12 jul 2010

Goméz Mont visto por Fabiola Martínez

El presidente Felipe Calderón valora su permanencia en la Secretaría de Gobernación
Diferencias con Lozano tienen bajo la lupa a Gómez Mont
Fabiola Martínez, reportera
Periódico La Jornada, Lunes 12 de julio de 2010, p. 3
El presidente Felipe Calderón Hinojosa hace una valoración de la permanencia de Fernando Gómez Mont al frente de la Secretaría de Gobernación (SG).
Fuentes consultadas señalaron que el propio funcionario pidió al jefe del Ejecutivo hacer ese análisis ante las diferencias que han surgido entre algunos integrantes del primer círculo presidencial por las alianzas electorales, la situación de seguridad pública y el conflicto con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
De acuerdo con la versión de los informantes, Javier Lozano, secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), ha criticado los resultados de Gómez Mont y, con esa estrategia, pretende llenar sus aspiraciones políticas en el PAN y avanzar hacia la candidatura presidencial.
Mientras el Presidente toma una decisión al respecto, los intereses de Lozano abren, en los hechos, una contienda en el Partido Acción Nacional para determinar quién relevaría a Gómez Mont: Lozano o César Nava, dirigente del panismo, aunque se mencionó a Miguel Ángel Yunes, quien contendió por la gubernatura de Veracruz.
En el sector laboral confirmaron que uno de los temas que generaron diferencias entre Gómez Mont y Lozano fue el caso SME, porque tras el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, hace nueve meses, de Gobernación surgió una oferta para que ese sindicato aceptara la recontratación de 8 mil 500 electricistas (de una plantilla de 44 mil) a cambio de que diluyeran la movilización colectiva por el cierre del organismo.
“Lozano se molestó con la oferta de Gobernación; la consideró una traición para el proyecto de Calderón, quien supuestamente busca limpiar el déficit en las empresas del sector eléctrico”, señaló una fuente sindical.
Otro elemento que distanció a Gómez Mont de los integrantes del primer círculo calderonista en referencia ocurrió a finales del año pasado, cuando el funcionario fungió como testigo de honor en la firma de una carta-compromiso entre el PAN y el PRI, para que el primero no se aliara con la izquierda en las elecciones de 2011 en el estado de México.
Fue precisamente en el Palacio de Covián, donde se concretó ese compromiso avalado por la presidenta del tricolor, Beatriz Paredes; César Nava, así como el secretario de Gobierno mexiquense, enviado del gobernador de esta entidad, Enrique Peña Nieto, otro de los aspirantes a la candidatura presidencial.
Cuando se destapó el acuerdo antialianzas, Gómez Mont persistió en su crítica hacia las uniones entre partidos antagónicos porque –argumentaba desde semanas antes– constituyen un especie de fraude para los ciudadanos cuando los pactos no son apuntalados por un programa común de gobierno y se quedan como meros instrumentos para llegar al poder. Por esta ruptura, Gómez Mont renunció al Partido Acción Nacional.
Si Gómez Mont sale de Gobernación, agregaron las fuentes consultadas, “lo hará sin haber torcido sus convicciones. Además, el Presidente se quedaría sin un interlocutor con el PRI, partido que reconoce en el secretario un crítico de las alianzas pragmáticas”. En tal caso, agregaron, el presidente Calderón podría tomar una decisión en breve, luego de una amplia evaluación de sus principales colaboradores.
Gómez Mont llegó a Gobernación el 10 de noviembre de 2008, una semana después del desplome de la aeronave en la que murió su antecesor, Juan Camilo Mouriño.
Desde la titularidad en Gobernación ha encabezado también la secretaría ejecutiva del Consejo de Seguridad Nacional, en un lapso en el que se ha cometido un número sin precedente de asesinatos relacionados con la delincuencia organizada.
Gómez Mont ha emitido polémicas declaraciones en el contexto de los operativos contra el narcotráfico. (“Los estamos esperando. Métanse con las autoridades, no con los ciudadanos”, retó a delincuentes.)
El mes pasado volvió al ojo del huracán por haber sugerido a los defensores de derechos humanos no ser cómplices ni “tontos útiles” de la delincuencia.
Ha sido también pieza clave en la interlocución del Ejecutivo con legisladores y jueces, especialmente para impulsar las reformas política y judicial.
En la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue enviado a hablar con los ministros, con el bagaje que le da su experiencia de abogado penalista, para convencerlos de no fincar responsabilidades en contra de altos funcionarios públicos (como el ahora secretario de Comunicaciones, Juan Molinar Horcasitas) por el caso de la guardería ABC, en Sonora, donde murieron 49 niños.
El viernes pasado, Gómez Mont dijo que el Presidente lo comisionó para convocar a un diálogo nacional, para reconstruir las instituciones y estrategias de gobierno, aunque prometió que si su jefe o él cambian de opinión respecto a su estancia en Bucareli, de inmediato se sabrá.
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Lunes 12 de julio de 2010

