Revista Proceso #2137. 15 de octubre de 2017
Felipe y Margarita van al precipicio/ÁLVARO DELGADO
El juicio de Juan José Rodríguez Prats es implacable respecto de las obsesiones de los Calderón: “Felipe no tiene simpatías y Margarita no inspira nada”. El político panista no considera que la salida de Zavala de las filas del PAN pueda abrir un boquete en ese partido, que, dice, padeció al “depredador más brutal que ha tenido en su historia”: Felipe Calderón. Más aún, afirma que Zavala buscará la candidatura presidencial sin partido, mientras que su esposo apoya al secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
Único panista que les dijo, de frente y oportunamente, lo que pensaba de ellos en el Partido Acción Nacional (PAN), del que decidieron irse, Juan José Rodríguez Prats vislumbra un futuro aciago para Margarita Zavala y Felipe Calderón, su marido:
–¡Van al precipicio! Van a enfrentar su realidad: Felipe no tiene simpatías y Margarita no inspira nada.
El político tabasqueño acude a una frase cruel para ubicar la realidad de la pareja –“el infierno consiste en descubrir la verdad demasiado tarde”–, luego del maltrato que dieron a muchos panistas, sobre todo Calderón, en los seis años de su gobierno.
“Felipe es el depredador más brutal que ha tenido el PAN en su historia”, afirma Rodríguez Prats, quien cita la carta que escribió Carlos Castillo Peraza a Calderón para describir su talante: mezquino, desleal…
Mientras que Zavala buscará la candidatura presidencial sin partido, dice, Calderón apoya al secretario de Hacienda, José Antonio Meade, para que sea el candidato presidencial priista de Enrique Peña Nieto.
–¿Calderón trae dos cachuchas?
–No, trae una: Meade. ¿Calderón está pensando que gana Margarita? ¡No! Trae una sola cachucha. Inclusive tampoco sólo de Meade, sino de Peña. Hasta puede negociar con el candidato del PAN que Margarita se arrepienta y regrese.
En amplia entrevista con el reportero en dos momentos, el jueves 5 y el miércoles 11, el parlamentario no sólo es crítico de Zavala y Calderón –cuyo gabinete desde el inicio del sexenio calificó de “mediocre” –, sino del presidente del PAN, Ricardo Anaya, quien está obsesionado con ser candidato presidencial y ha abandonado a las bases de su partido. “Hay arrogancia y cerrazón”.
Por hacer una alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), denominado Frente Ciudadano por México, Anaya ha hecho “negociaciones que nos están ensuciando y nos están enmugrando”, afirma Rodríguez Prats.
“Yo no soy partidario de la alianza. ¿Ir con el PRD? ¿Qué me inviten a Morelos para que apoye al candidato de Graco Ramírez o al que nos designe Arturo Núñez en Tabasco, o apoyar a Alejandra Barrales en la Ciudad de México o a Silvano Aureoles en Michoacán? ¿Que en el afán de obtener el triunfo debemos hacer lo que sea? ¿Todo se vale? ¡Ese es el espectáculo que estamos dando! ¡Yo no estoy de acuerdo!”
Mientras tanto, alerta, los órganos del PAN responsables de esas decisiones son ignorados, como han advertido los senadores que encabeza Ernesto Cordero, y las bases del PAN se sienten despreciadas por Anaya.
“Le veo atributos muy especiales, pero hay algo que me preocupa: su lejanía con la militancia, su lejanía con los órganos colegiados. Ahí sí tienen cierta razón los cinco corderitos que tiene amarrados Felipe.”
Y plantea la encrucijada de Anaya: “Yo quisiera ver ese líder en Ricardo: Si logra hacer compatible su legítima aspiración de ser presidente y de respetar al PAN y fortalecerlo. Es un dilema muy fuerte, porque en ánimos de ganar, pudiera sacrificar a la institución.
“¿Cómo lograr hacerlo compatible? Es una tarea de todos los días y, a sus 38 años de edad, es su mayor dilema. Si no lo supera, ahí puede terminar la promesa del joven maravilla.”
Felipe, el odiado
La rivalidad entre Rodríguez Prats y Calderón es añeja y se inició prácticamente desde que, en 1994, el primero renunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y solicitó su ingreso al PAN a Carlos Castillo Peraza, entonces presidente, y ganó la convención para ser candidato a gobernador de Tabasco.
Cuando fue a tomarle la protesta, en su calidad de secretario general, Calderón dijo en su discurso que Rodríguez Prats era un tránsfuga del PRI: “Juan José es un arrepentido. Vamos a darle una oportunidad”, expresó ante el panismo de Tabasco.
Rodríguez Prats se lo reclamó tiempo después en un vuelo que hicieron juntos: “Oye, Felipe, yo no soy ningún arrepentido. Si yo hubiera hecho algo malo en el PRI, me agarran. ‘¿Eso dije?’, me respondió. ‘Eso dijiste’. ‘Perdóname’, dijo, y le respondí: ‘Sí, nada más que los perdones son privados y las ofensas son públicas’”.
