Reflexiones para Andrés Manuel López Obrador y para los lectores de SDP Noticias/
HERIBERTO GALINDO
@HMGalindoQ
SDP, mié 25 jul 2018 18:06
AMLO es un hombre intrínsecamente bueno y bien intencionado
Advertencia:
Con el propósito de mostrar mi creciente espíritu positivo en favor del interés nacional, impregnado de buenos deseos para la buena transición y en aras de una mejor marcha del país, y más aún en un ejercicio de contrición política, expreso que no tengo inquina personal o política alguna contra quienes triunfaron el 1 de julio próximo pasado, y por ello manifiesto, con toda sinceridad, que lo que más feliz me hace y me hará en los tiempos políticos, presentes y futuros, es respaldar todo lo bueno que se proclame, proponga y haga en beneficio de las y los mexicanos, pues queremos que le vaya muy bien a México y consecuentemente a quienes nos gobiernen.
El futuro presidente y su equipo de colaboradores están en su derecho de ir delineando su programa de gobierno y el Plan Nacional de Desarrollo; aunque considero que lo óptimo es que ambos ejercicios se enriquezcan mediante deliberaciones públicas que les den mayor respaldo y legitimidad.
No es mi propósito ni mi intención ser un mexicano negativo que busque encontrar “la paja en el ojo ajeno”, estar cuestionando y dar las contras -nada más porque sí-, con críticas destructivas.
Todo lo contrario, pues me embarga un muy buen ánimo con mis mejores deseos, y conmigo lo que transita es lo positivo. Así que cualesquier crítica o señalamiento será, siempre, con ánimo constructivo, pues tenemos enormes “vigas” en todas partes como para ocupar nuestra mente en pequeñeces, y no me parece justo ni positivo criticar solamente por criticar y menos aún por molestar.
A lo largo de mi vida me he caracterizado por proponer, discernir, discutir y debatir en favor de lo que considero bueno y positivo, venga de donde venga, y estoy muy lejos de ser negativo, bélico, ofensivo o perverso en mis actitudes y en general en mi conducta. Quienes me conocen bien saben que no miento; y no cambiaré en las postrimerías de mi vida pública.
Me queda la satisfacción de afirmar que no ha nacido el ser humano que pueda afirmar, con verdad, que yo lo haya perjudicado.
Conservo en mí los espíritus de respeto, conciliación, paz, bondad, generosidad, justicia, legalidad y armonía; y me siento orgulloso de ello.
Por estas razones prefiero no acusar recibo ni responder a las expresiones negativas divulgadas respecto de mis textos o videocolumnas -intolerantes y ofensivas-, y a los cuestionamientos y ataques irracionales que, de mala manera y de peor fe, se registran en parte de las redes sociales, sobre todo los provenientes de operadores ultramontanos, inmaduros y extremadamente radicales, proclives al denuesto y al anarquismo, a la diatriba, a la ofensa y a la sinrazón, gestados por quienes no soportan las tesis y las posiciones que disienten o cuestionan lo que ellos sostienen como única y absoluta verdad, tras la apabullante victoria política obtenida, misma que se reconoce sin duda alguna.
En sentido contrario agradezco y reconozco a quienes se han sumado, con simpatía, a mis expresiones.
El futuro Presidente de la República, es un hombre público, sujeto al escrutinio social y político, es un ser humano normal, de carne y hueso, con virtudes y con defectos, y por lo tanto no es infalible, pero se le respeta en todo.
Las actitudes intolerantes y autoritarias no son nobles, ni buenas ni útiles, y causan más daño que beneficio.
AMLO es un hombre intrínsecamente bueno y bien intencionado, definido, determinado y terco, -como él mismo se ha calificado-, es una persona acertada o equivocada en sus propuestas, pero él cree en ellas y en sus proyectos, y anuncia que los aplicará en beneficio colectivo de la sociedad mexicana en su conjunto, y eso se le reconoce y se le desea éxito en sus empeños por México.
Afortunadamente en el equipo de AMLO hay más personas sensatas, maduras, experimentadas y prudentes que radicales e irracionales de línea dura, y ello favorecerá en mucho a la armonía y contribuirá a contrarrestar tendencias feroces y acciones nocivas de los que se conducen con reacciones más emocionales que racionales, con lo que provocan alteraciones, sobresaltos y reyertas mediáticas, que son lesivas y generan incertidumbre, dolor, temor, desazón, malestar, pérdida de tiempo y de confianza, y algo peor: estrés y desgaste.
