15 oct 2017

Los errores de Anaya le ayudan a López Obrador

Revista Proceso #2137. 15 de octubre de 2017
Los errores de Anaya le ayudan a López Obrador/ÁLVARO DELGADO
Quien fuera amigo de Ricardo Anaya, actual presidente del Partido Acción Nacional, el panista Roberto Gil ­Zuarth, sostiene que aquel se transformó al punto de tensar al PAN y llevarlo a una fractura que va perfilando un desastre electoral en 2018, con todo y Frente Ciudadano por México. Y peor aún, dice, el pleito entre el PRI y el PAN-Frente, “en una especie de semifinal, sólo beneficia a López Obrador”.

Amigos desde la campaña de Felipe Calderón en 2006, el senador Roberto Gil Zuarth fue decidido impulsor de Ricardo Anaya para presidente del Partido Acción Nacional (PAN) en 2015, el cargo que ha usado como trampolín para su proyecto presidencial.
“Yo lo destapé en Querétaro, frente a Margarita Zavala, pensando que iba a hacer una gestión totalmente diferente a la de Gustavo Madero y porque con su ímpetu iba a darle nueva fuerza al PAN”, rememora.
Pero Anaya se transformó: En su dualidad de presidente y aspirante presidencial –dice– tensó al PAN y lo ha llevado a una fractura que va perfilando un desastre electoral en 2018, aun con el Frente Ciudadano por México.
Anaya, acusa Gil Zuarth, hizo una alianza con los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) que desnaturaliza al PAN sólo para fortalecer su proyecto presidencial.

“El riesgo es que entreguemos todo con tal de hacer realidad el sueño de Ricardo, y en ese desdibujamiento del PAN no quede prácticamente nada”, subraya el legislador acusado por Anaya de aliarse con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Antes de la renuncia al PAN de Margarita Zavala, quien ya solicitó su registro como candidata sin partido, Gil Zuarth advirtió que Anaya tenía la oportunidad de ganarse el derecho de encabezar a los panistas a la Presidencia de la República “o pasar a la historia como el primer candidato espurio”.
Todo apunta a que será un candidato “espurio”: “Como Anaya se lo dijo a Margarita: No va a haber método interno en el PAN, sino una negociación en el Frente. Eso significa que va a haber un dedazo colegiado de dos, tres o cinco señores en un cuarto oscuro”.
Pero lo peligroso es que no es sólo la candidatura de Anaya, sino las más de 3 mil 500 candidaturas a puestos de elección popular que se disputarán el próximo año. “El resultado puede ser totalmente desastroso”, advierte.
“Aquí nos están llevando a un método que no es conocido en el PAN, que no tiene referentes en términos de legalidad interna, que es profundamente opaco y tiene una carga de discrecionalidad terrible.”
Dimensiona: “¿Cuántas Margaritas Zavala va a haber en 3 mil 500 cargos que se van a repartir de manera discrecional? ¿Cuántos heridos puede haber? Si por lo menos dos personas quieren, de entrada habrá 3 mil 500 heridos. ¿Cómo se va a procesar eso?”.
En entrevista con Proceso, el viernes 13, Gil Zuarth ratifica que no renunciará al PAN como lo hizo Zavala y que su prioridad es darle viabilidad a ese partido en lo local, para que no termine de desdibujarse como parte del FCM.
Gil Zuarth se queda en el PAN
Secretario particular de Calderón, subsecretario de Gobernación, aspirante a la presidencia del PAN en 2010 y coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota en 2012, Gil Zuarth es uno de los cinco senadores que mantienen un duro choque con Anaya y su facción.
“Traidores”, los llama Ernesto Ruffo, quien identifica a Gil, Ernesto Cordero, Javier Lozano, Salvador y Jorge Luis Lavalle como testaferros de Calderón y prosélitos del proyecto presidencial de José Antonio Meade, secretario de Hacienda de Enrique Peña Nieto y en el sexenio anterior.
“Ruffo está emocionalmente envenenado y está reaccionando a ese veneno que lo ha carcomido. Él nos podrá decir traidores a nosotros, pero no conozco a ninguno de los senadores a los que nos acusa que le haya levantado la mano a un candidato de distinto partido. Ruffo no solamente le levantó la mano al Bronco, sino que le pidió al candidato del PAN declinar por Jaime Rodríguez, que es un gobernante impresentable.”
–A ustedes se les atribuye que traen doble cachucha: Margarita y Meade.
–Ya nada más falta que digan que estamos con Andrés Manuel –se escabulle, aludiendo al presidente de Morena.
–A López Obrador lo repudian, pero con Meade sí hay una relación política y personal.
