JESÚS ORTEGA: LA OPORTUNIDAD PARA OTRA IZQUIERDA/Ignacio Pinacho, dirigente social.
Si en algún momento la izquierda perredista había estado urgida de contar con una presidencia democrática y con visión de largo plazo, es precisamente en esta ocasión. Jesús Ortega Martínez tiene la oportunidad de convertirse -lo que en su momento fue Arnoldo Martínez para el PCM y Heberto castillo para el PMS- en un presidente que le dé un golpe de timón al discurso y práctica políticas de la izquierda.
En ocasión de los fuertes debates alrededor de los saldos de la elección del 16 de marzo, prácticamente todos los dirigentes llegaron a reconocer la urgente necesidad de refundar al PRD desde sus raíces. Es el momento de que la nueva dirección política del partido vaya pensando seriamente en los contenidos y procedimientos para alcanzarlo, en el entendido que una refundación implica la “acción y efecto de transformar radicalmente los principios ideológicos de una sociedad o de una institución para adaptarlos a los nuevos tiempos, o a otros fines”
Al mismo tiempo, el PRD tiene el reto de enfrentar con las mejores herramientas de la política electoral el ya iniciado proceso que culminará con la elección de julio del próximo año. No hay tiempo que perder. La pregunta salta a la vista ¿existen condiciones para revertir los bajos niveles de aceptación que el PRD tiene en estos momentos en la sociedad? Las experiencias electorales nos han demostrado que sí, pero eso significa el diseño de una estrategia electoral de gran calado, bajo la óptica de una izquierda eminentemente propositiva y didáctica.
El nuevo presidente del partido y la corriente política de la que él es integrante, tienen el compromiso de hacer valer las expectativas que múltiples sectores de la sociedad mexicana están esperando: un partido comprometido con las reglas democráticas, con las instituciones y con la ley. Además, tienen la enorme tarea y responsabilidad de revertir las tendencias de antipatía que ha arrojado la política beligerante y extremista que ha convertido en movimiento social el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Lograrlo no será fácil, porque el terreno fértil para hacer florecer una izquierda diferente, que se había generado a raíz de los resultados electorales de 2006 ha sido echado por la borda.
Además, la presión interna será muy fuerte. Cualquier resultado negativo será responsabilidad de la nueva dirección del partido, aunque las causas puedan estar en otro lado. Será difícil, sin duda, hacer renacer y promover una política democrática, tolerante y pacifica en un terreno donde se hacen escuchar mucho las voces rijosas e intolerantes. La situación está cuesta arriba, pero es la única oportunidad para avanzar en la construcción de otra izquierda.
13 de noviembre de 2008
Si en algún momento la izquierda perredista había estado urgida de contar con una presidencia democrática y con visión de largo plazo, es precisamente en esta ocasión. Jesús Ortega Martínez tiene la oportunidad de convertirse -lo que en su momento fue Arnoldo Martínez para el PCM y Heberto castillo para el PMS- en un presidente que le dé un golpe de timón al discurso y práctica políticas de la izquierda.
En ocasión de los fuertes debates alrededor de los saldos de la elección del 16 de marzo, prácticamente todos los dirigentes llegaron a reconocer la urgente necesidad de refundar al PRD desde sus raíces. Es el momento de que la nueva dirección política del partido vaya pensando seriamente en los contenidos y procedimientos para alcanzarlo, en el entendido que una refundación implica la “acción y efecto de transformar radicalmente los principios ideológicos de una sociedad o de una institución para adaptarlos a los nuevos tiempos, o a otros fines”
Al mismo tiempo, el PRD tiene el reto de enfrentar con las mejores herramientas de la política electoral el ya iniciado proceso que culminará con la elección de julio del próximo año. No hay tiempo que perder. La pregunta salta a la vista ¿existen condiciones para revertir los bajos niveles de aceptación que el PRD tiene en estos momentos en la sociedad? Las experiencias electorales nos han demostrado que sí, pero eso significa el diseño de una estrategia electoral de gran calado, bajo la óptica de una izquierda eminentemente propositiva y didáctica.
El nuevo presidente del partido y la corriente política de la que él es integrante, tienen el compromiso de hacer valer las expectativas que múltiples sectores de la sociedad mexicana están esperando: un partido comprometido con las reglas democráticas, con las instituciones y con la ley. Además, tienen la enorme tarea y responsabilidad de revertir las tendencias de antipatía que ha arrojado la política beligerante y extremista que ha convertido en movimiento social el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Lograrlo no será fácil, porque el terreno fértil para hacer florecer una izquierda diferente, que se había generado a raíz de los resultados electorales de 2006 ha sido echado por la borda.
Además, la presión interna será muy fuerte. Cualquier resultado negativo será responsabilidad de la nueva dirección del partido, aunque las causas puedan estar en otro lado. Será difícil, sin duda, hacer renacer y promover una política democrática, tolerante y pacifica en un terreno donde se hacen escuchar mucho las voces rijosas e intolerantes. La situación está cuesta arriba, pero es la única oportunidad para avanzar en la construcción de otra izquierda.
13 de noviembre de 2008
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