30 nov 2008

Dos años de Gobierno

El Presidente Calderón en el Desayuno con Motivo del Segundo Año de Gobierno.
Domingo, 30 de Noviembre de 2008 Discurso
Ciudad de México
Señor Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señor Diputado César Duarte Jáquez, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Señor Senador Gustavo Madero Muñoz, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Maestro Leonardo Valdés Zurita, Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral.
Doctor Guillermo Ortiz, Gobernador del Banco de México.
Señoras y señores gobernadores.
Señoras y señores presidentes municipales.
Señoras y señores legisladores.
Distinguidos presidentes de partidos políticos.
Distinguidos miembros del cuerpo diplomático acreditado en México.
Señores dirigentes de organizaciones sindicales, empresariales, agrarias y de la sociedad civil.
Representantes de los medios de comunicación.
Distinguidas personalidades que nos acompañan.
Amigas y amigos:
Les agradezco mucho que nos acompañen en esta ocasión tan especial aquí en Palacio Nacional. Corazón político del país.
Hoy cumplimos dos años de servir a la Nación. Desde el inicio de la Administración supimos que este Gobierno tendría que asumirse como un Gobierno orientado a la transformación de México.
Nos comprometimos a enfrentar los problemas del país, no a eludirlos ni minimizarlos, por eso hemos buscado soluciones de fondo y por eso hemos actuado con firmeza para resolver los problemas.
No hemos caído en el falso dilema de tener que elegir entre el corto y el largo plazo. Por supuesto que sí hemos encarado lo urgente, pero al mismo tiempo impulsamos los cambios y las reformas estructurales que garanticen la viabilidad de nuestro futuro.
Hemos optado claramente por asumir aquí y ahora nuestras responsabilidades. Así hemos avanzado en la tarea de transformar a México.
Cuando presenté mi proyecto de Gobierno a los ciudadanos, hablé de cinco ejes rectores y sobre ellos hemos avanzado. Estos ejes son:
Estado de Derecho y Seguridad, Economía Competitiva y Generadora de Empleos, Igualdad de Oportunidades, Sustentabilidad Ambiental y Democracia Efectiva y Política Exterior Responsable.
Aquel 1 de diciembre, el primer día de Gobierno señalé que restablecer la seguridad no sería fácil, que costaría dinero, tiempo y por desgracia vidas humanas.
Pero aseguré que como Presidente de la República estaría al frente, que es una batalla que tenemos que librar y que unidos los mexicanos la vamos a ganar. Hoy lo ratifico; sin Estado de Derecho está permanentemente amenazada la capacidad de los mexicanos de alcanzar un desarrollo humano sustentable.
Hoy padecemos las consecuencias de años de indiferencia ante el cáncer de la criminalidad, la impunidad y la corrupción. Este mal se convirtió en una amenaza para la paz y el bienestar de las familias mexicanas y representa un desafío para la viabilidad misma del Estado.
Lo más fácil para el Gobierno Federal hubiera sido cerrar los ojos ante la realidad. No lo hicimos, decidimos enfrentarla con todas sus consecuencias.
Lejos de claudicar, asumimos el reto de hacer de México un país de leyes. Para lograrlo, hemos atendido los problemas más urgentes, pero también hemos iniciado la transformación de las instituciones de seguridad y procuración de justicia
La acción urgente la desplegamos en cuatro frentes:
Uno. Los operativos conjuntos. Con ellos hemos multiplicado la presencia de la fuerza del Estado en aquellas partes del país más vulnerables a la acción de la delincuencia.
Con los operativos hemos fortalecido las capacidades del Estado para hacer frente al crimen. En algunos casos es claro que el esfuerzo debe replantearse y renovarse, en otros los operativos han permitido reducir niveles de violencia y, particularmente, de homicidio doloso. Y en todos, lo que queda claro es que permiten generar un espacio de tiempo y margen de maniobra mayor, para el restablecimiento de la vida institucional en la localidad, en todos los órdenes de Gobierno, así como la depuración y el fortalecimiento de la estructura policial en todos sus niveles.
