14 oct 2017

Solamente la luna faltaba en esta noche,

Solamente la luna faltaba en esta noche,
en este momento robado a una noche de hace tiempos
muertos que aparecen con la música,
esa aletargada distancia de mi centro
y esa especie de rencor profundo que vive en el lugar que ocupo.
Luna que se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad,
solamente tú faltabas en este desolado delirio,
en este oscuro llanto en que me lloro entero.
Apenas tú faltabas, insípida señora blanca de la noche
alumbrando mis trizas y mi aturdimiento...
#

Poemas de amor
1. Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el
                                                                                        inmotivadamente alegre,
ese otro,
también te ama.

#
2. Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa,
no pensarte, no desearte,
no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por ti
y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.
#
3. Yo huelo a ti.
Me persigue tu olor, me persigue y me posee.
No es este olor un perfume sobrepuesto sobre ti,
no es el aroma que llevas como una prenda más:
es tu olor más esencial, tu halo único.
Y cuando, ausente, mi vacío te convoca,
una ráfaga de ese aliento me llega del lugar más tierno de la noche.
Yo huelo a ti
y tu olor me impregna después de estar juntos en el lecho, 
y ese fino aroma me alimenta,
y ese aliento esencial me sustituye.
Yo huelo a ti.
#
4. Algún día te escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros ni fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas, algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones, con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.
#
5. Atolondrado y confuso,
demasiado lleno de ruidos,
sin centro ni reposo,
desconectado del otro lado de la piel,
aturdido por el interminable crujir de este corazón
-tierra cuarteada, ceniza gris en el pecho-,
así pasan estas noches de calor y duermevela,
estas noches en que no estoy contigo.
#
6. Tu voz por el teléfono tan cerca y nosotros tan distantes,
tu voz, amor, al otro lado de la línea y yo aquí solo, sin ti, al otro lado de la luna,
tu voz por el teléfono tan cerca, apaciguándome, y tan lejos tú de mí, tan lejos,
tu voz que repasa las tareas conjuntas,
o que menciona un número mágico,
que por encima de la alharaca del mundo me habla para decir en lenguaje cifrado 
                                                                                                                                     que me amas.
Tu voz aquí, a lo lejos, que le da sentido a todo,
tu voz que es la música de mi alma,
tu voz, sonido del agua, conjuro, encantamiento.
#
7. Alabanza de mi noche blanca,
supresión de los abismos de mi corazón,
aniquiladora de mis momentos atroces.
Benditas tu caricia y tu palabra, Señora de la Apacible Ronda,
muchacha mía que detesta llorar por la mañana,
muchacha que habla a solas por la casa y ríe.
Ola frágil, bajo mi cuerpo ardiente tu cuerpo mío se calcina en un delirio de luz
y entonces somos una sola sustancia.
Flor de mis jadeos y mis éxtasis, tú, la callada, con tu mano en mi pecho 
                                                                               diciéndome la claridad calladamente, 
permitiéndole al tiempo transcurrir sobre nosotros sin rozarnos,
nosotros, juntos, los eternos.
#
8. Tu lengua, tu sabia lengua que inventa mi piel,
tu lengua de fuego que me incendia,
tu lengua que crea el instante de demencia, el delirio del cuerpo enamorado,
tu lengua, látigo sagrado, brasa dulce,
invocación de los incendios que me saca de mí, que me transforma,
tu lengua de carne sin pudores,
tu lengua de entrega que me demanda todo, tu muy mía lengua,
tu bella lengua que electriza mis labios, que vuelve tuyo mi cuerpo por ti purificado,
tu lengua que me explora y me descubre,
tu hermosa lengua que también sabe decir que me ama.
#
10. Que nadie toque este amor.
Que todos ignoren el sigilo de nuestro cielo nocturno
y el secreto sea el aire dichoso de nuestros plácidos suspiros.
Que ningún extraño contamine el sueño tuyo y el mío:
cualquier visitante es un invasor en el tibio ámbito donde habitamos;
aquí el tiempo es agua fresca en movimiento, apenas sutil vuelo,
y todas las gentes viven muy lejos de nuestro jardín alucinado,
ajenos a nuestro paraíso secreto.
#
12. Todo tuyo siempre todavía.
Tuyo todo por siempre hasta hoy y luego,
tuyo siempre porque para ser lo necesito,
siempre todo tuyo,
siempre aunque siempre nunca sea,
todo íntegro tuyo siempre y hasta ahora
más el próximo nuevo instante cada vez.
Con todo el tiempo el mundo a nuestro alcance,
todo el tiempo del mundo que es igual a la próxima noche,
todo tuyo siempre todavía.
Seguro de sobrevivir mañana tuyo,
siempre tuyo desde hoy en cada mañana de mañana.
Enamorado de ti, siempre y ahora, sin recuerdos,
