11 nov 2007

¡Enchilada completa o nada!: Castañeda


Laurence Pantin entrevista a Jorge G. Castañeda: Calderón ha deshecho muchísimo.
El ex canciller vuelve a la polémica con un nuevo libro sobre el debate migratorio y con una postura inamovible: Calderón tiene derecho a cambiar la política exterior, afirma, y él a no estar de acuerdo con el Presidente. Es un debate americano, no es un debate mexicano. A mí me interesa incidir en el debate dentro de Estados Unidos. En México no hay debate porque más bien estamos de acuerdo
Publicado en Enfoque de Reforma, 11 noviembre 2007;.
La enchilada completa sigue quitándole el sueño a Jorge G. Castañeda. Con su último libro Ex Mex: From Migrants to Immigrants, el ex secretario de Relaciones Exteriores pretende incidir en el debate migratorio en Estados Unidos y llenar el vacío que dejó el gobierno de Felipe Calderón en esta materia.
En entrevista con Enfoque, el ahora profesor de ciencia política y estudios latinoamericanos y del Caribe en la Universidad de Nueva York reconoce que fracasó el intento del gobierno de Vicente Fox y del presidente George W. Bush para conseguir una reforma migratoria integral que no sólo consistiera en un programa para trabajadores temporales, sino que también diera una posibilidad de permanencia a los indocumentados ya presentes en Estados Unidos. Sin embargo, insiste en que era la mejor opción para México y que la negociación con Estados Unidos habría dado resultados si no fuera por los atentados del 11 de septiembre del 2001. Incluso después de los ataques terroristas, está convencido de que Bush pudo lograr que el Congreso de su país votara una reforma, si no hubiera esperado tanto para presentarla.
Castañeda lamenta que la postura de Calderón en materia de relaciones exteriores esté enfocada más a América Latina y sugiere comparar los millones de mexicanos que radican en Estados Unidos con los que habitan en los países que sí ha visitado el Presidente.
-¿Fue usted una víctima del 9/11?
-Para empezar, si hubo víctimas, los primeros fueron los que murieron. Y en segundo lugar, habrán sido los mexicanos para los cuales ya no fue posible llegar a ese acuerdo (migratorio). Incluso pueden verlo en la reseña que el New York Times hace del libro de Fox. Vuelven a insistir en lo que todo el mundo sabía: estábamos muy cerca de un acuerdo que se cae por el 11 de septiembre. Y eso es lo que demuestra también el memorándum de Powell y es lo que demuestran todos los documentos que están citados en el libro. Entonces, víctimas, hubo muchas.
Segundo, obviamente para los adversarios del acuerdo, el 11 de septiembre fue un muy buen pretexto, mientras que para los partidarios de un acuerdo fue un revés. Ahora sabemos que la tesis de Bush de dejar para después ya sea el acuerdo, ya sea la reforma -y también trato de demostrar en el libro con documentos públicos y reservados que no hay reforma sin acuerdo- fue un error gravísimo porque cuando finalmente se puso a tratar de hacerlo, primero en el 2006 con mayoría y luego en 2007 sin mayoría, en ambos casos no pudo.
¿Qué hubiera pasado?, se lo he preguntado a mucha gente cerca del gobierno en Estados Unidos, si Bush manda a mediados de 2002 un paquete al Congreso diciendo: "éste es un acuerdo al que llegamos con México; es un acuerdo necesario para la seguridad de Estados Unidos, seguridad interna y seguridad de las fronteras. Para apoyar a México, aprueben esto". Es muy probable que se hubiera aprobado. Bush tenía en ese momento niveles de popularidad altísimos. A final del 2002, obtuvo una mayoría republicana en el Senado, pero los demócratas estaban a favor. De que se hubiera podido, sí se hubiera podido.
-¿Es por eso que usted dice en su libro que, después del 9/11, el debate no cambió mucho, sino que fue el clima de la negociación lo que cambió, aunque no se sabe si para mejor o para peor?
-En parte, y en parte porque se llegó en junio de este año a una reforma que estuvo a un voto de ser aprobada. Porque sólo obtuvo 45 o 46 votos, pero en realidad, tenía 58-59. Cuando ya se dieron cuenta muchos demócratas y republicanos que no iba a pasar, entonces prefirieron votar en contra ya que su voto no era decisivo para aprobarla. A pesar de todo esto, faltó un voto. Es un desastre, pero tampoco se estuvo tan lejos.