Dos. La lucha frontal contra el crimen organizado. En estos dos años se han puesto a disposición de las autoridades a más de 53 mil personas vinculadas al crimen, entre ellos algunos de los líderes y lugartenientes más peligrosos y más buscados de todos los cárteles del narcotráfico que operan en el país y algunos en el extranjero.
Con su detención, ha quedado claro que el Gobierno Federal no ha negociado, ni negociará con organización criminal alguna y que combate sin distingos a todos aquellos que atentan contra la vida, la seguridad y la paz de los mexicanos.
Se han asegurado más de 70 toneladas de cocaína y más de tres mil 700 toneladas de marihuana, esto equivale a dos mil millones de dosis de éstas drogas; es decir, 20 dosis por cada mexicano, o si se quiere, 66 dosis por cada joven, hombre o mujer, entre los 15 ó 30 años de edad en México.
También se han asegurado más de 28 mil armas, entre ellas casi dos mil granadas y más de tres millones de cartuchos. Tres de los operativos realizados no tienen precedente a nivel internacional; el mayor decomiso de cocaína, el mayor decomiso de dinero en efectivo, y el mayor decomiso de armamento decomisado al crimen organizado en el mundo.
Tres. En colaboración con los gobiernos locales hemos reforzado la ofensiva contra los delitos que más ofenden a los ciudadanos, en especial contra el secuestro.
En estos dos años, las Fuerzas Federales han detenido a 376 presuntos secuestradores, han desarticulado 51 bandas y han liberado a 377 víctimas de este delito. Y si sumamos el esfuerzo Federal y local, en los últimos 100 días hemos detenido a 272 presuntos secuestradores, y desarticulado 53 bandas, esto equivale a desarticular una banda de secuestradores cada dos días.
Sabemos que los resultados están muy lejos de los que la sociedad exige, por eso seguiremos combatiendo a estos criminales en todo el país.
Y cuatro. Pusimos en marcha la Operación Limpieza con la que estamos desmontando redes de corrupción que operaban dentro del aparato del Estado en complicidad con la delincuencia organizada.
Para frenar a la delincuencia primero hay que sacarla de nuestra propia casa. No vamos a tolerar la corrupción en las instituciones que deben proteger a la sociedad.
En la transformación de las instituciones estamos impulsando, a su vez, cuatro grandes rubros:
Primero. La depuración y el fortalecimiento de las policías en todo el país. A ese propósito está orientado el Modelo Nacional de Evaluación y Control de Confianza y el Protocolo de Evaluación que se proponen formar una nueva generación de policías con elevados estándares de ética, profesionalismo, honestidad y confiabilidad.
Necesitamos también que las policías tengan más y mejor armamento, tecnología, información, inteligencia y recursos. Estamos conectando a las autoridades principales de los tres órdenes de Gobierno, a la Plataforma México y al Sistema Único de Información Criminal, y se ha autorizado la adquisición de armamento de mayor capacidad de fuego para los cuerpos policíacos que cumplan con requisitos de confiabilidad.
El segundo rubro es el fortalecimiento del marco legal. Un avance fundamental de los mexicanos este año ha sido la Reforma Constitucional al Sistema de Justicia Penal, la más relevante en décadas en esta materia.
Con ella, México adoptará un sistema de justicia penal con juicios orales, procesos simplificados y un régimen de protección de los derechos de las víctimas.
Además, hemos presentado al Congreso de la Unión iniciativas de ley del sistema de seguridad pública, de la Policía Federal, de la Procuraduría General de la República, de extinción de dominio y de combate al narcomenudeo que nos permitirán fortalecer la capacidad del Estado en esta lucha.
El tercer gran rubro es el impulso de una política de prevención del delito y el fortalecimiento de la cultura de legalidad en el país. Al terminar este año serán ya mil 800 los espacios públicos recuperados y entregados en favor de las comunidades y alejados de la delincuencia.
También avanzamos en la prevención y tratamiento de adicciones, para fines de este mes estarán construidos y operando 300 Centros Integrales Nueva Vida y estamos brindando a las comunidades educativas: protección, información contra las drogas y la violencia en las escuelas con el Programa Escuela Segura, que opera en más de 14 mil planteles.
Todos los mexicanos pueden estar seguros de que en la lucha contra el crimen organizado y la impunidad no hay marcha atrás, que es una batalla que vamos a ganar y que habremos de estar unidos para alcanzar más pronto esa victoria.
