22 oct 2017

Ciudad de México: En el desamparo, la Catedral y otros 106 templos históricos

PROCESO # 2138, a 22 de octubre de 2017..
Ciudad de México: En el desamparo, la Catedral y otros 106 templos históricos/
RODRIGO VERA

La Catedral Metropolitana, símbolo del catolicismo mexicano y uno de los inmuebles históricos emblemáticos de la Ciudad de México, muestra severos daños ocasionados por el sismo del pasado 19 de septiembre, los cuales se agravaron con el concierto del domingo 8 en el Zócalo. Pero no es el único templo católico afectado por el terremoto: son 107 en total, la mayoría de los cuales se localizan en el centro capitalino y sus alrededores. Por tratarse de bienes históricos nacionales, su resguardo le corresponde al INAH, institución que, según el vocero de la arquidiócesis capitalina, no está preparada ni siquiera para hacer los peritajes necesarios.
Alfredo Martínez, del voluntariado de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, apunta hacia las torres agrietadas de ese histórico inmueble y se lamenta: “Observe esas grietas. Fueron provocadas por el sismo del pasado 19 de septiembre, que las dejó con un centímetro de grosor. Pero ahora ya se abrieron a dos centímetros a causa del concierto en el Zócalo, el pasado domingo 8, justamente para apoyar a las víctimas del temblor”.
–¿Tan lastimada dejó el sismo a la Catedral, que incluso la afectó el concierto Estamos Unidos Mexicanos?

–Sí, así es. Al igual que muchos templos de la arquidiócesis de México, la catedral también resultó muy dañada por el sismo. Los peritos nos dicen que el Zócalo es una caja de resonancia, por lo que durante los conciertos, el fuerte sonido de la música y el brincoteo de las multitudes producen vibraciones que ya están dañando a la Catedral, ocasionando una especie de microsismos.
–El Zócalo siempre ha sido centro de manifestaciones sociales y festejos, como el del grito del 15 de septiembre, ¿ahora tendrán que suprimirse para no dañar a la Catedral?
–Todo eso necesitará platicarse con las autoridades. Sabemos bien la importancia del Zócalo en cuanto a punto de manifestaciones sociales. Aquí, por ejemplo, la gente suele encadenarse a las rejas del atrio en señal de protesta. Pero, por otro lado, la Catedral Metropolitana es un importantísimo patrimonio histórico y artístico… y hay que saber cuidarlo.
Durante el temblor del 19 de septiembre, además de agrietarse esas dos torres, se cayó la cruz de cantera que coronaba a la torre oriente y la escultura La Esperanza, se vino rebotando de lo alto para caer hecha pedazos en el atrio. Esta valiosa pieza formaba parte del conjunto escultórico sobre las tres virtudes teologales –fe, esperanza y caridad–, realizado a principios del siglo XIX por el prestigiado ingeniero y escultor Manuel Tolsá.
Los inmuebles catedralicios –Patrimonio de la Humanidad y que empezaron a construirse en el siglo XVI– sufrieron otros daños: el de la excuria se desprendió del edificio principal de Catedral, el atrio se agrietó, los púlpitos de ónix se movieron de sus bases, el área del coro igualmente tuvo desplazamiento, se desprendió el estuco del techo de las naves y un torreón interno se resquebrajó.
Encargado de llevar el recuento de los daños, Alfredo Martínez va señalando al reportero uno a uno los estragos. Explica: “La Catedral se construyó sobre tres diferentes tipos de suelo: sobre el lago de Tenochtitlán, sobre lodo y sobre el Templo Mayor. De ahí su fragilidad ante el sismo”.
–¿No se cerrará al culto?
–No, porque los peritos nos dicen que no está en riesgo de derrumbe inminente. Pero nos recomiendan tomar estrictas medidas de seguridad. Por ejemplo, el acceso principal está cerrado, ahora sólo se entra por la puerta lateral que da a la calle Monte de Piedad.
Martínez camina por la plancha agrietada del atrio, cuya área de fachada, que da al Zócalo, se cerró al público.
“Esta zona es peligrosa porque siguen cayéndose pedazos de la fachada. Incluso las dos esculturas de Tolsá que quedaron en lo alto, la de la fe y la caridad, se movieron con el sismo porque no están fijas en su base. Se sostienen por su propio peso. También pueden caerse. Hay que tener mucho cuidado”, dice.
Daños en 107 templos
El vocero de la arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, señala que el sismo provocó daños en 107 templos de la Ciudad de México; muchos de ellos, como la Catedral, son “bienes históricos nacionales” cuyo resguardo le corresponde al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“Oficial y legalmente, el INAH es el responsable de esos templos, considerados bienes nacionales. Le corresponde restaurarlos en caso de que sufran cualquier daño”, agrega y lamenta que esa institución haya quedado totalmente rebasada ante los estragos del sismo, al grado de que ni siquiera ha podido hacer los peritajes de daños en esos templos.