-Pero la visión desde aquí es que no nos quedamos ni con la salsa de la enchilada, porque lo único que se logró es el muro y algunas leyes estatales muy desfavorables a los indocumentados...
-Ése es un argumento de gente tonta. No es que eso pasó porque se buscó el acuerdo o se buscó la reforma. Es al revés. Se buscó el acuerdo primero y después la reforma para evitar el muro, la discriminación y las deportaciones. Eso que iba a pasar, lo escribí hace 10 años. Por eso, se buscó todo esto, es decir, no es que en lugar de una cosa vino la otra. En segundo lugar, es más importante subrayar que hoy queda absolutamente comprobado que, o es la enchilada completa, o no es nada, y lo volvieron a decir todos los candidatos demócratas. Ellos le llaman hoy a la enchilada completa "comprehensive immigration reform". Tan no se puede hacer por pedacitos que ni el Dream Act se ha aprobado. Es una ley para los jóvenes que están en la preparatoria que no tienen papeles y que buscaba legalizarlos al terminar ellos la prepa y al trabajar dos años o entrar al Ejército dos años. Fue derrotado hace dos semanas. El AgJobs Bill, para los trabajadores agrícolas, que presentaron hace un mes, también fue derrotado. Es decir, o es comprehensive immigration reform -que en buen castellano se traduce "enchilada completa"-, o no es. Pero la otra tesis de que en lugar de una cosa se consiguió lo otro, ¡no! Se buscó el acuerdo y la reforma para evitar el muro, porque a todo el mundo se le olvida que el muro lo empieza Clinton en Rosarito, en playas de Tijuana, en Otay en 1996.
-Pero, ¿cuál sería su responsabilidad en esto?
-Es un fracaso mío, de Fox, de Bush, de Kennedy, del cardenal Mahony, de McCain, de Derbez, de Powell. O sea, somos muchos en la canasta de los autores del fracaso. Por un lado, siento muy cómodo estar en esta compañía, pero por el otro, hay que reconocer que fue un fracaso. Lo que hay que subrayar no es si fue o no un fracaso, eso es evidente. Es si fue correcto intentarlo, eso es, si correspondía y corresponde a los intereses de México -y por cierto, también de Estados Unidos- el haberlo buscado. Mi respuesta es que sí. Puede haber algunos que digan que no. Pero, de la misma manera que en Estados Unidos a los adversarios de esto se les pregunta a cada rato: "Entonces, ¿qué quieren hacer? ¿Quieren deportarlos a todos? ¿Quieren fusilarlos?", yo preguntaría en México: "Si esto fue un error, si no se debió haber intentado, entonces, ¿qué había que hacer? ¿Nada?".
Otra cosa que se demuestra en el libro con documentos, para todos los ignorantes y tontos que no hacen su tarea y que decían que no se entendió ni en el gobierno de Estados Unidos ni en el de México que había que cambiar de estrategia el 11 de septiembre, es cómo de inmediato buscamos incorporar el tema de la seguridad, desde un mes después. Y a los americanos no les interesó, como hasta la fecha no les interesa mucho, porque si les interesara mucho pondrían algo más que 460 millones de dólares a la más bien disfrazada como ayuda contra el narco y en condiciones de mucha dificultad de aprobación.
-Pero algunos opinan que más bien parece que usted quiere ayudar a Estados Unidos, con esto de incluir el tema de la seguridad en las negociaciones.
-Hay algo de cierto en eso. Es decir, México buscó incorporar el tema de seguridad. Ya había sido tocado muchas veces, no lo inventamos, pero después del 11 de septiembre, obviamente, era un tema más álgido. Efectivamente se tomó esa iniciativa. Primero, Estados Unidos negoció un acuerdo de fronteras seguras con Canadá y después lo negoció con México. Aclaro en el libro que esa negociación la hicieron Creel y Medina Mora. Nosotros decidimos no participar en ella porque no podíamos encabezarla y no queríamos avalar una negociación que no manejábamos, que es una postura que siempre tuve en Relaciones Exteriores. Que lo haga Gobernación sola, y entonces Gobernación es responsable de ese acuerdo, el de Monterrey, el de los 22 puntos. Pero es cierto que nosotros tomamos esa iniciativa. Pero, como le decía, no significó ayudar más a Estados Unidos que a México...
