4 mar 2008

El Objetivo se llama Iván

Columna En Privado/El objetivo se llama Iván
Publicado en Milenio Diario, 4/03/2008;
Para Jorge y Oralia, con el dolor de la ausencia. Florestán
Nadie duda de la cercanía y peso de Juan Camilo Mouriño en el proyecto personal y político del presidente Felipe Calderón, desde la precampaña hasta su gobierno.Por eso a nadie sorprendió que una de sus primeras decisiones fuera la creación de la Oficina de la Presidencia de la República, con todos los poderes para su operador fundamental, desde donde ambos comenzaron a gobernar: lo que él decía, lo decía Calderón.
Con el año nuevo, el Presidente lo designó secretario de Gobernación, lo que se tomó como la presentación en sociedad de su delfín para la sucesión de 2012, ante la creciente presencia de Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard. Pero su arribo a Gobernación no fue, sin duda, como lo esperaban uno y otro. Desde el primer día estalló la discusión sobre su nacionalidad, que él quiso zanjar cuando reveló el lugar y la fecha de nacimiento de su señora madre, lo que permitió buscar y publicar el acta que comprobaba su calidad de mexicana por nacimiento, y por ende la de él, nacido en Madrid.
Este tema pareció desinflarse, de no ser por las pesquisas del inspector Fernández Noroña, pero vino la bomba cuando Andrés Manuel López Obrador dio a conocer la existencia de contratos de Pemex-Refinación con la empresa familiar de los Mouriño, firmados por él como apoderado en los tiempos en que era legislador, y uno más como coordinador de asesores del secretario de Energía, Felipe Calderón. Este fue el primer impacto; el segundo fue causado por él mismo en Los Cabos, el jueves pasado cuando, en el marco de una reunión trilateral México-Estados Unidos-Canadá, salió a leer una declaración que no resolvió el fondo: que no había firmado esos contratos siendo funcionario de la Sener. Su palabra no alcanzó porque no la pronunció.
Y no sé si lo tenga claro, pero una cosa es operar desde Bucareli y otra desde el blindaje de Los Pinos; que una cosa es actuar con esa red y otra al vacío; que una cosa es ser un integrante más del gabinete y otra su jefe inalcanzable, como era; que una cosa es ser superior y otra ser par; que una cosa es viajar en primera clase y otra en turista; que una cosa es ser intocable y otra un mortal como todos; que una cosa es buscar una salida y no encontrarla, y otra responder: “Yo no firmé esos contratos y el documento es falso”, que es lo que se esperaba y espera.
Tampoco sé si sepa que al convertirse en contrincante de la carrera presidencial, los enemigos se alinean dentro de su partido y de Los Pinos, porque esa es la guerra por el poder; y, sobre todo, no sé si sepa que esto no ha comenzado bien a bien y que lo peor está por comenzar.Y lo más grave para él: todo esto se da sin que se aprecie una estrategia clara, una ruta segura de salida y alguien que lo acompañe.
Nos vemos mañana, pero en privado.

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