19 ago 2017

Las columnas Políticas hoy, sábado 19 de agosto de 2017

En un mensaje publicado en la red social Twitter, el papa Francisco lanzó un nuevo grito de condena por los atentados registrados en los días pasados en España y Finlandia, y reclamó “que la violencia ciega del terrorismo no encuentre lugar en el mundo”.

El papa reza “por todas las víctimas”, tanto las de Barcelona, Cambrils y la de ayer viernes cuando un ciudadano marroquí apuñaló a varias personas en la ciudad finlandesa de Turku y mató a 2 personas.
 Probablemente el papa también se haya referido en su tuit, aunque un poco tarde, a los hechos violentos del sábado en Chalottesville en los que supremacistas blancos y manifestantes contra el racismo se enfrentaron y una mujer resultó muerta.
@Pontifex_esRezo por todas las víctimas de los atentados de estos días. ¡Que la violencia ciega del terrorismo no encuentre lugar en el mundo!4:30 - 19 ago. 2017
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.Steve Bannon, el estratega jefe de Donald Trump se fue, lo corrieron 
Su salida fue confirmada en un breve comunicado:
 "John Kelly (jefe de Gabinete de Trump) y Steve Bannon han acordado mutuamente que hoy sería el último día de Steve. Estamos agradecidos por sus servicios". 
¡Punto!

Bannon regresa a su web Breitbart News como editor, y desde ahí dará su batalla....¿-contra Trump?-, Por lo pronto declaró a The Weekly Standard poco después de su salida,que  "La Presidencia de Trump, por la que peleamos y ganamos, está acabada".
Y agregó "Todavía tenemos un enorme movimiento (nacionalista) y vamos a hacer algo de esta Presidencia, pero la Presidencia está acabada. Será algo más y habrá todo tipo de peleas y habrá buenos días y malos días, pero la Presidencia está acabada", sentenció.
Bannon no se va a raíz del incidente de Charlottesville exactamente., pero los hechos coinciden...
Aunque el Times dice que Bannon había ofrecido su dimisión el 7 de agosto y la Casa Blanca planeaba anunciar su salida a principios de esta semana, pero   la crisis de Charlottesville demoró la confirmación.
Desde que empezó el gobierno trascendió que Bannon tenía frecuentes choques con otros miembros del equipo, sobre todo con la hija del presidente Ivanka y su esposo Jared Jushner, quienes eran identificados como del bando de “globalistas” enfrentados a los “nacionalistas”.
Eso también ayudó...
¿Y después de Bannon quien sigue?
Recientemente cayó Anthony Scaramucci, a los 10 días de nombrarlo director de comunicación; poco antes, lo hizo Reince Priebus, exjefe de gabinete; así como Sean Spicer, exportavoz; y en febrero, Michael Flynn, quien fuera consejero de Seguridad Nacional.
La Casa Blanca quedó gobernada por generales : Kelley, jefe de gabinete. Macmaster, Consejero de Seguridad Nacional, Mattis Secretario de la Defensa. Esto no pasaba desde Dwight D. Eisenhower, quien también era general..
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Las columnas Políticas hoy, sábado 19 de agosto de 2017
Templo Mayor/Reforma

DESPUÉS de que el INE decidió repartirles una suma récord del dinero de los mexicanos a los partidos para que lo gasten en el 2018, ahora tiene una tarea urgente.
TIENEN que integrar a la de "ya" la Comisión de Fiscalización que será vital para darle certeza al proceso electoral y rendirles cuentas a los ciudadanos que, con sus impuestos, sufragan los gastos de los partidos.
Y CUENTAN que uno de los puntos más complicados para los consejeros que encabeza Lorenzo Córdova será decidir sobre la permanencia o no de Eduardo Gurza al frente de la Unidad de Fiscalización.
PORQUE, luego de los tropiezos en las pasadas elecciones, algunos quisieran removerlo, pero se necesita el voto de 8 de los 11 consejeros. Así es que, agárrense, que viene oootro gran pleito en el INE.
CON LOS PELOS de punta andan los dirigentes de la oposición en el Edomex después de que ayer fue nombrado como presidente del PRI en esa entidad Ernesto Nemer, quien coordinó la campaña del hoy gobernador electo Alfredo del Mazo.
ES DECIR que el ex titular de la Profeco y cercano operador de Enrique Peña Nieto será el encargado de conducir la campaña electoral de 2018 en el principal bastión de los tricolores.
Y NO ES por intrigar, pero si el tricolor ya se conoce bien el caminito del derroche de recursos federales y el gasto millonario en programas sociales clientelares, difícilmente piensan que ahora decida transitar por la vereda de la competencia leal y el piso parejo.
¿CUÁLES son los secretos mejor guardados del mundo? El algoritmo de Google, la fórmula de la Coca Cola, la receta de KFC... y cómo diablos está haciendo Morena su encuesta en la CDMX.
A DECIR de varios morenistas, el ejercicio estadístico para decidir quién será su candidato a la Jefatura de Gobierno ya se está aplicando, pero la Comisión Nacional de Elecciones nunca reveló quiénes y cuántos participan, qué empresa encuestadora lo está realizando, ni cuál es su metodología.
POR LO PRONTO, el senador Mario Delgado asegura que sí aparece su nombre junto con los de Martí Batres, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum. Lo que no queda claro es si a la mera hora agregaron a un quinto en discordia pues, estatutariamente, era una posibilidad.
NI QUÉ DECIR que todo lo anterior levanta una ola de sospechosismo. Porque, aunque el "dedito" que todo lo decide en Morena no señale directamente al vencedor, bien podría mover las cuentas del ábaco para darle el triunfo a su favorito.
