Videorevelaciones/Jaime
Sánchez Susarrey
Reforma, 02
Ago. 2014
El
video en que conversan, muy amigablemente, Servando Gómez, La Tuta, y Rodrigo
Vallejo, hijo de Fausto Vallejo, entonces gobernador de Michoacán, confirma lo
que habían denunciado las autodefensas.
Permite,
incluso, ir más allá y afirmar que en Michoacán no sólo había complicidad entre
Los Templarios y el gobierno del estado, sino que se había gestado un
narcoestado.
El
hijo del gobernador y el secretario general de Gobierno, para no mencionar
presidentes y policías municipales, estaban comprometidos o servían a Los
Templarios. Sólo ingenuamente se puede suponer que Fausto Vallejo no sabía
nada.
Vale
tener presente, sin embargo, que el deterioro -si así se le puede llamar- de
Michoacán no inició con la llegada de Vallejo al poder. Los gobiernos de Lázaro
Cárdenas Batel y Leonel Godoy sentaron las bases de lo que ocurriría
posteriormente.
Al
respecto, baste recordar el vínculo entre Julio César Godoy, medio hermano del
gobernador, quien fue electo diputado federal, y La Tuta. Y en la misa
tesitura, la explosión de granadas, el 15 de septiembre de 2008, en la Plaza de
Armas de Morelia.
Menciono
tres: primero, las muertes de El Kike, operador financiero de Los Templarios, y
de El Chayo, fundador de La Familia, ocurrieron de manera poco clara. Ambos
fueron sorprendidos en fuga, completamente aislados, opusieron resistencia, y
cayeron abatidos. Se les pudo haber detenido, pero no se hizo.
Segundo,
el arraigo al que fue sometido Jesús Reyna se acompañó de la exoneración
inmediata del entonces gobernador Fausto Vallejo, argumentando que no tenía
nada que ver y no estaba enterado de lo ocurrido.
Tercero,
José Manuel Mireles declaró públicamente que el gobierno federal no detenía a
La Tuta porque no quería, ya que lo tenía perfectamente ubicado. Poco después,
el doctor Mireles fue aprehendido, acusado de portación de armas reservadas al
Ejército, pero a la fecha Servando Gómez sigue libre.
Hecho
que obliga a hilvanar dos preguntas: ¿quién tenía la capacidad y quería grabar
las entrevistas que sostenía La Tuta con diferentes personajes de la clase
política y del mundo empresarial? ¿Por qué aparecen ahora los videos que
inculpan a Reyna, Martínez Pasalagua, Rodrigo Vallejo y varios presidentes
municipales?
Sean
cuales fuesen las respuestas, estos y otros videos muestran a cabalidad que el
líder principal y absoluto de Los Templarios es Servando Gómez. Ni Nazario
Moreno, El Chayo, ni Enrique Plancarte, El Kike, tenían el protagonismo y la
fuerza de La Tuta.
Lo
que conduce a una conclusión elemental: hasta el momento no se puede afirmar
que Los Templarios hayan sido descabezados, porque su líder principal sigue
libre.
Un
recuento de lo ocurrido en 2013 y 2014 pone en evidencia otras cosas: a)
inicialmente, el gobierno federal minimizó lo que ocurría en Michoacán; b)
fueron las autodefensas las que enfrentaron por primera vez a Los Templarios;
c) el gobierno federal reaccionó hasta que el cerco de La Ruana y Buenavista
Tomatlán tuvo repercusiones en la prensa internacional; d) la ofensiva contra
Los Templarios no hubiera sido efectiva sin el apoyo de las autodefensas.
Por
todo eso, resulta inconcebible que José Manuel Mireles, como antes Hipólito
Mora, haya sido detenido y continúe, a la fecha, en prisión. Porque no es lo
mismo asesinar, extorsionar, robar y cobrar derecho de piso, que tomar un fusil
para oponer resistencia a los criminales amafiados con las autoridades municipales
y estatales.
Lo
ocurrido en Michoacán, que no acaba de terminar, confirma que la única salida
es la construcción de un Estado de derecho. Pero la verdad es que ésta no
parece ser la preocupación principal del gobierno federal, ni en ese estado ni
en la República.
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