–Yo estudié en la misma escuela que Meade, fuimos parte del mismo gobierno, somos amigos, pero eso no significa que estemos en el mismo partido ni que compartamos el mismo proyecto. Meade es un aspirante y, hasta donde sé, todavía no lo nombran en el PRI. ¿Qué tal si no es?
Es un rústico recurso maniqueo descalificar a los adversarios internos diciéndoles que son priistas: “Se usa si no hay argumentos para contestar a la dualidad, al vacío de política que ha llevado al PAN a esta tensión, para no contestar la tragedia que significa la conducción del partido en términos de conflictos”.
Sin embargo, recuerda, desde que comenzó el gobierno Madero y Anaya, presidente y secretario general, se le rindieron a Peña con el Pacto por México, mientras que los senadores calificaron esa firma como un error histórico del PAN, porque no se le podía dar un cheque en blanco al gobierno.
Anaya fue también presidente de la Cámara de Diputados y coordinador de la bancada del PAN, cuando los priistas también lo adulaban llamándolo “joven maravilla”, y jamás emitió una sola crítica al gobierno, como hasta hoy no lo hace con Peña.
“No se olvide la primera etapa de esta historia. Cuando andaban de aplaudidores, aduladores, andaban en todos los eventos aprovechando los beneficios de la interlocución derivada del Pacto por México. Ahí no eran antipeñistas furibundos. Más aún: Los escándalos que han oscurecido al gobierno actual no han sido tocados por las administraciones del partido.”
–Ni Madero ni Anaya.
–Nunca. Hay un claro silencio en esos temas.
–¿Por complicidades?
–Tenían una relación muy cercana. Eran cuates. No se iban a pelear con el presidente. Nada más hay que recordar las comparecencias. Aquí en el Senado son pocas en las ha habido una exigencia fuerte al gobierno. Revisemos las votaciones de las bancadas del PAN, sobre todo las que tienen que ver con paquete económico.
Gil Zuarth acusa al presidente de su partido de haber mantenido esa relación obsequiosa con el gobierno hasta hace poco: “El antipriismo furibundo de Anaya es muy reciente. El viraje del discurso, la declaración de guerra, es después del Estado de México”.
La versión de una reunión en Los Pinos el 20 de enero entre Peña y Anaya, para que no hubiera alianza del PAN con el PRD y para favorecer a Alfredo del Mazo o a Josefina Vázquez Mota, la publicó el columnista Salvador García Soto en El Universal.
Aunque Anaya admitió esa reunión, adujo que fue sólo para hablar sobre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero supuestamente hubo otras reuniones para fortalecer un contubernio. “No tengo información de esos acontecimientos, sólo lo que se especula, pero lo que sí veo es que, antes del Estado de México, eran muy cuates”.
Margarita gana, Anaya pierde
Gil Zuarth advierte que el optimismo de Anaya sobre el poderío del Frente Ciudadano por México es injustificado, sobre todo porque la renuncia de Margarita Zavala al PAN y su candidatura le restará potencia a esa alianza, no al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
“Margarita va a crecer a costa del Frente, no a costa de Andrés Manuel. El que diga lo contrario no sabe leer encuestas. El crecimiento de Margarita es inversamente proporcional que el decrecimiento del Frente”, subraya.
Anaya sabe, dice, que el nivel de tensión que hay en el PAN le va a afectar, tan es así que están tratando de suplir lo que pierde en el PAN con el PRD y MC. “El riesgo que corremos es el que el PAN termine diluido en la nada”.
Más aún, añade, la estrategia de confrontación del presidente del PAN con los panistas va a debilitar su candidatura: “Yo no conocía un candidato cuya estrategia sea golpear a sus posibles aliados. Un candidato suma, no resta. Simplemente no entiendo la estrategia de Ricardo”.
Y peor todavía, dice, el pleito entre PRI y PAN-Frente, en una especie de semifinal, sólo beneficia a López Obrador: “Lo único que va a provocar es que los dos partidos, sobre todo el PAN, lleguen exhaustos a la elección. Es como un boxeador que sale los primeros raunds a pegar con todo y al llegar al doceavo ya tiene las manos abajo, la ceja abierta y los dos ojos cerrados”.
Concluye: “Si hoy hay elecciones el resultado está absolutamente claro: Gana Andrés Manuel, es el clarísimo puntero. Le están ayudando”.
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Revista Proceso #2137. 15 de octubre de 2017
Felipe y Margarita van al precipicio/ÁLVARO DELGADO
El juicio de Juan José Rodríguez Prats es implacable respecto de las obsesiones de los Calderón: “Felipe no tiene simpatías y Margarita no inspira nada”. El político panista no considera que la salida de Zavala de las filas del PAN pueda abrir un boquete en ese partido, que, dice, padeció al “depredador más brutal que ha tenido en su historia”: Felipe Calderón. Más aún, afirma que Zavala buscará la candidatura presidencial sin partido, mientras que su esposo apoya al secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
Único panista que les dijo, de frente y oportunamente, lo que pensaba de ellos en el Partido Acción Nacional (PAN), del que decidieron irse, Juan José Rodríguez Prats vislumbra un futuro aciago para Margarita Zavala y Felipe Calderón, su marido:
–¡Van al precipicio! Van a enfrentar su realidad: Felipe no tiene simpatías y Margarita no inspira nada.