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Frentes Políticos/Excelsior
I. Reacomodo. Ernesto Nemer Álvarez, excoordinador de la campaña de Alfredo del Mazo, se perfila como el nuevo dirigente del PRI en el Estado de México, tras registrase su planilla como la única contendiente. Nemer Álvarez y la actual diputada local, Brenda Alvarado Sánchez, se registraron para ir por la presidencia y la Secretaría General de su partido, respectivamente. A su salida de Profeco, donde fue titular, le correspondería enfrentar las elecciones del próximo año como presidente estatal tricolor. Ya adelantó que el Revolucionario Institucional podría apoyar la figura de reelección para el proceso electoral de 2018. Estos políticos mexicanos que, como siempre, no dan paso sin huarache.  
II. A trabajar. Por si no tenía pendientes en su agenda, Jaime Rodríguez, El Bronco, gobernador de Nuevo León, tiene tarea para esta semana. Desde el 10 de junio a la fecha han muerto tres niños en el estado, por causas desconocidas y sin que los médicos logren detectar de qué se trata; presentan los mismos síntomas, erupciones rojas en la piel, fiebre y dolor abdominal. Todo le ha salido mal al “independiente”, pues el gobierno que no se iba a endeudar, porque se asqueaba de la “irresponsable deuda”, pidió mil 500 millones de pesos y eso no se lo perdonan, así como tampoco le solventarán que deje pasar un problema de salud que se podría convertir en algo más serio. En vez de pelearse con todos, a lo suyo, que es resolver los problemas de la gente, no los propios.
III. Fortalecido. En  sesión extraordinaria, el Instituto Nacional Electoral aprobó un presupuesto cercano a siete mil millones de pesos, el más alto de la historia, para las campañas políticas de los comicios de 2018. Se busca que para la contienda del próximo año, los candidatos y organizaciones políticas cuenten con suficientes recursos públicos para sus actividades proselitistas y no con dinero de procedencia ilícita, en particular del narcotráfico, y la aceptación ciudadana tenga mayores adeptos de manera legítima y convincente. El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, dijo que el financiamiento público fortalece la democracia, y pese a los resquemores de la sociedad, se vigilará el destino de cada peso que se gaste.
IV. Cicatrices cerradas. El canciller Luis Videgaray Caso, de viaje en Cuba, comunicó la decisión del gobierno de México de suprimir el requisito de visa en pasaportes oficiales cubanos, a fin de facilitar el intercambio y el trabajo conjunto entre ambos países. Videgaray y Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, sostuvieron una reunión de trabajo en La Habana, en la que revisaron temas de la agenda bilateral, incluso buscaron una manera de ayudar a Venezuela. Destacó en la reunión la firma del Memorando de Entendimiento entre Bancomext y Bancuba para ampliar la línea de crédito que financia exportaciones mexicanas a la isla.  Esto es limar asperezas creadas por los malos diplomáticos en sexenios azules. Con Cuba, todo bien.
V. Preocupados. A unos días de iniciarse oficialmente el año electoral en México, el Partido Acción Nacional “debe depurarse y elegir sus cartas para 2018, con humildad, reflexión y sobre todo tomar nota de corregir donde haya que cambiar”, opina el senador Juan Carlos Romero Hicks. El legislador es aspirante a participar en la contienda electoral en la que se juegan tres mil 416 puestos de elección popular, buscando la presidencia con la bandera del PAN o, en su caso, reconoce que iría por el Frente Amplio Democrático que plantea el PRD. Una buena plataforma y buenos candidatos, a estas alturas, parecen misiones imposibles. ¿Lo lograrán?
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Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
“No se equivoquen, es Sheinbaum…”
La decisión está tomada. La candidata de Morena a jefa de Gobierno de la Ciudad de México será Claudia Sheinbaum, a juzgar por mensajes de WhatsApp en poder de este reportero.
La famosa encuesta para elegir al morenista mejor posicionado en la Ciudad de México es sólo para simular que no habrá dedazo de Andrés Manuel en la designación del abanderado.
Los otros tres aspirantes que están incluidos en el simulacro, a realizarse este fin de semana, son Ricardo Monreal, Martí Batres y Mario Delgado.
Sabemos lo de Sheinbaum por mensajes que le fueron enviados a Monreal por WhatsApp. No nos pregunte cómo, pero los tenemos.
Esos mensajes, autentificados, le advierten al delegado en la Cuauhtémoc que no le están jugando limpio.
Dicen que después de que presentó su “Proyecto 2.5 Visión Metropolitana” a integrantes del Movimiento Ciudadano, Yeidckol le habló directamente a Dante Delgado, jefe de jefes en ese partido, para decirle que no se equivocara.
“López Obrador ya se decidió por Claudia Sheinbaum”,  manifestó la número dos de Morena.
El mero mero del MC le respondió: “que me lo diga personalmente Andrés Manuel…”. No se lo dijo.
A Alberto Anaya, dueño del PT, le dijo exactamente lo mismo, luego de que este partido manifestara sus simpatías por el exgobernador de Zacatecas.
Sabemos que Monreal pidió a Morena que, en forma simultánea a la encuesta que mandó a hacer Andrés Manuel para elegir al abanderado de su partido en la capital de la República, se hicieran otras dos “encuestas espejo” para comparar resultados.
La petición le fue denegada.
