De nuevo la presidenta Claudia Sheinbaum (CSP), habla de los Ministros, ayer lo hizo de manera desafortunada al decir que con la renuncia pretendían llevarse "un montón de dinero" (Noroña los amenazo con no aceptarlas para que no pudieran tener derecho a sus haberes, habló de alforjas (talegas de $), lo secundo Monreal, es evidente la venganza de los cuatroteístas con los grandes arbitross), pero hoy, cono perdonavidas CSP reconoció que tienen derecho a renunciar, pero no a cambiar la reforma Constitucional al Poder Judicial..
"Digo, pueden hacer, ¿cómo le llaman cuando hay resoluciones que tienen impactos?. preguntaJurisprudencia-, le dicen…, y señala que (si) "puede haber jurisprudencia en ese sentido sí, ¿pero cambiar la Constitución desde el Poder Judicial en el marco de nuestra Constitución?", pregunta..
Acusó que los Ministros de autoritarios de pretender estar sobre el Pueblo y el Constituyente (Permanente)
Señaló que la oposición le acusa de ser “una autoritaria y antidemocrática”, cuando, afirmó, lo que está haciendo su gobierno es cumplir con la Carta Magna…,
"O sea, ocho personas pretenden cambiar una reforma sobre el pueblo de México, sobre el constituyente. ¿Sí se dan cuenta de la magnitud?-, pregunta en su tonto como si fuera maestra de primaria...
Por eso digo: vamos a esperar a ver cómo votan (…) . Y, sobre eso, ya platicaremos la próxima semana, pero ese es el fondo, dijo..
Y agrega que "en ningún lugar el Poder Judicial es constituyente, el constituyente es el Poder Legislativo.
¿Quién es el constituyente?-, pregunta y dice…" Las 2/3 partes de la Cámara de Diputados, las 2/3 partes de la Cámara de Senadores y la mayoría de los Congresos locales. O sea, no es un asunto desde la perspectiva de magistrados, jueces, abogados", mencionó.
Y dice que donde si pueden haber revisión por haber hecho mal proceso legislativo, y aquí abrió una puerta de la Ministros.., , hubo fallas en el proceso legislativo como lo planteó una jueza…
"La Corte puede decir 'se realizaron mal estos procedimientos', eso sí podría. O sea el procedimiento con el cual se cambió, pero eso no dice la propuesta del Ministro Alcántara. Lo que dice es: 'les hago una nueva propuesta de Constitución de reforma al PJ'. Entonces, ¿quiénes son los autoritarios?", preguntó..
Pero CSP se confunde!
Morena y aliados, aun con todo su mayoría calificada - que por cierto fue irregular, fue un "regaló"otorgado por Tres Magistrados del TEPJF-, NO es Asamblea o Congreso Constituyente, la constitución que nos rige aun con todos los cambios, es la de 1917, y el Pacto Federal de 1824 sigue vigente…
CSP confunde Constituyente Permanente ( art 135) con Asamblea o Congreso Constituyente, son distintos, hay le tiene que explicar y no debe ser el ex ministro Zaldivar Lelo de Larrea ya que él ha cambiado…+
La división de Poderes hoy sigue vigente, y asi como el TEPJF decidió la sobrerepresentación, la última palabra en este tema es de los grandes arbitros (los Ministros) y si ocho deciden lo que decidan, será ley, quiera a no la Presidenta, Noroña, Monreal y et al…
Los ministros han sido generosos al colocarle un balón para que meta gol, pero ella está obcecada, confundida, obnubilada…
¿Y si la SCJN, le dice NO a toda la Reforma a Constitucional por un asunto procedimental?
No veo a CSP comportarse como jefa de Estado. Lástima….
De no acatarse la resolucion de la Corte , entonces si Dios nos coja confesados...
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El Ministro Juan Luis González Alcántara responde…
Negó rotundamente que la renuncia de los ministros sea para salvaguardar sus privilegios, como dijo la presidenta Claudia Sheinbaum.
Así lo declaró en entrevista con Ciro Gómez Leyva: “El ministro Arturo Zaldívar se fue con la pensión más elevada que se ha dado en los últimos años (...) si la presidenta considera que las cantidades que se nos aportarían sería lo que estamos defendiendo está equivocada (...) hay una campaña que señala a los ministros con ciertas prestaciones, nada comparado con lo que reciben (...) con lo que nos cuesta mantener una sola persona en Palacio Nacional”, señaló.
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Estrictamente Personal
La hipocresía de la prensa gringa/Raymundo Riva Palacio
El Financiero, octubre 30, 2024 |
La decisión del propietario del Washington Post de no llamar a los electores a votar por Kamala Harris en la elección presidencial mediante un endoso editorial, provocó una turbulencia dentro y fuera del periódico al haberse dado en vísperas de la elección que ha polarizado al país, sintetizada como la batalla final entre la democracia y la autocracia. Días antes del Post, Los Angeles Times hizo lo mismo, pero su decisión no causó el impacto del periódico emblema de la lucha contra el poder, aunque ambos pertenecen al selecto grupo de los cinco principales diarios en Estados Unidos.