El político tabasqueño acude a una frase cruel para ubicar la realidad de la pareja –“el infierno consiste en descubrir la verdad demasiado tarde”–, luego del maltrato que dieron a muchos panistas, sobre todo Calderón, en los seis años de su gobierno.
“Felipe es el depredador más brutal que ha tenido el PAN en su historia”, afirma Rodríguez Prats, quien cita la carta que escribió Carlos Castillo Peraza a Calderón para describir su talante: mezquino, desleal…
Mientras que Zavala buscará la candidatura presidencial sin partido, dice, Calderón apoya al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, para que sea el candidato presidencial priista de Enrique Peña Nieto.
–¿Calderón trae dos cachuchas?
–No, trae una: Meade. ¿Calderón está pensando que gana Margarita? ¡No! Trae una sola cachucha. Inclusive tampoco sólo de Meade, sino de Peña. Hasta puede negociar con el candidato del PAN que Margarita se arrepienta y regrese.
En amplia entrevista con el reportero en dos momentos, el jueves 5 y el miércoles 11, el parlamentario no sólo es crítico de Zavala y Calderón –cuyo gabinete desde el inicio del sexenio calificó de “mediocre” –, sino del presidente del PAN, Ricardo Anaya, quien está obsesionado con ser candidato presidencial y ha abandonado a las bases de su partido. “Hay arrogancia y cerrazón”.
Por hacer una alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), denominado Frente Ciudadano por México, Anaya ha hecho “negociaciones que nos están ensuciando y nos están enmugrando”, afirma Rodríguez Prats.
“Yo no soy partidario de la alianza. ¿Ir con el PRD? ¿Qué me inviten a Morelos para que apoye al candidato de Graco Ramírez o al que nos designe Arturo Núñez en Tabasco, o apoyar a Alejandra Barrales en la Ciudad de México o a Silvano Aureoles en Michoacán? ¿Que en el afán de obtener el triunfo debemos hacer lo que sea? ¿Todo se vale? ¡Ese es el espectáculo que estamos dando! ¡Yo no estoy de acuerdo!”
Mientras tanto, alerta, los órganos del PAN responsables de esas decisiones son ignorados, como han advertido los senadores que encabeza Ernesto Cordero, y las bases del PAN se sienten despreciadas por Anaya.
“Le veo atributos muy especiales, pero hay algo que me preocupa: su lejanía con la militancia, su lejanía con los órganos colegiados. Ahí sí tienen cierta razón los cinco corderitos que tiene amarrados Felipe.”
Y plantea la encrucijada de Anaya: “Yo quisiera ver ese líder en Ricardo: Si logra hacer compatible su legítima aspiración de ser presidente y de respetar al PAN y fortalecerlo. Es un dilema muy fuerte, porque en ánimos de ganar, pudiera sacrificar a la institución.
“¿Cómo lograr hacerlo compatible? Es una tarea de todos los días y, a sus 38 años de edad, es su mayor dilema. Si no lo supera, ahí puede terminar la promesa del joven maravilla.”
Felipe, el odiado
La rivalidad entre Rodríguez Prats y Calderón es añeja y se inició prácticamente desde que, en 1994, el primero renunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y solicitó su ingreso al PAN a Carlos Castillo Peraza, entonces presidente, y ganó la convención para ser candidato a gobernador de Tabasco.
Cuando fue a tomarle la protesta, en su calidad de secretario general, Calderón dijo en su discurso que Rodríguez Prats era un tránsfuga del PRI: “Juan José es un arrepentido. Vamos a darle una oportunidad”, expresó ante el panismo de Tabasco.
Rodríguez Prats se lo reclamó tiempo después en un vuelo que hicieron juntos: “Oye, Felipe, yo no soy ningún arrepentido. Si yo hubiera hecho algo malo en el PRI, me agarran. ‘¿Eso dije?’, me respondió. ‘Eso dijiste’. ‘Perdóname’, dijo, y le respondí: ‘Sí, nada más que los perdones son privados y las ofensas son públicas’”.
Volviendo al presente, Rodríguez Prats recuerda que él siempre le ha dicho a Calderón y también a Margarita, a quien apoyó para ser presidenta del PAN, lo que piensa de ellos. “¡Yo se los dije en su cara! Ahí están mis intervenciones y mis entrevistas, la discusión que tuve con ella en su casa. ¡A mí nadie me pude reprochar que soy traidor o que hablo a las espaldas!”.