Nos consta que al jefe delegacional en Cuauhtémoc le hacen guiños hasta los priistas. Lo ven fuerte para encabezar una coalición de partidos, que incluya al tricolor, para evitar que Morena llegue al Palacio del Ayuntamiento. 
Y decimos que nos consta porque escuchamos a un integrante de la cúpula del tricolor enviarle un mensaje al exmandatario zacatecano.
“Dile que no estamos peleados con él; que él se salió del partido y que las puertas están abiertas para que regrese cuando quiera”, lo escuchamos decir.
Nos aseguran también, aunque de eso no tenemos confirmación, que panistas y perredistas de muy alto nivel han sondeado la posibilidad de que Monreal encabece el Frente Amplio Democrático en la Ciudad de México.
Ricardo está en la misma coyuntura que Marcelo Ebrard en las elecciones de 2012. Su futuro político depende de una encuesta amañada. El exjefe de Gobierno de la Ciudad de México dejó pasar su momento. Desapareció políticamente.
Monreal no debe caer en el mismo error. Sabe que no es el delfín de López Obrador. Nos lo dijo hace semanas  a Rubén Cortés y a este reportero delante de las cámaras de ADN 40: “Si es por dedito, ésa no la gano”.
Y va a ser por dedito.
López Obrador, por cierto, ya reviró a las afirmaciones que nos hizo ayer el expresidente Felipe Calderón en el sentido de que está orgulloso de no haber agarrado un solo dólar de Odebrecht.
De gira por San Luis Potosí, el presidente de Morena aseguró que la empresa brasileña recibió contratos por cinco mil millones de dólares en los gobiernos de Felipe y de Enrique Peña. 
“Se quiere olvidar que la empresa brasileña hizo negocios desde el sexenio de Calderón Hinojosa”, subrayó.
Jura que Odebrecht construyó una planta de polietileno en Nanchital, Veracruz, y que en el acuerdo se compromete Pemex a entregarle a la empresa brasileña, a precios preferenciales, gas etano, es decir, materia prima para hacer los polietilenos.
“Calderón entregó contrato a Odebrecht para reconfigurar, entre otras cosas, la refinería de Minatitlán, y no se habla de esos contratos, ni de los moches que implicó entregar esas obras”, puntualizó.
¿Por qué sale ahora sólo el nombre de Lozoya y no el de Felipe Calderón?, preguntaron los reporteros que lo acompañan.
“Los funcionarios que hablaron no dijeron todo lo que saben. Calderón debe de explicar sobre los contratos que entregó a Odebrecht y tiene que comparecer ante la Procuraduría General de la República”, respondió El Peje.
El doctor Juan Ramón de la Fuente sonaba fuerte para encabezar el Frente Amplio Democrático en la elección presidencial de 2018. Hubo incluso acercamientos con dirigentes del PRD.
Pero ayer se cayó esa posibilidad. El exrector de la UNAM se sumó a la candidatura de Claudia Sheinbaum a la jefatura de Gobierno de la ciudad.
Los aliancistas tendrán que voltear a otra parte si en verdad quieren un candidato con perfil ciudadano en 2018, lo que está por verse.
Luis Ernesto Derbez, rector de la Universidad de las Américas, es uno de los seis aspirantes del PAN a suceder a Enrique Peña en Los Pinos. El foxista fue el último en subirse a la carrera.
El desafío que enfrenta para alcanzar esa meta es mayúsculo. Otros jugadores son Ricardo Anaya, aunque no lo ha hecho oficial, Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y sus “compañeros de equipo” Ernesto Ruffo y Juan Carlos Romero Hicks.
En charla con este reportero le envió mensajes a Anaya y a Margarita, quienes encabezan las preferencias electorales en el PAN.
Al jefe nacional le dice que, si se quiere vender como candidato desde la presidencia del partido, tiene que facilitar un proceso de selección absolutamente transparente. “Voy a forzar con propuestas para que haya piso parejo”, asegura.
A la esposa de Felipe le hace notar que no puede pedir que la hagan candidata presidencial del PAN sólo porque va a la cabeza en las encuestas.
Derbez, por lo demás, es partidario de los gobiernos de coalición. Está convencido de que si el próximo Presidente no llega respaldado formalmente por otras fuerzas políticas, no va a poder gobernar.
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Serpientes y Escaleras/ Salvador Garcia Soto/ El Universal
http://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/la-pgr-al-servicio-de-lozoya
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Retrovisor/IVONNE MELGAR
Excelsior
Escuchando a Lozoya
Escuchando a Emilio Lozoya Austin sentí un auténtico rencor hacia los senadores.
Nunca como este jueves concluí cuán inútil ha sido esa Cámara para desamarrar el nudo de la impunidad y la corrupción.
Porque gracias a sus acuerdos inconfesables, el Sistema Nacional Anticorrupción sigue cojo y la Procuraduría General de la República (PGR) continúa dependiendo del Ejecutivo Federal, aun cuando la reforma política de 2014 estableció que debía ser autónoma y convertirse en Fiscalía.
Porque a causa de esos pendientes, México es el país donde no se sabe qué diablos pasó con Odebrecht, empresa brasileña que compró voluntades de políticos y funcionarios y pagó campañas electorales a cambio de licitaciones a modo.
Los brasileños investigaron que el gobierno de Lula da Silva se embolsó las propinas ofrecidas por la constructora.
Los peruanos documentaron que Ollanta Humala y su esposa habían hecho de las suyas con los millonarios moches.
Y en Guatemala se probó que entre los beneficiarios del soborno Odebrecht estuvo el exmandatario Otto Pérez Molina.
¿Qué tienen esos países que nosotros no? ¿Exfuncionarios talentosos para escabullirse de la justicia?