Así que, para no incurrir en estos males, evitaré “engancharme” con mis detractores, y proseguiré divulgando mis reflexiones políticas en este espacio, siempre y cuando los dueños de SDP Noticias me lo permitan.
A saber:
1.-He observado el señalamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) que indica la aplicación de una multa millonaria a Morena por supuestas irregularidades en el uso de recursos financieros provenientes de un Fideicomiso constituido en apoyo a los damnificados por los sismos del año pasado. Ignoro los detalles del anuncio original del INE, que tanto escozor político ha generado, y he leído la prudente explicación de su Consejero Presidente y, por considerar respetable y seria a esa institución y a sus integrantes, expreso que considero que dicha actuación está sustentada conforme a derecho, es decir con apego a principios legales, ausentes de espíritus arteros, vengativos o de perversidades e intereses mezquinos y por ello injustos, como el candidato triunfante esgrimió y acusó a quienes le adjudicaron a Morena la multa mencionada. Sería gravísimo que el INE incurriera en una felonía.
Mi actitud es conciliadora y política, y trata de sembrar prudencia; no es posición jurídica porque no soy abogado. No me parece que haya sido saludable y positivo que AMLO u otras personas se hayan expresado de manera tan agresiva, denostadora, peyorativa y ofensiva, respecto de una de las instituciones con mayor credibilidad que existen en nuestro país, no obstante las críticas que se les hagan, sobre todo en las redes sociales. Ello, metafóricamente, significa darse de balazos en ambos pies; pues el INE y el Tribunal Electoral son las instituciones que tenemos para llevar a cabo y para sancionar, con limpieza y rectitud, las elecciones en los tres órdenes de gobierno y para dos de los tres poderes de la Unión, (Ejecutivo y Legislativo).
Por lo anterior, respetuosamente pregunto:
¿Cuál es el objeto de azuzar, pelear y denostar a estas alturas, cuando deben ser tiempos de conciliación y de búsqueda de armonía, habida cuenta de que el electorado ya dio su veredicto en las urnas y la institución electoral correspondiente sancionó los resultados?
Si hubo irregularidades que merecen amonestaciones y sanciones como la señalada, pues propiciemos que todo se sujete a derecho, que si no se está de acuerdo con el fallo, se impugne, y habrá que esperar a que la instancia judicial correspondiente, que es el Tribunal Electoral emita la sentencia correspondiente, que, por cierto, será inapelable e inatacable y, si se confirma, pues Morena tendrá que pagar la multa, con la satisfacción de que no existe la intención del INE de dictaminar o de proponer la anulación de los comicios, como ya mencionó el Consejero presidente Córdova.
Otras preguntas:
¿Acaso se agrede y se ofende a los Consejeros del INE, simplemente porque emitieron la sanción y porque se les considera parte de un complot?
¿Será que hay morenistas que solamente aceptan los veredictos cuando les favorecen, y los rechazan cuando no van de acuerdo con sus intereses?
Eso no es correcto ni justo en una sociedad democrática que se ajusta al estado de derecho, como la que estamos construyendo en nuestro país; y por ende debemos acatar todas las disposiciones legales y, si se desea impugnar, existen las instancias legales ex profeso para hacerlo, y para atender, en tiempo y forma, este tipo de asuntos.
La exposición pública que hizo el Consejero Ciro Murayama sobre la sanción impuesta fue muy esclarecedora. Lo vi en un audiovisual y leí su artículo en el diario El PAÍS, y es más que convincente en lo que sustenta la determinación.
Así que, si el Tribunal emite su sentencia en sentido igual a lo sustentado por el INE, pues Morena tendrá que cubrir la sanción que le ha sido impuesta y, si en cambio, los Magistrados emiten su veredicto en sentido contrario a la determinación de los consejeros del INE, pues la multa quedará sin efecto.
