itinerario, ria. Real Academia
(Del lat. itinerarĭus, de iter, itinĕris, camino).
1. adj. Perteneciente o relativo a un camino.
2. m. Dirección y descripción de un camino con expresión de los lugares, accidentes, paradas, etc., que existen a lo largo de él.
3. m. Ruta que se sigue para llegar a un lugar.
4. m. Guía, lista de datos referentes a un viaje.
5. m. Mil. Partida que se adelanta para preparar alojamiento a la tropa que va de marcha.
6. m. p. us. derrotero (‖ de las naves).
El Universal, 12 de octubre de 2009
SME: se voló la cabeza
Podrán decir misa los líderes del SME y sus aliados, pero lo cierto es que resultó impecable la estrategia para liquidar Luz y Fuerza; sin un solo golpe, sin poner en riesgo el servicio y las instalaciones, con un generoso bono para los despedidos y, sobre todo, sin alentar la esquizofrenia de la privatización y la ilegalidad.
Y podrán decir misa en el gobierno de Felipe Calderón, pero lo cierto es que todos saben que detrás de la liquidación —además del insostenible factor económico— prevalecieron las razones político electorales y el papel que en 2012 estaba llamado a jugar el SME.
En el primer caso, veremos gritos y sombrerazos de los ambiciosos y torpes líderes sindicales, a los que juzgarán con severidad la historia y el sindicalismo. No sólo “mataron la gallina de los huevos de oro”, sino que corruptos y locos de poder volaron la cabeza al viejo SME, otrora ejemplo de sensatez laboral.
En el segundo, por más que hablen de la insostenible crisis de la empresa, lo cierto es que era una crisis igual de grave que hace años. Lo que fue insostenible fue la torpe alianza política del SME con los golpistas adversarios del gobierno de Calderón. En efecto, la situación de la empresa era insostenible, igual que la improductividad del sindicato y su costoso contrato colectivo. Pero si a todo eso se le suma el factor político y la sucesión de 2012, fue inevitable el manotazo del gobierno.
Para los que dudan del fondo político electoral de la liquidación de LyFC, basta leer lo que el mismo sábado —antes del golpe— dijo Alejandro Muñoz Reséndiz, a quien Martín Esparza hizo fraude en la elección para dirigir al SME. Dijo: “No nos hagamos. Este tema es político a escala nacional por otro rollo; el de la Presidencia de la República. Se agarró López Obrador del SME, vía Martín Esparza, como trampolín en la carrera rumbo a Los Pinos. Luego Martín empezó a revivir muertos y a decirles vénganse, a todos los que andaban por ahí sobándose heridas electorales… Es un cachorrito que se ha metido en las patas de los lobos que lo están utilizando”. (Tomado de Excélsior, domingo 11 de octubre).
Está claro que Martín Esparza jugó ruleta rusa con un sindicato corrupto, ineficaz y repudiado socialmente. Olvidó que su responsabilidad es con los trabajadores, no con el poder político. Lo primero era salvar a la empresa, para salvar los empleos y luego al sindicato. Y en la ruleta rusa le voló la cabeza al sindicato. Pero es apenas el inicio de la guerra de 2012.
EN EL CAMINO
El pasado lunes 5, aquí dijimos —antes que nadie—, que estaba listo el fin de Luz y Fuerza. Menudearon insultos y ofensas. No se equivoquen, ni bola de cristal ni trato inconfesable. El trabajo se llama reportear.
SME: se voló la cabeza
Podrán decir misa los líderes del SME y sus aliados, pero lo cierto es que resultó impecable la estrategia para liquidar Luz y Fuerza; sin un solo golpe, sin poner en riesgo el servicio y las instalaciones, con un generoso bono para los despedidos y, sobre todo, sin alentar la esquizofrenia de la privatización y la ilegalidad.
Y podrán decir misa en el gobierno de Felipe Calderón, pero lo cierto es que todos saben que detrás de la liquidación —además del insostenible factor económico— prevalecieron las razones político electorales y el papel que en 2012 estaba llamado a jugar el SME.
En el primer caso, veremos gritos y sombrerazos de los ambiciosos y torpes líderes sindicales, a los que juzgarán con severidad la historia y el sindicalismo. No sólo “mataron la gallina de los huevos de oro”, sino que corruptos y locos de poder volaron la cabeza al viejo SME, otrora ejemplo de sensatez laboral.
En el segundo, por más que hablen de la insostenible crisis de la empresa, lo cierto es que era una crisis igual de grave que hace años. Lo que fue insostenible fue la torpe alianza política del SME con los golpistas adversarios del gobierno de Calderón. En efecto, la situación de la empresa era insostenible, igual que la improductividad del sindicato y su costoso contrato colectivo. Pero si a todo eso se le suma el factor político y la sucesión de 2012, fue inevitable el manotazo del gobierno.
Para los que dudan del fondo político electoral de la liquidación de LyFC, basta leer lo que el mismo sábado —antes del golpe— dijo Alejandro Muñoz Reséndiz, a quien Martín Esparza hizo fraude en la elección para dirigir al SME. Dijo: “No nos hagamos. Este tema es político a escala nacional por otro rollo; el de la Presidencia de la República. Se agarró López Obrador del SME, vía Martín Esparza, como trampolín en la carrera rumbo a Los Pinos. Luego Martín empezó a revivir muertos y a decirles vénganse, a todos los que andaban por ahí sobándose heridas electorales… Es un cachorrito que se ha metido en las patas de los lobos que lo están utilizando”. (Tomado de Excélsior, domingo 11 de octubre).
Está claro que Martín Esparza jugó ruleta rusa con un sindicato corrupto, ineficaz y repudiado socialmente. Olvidó que su responsabilidad es con los trabajadores, no con el poder político. Lo primero era salvar a la empresa, para salvar los empleos y luego al sindicato. Y en la ruleta rusa le voló la cabeza al sindicato. Pero es apenas el inicio de la guerra de 2012.
EN EL CAMINO
El pasado lunes 5, aquí dijimos —antes que nadie—, que estaba listo el fin de Luz y Fuerza. Menudearon insultos y ofensas. No se equivoquen, ni bola de cristal ni trato inconfesable. El trabajo se llama reportear.
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