En materia económica el objetivo ha sido lograr que México sea verdaderamente competitivo en el mundo global y su economía capaz de generar los empleos que demandan los mexicanos.
Necesitamos generar certidumbre, crecimiento e innovación con el claro propósito de convertir a México en uno de los lugares más atractivos para invertir. Buscamos no sólo enfrentar la coyuntura, sino hacer ahora los cambios y las reformas que permitan a México alcanzar un crecimiento sano y sostenido para las futuras generaciones.
Por eso, en primer término, hemos mantenido un manejo responsable de las finanzas públicas; a pesar del aumento mundial de los precios, mantenemos la inflación más baja de toda América Latina.
En estos dos años, por ejemplo, hemos reducido la deuda externa del país a casi la mitad de lo que debíamos al inicio de la Administración y registra ahora un nivel de 25 mil millones de dólares.
Hoy el Banco Central tiene reservas equivalentes casi al triple de la deuda externa, lo cual habla de la fortaleza de la economía mexicana para enfrentar el entorno internacional adverso.
Segundo. Iniciamos un esfuerzo de promoción de México como destino de inversión. Eso se ha traducido en un monto de inversión extranjera superior a los 42 mil millones de dólares en estos dos años.
A diferencia de lo ocurrido por diversas circunstancias en administraciones anteriores, esta Administración ha comenzado generando empleos.
En estos dos años y a pesar de la crisis económica internacional se han creado en términos netos más de 600 mil nuevos empleos formales.
Tercero. Pusimos en marcha el Programa Nacional de Infraestructura más ambicioso de las últimas décadas. Con él buscamos elevar la inversión en este rubro de tres a cinco por ciento del Producto Interno Bruto y estamos alcanzando la meta.
En los últimos dos años se han realizado inversiones públicas o privadas cercanas al millón de millones de pesos. Aseguré a los mexicanos que éste sería el sexenio de la infraestructura y lo estamos logrando con obras estratégicas y montos de inversión sin precedente.
Nos propusimos conectar al norte con el sur, y al Pacífico con el Golfo a través de una moderna red de corredores troncales. En estos dos años tan sólo el presupuesto federal en carreteras sumó 81 mil millones de pesos, más de tres veces el presupuesto del primer bienio en la Administración anterior.
Con estos recursos se han construido, terminado o iniciado proyectos de gran envergadura y largamente esperados por el país, y cito algunos ejemplos: la carretera La Paz-Los Cabos, la autopista Mexicali-San Luis Río Colorado, el libramiento de Culiacán, la autopista Mazatlán-Durango que cruzará la Sierra Madre Occidental, la autopista Saltillo-Monterrey, la carretera Rioverde-Ciudad Valles, la autopista Irapuato-La Piedad, el libramiento de Guadalajara, el inicio de la ampliación de la carretera Guadalajara-Colima, el eje carretero México-Tuxpan, el Arco Norte de la Ciudad de México que conectará directamente a la carretera México-Querétaro con la México-Puebla.
La autopista Puebla-Perote, el inicio del libramiento de Jalapa, el libramiento de Veracruz, la autopista Oaxaca-Puerto Escondido-Huatulco, el libramiento de Tecpan de Galeana, el Sistema Carretero del Istmo, el tramo Arriaga-Ocozocoautla-Tuxtla, la carretera Tapachula-Ciudad Hidalgo, la modernización de la carretera Escárcega-Xpujil y Tulum-Playa del Carmen, entre muchas otras.
En 2008, amigas y amigos, se construyeron, modernizaron o rehabilitaron más kilómetros de carretera que en cualquier otro año en la historia de México.
También hemos construido grandes obras de infraestructura eléctrica. En estos dos años entraron en operación la Presa de El Cajón y la Planta de Ciclo Combinado de Tamazunchale. Ambas, son las más importantes en su tipo en América Latina.
Iniciamos, además, la construcción de la Presa de La Yesca y entró en operación el primer parque eólico en La Venta II, en Oaxaca, que también es el mayor de América Latina.