Es cierto que Lozoya mostraba un temple envidiable para personajes que perdieron la compostura frente a las preguntas de una rueda de prensa.
“A mí nunca me corrompieron. Lo que haya sucedido en otras partes del mundo lo leo. No me dedico al periodismo, una actividad tan noble…”, sostuvo el exdirector de Pemex, sin sobresaltos, acaso irónico.
¿Qué tienen esos países que nosotros no? ¿Abogados invencibles?
También es cierto que Javier Coello Trejo conoce los subterfugios de la ley y las debilidades de una PGR que no se caracteriza por el buen sustento de sus casos.
“Procederemos a demandar a la empresa Odebrecht y, obviamente, a los que falsamente están imputando al licenciado Lozoya”, anunció el exprocurador en la misma conferencia.
¿Qué tienen esos países que nosotros no? Simple y sencillamente, fiscalías autónomas. 
Por eso era inevitable pensar en la postergada puesta en marcha de la Fiscalía General de la República y en el aún incierto futuro de un imprescindible ajuste: aclarar que el actual procurador Raúl Cervantes no será su primer titular.
Porque nunca hubo tanta urgencia de que la PGR deje de ser parte del gabinete y contar con un fiscal anticorrupción, otra designación pendiente del Senado.
Porque a esa PGR sin autonomía acudió Lozoya Austin ese jueves. Y de ahí al festejo mediático: “Hoy les comparto que en la carpeta de investigación que acabamos de revisar con mis abogados no existe un solo elemento de prueba o evidencias que acrediten que yo recibí dinero ni de ellos ni de nadie”.
Durante una hora, el exdirector de Pemex hizo como que contestaba todas las preguntas. Porque las del tema espinoso que gravita en la investigación periodística del Laboratorio Quinto Elemento y el periódico brasileño O Globo quedaron en el limbo: la presunta aportación de Odebrecht a la campaña presidencial.
“No tengo comentario sobre algún posible financiamiento ilegal en la campaña en el 2012”, reviró Lozoya, quien llevó las relaciones internacionales en el equipo de transición de Enrique Peña.
Le preguntamos si su salida de Pemex en malos términos —como se encargaron de hacerlo saber desde el gobierno federal— podía ser causa de lo que él llama falsas acusaciones.
El excolaborador de Peña y su abogado se dieron tiempo de actuar mirándose entre sí, para enseguida soltar un gesto de sorna y desaprobación, como el que ameritan los disparates.
Pero si sobre sus diferencias con el canciller Luis Videgaray guardó silencio, cuando se le cuestionó a qué podrían deberse los infundios, Lozoya elogió al Presidente por las reformas alcanzadas y no dudó en tomar el argumento de los peñistas de que la crítica viene de grupos lastimados por aquellas.
“Tengo la conciencia tranquila”, “Voy a limpiar mi nombre”, “Vengo a dar la cara”, fueron algunas de las frases del exdirector, quien incluso bromeó con la reportera que le preguntó si era suyo un departamento de Nueva York que las presuntas indagaciones periodísticas registran.
“Si es mío, me comprometo a darle la mitad”, reviró en medio de carcajadas de los asistentes.
Y en un alarde de lo poco que la PGR tiene contra su cliente, Coello Trejo pidió al periodista Ignacio González Reyna de Quinto Elemento, ahí presente, que les pasara una copia de las pruebas que publicaron tener:  “Si usted nos hiciera a nosotros y al pueblo de México ese favor, para aclarar esto, entréguelas a la Procuraduría”.
¿Quién miente? ¿Los brasileños que involucraron a Lozoya? ¿O el mexicano que se protege en la inacción de la PGR?
Que la fe acompañe a quienes tienen una respuesta.
En mi caso, escuchando a Lozoya y a su abogado tuve sólo una certeza: quedan los días de 2017 para que el Senado saque sus pendientes, porque ya con los presidenciales perfilados, vendrá la parálisis legislativa.
Pero cuando prendí la grabadora y volví a escucharlos, comencé a resignarme… Con los senadores que no resuelven, la PGR que no investiga y el hoyo negro que será el caso Odebrecht para México.
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 El odio se desparrama/Jorge Ramos Ávalos
Reforma
Hay momentos en que no te puedes quedar callado porque luego te vas a arrepentir el resto de tu vida. Este es uno de ellos.
Cuando el presidente de Estados Unidos se tarda dos días en condenar por nombre a supremacistas blancos y neonazis de la reciente violencia racista en Virginia es cuando hay que denunciar su falta de liderazgo y claridad moral. Tras una serie de ambiguos mensajes quedó claro que Donald Trump cree que "ambos lados" -racistas y sus opositores- fueron responsables de lo ocurrido en Charlottesville. Pero se equivoca.
Chelsea Alvarado, de 22 años, estaba en la protesta tocando un tambor y me aseguró en una entrevista que Trump no sabe lo que dice. "¿Cómo voy a ser responsable si yo solo estaba tocando un tambor y del otro lado había personas con armas de guerra?", me dijo. El auto que atropelló y mató a Heather Heyer también le pegó al tambor de Chelsea y eso, de alguna manera, la salvó. Pero Chelsea cayó al piso y resultó herida. "No, Trump no habla por mí", me dijo, desafiante.
Trump tampoco habla por millones de estadounidenses que no pueden comprender la manera como su Presidente habla de los grupos más despreciables y retrógrados del país. En una conferencia de prensa Trump definió como "gente fina" (some fine people) a personas que marchaban con los racistas. También describió en un tuit como "bellas estatuas" (beautiful statues) a los monumentos que recuerdan a los líderes esclavistas de la Confederación durante la Guerra Civil. Finura y belleza no son conceptos que yo vincularía con racistas y con defensores de la esclavitud.
