13 mar 2018

Sentencia penal a cura pederasta...Cero tolerancia!


Comunicado de Prensa/ oficina de prensa del Arzobispado primado de México..
Con motivo de la sentencia penal contra un sacerdote católico, la Arquidiócesis de México manifiesta lo siguiente:

1. Ratificamos el dictamen de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, y manifestamos nuestra plena disponibilidad para colaborar con las autoridades en procurar la justicia en la sociedad.

2. Nos solidarizamos con la víctima y su familia. Lamentamos profundamente lo sucedido. Estos comportamientos terribles nos producen dolor y vergüenza, y nos confirman en el compromiso de hacer todo lo necesario para sanar estas situaciones desde la raíz.
3. No estaremos conformes hasta que quede extirpado este mal. Como ha dicho recientemente el Papa Francisco, esta es una de las prioridades de la Iglesia de nuestra época.
4. Secundando la afirmación de los últimos papas: “no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores”, ratificamos nuestro criterio de actuación de “tolerancia cero” ante estas situaciones, y de la necesidad de informar, de reconocer el mal y de pedir perdón.
Dirección de Comunicación
Arquidiócesis Primada de México
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El caso de Raymundo Romero Colín...
Hace unos días, el jueves 8 de marzo el ex sacerdote Carlos López Valdez, fue condenado por la violación de un menor. Un juzgado condenó a 63 años de cárcel al religioso, de 70 años de edad...
La historia es larga, Jesús decidió hablar y empezó el proceso penal.
Y desde finales de agosto de 2016 el ex sacerdote Carlos López Valdés, fue acusado por su probable responsabilidad en la comisión del delito de violación equiparada agravada y corrupción de menores. 
Hace años el cura usando su “poder divino” violó a un niño de nombre Jesús Romero Colín,  quien era monaguillo y tenía entonces 11 años.
El agresor sexual fue detenido en Jiutepec, Morelos, por elementos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ) en cumplimentó a la orden de aprehensión librada por el juez 55 en materia penal, con sede en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, causa penal 244/08. 
La fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales llevó las indagatorias correspondientes de manera lenta..
El delito ocurrió en 1994 y siguió hasta 1999, cuando el inculpado era el párroco de los templos de San Agustín de las Cuevas, y San Judas Tadeo, en la delegación Tlalpan, al sur de la Cd. de México.
Años después -en  2007-  la víctima decidió denunciar los hechos criminales. Primero lo hizo con las autoridades eclesiásticas, quizá para darle la oportunidad de que hicieran algo; el día 22 de marzo la madre de Jesús Esperanza Colín habló con el entonces obispo Jonás Guerrero Corona responsable d la VI Vicaria para exponerle el asunto vergonzoso.
¿Qué pasó entonces?
Al enterarse de la gravedad del caso las autoridades actuaron equivocadamente; lo que hicieron y -está documentado- fue pedirle que atendiera su problemática emocional y “conductas inadecuadas...”
Así el clérigo siguió ejerciendo su ministerio varios meses más como si nada hubiera pasado. 
Meses después, gracias a la presión mediática –reportajes en medios impresos y electrónicos- le suspendieron momentáneamente la licencia sacerdotal, e iniciaron un juicio canónico que duró varios años, primero en el Tribunal Interdiocesano en México y al final la Congregación para la Doctrina de la Fe le quitó el grado sacerdotal, ello concluyó en enero de 2011.
Para la arquidiócesis de México ahí quedó su responsabilidad...
Sin embargo, los abogados de la víctima interpusieron el 17 de agosto de 2007 una demanda penal en contra del ex sacerdote por violación y abuso sexual; después acudieron a presentar una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México e incluso acudieron al Comité de Derechos del Niño, de la ONU.
Es recomendable ver el documental  Agnus Dei (Cordero de Dios) de Alejandra Sánchez Orozco: fue exhibido en distintos festivales de cine y se pudo ver en algunas salas de la Ciudad de México por muy poco tiempo.
El caso llegó a los oídos del papa Francisco. 
De hecho la víctima le escribió al líder religioso de su situación, ante ellos, el papa les respondió con una misiva muy personal, escrita con pluma azul sobre una tarjeta de opalina color blanco de 15.5 por 11 centímetros, con el sello azul marino del Estado de la Ciudad del Vaticano, y fechada el 19 de julio de 2013. 
Un año después Jesús la hizo pública, la compartimos en Contextos de la Palabra, vale la pena transcribir las  95 palabras escritas con puño y letra del papa jesuita:
“Tengo recibida su carta. Con dolor, vergüenza, la releí y también con los mismos sentimientos la respondo. Perdón en nombre de la Iglesia, así con sencillez se lo pido. No me sale otra palabra. Rezo por Usted y por todos los que pasaron por ese martirio. Quiero estar cercano. En Usted, y en los que han sufrido lo mismo, veo la cara de Cristo ultrajada. Estoy a su lado y, por favor, le pido que rece por mí. Que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide.
Fraternalmente, Francisco”.
@Pontifex_es

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