Gobernación:
promesas incumplidas/ÁLVARO
DELGADO
Revista Proceso # 1960, 24 de mayo de 2014
En
el gobierno de Enrique Peña Nieto no sólo ha decepcionado la conducción de la
economía, sino también la operación política. Todo el poder que se concentró en
la Secretaría de Gobernación, encabezada por el exgobernador hidalguense Miguel
Ángel Osorio Chong, se ha utilizado para la grilla partidista, no para revertir
la violencia e inseguridad en el país. A las críticas por la manipulación de
cifras sobre estos fenómenos, el funcionario responde con dudosas estadísticas
y más promesas.
Mientras
la economía se cae, la violencia crece: El “México en paz”, que Enrique Peña
Nieto ofreció como prioridad en su campaña y ratificó en su toma de posesión
como presidente, no se materializa.
En
marzo se agotó el año que Peña pidió como plazo para observar “una reducción
sensible” de los índices de inseguridad y violencia, pero no cumplió:
proliferan los homicidios relacionados con el crimen organizado, aun con
“cifras maquilladas”, y se disparan los secuestros y las extorsiones.
Y
al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien Peña Nieto
encomendó pacificar el país, le estallan los conflictos en los estados, ya
perdió al primer comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón, y no ha
sido capaz de consolidar la Gendarmería Nacional, otra promesa de campaña.
Osorio
Chong, quien se proyectó como un operador político eficaz por lograr reformas
constitucionales mediante el Pacto por México –cuyas principales leyes
secundarias están atoradas–, tiene otros pendientes.
El
gobierno de México ha sido reprobado por organismos de derechos humanos de la
ONU a causa de la práctica sistemática de la tortura, y se han incrementado
exponencialmente las agresiones a medios de comunicación y a periodistas.
Ha
incumplido también su promesa de sancionar a los responsables del desastre
provocado por los fenómenos naturales Ingrid y Manuel, en septiembre de 2013,
que dejaron 160 muertos y 250 mil damnificados, y ha faltado a su palabra de
presentar un informe sobre los centros de apuestas al que se comprometió hace
año y medio.
En
su toma de posesión, el 1 de diciembre de 2012, Peña Nieto proclamó: “El bien
mayor y el bien último es la vida humana. Por eso, el primer eje de mi gobierno
es lograr un México en paz”.
Cuatro
meses después de ese compromiso, en marzo del año pasado, Peña Nieto pidió un
año de gracia para ver los primeros resultados de la estrategia de su gobierno.
Durante su visita a Roma prometió que en 12 meses habría “una reducción
sensible” de la violencia.
ntes
de cumplirse ese plazo comenzó el triunfalismo: Peña Nieto y el encargado de la
estrategia de seguridad, Osorio Chong, comenzaron a hablar de la disminución
“al mínimo” de la violencia.
En
enero de este año, Peña Nieto proclamó en Davos, Suiza: “… Podemos observar, a
un año dos meses de distancia, el que ha habido avances, ha habido una
disminución real en el número de homicidios que se cometen en nuestro país, una
disminución de prácticamente 30% de homicidios vinculados al crimen organizado,
lo cual nos resulta alentador”.
Por
su parte, Osorio Chong aseguró el 21 de febrero que la violencia criminal
disminuía “a la mínima expresión”, porque en enero se registraron sólo 567
homicidios relacionados con la delincuencia organizada, mil menos que en los
meses previos.
Y
ante integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación
(Canacintra), se ufanó: “El primer compromiso que hizo el presidente el 1 de
diciembre de 2012 era que la violencia tenía que disminuir. Y esa violencia ha
disminuido a la mínima expresión”.
Sin
embargo, el semanario Zeta de Tijuana afirmó, en marzo, que las cifras
oficiales están “maquilladas” y el número de homicidios relacionados con la
delincuencia organizada es superior al que admite el gobierno.
Por
ejemplo, advirtió que las estimaciones de Osorio no estuvieron sustentadas en
datos duros ni reflejan la realidad; “al contrario, evidencian la manipulación
de las estadísticas sobre homicidios dolosos relacionados con el crimen
organizado en México”.
Zeta
confrontó las estadísticas de las procuradurías estatales, secretarías de
Seguridad Pública y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública (SNSP) con la información recopilada por asociaciones civiles,
institutos de ciencias forenses, registros hemerográficos en las entidades
federativas y funcionarios de gobierno, y los resultados son muy distintos a
los de Osorio.
Sólo
en enero, cuando Osorio aseguró que hubo 567 homicidios, Zeta contabilizó mil
425 asesinatos relacionados con el crimen organizado y señaló que el primer año
de gobierno de Peña Nieto fue igual de sangriento que el último de Calderón.
“El
ritmo de las ejecuciones en México no ha variado entre el último año de la
administración calderonista y el primero de Peña Nieto. En los últimos dos
años, éstas se mantuvieron prácticamente en el mismo nivel: 20 mil 571
registradas en 2012, por 20 mil 156 documentadas en 2013.”