La reacción negativa contra la decisión fue brutal. La tercera parte del Comité Editorial renunció en protesta, y 17 articulistas, incluidos varios premios pulitzer, publicaron una declaración conjunta donde afirmaron que el no hacer un endoso en la campaña presidencial era “un error terrible que representa el abandono de las convicciones editoriales fundamentales del periódico que amamos y donde hemos trabajado de manera combinada 218 años”. En horas, se cancelaron más de 200 mil suscripciones digitales, equivalente a 8 por ciento de su circulación pagada.
El propietario del diario, el multimillonario Jeff Bezos, dueño de Amazon, tuvo que justificar su decisión. En una nota titulada La dura verdad: los estadounidenses no le creen a sus medios, retomó una reciente encuesta de Gallup para decirle a sus periodistas que la credibilidad de los medios había caído al punto más bajo desde que se empezó a medir en 1972 “porque algo de lo que estamos haciendo, claramente, no está funcionando”, y puso en duda, por tanto, que endosar a un candidato pudiera mover las preferencias electorales.
Por más duro y cruel que parezcan sus afirmaciones para quienes hemos dedicado toda una vida al periodismo, en muchos puntos tiene razón. Lo que omite es que esa pérdida de credibilidad tuvo su punto de inflexión en 2016, en la campaña presidencial entre Donald Trump y Hillary Clinton, donde el republicano, como han hecho todos los populistas en el mundo, atacó ferozmente a los medios para provocarles un daño reputacional que le facilitara la demolición de la democracia desde adentro, para construir un régimen autócrata.
Trump viralizó contenidos de medios alternos de extrema derecha que difundían mentiras, difamaciones e impulsaban teorías de la conspiración, para manipular al electorado. En esa campaña, esos sitios inventaron noticias contra Clinton, que pudieron haber incidido en la derrota de la demócrata. Varios estudios han mostrado que la gente es más proclive a creer en mentiras y versiones fantásticas que en la verdad o la realidad, creyendo ciegamente lo que leen en las redes sociales.
Un estudio de la Universidad de Luisiana publicado en 2020 sobre la elección de 2016, mostró que 80 por ciento de quienes la respondieron no era capaz de reconocer entre propaganda y publicidad y una información noticiosa. De esta forma, el argumento cuantitativo de la pérdida de credibilidad en los medios en Estados Unidos y el mundo tendría que ser analizado bajo otro supuesto: qué tan importante son para una sociedad medios de comunicación con procesos para evitar los errores y castigar falsedades, que la realidad alterna que promueven los populistas para manipular a sus electorados.
La justificación de Bezos no está dentro de ese marco de referencia, que buscó defenderse ante la reacción negativa de esa decisión al haber sido tomada a 11 días de la elección, y después de que no tuvo reparo en que el Post endosara candidatos al Senado y al Congreso. Las reacciones, sin embargo, tienen un tufo de hipocresía en la prensa de ese país, que presume de imparcial y objetiva, estableciendo barreras –incluso geográficamente dentro de sus redacciones centrales– donde separa las áreas de opinión y comercial, para explicitar que la información no se contamina con los editoriales, y las ventas no modifican los contenidos editoriales.
Es discutible.
La visión épica de la libertad de prensa en Estados Unidos con casos como The New York Times vs. Sullivan, piedra angular de la Primera Enmienda, o los papeles del Pentágono y el Watergate, banderas de la dialéctica de la prensa con el poder, tiene claroscuros. La pureza no existe en los medios, y como en la vida, aproximarse a la verdad es una búsqueda incansable que tampoco, ni ahí ni en el mundo, transcurre sin tropiezos.
Hay muchos botones de muestra.
El legendario director del Post, Benjamin Bradlee, calló los amoríos de su amigo John F. Kennedy pese a que violaban la seguridad nacional. El Times ha sido cuidadoso durante años para no investigar regularmente la corrupción inmobiliaria en Nueva York, porque la familia Sulzberger, que tiene el control editorial del diario, está metida en ese sector. El Boston Globe no quería publicar los escándalos de pedofilia en la Iglesia católica por los vínculos que tenían sus propietarios con los jerarcas religiosos.
La discusión sobre endosar candidatos presidenciales es otra de sus contradicciones. El Post inició esa política al apoyar a Jimmy Carter contra Gerald Ford en 1976, porque el republicano había sustituido y perdonado a Richard Nixon por sus ilegalidades en el caso Watergate, lo que en sí muestra una posición políticamente ética, ante los ataques que sufrió de él, pero periodísticamente cuestionable. Endosar candidatos, presidenciales o cualquiera que busque un cargo de elección popular, muestra, por más que se quiera argumentar lo contrario, una tendencia editorial.
El Times no se queda atrás. En las grandes marchas por la despenalización del aborto, el periódico reprimió a Linda Greenhouse, su extraordinaria reportera en la Suprema Corte, porque, al haber marchado como ciudadana en una de esas manifestaciones, ponía en entredicho su imparcialidad al momento de reportar las discusiones judiciales sobre el aborto. ¿Por qué aquello estaba mal y endosar a un candidato o volcarse contra Trump sábado y domingo de manera rabiosa está bien?
No hay blancos y negros en este negocio. Hay realidades y posibilidades, que se tienen que ir acercando. Pero lo más importante es luchar contra las realidades alternas y las mentiras, que son las que dañan a la democracia y la armonía social.
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