en presente siempre amándote,
eternamente tuyo,
todo tuyo siempre todavía.
#
13. Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con tu sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese froto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario;
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original -contigo mismo-.
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.
#
14. Sé que el amor
no existe
y sé también
que te amo.
De "Poemas de amor" 1986
#
No menciones el amor: bien sabes que sería profanarlo.
Déjalo ser en silencio, para que sientas la música
de los dedos que rozan una piel amada.
#
Amores imposibles
1. Entre el amor imposible y la presencia de la muerte
transcurre el día.
¿Se detiene el corazón o explota?
El olor de la clínica me trae las preguntas:
¿Me licuaré por dentro? ¿Me aferraré a la vida
o dejaré sereno que el fin llegue?
El amor absoluto es el amor imposible,
este feliz amor en que te invoco obsesivo
y tú ni me recuerdas.
Este amor imposible es la manera como la muerte
se apodera de mí por la mañana.
#
2. Un amor imposible es el más feliz de los amores.
O puede serlo.
Basta que creas que es posible un amor imposible
y esto hará la felicidad del amor imposible.
Puede que seas el amor imposible de tu amor imposible.
Pero esto es un milagro.
#
3.   Un día en la penumbra te enamoras de tu amor imposible.
Una breve charla, si acaso una mirada, una sonrisa leve,
un levísimo guiño inolvidable
y cae el azul entero de cielo sobre tu alma
y desfalleces de la dicha, 
llueve la luz en tus adentros.
Sabes que es un amor imposible.
Sabes que no hay manera de cruzar una vida con la otra,
que, acaso, fue una fortuna que un día tocaras a tu amor imposible.
Pero también sabes que es imposible tu amor,
que no lo verás más,
que el amor que le tienes a tu amor imposible
no necesita a tu amor imposible,
que amas a una quimera que un día se encarnó debajo de la piel
más lejana y que más amas.
#
6. Qué ternura encontrarte, viejo amor imposible,
qué dulce conocerte después de que el olvido
hizo más imposible nuestro amor imposible.
Nunca tú supiste el amor que te tuve:
entonces escuchaba con tu fantasma un vals
y conocía el asombro de mirar tus pestañas
y, sin tú darte cuenta, mi alma cabía completa
en tu labio inferior.
No creas que había fotos.
Era la presencia real que sólo poseen los amores imposibles.
Nada de esto te dije cuando me dio tanto gusto
que alguien nos presentara sin saber lo que hacía,
acercarme a tu ternura que ahora no invento.
Nada de esto te dije.
Esas ridiculeces no se dicen.
Los amores imposibles son los más ridículos amores.
Contigo no me equivoqué cuando te amaba,
pero ya no te amo.
Un beso en la mejilla.
"Volveremos a vernos".
#
7. Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.
Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor del café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica,
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.
Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.
#
10. Fisuras en la luz de la mañana,
fracturas de lo que veo y oigo,
por ellas se acerca lo lejano,
se paraliza con crueldad lo que transcurre.
Adrede esta curva misteriosa,
adrede,
de pensamiento y de deseo adrede
está presente el gesto más presente,
por la grieta que ahora vivo,
por allí asoman un amor imposible y otro amor imposible.
#
11. Altar donde te invoco,
ara de ofrendas ante la mención de lo sagrado:
una pregunta, una mirada,
el vello suave de tu brazo izquierdo,
el miedo de que noten los otros que por ti me muero,
tu risa entre un silencio que sólo quiere oír tu risa,
Un viaje, una postal, este poema,
mi remoto amor imposible,
ahora te invoco,
ahora te invoco y vuelvo a embriagarme de un instante de cielo,
de mi más lejano amor imposible.
#
15. La vida está hecha de amores imposibles,
de ilusiones encontradas que ayudan a curar
las ilusiones perdidas.
En un hotel de una ciudad desconocida
un aroma te rescata,
amor imposible de otro hotel remoto
que me acompaña aquí y ahora,
amor imposible convertido en perfume.
Dario Jaramillo Agudelo...Poeta, novelista y ensayista colombiano nacido en Santa Rosa de  Osos, Antioquia, en 1947.
Es el gran renovador de la poesía amorosa colombiana y uno de los mejores poetas de la segunda mitad del siglo XX  de su país. 
Su obra poética se caracteriza por un marcado corte intimista. También se ha destacado como brillante narrador  y ensayista....
Su obra poética está contenida en las siguientes publicaciones: "Historias" en 1974, "Tratado de retórica" 
Premio nacional de poesía 1978, "Poemas de amor" 1986, "Antología poética" en 1991,  "Cuánto silencio debajo de esta luna" en 1992,  "Del ojo a la lengua"  en 1995,  "Cantar por cantar" en 2001  y "Gatos" en 2005. #
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