En materia portuaria, modernizamos Coatzacoalcos, Salina Cruz y Veracruz, ampliamos Lázaro Cárdenas, Guaymas y Manzanillo e iniciamos el proyecto de construcción del Puerto de Punta Colonet que será el más importante de México y mayor al Puerto de Los Ángeles, mayor en superficie a la superficie existente en todos los puertos de México.
Con obras como éstas, lo que estamos haciendo es convertir a nuestro país en una plataforma logística estratégica para el comercio y la inversión en la economía global.
En materia de proyectos hidráulicos, pusimos en marcha los Planes de Sustentabilidad Hídrica de Tabasco y de Sustentabilidad hídrica del Valle de México, éste iniciando con el Túnel Emisor Oriente, la obra hidráulica más importante en las últimas décadas en la ciudad y que casi equivaldrá a construir una carretera como la México-Pachuca a decenas de metros bajo tierra.
Recuperamos el cauce del Río Grijalva que equivalió a construir una presa de tamaño mediano en tres meses. Ampliamos el suministro de agua a Hermosillo y comenzamos la construcción del Acueducto II de Querétaro y los proyectos de la Presa El Realito en San Luis Potosí; Picachos, en Sinaloa y el Programa de Saneamiento de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
En transporte urbano, este año empezó a funcionar el Tren Suburbano Buenavista-Cuautitlán que transportará a más de cien millones de pasajeros al año.
Cuarto. Como parte del proceso de transformación de la economía, hemos logrado importantes reformas estructurales que no se habían podido realizar en décadas.
Gracias a la responsabilidad de legisladores, de trabajadores, la Reforma al Sistema de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado, logró evitar la quiebra de las finanzas públicas y garantizar las pensiones de los trabajadores, así como reiniciar ambiciosos proyectos de inversión en infraestructura médica en el ISSSTE.
La Reforma Hacendaria, que ha permitido reforzar el gasto público en seguridad, infraestructura y desarrollo social y reducir nuestra dependencia de los ingresos petroleros.
La reforma para fortalecer a Petróleos Mexicanos, que amplía la capacidad de exploración y extracción de petróleo y gas en zonas de difícil acceso. Con ella, México volverá a ser la potencia petrolera que está llamada a ser.
Además de esta reforma, además de su valor, nos permitirán enfrentar de mucho mejor manera una de las crisis económicas mundiales más graves de la historia contemporánea. Sin esa reforma, habría un escenario sombrío para las familias mexicanas, ahora tenemos un panorama distinto con qué enfrentarlo.
Hemos realizado cambios de fondo, hemos realizado cambios de largo plazo. Pero al mismo tiempo, lo hemos hecho sin descuidar la coyuntura desafiante que presenta la economía internacional.
Hemos atendido lo urgente, buscando siempre proteger el empleo y los ingresos de los mexicanos.
Ante el incremento en el precio internacional de los combustibles, mantuvimos de manera responsable importantes subsidios que evitaron que sus precios se duplicaran, como ocurrió en otros países y redujimos entre otras cosas a la mitad, la tarifa eléctrica en hora punto.
Ante el incremento mundial de los alimentos, estabilizamos el precio de la tortilla, ampliamos en más del 50 por ciento los programas alimentarios del Gobierno Federal, y mantuvimos sin variación y por debajo del precio de mercado: la leche, la harina de maíz y el maíz que se distribuyen en LICONSA y DICONSA, para apoyar a los que menos tienen.
Y qué vamos hacer ahora los mexicanos para enfrentar la crisis económica.
El Gobierno Federal va a utilizar el gasto público para impulsar la economía. Lo haremos de manera responsable para no poner en riesgo las finanzas públicas que tanto trabajo nos ha costado sanear.
Hemos hecho un esfuerzo enorme para constituir fondos y reservas para enfrentar los tiempos difíciles; es el momento de utilizarlos.
La economía mundial y, en particular, la de Estados Unidos han sido los motores externos de nuestra economía, al frenarse éstos tenemos que acelerar los motores internos.
Por ello, seguiremos invirtiendo fuertemente en infraestructura. El próximo año estimamos una inversión impulsada de más de 590 mil millones de pesos, que nuevamente, será la cifra más alta alcanzada en la historia.