En el 2017 debería ser muy fácil para cualquier líder del mundo criticar a los que se creen superiores solo por el color de su piel. Esa ideología es culpable de las peores masacres de la humanidad. Pero Trump duda, da vueltas, retrocede, corrige y se vuelve a equivocar.
Ya nada me sorprende de Trump. Tras sus comentarios racistas contra los inmigrantes mexicanos en junio del 2015, los latinos fuimos los primeros en darnos cuenta. Lo que me sorprende es que el resto del país se haya tardado tanto en reaccionar.
El odio se contagia de arriba para abajo. Y Trump tiene mucha de la culpa; desde sus planes para evitar la entrada de musulmanes hasta sus políticas contra los inmigrantes.
El odio se desparrama. Nadie se escapa. Los efectos del trumpismo han llegado hasta mi casa. Desde hace más de 20 años vivo y trabajo en el condado de Miami-Dade. Es un condado con 2.7 millones de habitantes y donde el 60 por ciento de la población es inmigrante. Aquí viven miles de indocumentados que, en la práctica, ayudan a que Miami prospere y funcione.
Pero su alcalde, Carlos Giménez, un inmigrante nacido en La Habana, ha decidido darle la espalda a muchos inmigrantes que llegaron después que él. Giménez se rehusó a declarar al condado Miami-Dade como santuario para indocumentados. Eso significa que coopera con la administración de Donald Trump en ciertas cuestiones migratorias. Como compensación por su cooperación, el condado recibirá unos 450 mil dólares del gobierno federal.
El acuerdo final es este: dinero a cambio de indocumentados. Los alcaldes de Filadelfia, Nueva York, Chicago y Los Ángeles, por dar un ejemplo, se han negado a cooperar con las políticas antiinmigrantes de Trump y han declarado santuario a sus ciudades. Pero Miami- Dade y su alcalde prefirieron quedarse del lado de Trump y agarrarle la manita. No hay nada más triste que cuando un inmigrante le cierra la puerta a los inmigrantes que vienen detrás.
Las políticas antiinmigrantes de Trump y sus vergonzosas declaraciones sobre la violencia racista no permiten la neutralidad. Es patético ver a los seguidores y asesores de Trump tratando de defenderlo. ¿Cómo defiendes a alguien que ha hecho comentarios racistas, sexistas y xenofóbicos? ¿Qué dice de ti el asociarte con alguien así? Estoy convencido que en el futuro todos -periodistas y no- seremos juzgados por la manera en que respondimos ante los excesos de Trump.
Frente al odio, no te puedes quedar callado. El silencio es complicidad.
Posdata. Barcelona ;-((( Nos pudo haber ocurrido a cualquiera. Ahí, a Las Ramblas, he llevado varias veces a mi familia. Pero Barcelona no se va a dejar. Estoy contigo. Regreso pronto.
@jorgeramosnews
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La operación tricolor
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma
El margen es estrecho, la maniobra complicada y el tiempo reducido.
Esos términos resumen la operación que intentan la administración y su partido, el Revolucionario Institucional, en el ánimo de reposicionarse de cara a la elección del año entrante.
Ingrediente clave de esa operación es la serie de variables internas y externas, ajenas al control de aquel binomio. Factores que, al menor descuido, podrían convertir en pesadilla el anhelo priista de permanecer en el poder y asegurar la salida protegida de su jefe, Enrique Peña Nieto.
Delirio que, aparte de angustiar a los priistas, haría perder el sueño al país. Antes de concluir el año apenas a cuatro meses y medio se perfilará el destino de la administración y su partido... así como su efecto sobre la nación.
Pese a muecas y rechinar de dientes, el priismo eliminó los candados estatutarios que adelgazaban el mazo de la baraja de aspirantes tricolores a la candidatura presidencial. Se privilegió a los simpatizantes sobre los militantes, bajo el disfraz de abrir la puerta a la ciudadanía. Falta por ver si, al ser nominado, la militancia respalda o le da la espalda al candidato si éste presenta por credencial su simpatía a los tricolores y su sonrisa al electorado.
La dirigencia priista descartó cualquier opción y sacó adelante la asamblea en los términos solicitados y, con ello, incluyó a los simpatizantes en la baraja de los precandidatos y amplió el margen de maniobra. Al hacerlo, sin embargo, dejó a José Antonio Meade sobreexpuesto, por no decir a la intemperie. Tanto así que, apenas el martes, en reunión de trabajo con los legisladores para revisar el paquete económico 2018, el diputado Víctor Giorgana ya no vio en la figura de Meade al secretario de Hacienda sino al tapado... y arrancó la cargada. Ahí se explica, quizá, por qué el otro beneficiario de la apertura de los candados, Aurelio Nuño, se mueve con cautela, sin hacer fiesta del cachito de la lotería con el que juega.
Revisar y negociar el paquete económico con un simpatizante tricolor interesado en despachar en Los Pinos puede vulnerar las posibilidades de José Antonio Meade como secretario de Hacienda y como precandidato.
En este punto es donde dos variables, una externa y una interna, inciden en la designación del candidato presidencial tricolor. Una, el tono y carácter de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; otra, el relevo en la gubernatura del Banco de México. Las políticas comercial, monetaria y hacendaria estarán en juego cuando al partido tricolor le urja nominar a su candidato.
