29 jun 2013

Tres poemas de Roberto López Moreno


 Tres poemas de Roberto López Moreno
Agencia APRO-Proceso. 13 DE MAYO DE 2006

México, D F, 12 de mayo (apro)- Presentamos a Roberto López Moreno, poeta, musicólogo y narrador chiapaneco, quien ha publicado libros como Yo se lo dije al presidente, Décimas lezámicas, Las mariposas de la tía Nati, Herbario de varia hoguera, Crónica de la música en México y Manco y loco, ¡arde! Acaba de editar un CD con textos suyos que él lee, alternando cánticos de la soprano Martha Mejía, a Capella
“Viva voz viva Poesía y canto” se intitula esta grabación, editada por Amarte (Ayuda Mutua y Arte robertolopezmorenocom) De ahí, hemos seleccionado tres poemas para nuestros lectores, que ofrecemos a continuación
El caballero del ánfora
Roberto López Moreno contador de cosas raras,
tú que sales con historias y epopeyas legendarias
de cosas que han sucedido en estas tierras de Chiapas,
¿por qué ahora tu labio, adverso, se despuebla de palabras?,
¿por qué ese silencio vasto, por qué la orfandad del habla?
Nada especial ha tenido esta azul noche estrellada,

un hombre más que se muere, un alma más que descansa
Ni se va a acabar el Sol ni las estrellas se acaban
y en el lecho de los ríos seguirá corriendo el agua
Entonces, que nos congreguen el ensueño y la nostalgia
Cuenta una de esas historias que anidan en tus palabras
Esta es una historia nueva, parte de lo nuevo en Chiapas
y fue en la ciudad de Huixtla en donde marcó su estancia,
la ciudad del Soconusco amurallada de llamas
Era un caballero triste que a las estrellas cantaba
con las voces que partían de la unión de mil gargantas,
de la garganta del río, del viento sobre las palmas,
la garganta de los nidos en aéreos pentagramas
Toda Huixtla convivió la Luna con sus palabras
vagando en calles de fiebres por cristal encarceladas
Aquel caballero triste cantaba la voz del alba
Todos sabían del poeta, de un secreto que guardaba,
Y nadie supo jamás que se trataba de un ánfora,
con el licor más entero del fruto de la esperanza
Aquel caballero triste que a las estrellas cantaba
fue regando voz y sueño, el licor que atesoraba,
a cada golpe de fuego que sus plantas caminaban
Una noche, brasa y viento, enmudeció su palabra,
el ánfora estaba rota, el licor sembrando estaba
La última gota de vida derramó cierta mañana
En que las voces del río eran más puras y claras
Una escala de marimbas se tendió atrás de las palmas
y él ascendió lentamente filos de la madrugada
mientras se desvanecía la estrella de la mañana
Esta es una historia nueva, parte de lo nuevo en Chiapas,
Sucedió en Huixtla, ciudad amurallada en llamas
Era un caballero triste que a las estrellas cantaba
Con un ánfora al costado que sangraba
Camino el silencio oscuro donde los grillos escaldan
las axilas de la noche entre humedad de guitarras
Una voz viene del río, otra del viento en las palmas,
y de pronto en el transcurso una sombra se destaca,
se interpone en mi camino, lento trato de evitarla,
pero la sombra que insiste crece un perfil sin palabras
Adelanta en la penumbra las dimensiones de un ánfora;
trato entonces de apurar algún licor de esperanza
pero el recipiente roto guarda el dibujo de nada
Sigo mi paso en silencio, golpe de las noches ardas,
Una voz viene del río, otra del viento en las palmas
y es más clara allá en el cielo la estrella de la mañana
No debió de morir
Dice la ausencia al fin, no debió de morir
En el corazón anida el dolor de cada herida
que nos da la lejanía
Para qué este sentir, si la vida es así,
el adiós es una ley del amor,
que se tiene que cumplir
***
Corrido
Licencia pide el alero con la voz en los turpiales
y aromas de tamarindo, callejeros de la tarde
El tejado se oscurece y el campanario desmaya,
mientras palpita el corrido su corazón de guitarra
El nuevo fruto se entibia con la caricia del aire
y se enfiesta de promesas en sorprendido ramaje
Ha muerto López Moreno, lo sabe la adusta loma,
lo vieron llegar sangrando mutilado de palomas
Cantaba una golondrina, moneda que llovió del cielo
la luz que aprendió en las nubes y resbaló por el cerro
El viento que por la noche platica con el paisaje
lo ha gritado voz en cuello a la mitad de la calle
Ha muerto López Moreno, murió de dos cuchilladas,
dos dagas le están matando del recuerdo a la nostalgia
Vereda de los adioses, ¿dónde está López Moreno?,
¿dónde las dos cuchilladas que le bailan en el cuerpo?
Vereda de adioses verdes, hilera de casas blancas,
un pecho de rojos ríos cruzado por negras dagas
El viento rural pregunta, ¿dónde está López Moreno?
Quiero mirarlo de frente, no en el perfil del recuerdo
Los cuchillos que, verdugos, le desvistieron el alma
descansan su indiferencia en un trigal de pestañas
Ha muerto López Moreno, dos ojos lo apuñalaron,
al fondo de una barranca las tunas están sangrando
Vuela, vuela, palomita, noviecita de un lucero,
Ve a avisarle a los maizales que murió López Moreno
Sobre la milpa volaron alas de blancos pañuelos,
¿Yo? Yo me quedé en los portales
Pues no quise ver mi entierro

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