Menos
triunfalista que su jefe, el subsecretario de Prevención y Participación
Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, expresó el 6
de mayo:
“La
situación del país en términos de violencia y de delincuencia sigue siendo
delicada. Yo quiero solamente recordar que a finales de 2012 el número de
homicidios por cada 100 mil habitantes se situó en cerca de 19: esto quiere
decir que ocurrían poco más de 60 homicidios diarios. El año pasado hubo una
reducción muy importante, poco más de 16%, pero sigue habiendo 50 homicidios
diarios.”
Secuestros
y extorsiones
Otros
delitos, como el secuestro y la extorsión, se han disparado a tal punto que la
Procuraduría General de la República (PGR) creó, en febrero pasado, la
Coordinación Nacional Antisecuestros.
Apenas
en marzo, el coordinador nacional, Renato Sales Heredia, informó que durante
los primeros meses de 2014 este delito se incrementó 24%. Precisó que, según
las averiguaciones previas iniciadas en las procuradurías estatales, el número
de secuestros pasó de mil en 2012 a mil 695 el año pasado.
Pero
el fenómeno es más grave de lo que admiten las autoridades. La asociación Alto
al Secuestro asegura que en lo que va del gobierno de Peña Nieto el número de
plagios aumentó 600%.
Isabel
Miranda de Wallace, presidenta de este organismo, afirmó que del 1 de diciembre
de 2012, cuando Peña Nieto tomó posesión, a marzo de este año, el delito se
incrementó sobre todo en la zona centro del país, ya que se registraron 3 mil
938 secuestros. Aun así, Osorio aseguró el 30 de abril que el secuestro y la
extorsión se han “estabilizado” durante el primer trimestre de 2014 en el
centro del país, justamente donde Miranda de Wallace afirma que se concentra.
En
la reunión sobre seguridad de la zona centro del país, celebrada en Cuernavaca
y a la que asistieron los gobernadores de Puebla, Guerrero, Estado de México,
Hidalgo, Tlaxcala y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Osorio dijo que
podría haber una mejoría durante el resto del año.
Por
su parte, el Observatorio Nacional Ciudadano por la Seguridad, la Justicia y la
Legalidad ofreció cifras que también desmienten el optimismo oficial: en 2013
el secuestro aumentó 19.6%, en tanto que las extorsiones crecieron 9.34%, las
cifras más altas en la historia.
Según
su informe Incidencia de los delitos de alto impacto en México 2013, difundido
el 18 de marzo, de diciembre de 2013 a enero de este año se incrementaron 5.60%
las denuncias de secuestro, 10.36% las de extorsión, 0.94% las de robo con
violencia, 1.81% las de robo de vehículo, 3.60% las de robo a casa-habitación y
1.22% las de robo a negocio.
Sólo
durante enero de este año, puntualizó el organismo, se denunciaron a nivel
nacional un secuestro cada seis horas y 21 extorsiones diariamente, de acuerdo
con los datos del propio Secretariado Ejecutivo del SNSP.
Reprobado
en derechos humanos
La
vigencia de los derechos humanos, que concierne directamente a Osorio Chong, es
también un pendiente, como lo acredita el más reciente informe del relator
especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Christof Heyns, que
reprueba a México.
La
impunidad que origina violencia y violaciones al derecho a la vida, la
militarización de la seguridad pública, la manipulación de pruebas y la
utilización de chivos expiatorios que convierten “a la justicia en una farsa”
son algunos de los males que Heyns diagnostica a México (Proceso 1956).
También
visitó México, a finales de abril y principios de mayo, el relator especial de
Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o
degradantes, Juan E. Méndez, quien urgió al gobierno de Peña Nieto a poner fin
a la impunidad:
“Aún
existe en México una situación generalizada del uso de la tortura y malos
tratos como medio de investigación criminal, pero con mayor intensidad en los
delitos relacionados con la delincuencia organizada, y estos actos normalmente
quedan en la más flagrante impunidad.”
Y
las agresiones contra periodistas y medios de comunicación, graves en el
sexenio de Calderón, se han disparado con Peña Nieto hasta en 59%.
Según
la organización Artículo 19, dedicada a la defensa de la libertad de expresión,
2013 fue el año con más agresiones documentadas desde 2007, con 330 ataques:
“En México se agredió a un periodista cada 26.5 horas”.
Esta
asociación, dirigida por Darío Ramírez y cuyo domicilio fue allanado en
vísperas de presentar el informe, afirma que son “autoridades gubernamentales
quienes están detrás de la mayoría de los actos de intimidación, amenaza y
agresión de quienes ejercen el periodismo en México”.
Subraya:
“Las autoridades agreden de un lado, el crimen organizado asesina del otro. En
medio, quienes ejercen el periodismo en México. En tres de los cuatro casos de
periodistas asesinados en 2013 se identificó a la delincuencia organizada como
principal perpetrador”.
