"Elvira Arellano llegó al Senado mexicano, donde sesiona la comisión permanente del Congreso, con una expresión tan triste que parecía que lloraba en seco y llevaba sobre los hombros el peso de los cuatro millones de niños mexicanos nacidos en Estados Unidos que se prevé serán separados de sus padres indocumentados.
Arrastrando los pies subió las escaleras que llevan al salón del pleno en medio de un séquito de legisladores..."
Arrastrando los pies subió las escaleras que llevan al salón del pleno en medio de un séquito de legisladores..."
Entró silenciosa al salón del pleno y se sentó en una curul para escuchar con gesto adusto, durante dos horas, las lisonjas de políticos de los ocho partidos." Asi reseña la reportera Gardenia Espinoza A. del periodico La Opinión, la visita de Elvira al Senado de la República.
Agrega "La activista, oriunda de Maravatío, Michoacán, habló con decenas de legisladores que desfilaron en fila india frente a la curul que ocupaba para manifestarle su solid aridad ante los actos "fascistas" y "xenofóbicos" del gobierno norteamericano."
"Un estallido de aplausos animó el recinto del Senado. Minutos después, Arellano abandonó el salón del pleno.
"Su vestimenta informal de tenis deportivos blancos, camiseta, pantalón de mezclilla azul y reboso negro contrastaba con los trajes tipo sastre de los congresistas que la flanqueaban."
Se apresuró al salón de prensa. Y ahí por primera vez se dobló su recio carácter. Se le quebró la voz, le brotaron lágrimas y tragando saliva dijo:
Todo esto es muy difícil.
Y añadió: "Yo no estoy pidiendo regresar a Estados Unidos. De ninguna manera. Ya hice todo lo que pude y ahora estoy contenta en México, que es mi país y me voy a quedar".
Se apresuró al salón de prensa. Y ahí por primera vez se dobló su recio carácter. Se le quebró la voz, le brotaron lágrimas y tragando saliva dijo:
Todo esto es muy difícil.
Y añadió: "Yo no estoy pidiendo regresar a Estados Unidos. De ninguna manera. Ya hice todo lo que pude y ahora estoy contenta en México, que es mi país y me voy a quedar".
En tanto, Hillary Clinton reprueba su expulsión.
Nota de Leticia Puente Beresford para la agencia APRO-CIMACNueva York, 21 de agosto (apro-cimac).- La noticia de la deportación de la activista mexicana Elvira Arellano tuvo eco en toda la Unión Americana. Por ejemplo, el New York Times le dedicó un importante espacio al asunto en su edición de hoy y la televisora pública PBS hizo lo propio en su transmisión noticiosa de ayer por la noche. “Todos y todas somos Elvira”, se escucha por doquier.También hubo reacciones entre la clase política y líderes de inmigrantes, muchos de ellos con hijas o hijos con ciudadanía estadunidense.
Entre ellas, destacó la opinión de la senadora demócrata por Nueva York y aspirante presidencial, Hillary R. Clinton, quien dijo a través de su portavoz: “Nuestras leyes y políticas actuales están separando familias, como lo demuestra este caso. Para atender este problema necesitamos un camino mediante el cual aquellos que están aquí trabajando duro, pagando impuestos, obedeciendo la ley y demostrando un compromiso con este país, puedan ganarse un camino a la legalización”, reporta en su edición de hoy el periódico hispano neoyorquino La Prensa. Paralelamente, inmigrantes con orden de deportación, como el chino, Joe Chen, y el haitiano, Jean Montrevil, asistieron ayer a una conferencia de prensa en apoyo de Arellano, sin temor a ser perseguidos por las autoridades migratorias.
Montrevil lo hizo acompañado de sus tres hijos quienes, como el hijo de Arellano, Saúl, son ciudadanos estadunidenses. “No van a conseguir que paren nuestra lucha por la reforma migratoria integral, sino que han redoblado nuestras fuerzas”, dijo la reverenda Donna Schaper, del Judson Memorial Church de Nueva York, iglesia que participa en el Nuevo Movimiento Santuario. Sin embargo, ella en México continuará con su lucha y su hijo al otro lado de la frontera.