No ayuda más ni menos. Ayuda a ambos. En primer lugar, los riesgos de seguridad para Estados Unidos son riesgos también para México. En segundo lugar, o somos sus vecinos, somos sus aliados, somos sus amigos, o no lo somos. En tercer lugar, efectivamente, sin que fuera una cosa a cambio de la otra, esperábamos una reacción más positiva de ellos. No se puede criticar "por qué no incluimos el tema de seguridad" y también criticar "por qué lo incluimos". ¿Cuál de las dos?
-Pero quienes reprochan una cosa y la otra no son los mismos...
-Creo más bien que son los mismos y que quieren criticar a toda costa. Ahorita es evidente que el tema de seguridad era imposible de disociar de la relación de México y Estados Unidos. Al contrario, creo que hicimos bien. En eso Creel y Medina Mora hicieron un muy buen trabajo de adelantarse. Y, en efecto, no hubo la respuesta de Estados Unidos que hubiéramos deseado, porque Bush cometió el mismo error. Es un solo error: "Voy a hacer esto después". Cuando llegó el después, ya no pudo. Es el mismo error a propósito de la seguridad, a propósito de Iraq, a propósito de todo. El después nunca llegó.
-¿Por qué escribió este libro en inglés?
-Porque es un debate americano, no es un debate mexicano. A mí me interesa incidir en el debate dentro de Estados Unidos. En México no hay debate sobre esto, básicamente porque más bien estamos de acuerdo. El debate es en Estados Unidos. A mí me interesa dar la pelea en Estados Unidos.
-Pero las críticas que se han dado a su actuación demuestran que también hay debate en México...
-No, a mí no me interesan las críticas, me dan totalmente lo mismo. Estoy viendo hacia futuro y a mí lo que me interesa es participar en el debate donde se está dando, donde importa.
-Entonces, ¿no se va a traducir al español su libro?
-No, no tengo ningún proyecto de traducción al español.
-Algunos podrían decir que usted trata de opinar sobre el tema sin que aquí se entere la gente.
-No, no es ni una cosa ni la otra. Es un libro escrito para norteamericanos. Otros libros que he escrito han sido escritos para mexicanos. Un libro que sacaré dentro de algunas semanas va a ser escrito para México, no va a salir en Estados Unidos.
-¿Está intentando lograr lo que no logró como secretario de Relaciones Exteriores?
-No es lograr lo que no se logró. Es seguir en la misma lucha, como he seguido desde hace cuatro años que salí. Cada vez que tengo la posibilidad de intervenir en el debate en Estados Unidos, lo hago.
-Este libro es también una manera de explicar lo que hizo como secretario de Relaciones Exteriores, pero ¿por qué centrarse únicamente en el tema de la inmigración?
-Porque las otras partes, quizás, van a estar en otro libro. Es un libro sobre migración, para un público norteamericano, para incidir en el debate, en un momento en que las comunidades están viéndose especialmente agredidas, hostigadas, en un momento especialmente delicado, donde ante la enorme ausencia del gobierno de Calderón -gritan mucho en México, pero aquí no- alguien lo tiene que hacer. Lo hago con las posibilidades que tengo, que son escribir libros y promoverlos.
-Cuando dejó la Secretaría, pareció que lo único que le interesó fue el acuerdo migratorio. ¿Por qué?
-Porque me parecía y me sigue pareciendo el tema más importante del interés nacional mexicano en el exterior. Sé que a otros les gustan más las canciones rancheras, cantarlas con Evo Morales y con Chávez. Está bien, cada quien tiene sus opiniones. Mi opinión es que la situación de los 14 millones de mexicanos en Estados Unidos es el tema más importante de la política exterior.
-En su libro dice que la migración y la estabilidad económica han contribuido a crear una nueva clase media mexicana. ¿Es también por eso que puso tanto énfasis en el tema migratorio?