Dice: “El INAH no está preparado para un colapso de esta magnitud. No tiene ni la estructura ni el personal para poder hacer los dictámenes. Esperemos que poco a poco vaya haciéndolos, dándole prioridad a los templos más dañados”.

–¿Algunos de estos templos quedaron inhabilitados para el culto?

–Sí, claro. Hay varios templos en esa situación, como el de Nuestra Señora de Loreto, el de la Santa Veracruz, Nuestra Señora de Los Ángeles, San Gregorio o el templo de Tláhuac, entre otros.

La arquidiócesis ya emitió una lista de los 107 templos afectados, donde detalla su ubicación y los daños sufridos. Varios son inmuebles con un alto valor histórico y arquitectónico, como el templo de La Profesa, en el Centro Histórico, y el de la Santa Veracruz, a un costado de la Alameda Central y mandado construir por Hernán Cortés.

Otros inmuebles aledaños al Centro son el de Santiago Apóstol, en Tlatelolco, afuera del cual ocurrió la matanza estudiantil de 1968; y el de la Sagrada Familia, en la colonia Roma, a cargo de los jesuitas y donde se guardan los restos de Miguel Agustín Pro.

En el sur de la ciudad resultaron dañados otros importantes templos coloniales: el de San Juan Bautista, en el centro de Coyoacán; el de San Jacinto, en San Ángel; y el de San Agustín de las Cuevas, en la plaza central del pueblo de Tlalpan.

Recintos históricos

El capellán del templo de La Profesa, Luis Martín Cano Arenas, deambula cabizbajo por el interior de ese imponente edificio barroco colmado de cuadros y esculturas novohispanas.

“La Profesa quedó resentido con el temblor del 7 de septiembre. Pero con el del 19 sufrió un impacto mucho mayor”, dice preocupado.

–¿Sufrió daños estructurales?

–No lo sabemos todavía. Vino gente del INAH, tomó fotografías y medidas y nos dijo que era necesario apuntalar la sacristía. Eso fue todo.

Aparte de la joya arquitectónica edificada en el siglo XVIII –en lo que hoy es la esquina de Madero e Isabel la Católica–, el capellán debe cuidar la rica pinacoteca virreinal instalada en uno de sus recintos.

En 1820, en ese templo se celebró la Conspiración de La Profesa, que desembocó en la Independencia de México. Y durante la guerra cristera, al cerrarse la Catedral Metropolitana, La Profesa la sustituyó provisionalmente.

“Este templo atesora mucha historia. En 2020 cumplirá 300 años”, comenta el capellán.

Muestra el interior de la suntuosa sacristía, decorada con óleos y muebles de maderas finas. Contrasta a la vista, sin embargo, la fractura de una columna de sostén, así como las grietas en el techo abovedado.

Igual suerte corrió la iglesia de la Santa Veracruz, bautizada así por una cofradía fundada por Hernán Cortés para erigir el templo, en agradecimiento por desembarcar sano y salvo en el puerto de Veracruz.

Su actual párroco, el nigeriano Bernard Olorunfemi, relata: “Con el sismo, las dos torres de la iglesia sufrieron fisuras por sus cuatro costados. Y aparte se inclinaron peligrosamente hacia la parte de la Plaza de la Santa Veracruz, donde se encuentran los museos de La Estampa y Franz Mayer. Además, una campana se desprendió. Pero no cayó al piso. Quedó atorada en el edificio”.