Elvira lo sostuvo así ayer en Tijuana, Baja California:“Si mi deportación sirvió para que el pueblo se levantara y los líderes comunitarios y religiosos se unieran para seguir luchando por una legalización, para mí entonces valió la pena”Y pese a que ahora la frontera separa a Arellano de su lucha por la reforma migratoria, su hijo Saúl, de 8 años, será su “embajador”. “Los planes continúan. Saulito estará en Boston, Nueva York y Filadelfia entrevistándose con autoridades locales antes de llegar el 12 de septiembre a Washington. La huelga general para la reforma continúa”, dijo Alejandro Molina, de la Red Boricua Nacional Pro Derechos Humanos, con sede en Chicago, una de los organizadores de la gira nacional. Por su parte, el asambleísta estatal José Rivera, presidente del Partido Demócrata en El Bronx, quien prepara una agenda de entrevistas de Saúl con políticos, aseguró que la deportación “es un abuso y una arrogancia de poder de una administración estúpida que ha tratado peor a Elvira y a su hijo, que es estadunidense, que a los propios narcotraficantes. Hugo Chávez tiene razón: Bush es el diablo”, afirmó categórico.
Javier Valdés, director de proyectos especiales de New York Immigration Coalition, dijo que la deportación de Arellano “es parte de la propaganda del gobierno para demostrar a la ultraderecha que están haciendo algo contra la inmigración indocumentada, pero los inmigrantes vamos a seguir peleando con Elvira Arellano”.
“No es una mártir”
En tanto en Los Ángeles, Jim Hayes, director del Servicio de Inmigración y Aduanas, pidió se visualice el caso desde el “punto de vista correcto”. Destacó que el uso de una identificación falsa, como ocurrió en el caso de Arellano, hallada culpable de emplear la clave de Seguridad Social de otra persona, puede ser una amenaza a la seguridad nacional.“No creemos que sea una mártir”, dijo Hayes. “Era una delincuente prófuga que estaba violando la ley”.
Sin embargo destacó que Arellano podría tratar de volver a Estados Unidos, al hacer una petición al secretario de Justicia o al director del Departamento de Seguridad Interna.
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Congreso mexicano recibe como heroína a ArellanoLa Prensa on line, NUESTROS PAÍSES - 08/22/2007
Gardenia Mendoza AguilarMÉXICO, D.F/Corresponsal de La Opinión — Elvira Arellano llegó al Senado mexicano, donde sesiona la comisión permanente del Congreso, con una expresión tan triste que parecía que lloraba en seco y llevaba sobre los hombros el peso de los cuatro millones de niños mexicanos nacidos en Estados Unidos que se prevé serán separados de sus padres indocumentados.
Arrastrando los pies subió las escaleras que llevan al salón del pleno en medio de un séquito de legisladores encabezados por el diputado emigrante José Jaques, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Entró silenciosa al salón del pleno y se sentó en una curul para escuchar con gesto adusto, durante dos horas, las lisonjas de políticos de los ocho partidos.
Y es que el Congreso de la Unión emitió ayer un punto de acuerdo en el que se exhortó al presidente Felipe Calderón para que a través de Cancillería emita una enérgica protesta ante el gobierno estadounidense por las irregularidades en la deportación de Arellano, el pasado 19 de agosto y la separación forzada de su hijo Saúl, de ocho años.
La activista, oriunda de Maravatío, Michoacán, habló con decenas de legisladores que desfilaron en fila india frente a la curul que ocupaba para manifestarle su solidaridad ante los actos "fascistas" y "xenofóbicos" del gobierno norteamericano.
Cruz Pérez Cuellar, diputado del Partido Acción Nacional (PAN) fue más lejos y llamó a las autoridades estadounidenses "trogloditas" durante su discurso en tribuna. El adjetivo arrancó una tímida sonrisa a Arellano, una de las pocas que regaló.
"Hay en el fondo una actitud de indiferencia por parte del gobierno mexicano ", dijo en su intervención en tribuna el senador Carlos Lozano del Partido Revolucionario Institucional (PRI). "Esto puede propiciar impunidad de particulares de organizaciones antiinmigrantes y policías en demérito de los connacionales".
