En 2005 habrá elecciones en 17 entidades federativas; se elegirán nueve gobernadores, 661 diputados locales y 1,015 ayuntamientos, y la totalidad de la Cámara de Diputados.
Los gobiernos que cambian de titular del ejecutivo son: Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora. También habrá elecciones para alcaldes y diputados locales en Campeche, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Distrito Federal (delegados y asambleístas), Hidalgo y Jalisco, Morelos, y Tabasco.
Los gobiernos que cambian de titular del ejecutivo son: Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora. También habrá elecciones para alcaldes y diputados locales en Campeche, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Distrito Federal (delegados y asambleístas), Hidalgo y Jalisco, Morelos, y Tabasco.
Por cierto, en el escenario políticos posiblemente participen tres partidos políticos más: Morena, Encuentro Social y Partido Humanista.
*
*
Columna DE
MONSTRUOS Y POLÍTICA/Marco Rascón
Milenio, 11 de junio de 2014
2015:
¿batalla, repliegue o desbandada?
Para
2015 no hay ningún indicio de corregir y reconocer errores. En el PRD la lucha
por la presidencia del partido está marcada por un extraño confort disfrazado
de amenazas de rupturas.
De
seguir la tendencia de todos aquellos que se reclaman parte de la izquierda
partidaria electoral en México, el próximo año podría ser un desastre.
Se
acumulan no solo las diatribas presentes, sino también la negación a ver
autocríticamente las causas de las grandes derrotas, aún inexplicables en 2006
y 2012, que han dejado como secuela un estado general de desbandada política,
organizativa, conceptual, que gracias a ella el PRI, siendo una fuerza
minoritaria en 2006 (23%), recuperó la Presidencia seis años después.
¿Cuál
es el origen? Las órdenes confusas y bañadas de triunfalismo desde la máxima
dirección política del lopezobradorismo previo a la elección de 2006 violaron
todas las leyes de la estrategia, mismas que se han prolongado negativamente,
pues hoy esa dirección convertida en el partido Morena parte de que aquella
fuerza permanece intacta y justifica ahora la división de la fuerza propia,
pues al no reconocer los errores propios, estableció que la causa de su derrota
fueron razones externas, producto del fraude y la traición, que ahora deberán
ser sustituidas por la pureza y el vanguardismo.
Eso
le lleva a establecer como objetivo central derrotar, no al PRI o al PAN, sino
a la misma izquierda e incluso a sus aliados más cercanos, como el PT y
Movimiento Ciudadano, donde tripula su sigla.
La
estrategia de un registro propio, sin más control interno que el liderazgo de
López Obrador, le lleva de manera natural a favorecer al PRI y actuar contra su
propio campo, del cual se deslinda acusando de traición a toda aquella
manifestación que no se le subordina.
Sun
Tzu, el ideólogo de la estrategia de guerra, señala que un imperativo para
ganar y vencer al contrario requiere superar al enemigo mentalmente, es decir,
venciéndolo no solo en el campo de batalla, sino en su propio terreno y frente
a sus propios aliados y soldados.
Al
centrar toda la política en “la resistencia”, abandonando los objetivos de la
transformación, la izquierda, y no solo Morena, se refugiaron en el pasado, el
terreno que el PRI abandona y se deslinda para presentarse como un partido
nuevo y rejuvenecido. Pésimo.
Más
allá de otros errores inmensos de 2006, como la ausencia en el primer debate a
falta de ideas superiores; el triunfalismo basado en la fe del derecho a ganar,
sin reconocer la fuerza del adversario; la colocación de toda la fuerza y la
estrategia en el plantón Zócalo-Reforma “para impedir la salida violenta”; el
divisionismo posterior y la desbandada, hasta la república amorosa seis años
después, lo que han construido es una profunda derrota en el orden ideológico,
programático, organizativo, ético y de perspectiva, no solo del núcleo
lopezobradorista, sino de toda la izquierda electoral.
Lo
peor es que para 2015 no hay ningún indicio de corregir y reconocer errores.
En
el PRD la lucha por la presidencia del partido está marcada por un extraño
confort disfrazado de amenazas de rupturas. Cada corriente y bloque de ellas
busca preservar su fuerza, sus diputados, sus plazas y posiciones. No hay
ninguna corriente que esté proponiendo cambios a las reglas establecidas, y ya
agotadas, que mantienen al PRD paralizado organizativamente e imposibilitado
para crecer. Los porcentajes de su elección interna serán trasladados a 2015 y
solo eso es el fondo del conflicto.
A
diferencia de Morena, PT y Movimiento Ciudadano, el PRD estableció un objetivo
a mediano plazo a través de la consulta para revertir los términos de la
reforma energética. Esta iniciativa es el arma distintiva a la que de manera
tardía y divisionista se pretende subir Morena ante el resquebrajamiento de su
estrategia que pretendía, con base en “llenar el Zócalo”, detener la decisión
de los impulsores de la reforma.
No
obstante, dado el divisionismo, 2015 podría significar una grave derrota que
muchos adjudicarán al fraude, para no reconocer nuevamente los errores que ya
se ven, pero que pocos han advertido y señalado.
La
historia de los avances importantes de la izquierda mexicana se hizo remontando
el sectarismo. Hoy existe un culto a esta práctica política, lo cual ha llevado
a la enajenación y la descomposición del pensamiento lúcido que pregonaron a
los que se decían estaban al lado de las mayorías y del pueblo.
El
nivel del pensamiento es menor y está basado en la construcción de mitos, como
aquellos que creen que sus recuerdos gloriosos son el presente y parten de
ellos para definir sus posturas políticas.
Por
el mismo camino, reventando una y otra vez la unidad, no solo la izquierda se
convierte en una minoría crónica, sino también funcional para lo que dice
combatir.
www.marcorascon.org
http://twitter.com/MarcoRascon
No hay comentarios.:
Publicar un comentario