Junto con los gobiernos locales, iniciaremos la construcción de la Línea 12 del Metro y las Líneas Dos y Tres del Sistema del Tren Suburbano del Valle de México; además, por primera vez en casi 30 años, iniciaremos la construcción de una nueva refinería que, además de generar empleos, nos permitirá reducir la importación de gasolinas.
Y no sólo impulsaremos la infraestructura a gran escala, vamos a impulsar también la infraestructura a escala humana; vamos a reparar las escuelas públicas rurales de todo el país: techos, bardas, baños, pizarrones.
Tenemos el mayor presupuesto de caminos rurales para comunicar a las comunidades más aisladas y para generar empleo temporal para los mexicanos más marginados.
Seguiremos apoyando fuertemente al campo, lo apoyaremos con recursos y con un esfuerzo especial para tecnificar el riego y la producción. Este año, el campo mexicano ya ha alcanzado cifras récord de producción de maíz, de trigo, de leche, de frijol, de carne y de huevo.
En 2009 los recursos del Programa Especial Concurrente alcanzarán 235 mil millones de pesos, que será nuevamente el mayor monto que se tenga registro.
Otro importante motor interno de crecimiento es la vivienda. En estos dos años se ha generado un millón 700 mil créditos para la compra y mejora de casas para los mexicanos.
Un dato relevante, el INFONAVIT tardó más de 20 años en otorgar su primer millón de créditos. En los próximos días, el INFONAVIT entregará el primer millón de créditos otorgado tan sólo en esta Administración, en dos años.
En 2009, el INFONAVIT entregará medio millón de créditos adicionales y además seguiremos apoyando con el enganche de su casa a las familias de los trabajadores con menores ingresos.
El turismo es otro sector clave para impulsar la economía. Este año creció el número de turistas internacionales y los ingresos por divisas aumentaron en un 6.3 por ciento.
Seguiremos fortaleciendo el turismo con infraestructura, capacitación y apoyo a las PyMES turísticas. Se inició la creación de un nuevo centro integralmente planeado en las costas de Sinaloa que será el doble en extensión que Cancún y será el desarrollo turístico más importante en 25 años en la vida de México.
Con la reducción de los costos de transportación aérea y el aumento en la competitividad cambiaria transformaremos la coyuntura económica en una oportunidad para el turismo nacional.
Otro factor interno clave para el crecimiento y el empleo, son las pequeñas y medianas empresas por lo que les brindaremos un apoyo sin precedentes.
Hemos lanzado un mecanismo de garantías del Gobierno Federal para que los pequeños empresarios no tengan que empeñar todo su patrimonio y puedan obtener financiamiento.
En los próximos cuatro años se dispondrá para el financiamiento de las PyMES 250 mil millones de pesos bajo este esquema. Les proporcionaremos capacitación y asesoría, y además nos hemos propuesto que por lo menos el 20 por ciento de las compras del sector público se realicen a pequeñas y medianas empresas mexicanas.
La crisis mundial tendrá impacto en la economía, pero estamos mejor preparados y en mejores condiciones para enfrentar la adversidad que antes.
Sabemos qué hacer y estamos actuando oportunamente con todos los instrumentos a nuestro alcance.
El país tiene rumbo firme y una vez superada esta coyuntura, la economía mexicana estará más fuerte, crecerá más rápido y generará más empleos.
Tendremos problemas derivados de la coyuntura internacional. Sí, pero los mexicanos podemos estar seguros de que saldremos adelante.
La transformación más importante en el país es igualar las oportunidades entre los mexicanos, esto significa revertir rezagos ancestrales, saldar la deuda social con los más pobres y en particular con los indígenas.
Por eso hemos puesto en marcha la Estrategia Vivir Mejor para avanzar en tres frentes de acción; el primero es apoyar a los mexicanos que más lo necesitan, para que desarrollen sus capacidades, destrezas y habilidades, y puedan salir adelante con la dignidad de su propio esfuerzo.
Por eso hemos ampliado en más del 60 por ciento el componente económico para alimentación del Programa Oportunidades que otorgamos a más de cinco millones de familias, las más pobres del país. Este programa también impulsa su educación y salud y ha sido eficaz en el combate a la pobreza en el país.
