27 dic 2018

El derecho a la especulación

 El derecho a la especulación
La República de las letras/HUMBERTO MUSACCHIO
Excelsior, 27 de diciembre de 2018
El derecho a la especulación
La caída del helicóptero en que viajaban el senador y exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y su esposa y heredera política, Martha Erika Alonso, ha desatado una muy explicable oleada de especulaciones y de supuestos que, ingenuamente o de mala fe, hay quien asume como verdades inconmovibles.
Por supuesto, en los sectores más primitivos del PAN parece existir la convicción de que el matrimonio Moreno Valle fue objeto de un atentado que habría planeado y ejecutado el gobierno federal. Por lo menos eso expresan los insultos y acusaciones lanzadas contra doña Olga Sánchez Cordero, a quien algunos fanáticos lanzaron el epíteto de “asesina”.
Las ofensas contra la secretaria de Gobernación ocurrieron durante el sepelio de la pareja, cuyos cadáveres fueron inexplicablemente incinerados antier, horas después de la caída del helicóptero en el que viajaban de la ciudad de Puebla a la capital de la República. Lo menos que se podría esperar es que se practicaran los estudios forenses necesarios para descartar cualquier sospecha, que en estos casos abundan.
No es posible eliminar la idea de que estamos ante un atentado, pues las versiones de varios testigos coinciden en que el aparato ya estaba en llamas cuando se precipitó a tierra produciendo un gran estruendo, aunque hay quien afirma que el ruido se escuchó antes de la caída, sin embargo, peritos de la Secretaría de Marina descartaron que hubiera explosivos o sustancias inflamables dentro del autogiro.
Por otra parte, las autoridades de Comunicaciones y Transportes informaron que el helicóptero contaba con certificado de aeronavegabilidad vigente mientras que el piloto y el copiloto tenían sus papeles en regla y disponían de amplia experiencia. Si no había razón para una falla mecánica ni error humano, resulta indispensable precisar lo sucedido, pero si en el caso jugó un papel la corrupción, alguien debe parar en la cárcel por homicidio múltiple.
No es extraño que se piense en un atentado si se tiene presente la gestión de Moreno Valle en el gobierno poblano, donde su prepotencia y las injusticias que ordenó le ganaron numerosos malquerientes. Pero hay otra hipótesis que seguramente ya manejan las autoridades federales, que deben estar muy interesadas en despejar cualquier duda o sospecha en torno al asunto.
Esa hipótesis tiene que ver con la extracción ilegal de combustible de los ductos de Pemex. Durante la gestión morenovallista se multiplicaron desmesuradamente los puntos en los que pandillas bien organizadas y con amplia base social roban los hidrocarburos. Los llamados huachicoleros se convirtieron en un poder en varios estados, pero sobre todo en Puebla, donde varios presidentes municipales resultaron involucrados en el saqueo.
Una versión que corre es que algunas pandillas resultaron favorecidas mientras otras eran objeto de persecución. Algo semejante a lo que ocurrió con las bandas del narcotráfico durante los últimos sexenios. Incluso se dice que los desplazados tendrían motivos para deshacerse de Moreno Valle, cuyo reinado se prolongó más allá de los seis años para los que fue elegido, pues al término de su mandato impuso en el cargo a uno de los suyos y luego hizo candidata a su mujer, la que el Tribunal Electoral federal, por mayoría, no por unanimidad, hizo ganadora de una elección escandalosamente sucia.
En forma reiterada, diversos funcionarios han pedido no difundir ni aceptar especulaciones. Incluso Miguel Barbosa, excandidato a la gubernatura de Puebla por Morena, en su cuenta de Twitter escribió: “No es momento de hacer ninguna especulación”, a lo que se puede responder que se trata de un asunto de interés público y los ciudadanos tenemos derecho a conocer las diversas hipótesis que circulan en torno al siniestro. Por lo demás, a nadie escapa que Barbosa, aun sin ser responsable de la desgracia, es uno de sus posibles beneficiarios. Lo son también otros políticos poblanos, de diversos partidos, para quienes se abre una nueva perspectiva de ascenso.
No hay que espantarse ante la especulación, que es inherente a los accidentes aéreos y aporta pistas válidas para la investigación, aunque no siempre la autoridad está dispuesta a llegar al fondo de los hechos, como lo muestran los casos en los que fallecieron Carlos A. Madrazo, Ramón Martín Huerta y Francisco Blake.
Hay un notorio interés de la sociedad porque se diluciden los hechos. Renunciar a las hipótesis nos aleja de la verdad.


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