Y conste que no quiero esgrimir la argumentación rigorista de algunos destacados abogados constitucionalistas y especialistas que están recurriendo a la lectura del artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, (con sus apartados e incisos) que en términos jurídicos configura la causal de anulación de los comicios que, en mi opinión, es inviable e inapropiado desde el punto de vista político y de cara a la tranquilidad social, pero la Ley es la Ley, y en eso no me meto, pues es tema para los Magistrados integrantes del Tribunal Electoral del poder judicial de la Federación, quienes emitirán la sentencia respectiva.
Otro tema para la reflexión:
2.-Con el mejor de los ánimos, y sin el deseo de que ser calificado como “agua fiestas” del futuro grupo en el poder, comento:
Leí la misiva que el candidato triunfante Andrés Manuel López Obrador le envió al presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, y vi en la televisión la lectura que de la misma hizo el futuro secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, a quien considero como un político talentoso, preparado y capaz.
Pero me parece, y con todo respeto lo digo, que con este hecho el futuro gobernante y su equipo adelantaron los tiempos políticos y diplomáticos de la relación binacional y frente al poco confiable, poderoso y frecuentemente inamistoso y bélico presidente del vecino país del norte que, por cierto y dicho sea de paso y en buena onda, digo que ha mostrado una sospechosa pero buena actitud con el futuro presidente mexicano, incluso mejor que la que ha asumido, reiteradamente, con las y los mexicanos, y ante el actual Presidente de la República.
En mi opinión, AMLO debió haber esperado varios meses más para enviar esa importante misiva, porque legalmente, aún no es presidente electo, dado que no ha recibido, de parte de la autoridad competente, el nombramiento que lo acredite como presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, y faltan más de cuatro meses para que tome posesión del cargo por el que compitió y triunfó tan holgadamente con más de treinta millones de votos (poco del 53% de los sufragios emitidos).
También considero que hubo excesos en el contenido de la carta, en principio señalo que fue demasiado amplia y larga, (siete páginas es mucho) y careció de un formato ejecutivo, que pudo haber sido de una o de dos páginas, o de un máximo de tres; pues se trata de una misiva para el presidente de un país.
Observemos que la respuesta del presidente Trump al Licenciado López Obrador fue de tan sólo una cuartilla, y que en ella el estadounidense fue claro con lo que quiso decirle a quien llamó Presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, sin serlo aún;
-aunque estos argumentos parezcan intrascendentes o irrelevantes no lo son-.
El señor Trump se dio tiempo y espacio hasta para apremiar a firmar un nuevo acuerdo en el marco del TLC o NAFTA, y muy a su estilo, nos amenazó con irse por otra vía, sin precisar cuál.
Así es el señor Trump, quien presume de ser exitoso al presionar a quien tiene enfrente en las negociaciones que le toca operar, como lo ha referido en textos específicos firmados por él, como en su libro.
Seguramente cuando ambos personajes se entrevisten, en fecha próxima, hablarán de los detalles inherentes a los temas tocados por AMLO en su carta, y sobre otros tópicos de interés binacional, como el muro fronterizo y más. Sin embargo me parece que mediante esa misiva al señor Trump se le informaron, innecesariamente y hasta inconvenientemente, demasiados detalles sobre proyectos y planes que, seguramente, formarán parte del Programa de Gobierno y del Plan Nacional de Desarrollo que pondrá en práctica AMLO a partir de diciembre próximo; pero pienso que esos detalles antes que al señor Trump, debieron haberse dado a conocer a las y a los mexicanos, en el tiempo indicado y oportuno, y en la forma más correcta y pertinente. (La forma es fondo). Cito deliberadamente la frase reyesheroleana favorita de las y los políticos mexicanos, incluido el mismísimo Andrés Manuel López Obrador que la ha citado, en público y en privado.
Es de suponer que alguna prisa les asaltó o les asustó a los asesores del candidato triunfante, como para que le hayan aconsejado hacer lo que hizo con la misiva en comento.
En otro orden de ideas confirmo que el contenido de la carta, además de contar con un espíritu amistoso evidente de parte de AMLO que, de suyo, lo considero muy positivo, pero tengamos cuidado, porque también inspira o sugiere, lamentablemente, un implícito sentido de cierta sumisión y de algo que podría significar inferioridad frente a la de por sí arrogante superioridad de Mr. Trump y de EEUU, frente a AMLO y México, y en consecuencia, parecería algo subliminal cercano a un reconocimiento de jefatura y; perdón por el sacrilegio, pero el señor Donald Trump y su país no son nuestros superiores, y mucho menos son nuestros jefes, aunque en sus afanes dominantes así se asuman ellos, a la luz de los negocios binacionales existentes y habida cuenta de los intereses de ellos en nuestro país, la dependencia económica y financiera que padecemos, y la inevitable interdependencia en la que viven nuestras economías y nuestros intercambios de distinto tipo.