Asimismo, estamos haciendo esfuerzos importantes para elevar la calidad de la educación. Por eso el Gobierno Federal y los maestros formalizamos la Alianza por la Calidad Educativa; la Alianza nos permitirá fortalecer la infraestructura de educación básica, seleccionar y reconocer mucho mejor a las maestras y a los maestros que se esfuerzan por elevar su preparación y la calidad del aprendizaje de sus alumnos y evaluar mejor nuestro desempeño en la tarea de educar.
Además, hemos fortalecido la infraestructura social en la zona con mayores rezagos. La Estrategia Cien por Cien ha permitido ampliar la red de caminos rurales y multiplicado las obras de agua, electricidad y alcantarillado en los 125 municipios más pobres del país.
A la fecha, se han sustituido 400 mil pisos de tierra en viviendas por pisos de cemento y a este ritmo, al terminar esta Administración ningún hogar mexicano deberá tener piso de tierra, que es un indicador claro de la miseria.
El segundo frente de Vivir Mejor es consolidar una red social para proteger el patrimonio de las familias con menores recursos. Para ello estamos impulsando acciones, como la entrega de seis millones de becas desde la primaria hasta la universidad, para que los niños y jóvenes no abandonen la escuela por razones económicas.
La afiliación de un millón 800 mil adultos al Programa 70 y Más, con el que se da una ayuda de mil pesos bimestrales a los adultos mayores en poblaciones menores a 20 mil habitantes.
Y la afiliación de un millón 600 mil niños al Seguro Médico para una Nueva Generación, con lo cual cumplimos nuestro compromiso de dotarles de un seguro médico eficaz a toda niña o a todo niño que naciera en México.
Y la incorporación de 3.1 millones de familias adicionales al Seguro Popular, que hoy suma ya ocho millones de familias beneficiadas.
Si seguimos así, este avance nos pone en la ruta correcta para alcanzar en esta Administración un anhelo de cualquier nación: la cobertura universal de salud, es decir, médico, medicinas y tratamiento para todos los mexicanos, sin excepción.
Por último, el tercer frente de la política social consiste en fortalecer el ingreso de las familias que menos tienen, en especial, de las familias encabezadas por mujeres.
Por eso hemos reforzado el componente alimentario de Oportunidades y por eso hemos lanzado programas que permiten la incorporación de mujeres al mercado laboral.
Hoy, más de 230 mil niños de madres de trabajadores son atendidos en más de ocho mil estancias infantiles impulsadas por el Gobierno Federal y, con ello, además de generarse 45 mil empleos, cerca de 200 mil mujeres tienen ahora la oportunidad de incorporarse al mercado laboral en este país.
A pesar de estos avances, tenemos muy claro, que el destino de México sólo podrá cambiar cuando desterremos la miseria y la exclusión social que todavía vivimos.
Nuestra generación, amigas y amigos, está obligada a garantizar que el bienestar que buscamos para los de hoy no se dé a costa de cancelar las oportunidades de los mexicanos por venir.
Por ello es indispensable proteger los recursos naturales. En ello el Gobierno trabaja en varios frentes.
Primero. Estamos haciendo del cuidado de nuestros recursos naturales una fuente de vida digna, con PROÁRBOL, un programa de pago por servicios ambientales, hemos podido conciliar esfuerzos con los propietarios, ejidatarios y comuneros, poseedores de bosques y selvas del país, al apoyar 74 mil proyectos e incorporar 107 millones de hectáreas de superficie forestal, con una inversión de más de seis mil millones de pesos.
Estamos cuidando selvas y bosques y, al mismo tiempo, procurando un ingreso económico para quienes en ellas viven.
Segundo. Hemos ampliado la superficie de áreas naturales protegidas, al decretar ocho áreas adicionales, con una superficie de un millón 100 mil hectáreas.
Y tercero. Estamos haciendo frente al cambio climático. Presentamos una estrategia nacional, donde por primera vez se estiman las potenciales nacionales de mitigación y adaptación al cambio climático en México.
Propusimos a la comunidad internacional la creación de un Fondo Verde, que permita premiar a los países que hacen un esfuerzo por reducir o evitar emisiones de carbono y transferir recursos a proyectos en países menos desarrollados para financiar la conservación y el medio ambiente.