–¿Ya vinieron los peritos del INAH a ­revisar?

–Sí. Ya vieron el templo. Me aconsejaron que lo cerrara. Pero todo fue verbalmente. No tengo ningún documento donde se detallen las afectaciones. No hay ningún peritaje, ningún análisis. ¡Nada!

–¿Su templo está cerrado al culto?

–Sí, lo cerré. Aunque no sé exactamente cuáles sean sus daños, no puedo arriesgar la vida de mi feligresía. Mi conciencia no me lo permite. Actualmente doy misa en la calle cada domingo, si es que se le puede llamar misa, porque sólo se acercan algunos curiosos que pasean por la Alameda.

Pese al riesgo que corre, Olorunfemi sigue atendiendo en sus oficinas parroquiales, en la parte del templo que supone está en buenas condiciones.

“Estoy muy preocupado, levantando la voz para implorar socorro. ¡Socórranme por favor!”, exclama.

Asegurados

En la lista de la arquidiócesis sobre los “templos afectados” se incluye una breve descripción de sus daños.

De la parroquia de Santiago Apóstol de Tlatelolco se advierte: “Atención urgente, campanario y losa colapsados, iglesia cerrada al culto”. De la de Nuestra Señora de Los Ángeles: “Cúpula colapsada después del sismo, iglesia cerrada al culto”. De la de Regina Coeli: “Atención urgente, daño en campanario y coro alto”. De la de Nuestra Señora de Loreto: “Atención urgente, cúpula a punto de caerse, pronunciada inclinación y daño en columnas de carga, iglesia cerrada al culto”…

Sobre la Catedral Metropolitana, la arquidiócesis emitió un informe especial elaborado por su sacristán mayor, Ricardo Valenzuela. Ahí señala que los seguros del INAH y del Fonden deberán cubrir los “gastos generados” por la reparación de los daños en piezas y estructuras.

Hugo Valdemar aclara: “El seguro incluye no sólo a la Catedral, sino a los demás templos considerados bienes históricos nacionales”.

Mientras que Bolfy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, precisa: “Todos los templos del siglo XVI y hasta 1992 –año en que el presidente Carlos Salinas modificó el 130 constitucional– son considerados monumentos históricos y bienes de la nación. Por lo tanto, están bajo responsabilidad del INAH”.

–¿Y a todos ellos el INAH los tiene ­asegurados?

–Sí. El INAH aseguró los monumentos que están bajo su responsabilidad. Así, los templos que no están asegurados son aquellos construidos después de la reforma constitucional de 1992.

Sin embargo, Cottom señala que debido a la “magnitud del desastre, algo realmente inédito”, en la reconstrucción de los templos deberán participar instituciones gubernamentales, eclesiásticas, privadas, académicas, así como la misma población. “Se necesita la colaboración de todos”, dice.

El conteo del INAH tiene registrados hasta el momento mil 821 templos dañados por los sismos del 7 y del 19 de septiembre, principalmente en Oaxaca, Chiapas, Puebla, Morelos y la Ciudad de México, entidades donde más se resintieron los efectos de los movimientos telúricos.

Cottom indica que, de acuerdo con la magnitud de los daños, “la restauración de los templos se dará a corto, mediano y largo plazos. De manera que se extenderá más allá de este sexenio”.

Y se muestra especialmente preocupado por la situación de la Catedral Metropolitana, ya afectada por las vibraciones sonoras del concierto organizado por Ocesa y transmitido por Televisa el domingo 8, y en el que incluso participaron integrantes de la Marina y del Ejército.

Dice el investigador del INAH: “Obviamente que la vibración de los equipos de sonido, con decibeles exageradamente fuertes, le están ocasionando un alto impacto a la Catedral. De eso no hay duda. Hay una falta de conciencia de las autoridades al permitir ese tipo de eventos en el Zócalo, que igualmente afectan a los demás monumentos históricos de alrededor, como el Palacio Nacional o el Palacio de Gobierno de la Ciudad de México”.

Pese a estas advertencias, Miguel Ángel Mancera, jefe del gobierno capitalino, ya avaló más eventos musicales en el Zócalo, como el festival Semana de las Juventudes, a realizarse del 6 al 12 de noviembre próximos.

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