Sé que ese espíritu que mi suspicacia registra no está ni en la mente ni en el corazón de AMLO, pero estoy convencido de que, por menos de la mitad del contenido de ese mensaje epistolar, enviado por AMLO al presidente estadounidense, si eso lo hubiera hecho el actual primer mandatario mexicano, las redes sociales ya habrían hecho “añicos” al presidente Enrique Peña Nieto y al Canciller en turno.
Por lo anterior, reitero que AMLO no debió haber sido tan explícito en su carta, pero sus motivos habrá tenido para hacerlo, con las repercusiones inherentes al hecho.
Mi modesta trayectoria diplomática como Cónsul General en Chicago, y como Embajador en Cuba, me motivan a expresar mis puntos de vista de la manera más respetuosa y diplomática, y con la mejor intención.
Tercer reflexión
3.- Estuve atento al importantísimo anuncio del candidato triunfante en el sentido de que el próximo gobierno invertirá quinientos mil millones de pesos en obras de infraestructura.
Enorme suma, pero esa noticia me pareció muy buena, siempre y cuando se tengan localizados, identificados y preetiquetados los recursos financieros mencionados, que se requerirán para materializar esas promesas.
Soy simpatizante y partidario de la reactivación de la economía, de la generación de empleos bien remunerados y de un mayor crecimiento.
Me agrada muchísimo el proyecto de la modernización del corredor que va de Salina Cruz, Oaxaca, a Coatzacoalcos, Veracruz, y viceversa; así como me gustaba la obra del tren rápido a Guadalajara en su primera etapa a Querétaro, licitación iniciada y cancelada por el gobierno federal por fallas explicadas. Entre otras grandes obras anunciadas por AMLO está la del tren rápido de Palenque, Chiapas, a Cancún, Quintana Roo, para que sea detonadora importante del desarrollo de variad entidades federativas y regiones del sureste del país.
Es muy importante, también, el anuncio de que habrá recursos financieros para realizar las obras de reconstrucción por los daños provocados por los sismos del año pasado, tema que acusa demora.
Me imagino que parte de los recursos con los que el futuro gobierno calcula contar se esperan de algunos cambios en las asignaciones presupuestales proyectadas para los Estados y los municipios; también de las economías y de los ahorros que se supone quedarán disponibles provenientes de otros ajustes presupuestales a gastos, obras y desempeños innecesarios, superfluos y onerosos; otros provendrán de la austeridad planeada y del combate a la corrupción que se haga al eliminar “moches” y comisiones ilegales de contratos, adquisiciones; más de la bajada perniciosa de recursos financieros para proyectos de desarrollo regional en varias secretarias del gobierno.
El anuncio de tan enorme inversión lo veo muy bien, sobre todo si en verdad es viable y sustentable, en función de la disponibilidad de los recursos que se requieren pero, a mayor abundamiento también, me parece que esos anuncios debieron haberse hecho hasta diciembre o enero próximos, cuando AMLO esté despachando en Palacio Nacional.
Cuarta reflexión:
4.- Celebro que las apariciones en público de los futuros servidores públicos del próximo gobierno federal se estén espaciando con mayor pertinencia, pues demasiadas conferencias y declaraciones no planeadas, compiten entre sí, y propician atropellamientos noticiosos que afectan negativamente, y no contribuyen a la mejor comunicación, a la mejor imagen y a la óptima percepción y, por el contrario, podrían conducir, demasiado pronto, hacia un desgaste peligroso del bono otorgado por la sociedad.
Se impone, por ende, la definición de una buena y ordenada política de comunicación social que rinda los mejores frutos, de aquí a diciembre y de allí en adelante.
Escribo todo esto con buena fe y con la mejor intención.r en Cuba, me motivan a expresar mis puntos de vista de la manera más respetuosa y diplomática, y con la mejor intención.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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