Cuarto. Estamos trabajando para aprovechar mejor nuestros recursos hídricos. Nos hemos planteado la meta de que por lo menos el 60 por ciento de las aguas residuales se trate en México hacia el final del sexenio, y para ello hemos puesto en operación 92 nuevas plantas de tratamiento y rehabilitado otras tres.
Quinto. Estamos impulsando la sustitución de combustibles fósiles por fuentes de energía limpia. Por citar tres ejemplos: pusimos en marcha la primera planta a gran escala de energía eólica en Oaxaca; iniciamos el proyecto de una central híbrida solar, en Sonora, y estamos en una fase experimental de un programa de sustitución de bienes y enseres domésticos para escalar un programa de ahorro de energía.
El reto de nuestra generación es cerrar dos brechas al mismo tiempo: la brecha entre la riqueza y la pobreza, pero también la brecha entre el hombre y la naturaleza.
Es vital pensar no sólo en nosotros, sino en lo que le vamos a dejar a los que nos suceden. Necesitamos reconciliarnos con el medio ambiente y garantizar que nuestro querido México dure para siempre.
Desde el inicio del mandato planteé a los mexicanos la necesidad de avanzar en la transformación de México a través del diálogo y la construcción de puentes de entendimiento y acuerdo entre las distintas fuerzas políticas.
A dos años de Gobierno hemos avanzado en este terreno. Ya he hecho mención de varias reformas que cambiarán el rumbo del país en materia de seguridad, justicia, economía y otros rubros.
Es necesario destacar dos reformas que por su naturaleza fortalecerán la democracia. Por un lado, la Reforma Constitucional que garantiza la transparencia y el acceso a la información no sólo a nivel federal, sino también a nivel local y municipal. Y por el otro, la Reforma Electoral, que nos permitió recuperar consensos básicos y ha reconstruido los acuerdos fundamentales sobre las reglas del juego electoral.
Gracias a la visión y altura de miras de los distintos partidos políticos y actores sociales, los mexicanos hemos sido capaces de impulsar una agenda de transformaciones estructurales.
Hoy contamos con un renovado clima de colaboración y cooperación, lo que podemos afirmar, y con orgullo todos los mexicanos, es que en las decisiones trascendentales para el país, la pluralidad mexicana se ha convertido en una verdadera fortaleza democrática, como debe ser.
Para construir una Nación más próspera requerimos también mirar y actuar más allá de nuestras fronteras. En América Latina y el Caribe hemos consolidado relaciones positivas y constructivas con todos los países.
Ello ha hecho posible restablecer la posición de México como actor indispensable en los procesos globales de concertación y desarrollo. Desde el Grupo de Río, que reúne a las naciones de Latinoamérica continental y que ahora coordina México, estamos impulsando la construcción de una América Latina unida donde las diferencias ideológicas no sean obstáculo para atender los retos que compartimos.
Nuestra diplomacia se ejerce en todo el mundo y nuestra voz se escucha y se respeta nuevamente en los foros internacionales. México fue electo recientemente como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por el mayor número de votos registrados en la organización, y además es coordinador de los trabajos del Grupo de los Cinco, instancia a la cual los intereses del mundo en desarrollo de las naciones más importantes del mismo: China, India, Brasil, Sudáfrica y México son escuchados y representados por la voz de nuestro país.
Con Estados Unidos, nuestro vecino del norte, hemos forjado a través de la Iniciativa Mérida un nuevo paradigma en materia de cooperación internacional contra el crimen, con base en los principios de responsabilidad compartida y de confianza mutua.
Seguiremos defendiendo con toda energía los derechos de nuestros migrantes en el exterior. Ellos son personas dignas que enriquecen con su trabajo y esfuerzo las economías de las sociedades donde laboran.
Mi Gobierno insistirá y trabajará con el nuevo Gobierno de los Estados Unidos en la protección de los derechos de los migrantes y en la construcción de una nueva relación bilateral, fundada en la convicción de que la prosperidad de los países que integramos esta región del continente no puede ser alcanzada a menos de que se trabaje sobre la base de la igualdad, el respeto recíproco y la cooperación.