El inicio de la renegociación del Tratado no tuvo la tersura deseada. Por la boca del negociador estadounidense, Robert Lighthizer, no habló el técnico especializado que matizaría los arrebatos de Donald Trump, sino el empleado necio en validar el capricho de su jefe: menos déficit y más empleos. A saber si el discurso de Lighthizer estuvo dirigido a las bases de Trump y no a sus contrapartes, pero marcó el tono de la renegociación. Es prematuro concluir si la postura anticipa la imposibilidad de llegar a acuerdos, pero hacia noviembre y diciembre cuando el número de rondas perfilen el destino del Tratado y la urgencia del Revolucionario Institucional sea inaplazable, se sabrá si la administración mexicana puede o no colocar un nuevo secretario de Hacienda, asumir la despedida de Agustín Carstens de la gubernatura del Banco de México y postular al simpatizante sin que el tablero económico y financiero vaya a tambalearse.
En ese cuadro, la ausencia de Luis Videgaray tanto en la asamblea del tricolor como en el inicio de la negociación del Tratado y su presencia ayer en La Habana resultan extrañas.
Otra variable incontrolable es la relativa a la información de fuera que pone en evidencia la corrupción de adentro, ella puede desvanecer la satisfacción presidencial por el resultado de la asamblea tricolor.
El nuevo código de ética tricolor puede imprimirse en pañuelos desechables para enjugarse las lágrimas de cocodrilo y ocultar el rostro al sonarse, pero no para cumplirlo. Si la administración y su partido no resuelven de una vez por todas entrarle de lleno a ese problema que agravia al país y exhibe una y otra vez al tricolor como la cueva de los ladrones, no habrá cirujano plástico capaz de restirar el rostro del Revolucionario Institucional.
No deja de ser curioso que, pese a los nuevos propósitos y el flamante código de ética tricolor, la bancada de ese partido no incluya en su agenda legislativa concluir la instrumentación del Sistema Nacional Anticorrupción o, bien, pretenda someterlo al canje de cuotas. Tamaña incongruencia reduce la asamblea a un acto litúrgico y protocolar.
Otra variable con que la administración y su partido juegan sin dominarla es la de equiparar a Andrés Manuel López Obrador con el dictador venezolano Nicolás Maduro. La Cancillería y el tricolor cierran la pinza. La primera da satisfacción a los peligrosos caprichos de Donald Trump. La segunda deriva supuestos beneficios electorales.
La apuesta es alta. Si Trump insiste en la opción militar para restaurar la democracia en Venezuela, México se verá en un menudo apuro en la región. Si Ochoa insiste en fomentar la política del miedo, puede provocar una fuga de capitales y complicar la situación económica sin poderla adjudicar a López Obrador.
Movimientos rápidos y acertados hacia adentro y hacia fuera, sin lugar a los tropiezos y acciones contundentes y congruentes exige la operación en que la administración y su partido se han embarcado. Si fallan irán a dar al socavón del Paso Exprés, quizá, arrastrando al país. Ojalá Gerardo Ruiz Esparza los rescate o les tienda un puente.
sobreaviso12@gmail.com
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La operación tricolor
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma
El margen es estrecho, la maniobra complicada y el tiempo reducido.
Esos términos resumen la operación que intentan la administración y su partido, el Revolucionario Institucional, en el ánimo de reposicionarse de cara a la elección del año entrante.
Ingrediente clave de esa operación es la serie de variables internas y externas, ajenas al control de aquel binomio. Factores que, al menor descuido, podrían convertir en pesadilla el anhelo priista de permanecer en el poder y asegurar la salida protegida de su jefe, Enrique Peña Nieto.
Delirio que, aparte de angustiar a los priistas, haría perder el sueño al país. Antes de concluir el año apenas a cuatro meses y medio se perfilará el destino de la administración y su partido... así como su efecto sobre la nación.
Pese a muecas y rechinar de dientes, el priismo eliminó los candados estatutarios que adelgazaban el mazo de la baraja de aspirantes tricolores a la candidatura presidencial. Se privilegió a los simpatizantes sobre los militantes, bajo el disfraz de abrir la puerta a la ciudadanía. Falta por ver si, al ser nominado, la militancia respalda o le da la espalda al candidato si éste presenta por credencial su simpatía a los tricolores y su sonrisa al electorado.
La dirigencia priista descartó cualquier opción y sacó adelante la asamblea en los términos solicitados y, con ello, incluyó a los simpatizantes en la baraja de los precandidatos y amplió el margen de maniobra. Al hacerlo, sin embargo, dejó a José Antonio Meade sobreexpuesto, por no decir a la intemperie. Tanto así que, apenas el martes, en reunión de trabajo con los legisladores para revisar el paquete económico 2018, el diputado Víctor Giorgana ya no vio en la figura de Meade al secretario de Hacienda sino al tapado... y arrancó la cargada. Ahí se explica, quizá, por qué el otro beneficiario de la apertura de los candados, Aurelio Nuño, se mueve con cautela, sin hacer fiesta del cachito de la lotería con el que juega.
Revisar y negociar el paquete económico con un simpatizante tricolor interesado en despachar en Los Pinos puede vulnerar las posibilidades de José Antonio Meade como secretario de Hacienda y como precandidato.
En este punto es donde dos variables, una externa y una interna, inciden en la designación del candidato presidencial tricolor. Una, el tono y carácter de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; otra, el relevo en la gubernatura del Banco de México. Las políticas comercial, monetaria y hacendaria estarán en juego cuando al partido tricolor le urja nominar a su candidato.