Por su parte, Raymundo Cárdenas, del PRD, puso el dedo en la llaga al recordar la falta de organización de líderes migrantes para reunirse en un primer congreso que delibere sobre una ofensiva por la falta de una reforma migratoria.
"Elvira es un emblema de la lucha de los paisanos en Estados Unidos", dijo para abreviar la historia de esta madre soltera de 32 años que vivió refugiada en un templo de Chicago para evitar ser deportada hasta que agentes migratorios la detuvieron en Los Ángeles durante una gira de resistencia civil.
Un estallido de aplausos animó el recinto del Senado. Minutos después, Arellano abandonó el salón del pleno.
Su vestimenta informal de tenis deportivos blancos, camiseta, pantalón de mezclilla azul y reboso negro contrastaba con los trajes tipo sastre de los congresistas que la flanqueaban.
Se apresuró al salón de prensa. Y ahí por primera vez se dobló su recio carácter. Se le quebró la voz, le brotaron lágrimas y tragando saliva dijo:
Todo esto es muy difícil.
Y añadió: "Yo no estoy pidiendo regresar a Estados Unidos. De ninguna manera. Ya hice todo lo que pude y ahora estoy contenta en México, que es mi país y me voy a quedar".
De esa manera atajó los cuestionamientos acerca de la separación forzada de su hijo que actualmente se encuentra bajo custodia de Emma Lozano, del Centro Sin Fronteras, y cumple con una gira por varios entidades estadounidenses que originalmente estaba planeada para Elvira.
¿Por qué no trae a su hijo?- se le preguntó a Arellano pues es presidenta de la Fundación Familias Unidas.
Después del 12 de septiembre (fecha en que se realizarán varias marchas por una reforma migratoria), mi hijo vendrá a México. Va a estar conmigo- aclaró. No voy a regresar ilegal a Estados Unidos.
¿Qué es lo que sigue para Elvira Arellano?
Por lo pronto trabajar con grupos de derechos humanos en la frontera y defender los derechos de la gente que emigra.
"Es verdad que los emigrantes violamos las leyes, pero el gobierno estadounidense las viola primero al recibir impuestos de un seguro social falso. Nos quitan impuestos igual que las personas que están legales", destacó.
Arellano planea -por ahora- establecer su residencia en Tijuana, Baja California. Mientras tanto, el diputado Jaques adelantó que varios diputados pedirán al presidente Calderón que apoye a Arellano para que el gobierno estadounidense le otorgue una visa como activista.
"Sería algo así como embajadora de la paz y la unidad familiar", enfatizó el legislador.
Adelantó que la activista iniciará una gira en los principales estados mexicanos expulsores de emigrantes para solidarizarse con todas las familias de indocumentados.
Los primeros estados que visitará son los fronterizos (Chihuahua, Sonora, Tamaulipas) y posteriormente viajarían a Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
La mañana de hoy jueves, Elvira viajará a Morelia para entrevistarse con el gobernador Lázaro Cárdenas y posteriormente hará una breve visita a Maravatío, su pueblo natal al que no ve desde hace 10 años.
Gardenia Mendoza AguilarMÉXICO, D.F/Corresponsal de La Opinión — Elvira Arellano llegó al Senado mexicano, donde sesiona la comisión permanente del Congreso, con una expresión tan triste que parecía que lloraba en seco y llevaba sobre los hombros el peso de los cuatro millones de niños mexicanos nacidos en Estados Unidos que se prevé serán separados de sus padres indocumentados.
Arrastrando los pies subió las escaleras que llevan al salón del pleno en medio de un séquito de legisladores encabezados por el diputado emigrante José Jaques, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Entró silenciosa al salón del pleno y se sentó en una curul para escuchar con gesto adusto, durante dos horas, las lisonjas de políticos de los ocho partidos.