Señoras y señores:
Ha culminado el primer tercio de esta Administración. Han sido dos años intensos, y a pesar del tamaño de los desafíos en nada ha mermado el ánimo ni el sentido de responsabilidad con la Nación.
Y contra lo que algunos hubieran pensado a juzgar por las circunstancias, han sido dos años de profundas transformaciones en favor de México.
El Programa de Infraestructura, el combate al crimen organizado o las reformas estructurales realizadas en materia hacendaria o de pensiones, de transparencia del gasto, en materia electoral, la Reforma Judicial Penal, la Reforma a Petróleos Mexicanos, la Alianza por la Calidad de la Educación, todos, todas y cada una de ellas han sido transformaciones profundas que cambiarán, estoy seguro, el rostro de México.
En dos años de Gobierno hemos demostrado que las dificultades no se evaden, sino que se enfrentan con decisión. Y al hacerlo, se supera la adversidad y se abren nuevos horizontes para el país.
Aún con aciertos y con errores, la satisfacción del deber cumplido nos alienta para acometer, aún con mayores bríos, las tareas por venir.
Agradezco mucho a todos los servidores públicos y a mis colaboradores su dedicación y entrega.
A mi familia, en especial a Margarita y a mis hijos, su apoyo y su cariño.
A ti, Mari Gely, agradezco mucho tu presencia y contigo mi agradecimiento a Juan Camilo, cuyo trabajo fue fundamental en la realización de estos logros.
Tenemos grandes retos, algunos de raíces profundas en nuestro pasado, como la impunidad o la criminalidad; otros que se generan más allá de nuestras fronteras, como la crisis económica internacional.
Pero lo importante no es si tendremos problemas o no, sino que tenemos la voluntad y la capacidad para enfrentarlos y resolverlos.
Al iniciar el tercer año de la Administración, debemos unir esfuerzos para acelerar los cambios y las transformaciones. En el Gobierno Federal, seguiremos asumiendo que nuestra misión es transformar a México y ponerlo en la ruta del verdadero desarrollo humano sustentable.
Al inicio del Siglo XXI, nuestra generación, la generación del Bicentenario, está llamada a ser aquella que logró transformar al país.
A eso convoco a los mexicanos, a seguir transformando a México, a transformarlo como lo hemos venido haciendo en estos dos años; transformar a México por la vía del diálogo, por la vía del entendimiento, por la vía de la razón.
La construcción de acuerdos entre partidos y legisladores, que ha hecho posible todos estos cambios, ha sido fruto de la voluntad política, generosa y patriótica de quienes, por encima de sus legítimos intereses sectoriales, sindicales o partidarios, han sido capaces de anteponer el supremo interés de la Nación.
Es cierto que en el proceso electoral para renovar la Cámara de Diputados el próximo año viviremos momentos que propician más las divergencias y los contrastes, que las coincidencias.
Sin embargo, la democracia no es sinónimo de uniformidad, ni tampoco de división o fractura insuperable; es, precisamente, contraste de ideas y propuestas, en cuya dialéctica tiene que encontrar el ciudadano la orientación para definir y decidir el camino del bien común nacional.
La clave no es renunciar a las propias ideas ni a la legítima búsqueda del apoyo ciudadano; la clave es entender que por encima de las diferencias está el interés de la Patria, que por encima de las discrepancias está nuestra coincidencia medular, que es el bien de México y de los mexicanos.
Un debate responsable y de altura, como el que ha tenido el Congreso de la Unión en la mayoría de sus integrantes, es lo que la Nación necesita.
En tiempos de dificultad económica como los que vivimos, México requiere la responsabilidad de todos, y en especial de los actores políticos, sociales y económicos y de sus líderes, que están hoy aquí representados en este Palacio Nacional.
Sigamos promoviendo el diálogo, la conciliación y los acuerdos con los distintos actores políticos y sociales para transformar a nuestro país y procurar un futuro de mayor bienestar para los mexicanos.
Sigamos haciendo frente a los problemas y resolviéndolos con la determinación, la firmeza y el valor que nos exige este momento de nuestra historia.
Sigamos adelante, trabajando sin descanso por el bien de México.
Viva México.

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