Columna Astillero
Rumores en Bucareli
Julio Hernández López
Mucho se insiste en que ha llegado a su término la vida políticamente útil del actual secretario de gobernación, el artificialmente enflaquecido Fernando Gómez-Mont, cuyos arreglos estéticos habían sido pensados para una duración más larga, eventualmente incluso para la candidatura presidencial a la que el abogado invariablemente negaba viabilidad aunque sus nuevos posicionamientos parecían encaminarse a buscar de hecho lo que de palabra negaba. El afamado litigante carece ya de la respetabilidad política que es indispensable para dialogar y negociar con dirigentes de partidos, líderes de bancadas legislativas, gobernadores y la diversa fauna que conforma la clase política mexicana. Esa devaluación no proviene solamente de sus errores personales –que son muchos–, sino también del uso enredado y enredoso que del poder ha hecho el jefe de ese bando, Felipe Calderón, quien practica las difíciles suertes de instruir en un sentido a alguno de sus subordinados e inducir a otro a descalificar y derrotar las posiciones del anterior y de negar ante algunos lo que a otros aseguró y dejar entrampados a algunos, o a todos, en función de los zigzagueos, desconfianzas, cesiones, claudicaciones, retrocesos y contradicciones que forman el portafolio básico de acción política del licenciado Calderón.
En caso de que se produjera la tan cantada remoción del hermano de quien fue escandaloso funcionario de Fonatur, Calderón estaría en condiciones de trazar nuevas líneas en el tramo, cada vez más acotado, de la política nacional que le toca formalmente conducir. Una lectura fría del panorama general le llevaría a presentar en Bucareli una propuesta de diálogo y apertura que le permitiera llevar en cierta calma el lapso que aún le queda como usuario de Los Pinos. Pero resulta que en ese entorno oficial corren versiones de que el bando ocupante de la casa presidencial apuesta por el endurecimiento, entre otras cosas porque allí se considera que los resultados electorales recientes fortalecen al panismo-calderonismo y confirman el éxito que puede acompañar a estrategias y tácticas fuertes, de confrontación y audacia. Aun cuando en esos círculos íntimos se sabe de la satisfacción que al esposo de la señora Margarita le produce el sacarse de la manga las cartas menos pensadas (el nombramiento del propio Gómez-Mont es ejemplo de esa pasión por el secretismo), hay voces que promueven la idea de que a las oficinas de Gobernación podrían llegar personajes como César Nava o Javier Lozano, tenidos ambos como grandes triunfadores en las tareas oscuras que les fueron encomendadas: el desfalleciente prometido de la cantante Patylú, en el sostenimiento de las alianzas electorales con el PRD y otros partidos, y el secretario del trabajo en los casos de electricistas y mineros perseguidos y reprimidos.
La reinstalación de la ilusión electoral, una semana atrás, mediante reacomodos grupales que en el fondo significan más de lo mismo, también han acelerado los procesos internos partidistas rumbo a las postulaciones de 2012. En el PRI, Enrique Peña Nieto sigue siendo el puntero indiscutido, pero el nuevo reparto de gubernaturas ha reducido la distancia entre el gobernador del estado de México y su principal competidor, el senador sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera, que se prepara para retomar la función de controlador real del Senado que para efectos de simulación y en pago en vitrina por servicios recibidos ha dejado en manos del perredista-beltronista Carlos Navarrete. En el PAN, la flacura extrema de la caballada ha hecho que pretendan aparecer como opciones tanto el senador Santiago Creel como la diputada Josefina Vázquez Mota, mientras Calderón mantiene en su regazo, con el riesgo de asfixiarlos, a las presuntas opciones fuertes, pertenecientes a su entorno bonsái. Del lado “izquierdista”, técnicamente las aguas van tomando su curso procesal sabido y acordado (es decir, que será el año entrante cuando se defina una candidatura presidencial de ese flanco, y que ella corresponderá a quien en ese momento esté “mejor posicionado”), pero también es evidente que la brecha política e ideológica entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard se ha agrandado.

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