Eugenio
Scalfari, editor del diario italiano La
Repubblica, admitió que algunas de las palabras atribuidas al papa Francisco en el texto de la entrevista que publicó hace unas semanas
"no fueron dichas" por el jesuita.
En
una reunión con los periodistas de la Asociación de Prensa Extranjera en Roma,
Scalfari reveló que todas sus entrevistas han sido realizadas sin un equipo de
grabación, ni tomando notas mientras la persona habla.
"Intento
entender a la persona que estoy entrevistando, y después de eso escribo sus
respuestas con mis propias palabras", explicó. Por
tanto, admitió, es posible que "algunas de las palabras del papa que
publiqué no fueron dichas por el papa Francisco".
La
entrevista, publicada el 1 de octubre, suscitó diversas críticas a Francisco, particularmente a raíz de que Scalfari adjudicó a Bergoglio esta
frase: "Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir
seguir el Bien y combatir el Mal como lo concibe. Bastaría eso para cambiar el
mundo".
Según
las citas de Scalfari sobre las palabras del papa, Francisco habría descrito a
los adulones de la Curia Romana como una "lepra".
Scalfari le habría preguntado (según la traducción del italiano al español de la agencia católica ACI):
Santidad, ¿existe una visión única del Bien? ¿Quién la establece?
- Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a dirigirse a lo que uno piensa que es el Bien.
-Usted, Santidad, ya lo escribió en la carta que me envió. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Creo que esta es una de las frases más valientes dichas por un Papa
- Y lo repito. Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como lo concibe. Bastaría eso para cambiar el mundo.
En otra parte de la entrevista el papa la habría dicho “los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, vanidosos y equívocamente estimulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado.
-La lepra del papado, ha dicho exactamente esto. ¿Pero qué corte? ¿Se refiere a la curia?
- No, en la curia puede haber cortesanos, pero en su concepción es otra cosa. Es lo que en los ejércitos se llama intendencia, gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. En su complejidad es algo distinto. Es la que a efectos gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: es Vaticano-céntrica. Ve y cuida de los intereses del Vaticano, que siguen siendo, en gran parte, intereses temporales. Esta visión centrada en el Vaticano descuida el mundo que nos rodea. Yo no comparto este punto de vista y haré lo que pueda para cambiarlo.
La Iglesia es o debe volver a ser la comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los sacerdotes, los obispos preocupados por las almas, al servicio del pueblo de Dios. La Iglesia es esto, una palabra no sorprendentemente diferente de la Santa Sede que tiene su propio papel importante, pero que debe estar al servicio de la Iglesia.
Pero luego uego
de que fuera publicada la entrevista, el portavoz de la Santa Sede,
P. Federico Lombardi, indicó que el texto no podía ser considerado parte de su
Magisterio. La
entrevista fue publicada en el diario vaticano L'Osservatore Romano, el 2 de
octubre, y fue insertada entre los discursos del Papa, en el sitio web del
Vaticano, y traducido a seis idiomas. Sin
embargo, en las semanas siguientes a la publicación, la entrevista atrajo
diversas críticas, así como dudas sobre la exactitud de las palabras del Papa.Scalfari le habría preguntado (según la traducción del italiano al español de la agencia católica ACI):
Santidad, ¿existe una visión única del Bien? ¿Quién la establece?
- Cada uno de nosotros tiene una visión del Bien y del Mal. Nosotros debemos animar a dirigirse a lo que uno piensa que es el Bien.
-Usted, Santidad, ya lo escribió en la carta que me envió. La conciencia es autónoma, dijo, y cada uno debe obedecer a la propia conciencia. Creo que esta es una de las frases más valientes dichas por un Papa
- Y lo repito. Cada uno tiene su propia idea del Bien y del Mal y debe elegir seguir el Bien y combatir el Mal como lo concibe. Bastaría eso para cambiar el mundo.
En otra parte de la entrevista el papa la habría dicho “los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, vanidosos y equívocamente estimulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado.
-La lepra del papado, ha dicho exactamente esto. ¿Pero qué corte? ¿Se refiere a la curia?