El inicio de la renegociación del Tratado no tuvo la tersura deseada. Por la boca del negociador estadounidense, Robert Lighthizer, no habló el técnico especializado que matizaría los arrebatos de Donald Trump, sino el empleado necio en validar el capricho de su jefe: menos déficit y más empleos. A saber si el discurso de Lighthizer estuvo dirigido a las bases de Trump y no a sus contrapartes, pero marcó el tono de la renegociación. Es prematuro concluir si la postura anticipa la imposibilidad de llegar a acuerdos, pero hacia noviembre y diciembre cuando el número de rondas perfilen el destino del Tratado y la urgencia del Revolucionario Institucional sea inaplazable, se sabrá si la administración mexicana puede o no colocar un nuevo secretario de Hacienda, asumir la despedida de Agustín Carstens de la gubernatura del Banco de México y postular al simpatizante sin que el tablero económico y financiero vaya a tambalearse.
En ese cuadro, la ausencia de Luis Videgaray tanto en la asamblea del tricolor como en el inicio de la negociación del Tratado y su presencia ayer en La Habana resultan extrañas.
Otra variable incontrolable es la relativa a la información de fuera que pone en evidencia la corrupción de adentro, ella puede desvanecer la satisfacción presidencial por el resultado de la asamblea tricolor.
El nuevo código de ética tricolor puede imprimirse en pañuelos desechables para enjugarse las lágrimas de cocodrilo y ocultar el rostro al sonarse, pero no para cumplirlo. Si la administración y su partido no resuelven de una vez por todas entrarle de lleno a ese problema que agravia al país y exhibe una y otra vez al tricolor como la cueva de los ladrones, no habrá cirujano plástico capaz de restirar el rostro del Revolucionario Institucional.
No deja de ser curioso que, pese a los nuevos propósitos y el flamante código de ética tricolor, la bancada de ese partido no incluya en su agenda legislativa concluir la instrumentación del Sistema Nacional Anticorrupción o, bien, pretenda someterlo al canje de cuotas. Tamaña incongruencia reduce la asamblea a un acto litúrgico y protocolar.
Otra variable con que la administración y su partido juegan sin dominarla es la de equiparar a Andrés Manuel López Obrador con el dictador venezolano Nicolás Maduro. La Cancillería y el tricolor cierran la pinza. La primera da satisfacción a los peligrosos caprichos de Donald Trump. La segunda deriva supuestos beneficios electorales.
La apuesta es alta. Si Trump insiste en la opción militar para restaurar la democracia en Venezuela, México se verá en un menudo apuro en la región. Si Ochoa insiste en fomentar la política del miedo, puede provocar una fuga de capitales y complicar la situación económica sin poderla adjudicar a López Obrador.
Movimientos rápidos y acertados hacia adentro y hacia fuera, sin lugar a los tropiezos y acciones contundentes y congruentes exige la operación en que la administración y su partido se han embarcado. Si fallan irán a dar al socavón del Paso Exprés, quizá, arrastrando al país. Ojalá Gerardo Ruiz Esparza los rescate o les tienda un puente.
sobreaviso12@gmail.com

Corrupción de alto perfil/Ana Laura Magaloni Kerpel
Reforma
Esta semana, como todos sabemos, se hizo público que tres ex altos ejecutivos de la empresa brasileña Odebrecht señalaron que Emilio Lozoya recibió sobornos por 10 millones de dólares a cambio de su apoyo para obtener contratos de obra pública en México. Las transferencias se hicieron a dos empresas en las Islas Vírgenes Británicas. Los tres ex ejecutivos presentaron estos testimonios jurados ante la justicia brasileña a cambio de reducir sus condenas. Las reacciones de la PGR, Lozoya y los medios dejan ver que todavía nos queda un largo camino para articular un debate público más puntual y filoso con respecto a lo que significan los procesos de investigación y acusación de funcionarios de alto perfil involucrados en hechos de corrupción.
El desafío de una investigación por corrupción es que es mucho más complicado que en otro tipo de delitos generar las pruebas y la teoría del caso para formular una acusación penal. Esto último requiere tener claras algunas cuestiones importantes. En primer término, es crucial el secreto de la investigación para que la persona investigada no la obstaculice. Por ello resulta incomprensible que la PGR haya citado a Lozoya el jueves pasado. En el nuevo sistema penal, sólo cuando existe evidencia suficiente para vincular a proceso al presunto responsable, éste tiene acceso a la carpeta de investigación para preparar su defensa. La PGR ya le mostró a Lozoya los avances en una investigación inconclusa. Lozoya, como lo haría cualquier persona bien asesorada, se reservó su derecho a declarar. La PGR no obtuvo información alguna, pero Lozoya, en cambio, ya sabe lo que contiene la carpeta de investigación, lo cual le da oportunidad para protegerse de esa investigación. ¿Por qué lo hizo la PGR? Valdría la pena que los medios no sólo reportaran la comparecencia de Lozoya sino que también cuestionaran el
porqué de la misma.
Lozoya hizo pública una carta en donde señala que "la información contenida en la nota (periodística) carece de prueba documental alguna". Además, el abogado de Lozoya insistió en varias entrevistas en radio que no hay forma de vincular a su cliente con las dos empresas de las Islas Vírgenes Británicas a las que se hicieron los depósitos. Seguramente es cierto. Una de las características más comunes de los casos de corrupción de alto perfil es que se llevan a cabo con asesores financieros y contables que saben cómo borrar los rastros. Además, los paraísos fiscales como las Islas Vírgenes tienen un conjunto de reglas con respecto a la forma en que se crean y administran las empresas que ayudan a ese propósito. Conozco expertos de otras partes del mundo que saben rastrear los bienes y el dinero de la corrupción de alto perfil. ¿Por qué la PGR no se asesora al respecto?