En efecto, en 2005, en la disputa por la presidencia del PAN, Rodríguez Prats se negó a declinar a favor de Carlos Medina Plascencia, como quería Calderón, pero sí lo hizo a favor de Manuel Espino, pese a la súplica de aquél: “Juan José, da tus votos a Carlos. No permitas que gane ese hombre”.
Y luego, ya con Calderón en la Presidencia de la República, Rodríguez Prats advirtió del uso de la nómina para cooptar a panistas y hacer una campaña contra Espino para removerlo de la presidencia del PAN, como la rechifla orquestada en la Asamblea Nacional, en junio de 2007, en León, Guanajuato, para imponer luego a Germán Martínez.
En 2007, en curso la imposición de Germán, alertó sobre una involución del PAN operada por Calderón –“o se asume como un partido independiente del gobierno o nos convertimos en el PRI” –, y decía: “Castillo Peraza hablaba de algo que estamos viviendo: el priista que todos llevamos dentro, algo que retomó Calderón ¡Pero resulta que no era tan pequeño! ¡O ha crecido!” (Proceso 1615).
Rodríguez Prats recuerda que Calderón “apagó el debate en todo su sexenio” y “aplastó al PAN, lo avasalló e hizo su voluntad”, pero además hizo un pésimo gobierno con un gabinete pequeño.
“Es el gabinete más mediocre en la historia de México. Me siento muy afortunado de que nunca cobré ni una quincena en su gobierno. Mucha gente me dice amargado, pero yo lo dije siendo él presidente y a poco de iniciar su gobierno: Ese gabinete es mediocre.”
Por eso ahora Calderón y Zavala van a pagar las consecuencias: “Felipe es odiado en las filas del PAN. Cuando tuve el debate con él, el 29 de abril de este año, una enorme cantidad de gente se me acercó: ‘Dijiste lo que muchos queríamos decir y no nos atrevemos’. Van a descubrir los dos su realidad”.
–¿Margarita no tiene futuro?
–No, va al fracaso.
–¿En verdad Margarita no le abre un boquete al PAN?
–No. Es la crónica de una renuncia largamente anunciada. Siempre he dicho que si tú vas con un ejército a una batalla, es preferible que se reduzca el número pero que estén dispuestos a dar la vida, y no que vayamos muchos y desde ahí haya gente que nos empiece a matar a nosotros mismos. Margarita y Felipe están obsesionados. Eso es todo.
El mejor la derrota 
Crítico de Gustavo Madero, a quien no duda en calificar de corrupto, Rodríguez Prats fue de los primeros panistas que se sumó a la candidatura de Anaya por la presidencia del PAN, pero ahora lo critica por su alejamiento de las bases y por aliarse con el PRD y MC.
“Lo veo atrapado en una cúpula. Me gustaría que se abriera más. No sólo es él. Hay arrogancia y cerrazón. Esa actitud de él se refleja en sus colaboradores”, dice el político que militó 23 años en el PRI y lleva 24 en el PAN, partido que, como decía Castillo Peraza, debe apostar por sí mismo.
Pero además del abandono de la militancia, los órganos de deliberación no funcionan: no se reúne el Consejo Nacional, y la Comisión de Doctrina, cuyos integrantes se eligieron en abril, no se ha integrado.
Reclama Rodríguez Prats: “Se lo dije a Ricardo, se lo dije también a Damián Zepeda, secretario general: ¿Dónde está la discusión doctrinaria? ¿Cómo que vamos a una alianza? El Consejo Nacional debió haberse reunido tres o cuatro ocasiones para discutirlo”.
“El PAN debe volcarse hacia su militancia, que es lo mejor que tiene, con un instrumento que es el más eficaz: Su doctrina ¡A cerrar filas! Que perdemos el 2018, ¿y? Que se preserve como institución.
–¿Aunque no gane la Presidencia?
–Ojalá, ojalá. Si la vamos a ganar a cualquier precio, no, señores. Lo dijo Federico Ling Altamirano: Puedo ver un PAN sin poder, pero no un México sin el PAN.
Para sustentar su rechazo a la alianza con el PRD y MC, Rodríguez Prats recurre a una frase del político democristiano Aldo Moro, el presidente del gobierno italiano asesinado en 1978: “Entre el sí y el no está el ni”.
–¿Eso qué significa?
–Ni un partido obsesionado por el poder ni un partido que regrese a ser una simple posición testimonial.
Concluye: “Y mucho depende de Ricardo. Puede obsesionarse con ser presidente, obsesionarse con las alianzas y olvidarse de que su fuerza más importante es la fuerza del PAN. Ahí es donde estamos dependiendo de la reflexión que haga Ricardo. Esa es también su encrucijada”.

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