Y es que el Congreso de la Unión emitió ayer un punto de acuerdo en el que se exhortó al presidente Felipe Calderón para que a través de Cancillería emita una enérgica protesta ante el gobierno estadounidense por las irregularidades en la deportación de Arellano, el pasado 19 de agosto y la separación forzada de su hijo Saúl, de ocho años.
La activista, oriunda de Maravatío, Michoacán, habló con decenas de legisladores que desfilaron en fila india frente a la curul que ocupaba para manifestarle su solidaridad ante los actos "fascistas" y "xenofóbicos" del gobierno norteamericano.
Cruz Pérez Cuellar, diputado del Partido Acción Nacional (PAN) fue más lejos y llamó a las autoridades estadounidenses "trogloditas" durante su discurso en tribuna. El adjetivo arrancó una tímida sonrisa a Arellano, una de las pocas que regaló.
"Hay en el fondo una actitud de indiferencia por parte del gobierno mexicano ", dijo en su intervención en tribuna el senador Carlos Lozano del Partido Revolucionario Institucional (PRI). "Esto puede propiciar impunidad de particulares de organizaciones antiinmigrantes y policías en demérito de los connacionales".
Por su parte, Raymundo Cárdenas, del PRD, puso el dedo en la llaga al recordar la falta de organización de líderes migrantes para reunirse en un primer congreso que delibere sobre una ofensiva por la falta de una reforma migratoria.
"Elvira es un emblema de la lucha de los paisanos en Estados Unidos", dijo para abreviar la historia de esta madre soltera de 32 años que vivió refugiada en un templo de Chicago para evitar ser deportada hasta que agentes migratorios la detuvieron en Los Ángeles durante una gira de resistencia civil.
Un estallido de aplausos animó el recinto del Senado. Minutos después, Arellano abandonó el salón del pleno.
Su vestimenta informal de tenis deportivos blancos, camiseta, pantalón de mezclilla azul y reboso negro contrastaba con los trajes tipo sastre de los congresistas que la flanqueaban.
Se apresuró al salón de prensa. Y ahí por primera vez se dobló su recio carácter. Se le quebró la voz, le brotaron lágrimas y tragando saliva dijo:
Todo esto es muy difícil.
Y añadió: "Yo no estoy pidiendo regresar a Estados Unidos. De ninguna manera. Ya hice todo lo que pude y ahora estoy contenta en México, que es mi país y me voy a quedar".
De esa manera atajó los cuestionamientos acerca de la separación forzada de su hijo que actualmente se encuentra bajo custodia de Emma Lozano, del Centro Sin Fronteras, y cumple con una gira por varios entidades estadounidenses que originalmente estaba planeada para Elvira.
¿Por qué no trae a su hijo?- se le preguntó a Arellano pues es presidenta de la Fundación Familias Unidas.
Después del 12 de septiembre (fecha en que se realizarán varias marchas por una reforma migratoria), mi hijo vendrá a México. Va a estar conmigo- aclaró. No voy a regresar ilegal a Estados Unidos.
¿Qué es lo que sigue para Elvira Arellano?
Por lo pronto trabajar con grupos de derechos humanos en la frontera y defender los derechos de la gente que emigra.
"Es verdad que los emigrantes violamos las leyes, pero el gobierno estadounidense las viola primero al recibir impuestos de un seguro social falso. Nos quitan impuestos igual que las personas que están legales", destacó.
Arellano planea -por ahora- establecer su residencia en Tijuana, Baja California. Mientras tanto, el diputado Jaques adelantó que varios diputados pedirán al presidente Calderón que apoye a Arellano para que el gobierno estadounidense le otorgue una visa como activista.
"Sería algo así como embajadora de la paz y la unidad familiar", enfatizó el legislador.
Adelantó que la activista iniciará una gira en los principales estados mexicanos expulsores de emigrantes para solidarizarse con todas las familias de indocumentados.
Los primeros estados que visitará son los fronterizos (Chihuahua, Sonora, Tamaulipas) y posteriormente viajarían a Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
La mañana de hoy jueves, Elvira viajará a Morelia para entrevistarse con el gobernador Lázaro Cárdenas y posteriormente hará una breve visita a Maravatío, su pueblo natal al que no ve desde hace 10 años.
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