4 feb 2013

¿Qué pasó en Pemex?/RAYMUNDO RIVA PALACIO


¿Qué pasó en Pemex?/RAYMUNDO RIVA PALACIO
24 horas, Febrero 4, 2013
El tiempo que ganó el gobierno de Enrique Peña Nieto para llenar los espacios de información el día de la tragedia en Pemex, los está perdiendo por la demora en dar a conocer los primeros peritajes sobre el siniestro. La buena comunicación lograda para evitar rumores, contrasta con la lentitud con la que están abordando el tema que más preocupa a todos: ¿fue un atentado? Diversos funcionarios han subrayado “la complejidad” de los peritajes como razón para no especular. Sin embargo, las propias declaraciones de varios funcionarios y las imágenes de cómo se está trabajando en la zona siniestrada, levantan serias dudas sobre si este caso, en la parte técnica más delicada porque determinará qué sucedió, rebasó a sus responsables.

Los peritajes se retrasaron por dos razones. La primera fue la instrucción presidencial de priorizar el rescate de víctimas y descartar por completo que no hubiera un cuerpo más atrapado. La segunda fue el tamaño del destrozo del estallido, que aparentemente fue en la planta baja de la Torre B del complejo administrativo de Pemex, y dañó cuatro pisos. De acuerdo con el procurador Jesús Murillo Karam, hasta el viernes se iniciaron, pero si uno sigue al pie de la letra lo explicado por el subprocurador Alfredo Castillo sobre cómo empezaron a trabajar, la hipótesis de que el trabajo lo están coordinando manos inexpertas cobra enorme fuerza.
 Castillo, el ex subprocurador del estado de México que encabezó la fallida investigación sobre el famoso Caso Paulette en 2010, dijo que siete horas después del estallido se formaron dos grupos con peritos de criminalística, criminología, forenses, química, explosivos, incendios, fotografía y video, para recabar la evidencia. Sorprende la ausencia de los técnicos de Pemex, quien serían los primeros en arrojar la luz al peritaje. La mecánica de investigación estándar establece como primer paso agotar la hipótesis de procedimiento, que determina si había depósitos, ductos o maquinaria que almacenaran algún tipo de gas.
 Los técnicos de Pemex tendrían que haber entregado a los peritos desde el primer momento los planos del edificio que permitieran agotar esta hipótesis de procedimiento, que aclara dudas de si se trató de un accidente industrial, al permitir el rastreo de las fallas que pudieron haber llevado a un siniestro de esta naturaleza. Sin informarse nada sobre el papel de los técnicos de Pemex en la primera parte de la investigación, el procurador Murillo Karam dijo el viernes que no se había encontrado ningún tipo de gas, ni en el sitio siniestrado, ni en los cuerpos de las víctimas. Sin embargo, al menos tres de las últimas cinco personas que perecieron en el siniestro, trabajaban en el sótano de la Torre B en el mantenimiento de ductos. Qué llevaban esos ductos, tampoco se sabe.
 La mecánica de investigación establece como segundo punto la ubicación del cráter de la detonación, que permite identificar las trayectorias de liberación de fuerza. Al hacerlo, se avanza al tercer punto del procedimiento, que es medir la fuerza-energía de liberación versus los daños materiales, a fin de ver la fragmentación del estallido y poder determinar qué es lo que se requirió para hacer el daño. Una vez que se agotan estos pasos, se procede a la hipótesis sobre los explosivos.
No está claro, a partir de las declaraciones, qué es lo que estén haciendo. Si las imágenes difundidas reflejan el trabajo en las primeras horas de los peritajes, lo que se aprecia es un lugar lleno de escombros donde no se ve mucha actividad en busca del cráter que produce un estallido o una explosión. De acuerdo con expertos, es muy rápido identificar el lugar del estallido o la explosión, mediante las trayectorias de la liberación de energía que quedan impresas sobre los materiales. Asimismo, por el tipo de trayectorias se permite establecer la primera hipótesis si fue una detonación industrial, que está relacionada con accidentes, o una explosión.
 Si como dijo el procurador general no hay rastros de gas y se asume para efectos de argumentación que tampoco fue un accidente industrial –no se sabe si la omisión de lo relacionado con los datos que pueden aportar los técnicos de Pemex fue porque no estuvieron involucrados o sí los aportaron pero no se informó de ello-, lo que sucedió fue una explosión. Pero si este fue el caso, la Policía Federal cuenta con un laboratorio que permite identificar tipos de explosivo en medio día. La ausencia, a partir de las fotografías, de objetos engargolados (en forma de rizos) y floreados, abona en la afirmación de Murillo Karam que no hubo gas involucrado. Al mismo tiempo, los explosivos industriales, tampoco producen flama, que va en la misma lógica de que no hay ningún indicio de fuego.
 Las autoridades esperan tener un primer peritaje este lunes, un tiempo que se ha hecho demasiado largo por las capacidades tecnológicas con las que cuenta el gobierno federal. Aunque dentro del gobierno circula la idea de que se trató de un accidente que aún no pueden explicar, no han querido descartar ninguna hipótesis. El tiempo está corriendo en contra del gobierno. Las primeras declaraciones sobre aspectos técnicos han causado confusión –aunque todavía no permean en la sociedad-, y la participación pública de quienes están en la coordinación de los peritajes, cuando menos, es desconcertante.

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