda fotografía es de la agencia Notimex.
2.-La segunda fotografía es de la agencia Notimex.
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