Un
dato sobre la importancia que el gobierno de Peña le da a los derechos humanos
y el ejercicio de la libertad de expresión es el comportamiento de la
funcionaria responsable de garantizarlos: Lía Limón, subsecretaria de Derechos
Humanos de Gobernación.
Cuatro
exempleados de la Unidad de Derechos Humanos informaron a Osorio Chong en una
carta que Limón incurrió en abusos de autoridad, discriminación, misoginia,
maltrato y humillaciones para forzarlos a renunciar por no estar de acuerdo con
el modo en que se gestionaba el mecanismo de protección a activistas y
periodistas, que quedó acéfalo tras la renuncia del titular de esa unidad, Juan
Carlos Gutiérrez Contreras, el 18 de marzo
(Proceso 1951).
Oscuros
casinos
Osorio
tampoco ha cumplido en presentar un informe a la sociedad sobre los casinos,
como prometió desde enero de 2013, en el contexto del escándalo por los
permisos que autorizó Calderón poco antes de dejar la Presidencia. “Denme un
par de días más para que se les pueda dar a conocer la información que han
venido requiriendo en este tema”, pidió a los periodistas el 14 de enero, pero
no cumplió.
Un
mes después, el 11 de febrero, Osorio volvió a prometer que difundiría las
conclusiones de las indagatorias sobre el otorgamiento ilegal de permisos de
casinos en el gobierno de Calderón y la operación irregular de muchos de éstos.
Tampoco cumplió.
Y
a casi 10 meses, el 10 de octubre, les dijo a los senadores: “Tenemos varias de
estas instalaciones sin permiso, sin autorización, en este momento abiertas. Me
comprometeré en hacer una acción que, en muchos casos, tenemos información de
inteligencia de que son las que ocupa el crimen organizado para sus
operaciones; lo vamos a hacer con mucha responsabilidad”.
Pero
Osorio tampoco ha cumplido: no ha emitido ningún informe sobre ese
multimillonario negocio ni los criminales vinculados con ellos; sólo ha dicho
que ya no opera ningún centro de apuestas ilegal.
Aunque
Gobernación eliminó a uno de los principales concesionarios de casinos
–Entretenimiento de México (Emex), de los hermanos Juan José y Arturo Rojas
Cardona, financiero de panistas, como Gustavo Madero–, no ha informado sobre la
ilegalidad de los permisos que otorgó Calderón a Exiting Games y Producciones
Móviles.
La
directora general de Juegos y Sorteos, Marcela González Salas, declaró al
diario La Jornada, el 27 de enero de 2013, que los permisos de casinos que dio
Calderón antes de concluir su sexenio son ilegales:
Pero
en vez de rendir el informe que prometió, y que ha postergado ya un año cuatro
meses, Osorio otorgó el primer permiso para operar casinos en el gobierno de
Peña Nieto. Según documentos de los que Proceso tiene copia, Gobernación
asignó, sin licitación, un contrato por 2 millones 300 mil pesos al abogado
Miguel Ontiveros Alonso para elaborar el proyecto de “Nueva Ley Federal de
Juegos y Sorteos”, que supuestamente sería presentada en el periodo ordinario
de sesiones que concluyó en abril.
Ontiveros
Alonso, subprocurador de Derechos Humanos de la PGR de enero a diciembre de
2012 –nombrado por Calderón–, cobró 1 millón 890 mil pesos libres por elaborar
el proyecto, según la orden de pago firmada por González Salas, quien
pretendió, sin éxito, ser consejera del Instituto Nacional Electoral.
Fue
también González Salas quien, el 16 de enero de este año, otorgó a nombre de
Gobernación el primer permiso del sexenio a la empresa Sabia Corporation, S.A.
de C.V., con sede en San Pedro Garza García, Nuevo León, para operar 10 salas
de apuestas. El primer establecimiento abrirá en León, Guanajuato.
De
acuerdo con la información de la Dirección General de Juegos y Sorteos, el
permiso DGJS/DGAJ/DEV/P-01/2014 se otorgó por orden del Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito en el juicio de amparo
DA 278/2011.
Osorio
Chong tampoco cumplió la instrucción del presidente de investigar y sancionar a
los responsables de actuar de manera negligente ante los fenómenos naturales
Ingrid y Manuel, en septiembre del año pasado, particularmente en Guerrero.
Un
mes después de la tragedia, en octubre de 2013, al comparecer ante diputados,
prometió que no habría impunidad en los desastres.
“Sí,
hay una instrucción del señor presidente de la República y se va a cumplir, y
en ese proceso estamos, para ver si hay responsables en las autorizaciones, en
los permisos, la autorización para viviendas en lugares que no tenían una
posibilidad real de viabilidad, que pusieron en riesgo, y quedó claro y
abierto, por supuesto, que hubo ahí acciones al margen de la ley y
manipulación, incluso, de los permisos. Estamos en ese proceso y no va a quedar
solamente como una instrucción, sino vamos a llegar hasta las últimas
consecuencias…”
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