- No, en la curia puede haber cortesanos, pero en su concepción es otra cosa. Es lo que en los ejércitos se llama intendencia, gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. En su complejidad es algo distinto. Es la que a efectos gestiona los servicios que sirven a la Santa Sede. Pero tiene un defecto: es Vaticano-céntrica. Ve y cuida de los intereses del Vaticano, que siguen siendo, en gran parte, intereses temporales. Esta visión centrada en el Vaticano descuida el mundo que nos rodea. Yo no comparto este punto de vista y haré lo que pueda para cambiarlo.
La Iglesia es o debe volver a ser la comunidad del pueblo de Dios y los presbíteros, los sacerdotes, los obispos preocupados por las almas, al servicio del pueblo de Dios. La Iglesia es esto, una palabra no sorprendentemente diferente de la Santa Sede que tiene su propio papel importante, pero que debe estar al servicio de la Iglesia.
El
texto fue recientemente removido del sitio web del Vaticano, debido a que
"la información en la entrevista es confiable a nivel general, pero no al
nivel de un análisis individual de cada punto", según explicó el P.
Lombardi a los periodistas, el 15 de noviembre.
Scalfari
recordó que tras la publicación de dos editoriales llenos de preguntas hacia el
Papa Francisco, el Arzobispo Giovanni Becciu, sustituto de la Secretaría de
Estado del Vaticano, le escribió diciéndole que el Santo Padre había leído sus
artículos, y quería responderle con un texto escrito.
Scalfari
respondió a Mons. Becciu agradeciéndole por su atención, y añadió que
preferiría una reunión cara a cara con el Papa.
Luego
de algunas semanas, Scalfari recibió una carta de nueve páginas del Papa
Francisco, comparada de una introducción escrita por Mons. Becciu.
Scalfari
llamó telefónicamente a la residencia de Francisco en el Vaticano, y le
dijo a su secretario particular, Mons. Alfred Xuereb, que él publicaría la
carta que había recibido. Así lo hizo el 11 de septiembre. Tras
la publicación de la carta, el Santo Padre llamó a Scalfari, y acordó reunirse
con él el 24 de septiembre, por la tarde.
Scalfari
dijo que al final de la conversación de 80 minutos, le pidió al Papa el permiso
para publicar la conversación. El Santo Padre accedió, y Scalfari le ofreció
enviarle el texto antes de su publicación.
De
acuerdo al editor de La Repubblica, el papa le dijo que no "desperdicie
tiempo" en enviarle el texto, indicándole que "confío en ti". Scalfari
indicó que a pesar de esto, él le envió el texto de la conversación al Vaticano
el 29 de septiembre, junto con una carta.
En
esa misiva, el periodista italiano escribió: "Debo explicar que escribí
nuestra conversación de forma que todos pudieran entender nuestro diálogo.
Tenga en mente que no informo algunas cosas que usted me dijo, y que informo
algunas cosas que no me dijo, que quise insertar para permitir al lector
entender quién es usted".
De
acuerdo a Scalfari, Mons. Xuereb le llamó dos días después, diciendo que el papa Francisco había permitido su publicación, y el texto fue subsecuentemente
publicado.
De
acuerdo a una fuente en el Vaticano que declaró para ACI Prensa el 19 de
noviembre, la entrevista "tenía que haber sido retirada del sitio web del
Vaticano, ya que no informaba fielmente de las palabras del Papa".
La
fuente quiso subrayar especialmente que "el Papa Francisco nunca se
refirió a la Curia como una lepra. Él estaba haciendo una evaluación general de
las cortes medievales. El Papa Francisco estaba muy apenado de que las personas
de la curia se sintieran incómodas con sus palabras".
Scalfari se confiesa abiertamente no creyente, cree que Dios es “una invención consoladora de los hombres”, pero reconoce estar fascinado por Jesús de Nazareth, de un lado. Y del otro, el papa Francisco, el hombre que a los pocos días de su elección se reunió en audiencia con los periodistas y que dio una "bendición en silencio" como muestra de respeto a los presentes que no pertenecían de la iglesia católica.
Fuente ACI.
Scalfari se confiesa abiertamente no creyente, cree que Dios es “una invención consoladora de los hombres”, pero reconoce estar fascinado por Jesús de Nazareth, de un lado. Y del otro, el papa Francisco, el hombre que a los pocos días de su elección se reunió en audiencia con los periodistas y que dio una "bendición en silencio" como muestra de respeto a los presentes que no pertenecían de la iglesia católica.
Fuente ACI.
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