-No es por esa razón. Ésa es una consecuencia, más que una razón. Es decir, pienso -y The Economist ha dicho lo mismo- que estos últimos 12 años de estabilidad, cinco de Zedillo, seis de Fox y uno de Calderón, sin crisis, sin inflación, con bajas tasas de interés, han expandido la clase media mexicana muy significativamente, han reducido la pobreza muy significativamente. La migración es uno de esos factores; a mí no me parece un factor negativo. Cuando dicen: "Es que la pobreza se ha reducido por las remesas". Pues, a mí me interesa que se reduzca. Si es por obra de las remesas o por obra del Espíritu Santo, me da más o menos lo mismo.
-Una de las cosas que dijo Calderón es que quería "desmigratizar" la relación con Estados Unidos. ¿Qué opina sobre esto?
En primer lugar, ha sido un poco errático. Primero dijo que la quería "desmigratizar", luego la "remigratizó" porque de lo único que habla en relación con Estados Unidos es de eso, constantemente en sus discursos, y lo aplauden y todo. Luego, alguien dijo, bastante desafortunadamente, que había que "desmexicanizar" el tema migratorio. Bueno, todo el libro muestra por qué eso es imposible. ¿Por qué? Porque 60 o 70 por ciento de los migrantes sin papeles son mexicanos. Va a ser bastante difícil "desmexicanizarlo". Luego Calderón quería venir a visitar las comunidades; canceló el viaje. Probablemente, a menos de que algo cambie en un mes, cosa que dudo, va a ser el primer Presidente en 30 o 40 años que en su primer año no viaje a Estados Unidos ni a Nueva York ni a Washington ni a las comunidades. Es una postura para mí un poco errática, que no comprendo muy bien. Entiendo que lo más importante para Calderón es ser distinto a Fox. Eso es su brújula fundamental, pero el problema es que no está el gobierno descendiendo a las comunidades ante la embestida más fuerte contra ellas desde los años cincuenta. Si eso es bueno o malo, cada quien saca sus conclusiones. Para mí eso es más importante que Chávez o Evo Morales, o la retórica de las hermanas repúblicas. Pero entiendo que para otros es más importante ser amigo de los cubanos que ser amigo de los mexicanos en Estados Unidos. Cada quien escoge.
-¿Teme que Calderón vaya a deshacer lo que usted procuró hacer?
-Ha deshecho muchísimo. Otra vez les estamos haciendo el trabajo sucio a los cubanos en Naciones Unidas. Eso es una realidad. Espero que eso cambie, pero por el momento ya es. En efecto, han tratado de darle menor importancia al tema migratorio, al grado que el presidente Calderón no ha venido a Estados Unidos. No sé cuántos mexicanos hay a donde va, pero tengo la impresión de que hay más en Estados Unidos. Siempre he sido muy partidario de que el que hace la política exterior es el Presidente. A él le elegimos y tiene todo el derecho de cambiar la política exterior como él quiera. Yo tengo todo el derecho de no estar de acuerdo.
-¿Qué opina de la situación actual en relación con la reforma migratoria en Estados Unidos?
Está pospuesta por lo menos hasta 2009. Pero entre tanto se han vuelto realidad las concesiones que Bush hizo a la derecha para lograr la reforma, pero sin la reforma. Entonces, es el peor de los mundos posibles, porque Bush lo hizo mal y quizás porque también, ya el último año con Fox y obviamente el primer año con Calderón, México decidió no participar en el debate. Que porque Bush lo pidió, sí, Bush lo pidió. Pero Bush pidió muchas cosas, y algunas se le dijeron que sí, y otras se le dijeron que no. Y en ésta se le dijo que sí y quizás fue un error haberle dicho que sí.
-El libro es un intento de hacer esto justamente, participar en el debate...
A mi muy modesta escala. Ahora soy un ciudadano mexicano común y corriente en Estados Unidos, profesor universitario sin mayor pretensión que eso, que lo que puedo hacer es escribir libros y promoverlos, punto. No puedo hacer más que eso. Si el gobierno no lo quiere hacer, pues ni modo, deja un vacío. Obviamente, el vacío a mí me conviene. Menos están presentes ellos, más estoy presente yo.
Conózcalo Título: Ex Mex: From Migrants to Immigrants.
Autor: Jorge G. Castañeda.
Editorial: The New Press.
Año: 2007.
Para conseguirlo en México: www.thenewpress.com o www.amazon.com

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