Chávez-Fox y ahora Kirchner

Las cosas con Venezuela se complican¨.

Varios medios confirman que el presidente Kirchner viajará en los próximos días a Venezuela, con lo que ello implica. El mandatario llegará el domingo por la noche a Caracas y desarrollará una intensa agenda de actividades entre el lunes y el martes.
Y no habría problema de una visita de un colega a otro, no, el problema es como se da esa visita, y fácilmente puede leerse que Argentina toma abiertamente partido en el pleito. Fox-Chávez.

El periódico La Nación de Argentina hace la observación, al subrayar que "la tensión con México, las colisiones diplomáticas entre Chávez y Fox y el convulsionado escenario porteño no lo hacen (a Kirchner) desistir del viaje.. (ya que) "existe, de todos modos, un fuerte revuelo interno en el Gobierno sobre la conveniencia de hacer o no ese viaje....

Y es que Kirchner debe medir muy bien la repercusiones políticas de su visita, sobretodo con México; de entrada, ahora no esta muy claro quien fue quien filtro los videos del debate a puertas cerradas en Mar del Plata que le pegaron al presidente Fox.

Pero los bolivarianos chavistas se reproducen como hongos, la embajadora argentina en Caracas, Nilda Garré, adelantó que Kirchner haría el viaje. (Aunque), ante una consulta de LA NACION, explicó por intermedio de sus colaboradores que el viaje no estaba confirmado oficialmente y que habría que esperar a la decisión final.

Pero mas tarde "Garré no sólo dijo que Kirchner viajaría el domingo, sino que precisó que el propósito de la visita era profundizar la relación bilateral, concretar nuevos convenios, evaluar las actividades por realizarse en 2006 y desmenuzar los resultados de la cumbre. Además, hablarán acerca de la necesidad de profundizar [el diálogo] sobre el ingreso de Venezuela al Mercosur en carácter de miembro asociado", subrayó, según reprodujeron las agencias de noticias AFP, Reuters y AP. Incluso, la embajadora expresó su posición sobre la situación entre Venezuela y México. Dijo que Fox se dirigió a los presentes en la cumbre de "manera soberbia al apoyar la propuesta del ALCA".

Además, y quizás lo más graves es que la embajadora se lanzó contra el presidente Fox al decir: "El presidente mexicano (Vicente Fox) utilizó un vocabulario inadecuado, pues en una reunión de esa magnitud debe prevalecer el respeto a la diversidad de opiniones e intereses de otros mandatarios -aseveró-. Fox se excedió y generó una serie de respuestas y, al persistir en su actitud, ha llevado a agravar la relación diplomática con Venezuela."

El periódico La Nación dijo hoy que "Nadie en la Cancillería esperaba ayer palabras como las de Garré, que podrían reavivar la tensión con Fox."

¿Será esa la posición de la Cancillería?

Y para acabarla de amolar, ayer el presidente Chávez, en lugar de recomponer las cosas por la vía diplomática, puso mas leña al fuego. En una conversación telefónica realizada el martes en la noche con el programa La Hojilla de la televisora oficial venezolana. insistió en que México es "el aliado del imperio".
Además confirmo que Kirchner visitará Venezuela; dijo que la visita era por petición del presidente argentino: "Néstor Kirchner, me llamó para reunirnos, y así acelerar la entrada (de Venezuela) a Mercosur".

En tanto en México, el vocero de Los Pinos, Rubén Aguilar dio por cerrada la disputa y anunció que la cancillería se encargaría de resolver el asunto.
Un editorial de un periódico colombiano: El Tiempo, de ayer martes 15 pone los puntos sobre las íes, sobretodo pone a cada quien en su lugar; me gusto debido a que es una posición neutral.

Señala el editorial:

"Flaco favor a la unidad latinoamericana le hace el tremendo agarrón entre los mandatarios de México y Venezuela. Hay pocos precedentes de un enfrentamiento público tan estridente como el que han tenido estos días los presidentes Vicente Fox y Hugo Chávez (tal vez el de Fidel Castro y Fox en el 2002).
Es verdad que Chávez ha protagonizado otros choques. Su estilo frentero, su casi nula diplomacia, su beligerante antiimperialismo lo llevaron a congelar relaciones con Panamá, en agosto del 2003, cuando la presidenta Mireya Moscoso indultó al anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de secuestrar un avión; cuando suspendió, un mes después, el envío de petróleo a República Dominicana al acusar al presidente de ese país de planear una conspiración en su contra; o cuando el gobierno de Chile se molestó con una declaración suya de que soñaba con “bañarse en una playa boliviana”.

Hugo Chávez no es, como bien se sabe, ningún angelito. Esta es la sexta vez que Venezuela llama a sus embajadores por enfrentamientos como este. Y todo indica que sus planes de ganar protagonismo latinoamericano e internacional no excluyen salidas espectaculares, que lo pongan en el centro de atención de los medios de comunicación, como su participación ‘alternativa’ en la Cumbre Iberoamericana, o esta, poco diplomática pero efectista, frente a su colega Fox.

Lo malo son los efectos que este tipo de incidentes generan en la relación entre dos importantes países latinoamericanos. Para un mexicano no hay peor insulto, quizá, que se lo llame ‘lacayo’ de Estados Unidos. La ofensa se agravó cuando Chávez mostró las grabaciones de conversaciones privadas, al término de la Cumbre, en las que México atacaba la posición venezolana (al igual que cuando Castro divulgó una conversación telefónica con Fox hace tres años). El gobierno de Fox, ya de salida, ha intentado presentar lo sucedido como una intervención de Chávez en favor de López Obrador, el candidato de izquierda que puntea en las encuestas para las presidenciales del 2 de julio próximo.

Pero el incidente va más allá de lo meramente bilateral. Entre bambalinas está la figura de un Bush debilitado y la de un Fidel Castro que vuelve por su fuero con el creciente protagonismo de un discípulo venezolano pletórico de verbo y petrodólares. Y pensar, en fin, que la revolución cubana zarpó de México y que este país siempre se opuso a las acciones de Washington contra el gobierno castrista.

Hoy, ambos países están enfrentados y ambos tienen mucho peso en la región. Es de esperar que las cosas no lleguen a una ruptura definitiva, pero no hay duda de que ya han ido demasiado lejos. Enmendarlas no será fácil.

Y parece que el que menos le interesa recomponer las cosas es a Hugo Chávez.
¡Lastima!