Volviendo al presente, Rodríguez Prats recuerda que él siempre le ha dicho a Calderón y también a Margarita, a quien apoyó para ser presidenta del PAN, lo que piensa de ellos. “¡Yo se los dije en su cara! Ahí están mis intervenciones y mis entrevistas, la discusión que tuve con ella en su casa. ¡A mí nadie me pude reprochar que soy traidor o que hablo a las espaldas!”.
En efecto, en 2005, en la disputa por la presidencia del PAN, Rodríguez Prats se negó a declinar a favor de Carlos Medina Plascencia, como quería Calderón, pero sí lo hizo a favor de Manuel Espino, pese a la súplica de aquél: “Juan José, da tus votos a Carlos. No permitas que gane ese hombre”.
Y luego, ya con Calderón en la Presidencia de la República, Rodríguez Prats advirtió del uso de la nómina para cooptar a panistas y hacer una campaña contra Espino para removerlo de la presidencia del PAN, como la rechifla orquestada en la Asamblea Nacional, en junio de 2007, en León, Guanajuato, para imponer luego a Germán Martínez.
En 2007, en curso la imposición de Germán, alertó sobre una involución del PAN operada por Calderón –“o se asume como un partido independiente del gobierno o nos convertimos en el PRI” –, y decía: “Castillo Peraza hablaba de algo que estamos viviendo: el priista que todos llevamos dentro, algo que retomó Calderón ¡Pero resulta que no era tan pequeño! ¡O ha crecido!” (Proceso 1615).
Rodríguez Prats recuerda que Calderón “apagó el debate en todo su sexenio” y “aplastó al PAN, lo avasalló e hizo su voluntad”, pero además hizo un pésimo gobierno con un gabinete pequeño.
“Es el gabinete más mediocre en la historia de México. Me siento muy afortunado de que nunca cobré ni una quincena en su gobierno. Mucha gente me dice amargado, pero yo lo dije siendo él presidente y a poco de iniciar su gobierno: Ese gabinete es mediocre.”
Por eso ahora Calderón y Zavala van a pagar las consecuencias: “Felipe es odiado en las filas del PAN. Cuando tuve el debate con él, el 29 de abril de este año, una enorme cantidad de gente se me acercó: ‘Dijiste lo que muchos queríamos decir y no nos atrevemos’. Van a descubrir los dos su realidad”.
–¿Margarita no tiene futuro?
–No, va al fracaso.
–¿En verdad Margarita no le abre un boquete al PAN?
–No. Es la crónica de una renuncia largamente anunciada. Siempre he dicho que si tú vas con un ejército a una batalla, es preferible que se reduzca el número pero que estén dispuestos a dar la vida, y no que vayamos muchos y desde ahí haya gente que nos empiece a matar a nosotros mismos. Margarita y Felipe están obsesionados. Eso es todo.
El mejor la derrota
Crítico de Gustavo Madero, a quien no duda en calificar de corrupto, Rodríguez Prats fue de los primeros panistas que se sumó a la candidatura de Anaya por la presidencia del PAN, pero ahora lo critica por su alejamiento de las bases y por aliarse con el PRD y MC.
“Lo veo atrapado en una cúpula. Me gustaría que se abriera más. No sólo es él. Hay arrogancia y cerrazón. Esa actitud de él se refleja en sus colaboradores”, dice el político que militó 23 años en el PRI y lleva 24 en el PAN, partido que, como decía Castillo Peraza, debe apostar por sí mismo.
Pero además del abandono de la militancia, los órganos de deliberación no funcionan: no se reúne el Consejo Nacional, y la Comisión de Doctrina, cuyos integrantes se eligieron en abril, no se ha integrado.
Reclama Rodríguez Prats: “Se lo dije a Ricardo, se lo dije también a Damián Zepeda, secretario general: ¿Dónde está la discusión doctrinaria? ¿Cómo que vamos a una alianza? El Consejo Nacional debió haberse reunido tres o cuatro ocasiones para discutirlo”.
“El PAN debe volcarse hacia su militancia, que es lo mejor que tiene, con un instrumento que es el más eficaz: Su doctrina ¡A cerrar filas! Que perdemos el 2018, ¿y? Que se preserve como institución.
–¿Aunque no gane la Presidencia?
–Ojalá, ojalá. Si la vamos a ganar a cualquier precio, no, señores. Lo dijo Federico Ling Altamirano: Puedo ver un PAN sin poder, pero no un México sin el PAN.
Para sustentar su rechazo a la alianza con el PRD y MC, Rodríguez Prats recurre a una frase del político democristiano Aldo Moro, el presidente del gobierno italiano asesinado en 1978: “Entre el sí y el no está el ni”.
–¿Eso qué significa?
–Ni un partido obsesionado por el poder ni un partido que regrese a ser una simple posición testimonial.
Concluye: “Y mucho depende de Ricardo. Puede obsesionarse con ser presidente, obsesionarse con las alianzas y olvidarse de que su fuerza más importante es la fuerza del PAN. Ahí es donde estamos dependiendo de la reflexión que haga Ricardo. Esa es también su encrucijada”.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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