No obstante, un caso de corrupción de alto perfil siempre requiere de los testimonios de los cómplices. Las pruebas documentales casi nunca son suficientes precisamente porque la corrupción de ese nivel se lleva a cabo con estrategias financieras y contables que no dejan rastros en el papel. Por ello, los fiscales tienen capacidad de negociar reducciones de condenas o de plano de no perseguir a alguien, a cambio de información y testimonios que ayuden a armar el rompecabezas de la corrupción. En el caso de Lozoya, existen tres testigos que lo señalan. Lozoya en su carta dice que son "delincuentes confesos... que pueden decir cualquier cosa a cambio de reducciones de condenas". Ello podría ser cierto en México, en donde fabricar testigos es una práctica muy arraigada. En países en donde la justicia funciona de mejor manera, rendir una declaración jurada ante un juez tiene una relevancia probatoria importante pues fabricar testigos no forma parte de la cultura de defensores y fiscales. Lo que quiero decir es que esos tres testimonios ante la justicia brasileña son una parte sustancial de cualquier investigación seria de casos de corrupción de alto perfil, aunque en México todavía no tengamos los referentes para entenderlo de esa manera.
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El sueño bolivariano/Jorge Volpi
Reforma
Sí, un sueño. Quizás no aquel sueño, el sueño irrealizado e irrealizable de unir todo el continente -o al menos las antiguas colonias españolas y portuguesas- en una enorme nación que se extendiera desde las planicies del norte de México hasta la Patagonia o la Tierra del Fuego, sino un sueño más modesto aunque sin duda más lucrativo: una empresa auténticamente latinoamericana cuyos activos, por no decir tentáculos, pudiesen extenderse a lo largo de ese vasto territorio. Una empresa familiar, surgida en el más grande, más poblado y más rico de los países de la región, convertida de pronto en el emblema de esta reunión fraternal, de esta versión globalizada y neoliberal de los anhelos del Generalísimo.
Para lograr el sueño -otros lo llamarían, con menor grandeza, el gran negocio- había que buscar aquellos elementos que, tras dos siglos de desunión, distancia, guerras y olvido, aún hermanasen a las sociedades de América Latina, los rasgos que aún permitieran imaginar esta conexión plurinacional o trasnacional, los puntos a partir de los cuales tejer una inagotable red de contactos -por no decir: de complicidades- y obtener, a través de ellos, el acceso a la mayor riqueza de la zona, la energía en todas sus vertientes.
Odebrecht no es el primero ni el único proyecto latinoamericano en haber albergado este sueño: muchos antes lo intentaron, y de seguro muchos otros todavía lo intentan pese al infortunio final del sueño, transmutado en pesadilla; pero sin duda la empresa brasileña ha sido la más visionaria, las más atrevida. Quizás pertenecer al lugar que en esos momentos era redescubierto como la gran esperanza global -es decir, como el gran semillero para invertir en todo lo imaginable-, ayudó a no medir su ambición y, en una escala inédita, de norte a sur y de este a oeste, con un desparpajo sin igual, a crear y operar una rama del negocio dedicada únicamente a pagar coimas, mordidas, untos, sobornos.
Odebrecht hizo más, y mejor, lo que tantos y tantos han buscado desde hace décadas: unir en una sola operación lo público y lo privado, olvidarse de cualquier prurito moral o jurídico y sellar un pacto de sangre entre las élites políticas y económicas del continente. En otras palabras: Odebrecht simplemente tuvo una visión de la que carecían otras empresas semejantes que la llevó a identificar el verdadero nexo entre nuestros países. ¿Cuál? La naturaleza de su clase política y económica, tan idéntica e intercambiable de un sitio a otro.
Si la globalización significa la pérdida de las identidades nacionales, Odebrecht es la prueba de que ello ocurrió en particular en nuestras élites: cada vez más cosmopolitas, cada vez menos ancladas por el patriotismo, cada vez menos pervertidas por las ideologías (es decir, por cualquier otra ideología excepto el neoliberalismo que impulsa a perseguir, por encima de todo, el propio provecho). Y, en efecto, poco importó que sus nuevos empleados fueran de derechas (Macri o Temer o Santos) o de izquierdas (Maduro o Dilma o Kirchner) o de ninguna de éstas (como Humala o Toledo), que hablasen español o portugués, que fuesen populistas o demócratas, que viniesen de clases altas o bajas o de los rangos del Ejército: con su sibilina habilidad para engancharlos en su causa, Odebrecht es la mejor prueba de que "todos son iguales". O casi.
La esperpéntica foto en la que el presidente Peña Nieto se ve rodeado por sus fieles gobernadores, la mitad de los cuales están ahora encarcelados o bajo proceso por corrupción, palidece ante esa foto imaginaria que reuniría a todos los políticos beneficiados por Odebrecht: una cumbre iberoamericana cuyo punto de contacto radica en la sutil capacidad de todos los retratados para dejarse comprar por la misma firma. ¡Qué dichosa hermandad la que reuniría así, al fin, a Maduro con Santos, a Dilma con Temer, a Lozoya con sus pares en Perú, Brasil o Argentina!
Odebrecht no es culpable de nada; la empresa brasileña no hizo más que descubrir, con siniestro tino, un campo fértil en el cual invertir: las febles conciencias de nuestros gobernantes.
@jvolpi
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