México- Argentina

Intervención de Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta de Argentina en el Almuerzo de Estado que ofreció en honor del Presidente Calderón y su señora esposa
Lunes, 24 de Noviembre de 2008 Discurso
Buenos Aires, República de Argentina
Bueno. Muy buenos días a todos y a todas.
Señor Presidente de la República de los Estados Unidos de México, querido amigo Felipe Calderón.
Querida Margarita, realmente fue un placer tenerte aquí, tenerlos aquí a ambos. Saludar también a la comitiva que los acompaña.
Señores y señoras funcionarias del Gobierno mexicano y también importantísimos empresarios y empresarias del hermano país de México.
Realmente darles a ambos, a Felipe y a Margarita, y discúlpenme tal vez la familiaridad poco diplomática en el trato, pero los he sentido, desde que los conocí a ambos, como dos amigos.
Así me hicieron sentir cuando me recibieron en su Residencia de Los Pinos.
Así me hicieron sentir cuando además de charlar y hablar sobre las cuestiones que siempre atañen a la política del Estado, de los Estados, en estos casos, y de la relación bilateral; también ambos charlamos sobre la historia de nosotros y de cada uno, porque siempre digo que los jefes y jefas de Estado también tienen vida, también tienen historia en sus movimientos políticos, en sus vidas personales, ambos son también hombre y mujer de la política.
Los padres de Margarita fundadores también del partido que representa Felipe Calderón en el Gobierno.
La verdad que sentí con ellos muchas cosas en común. Y una gran e inmediata corriente de afecto y simpatía personal.
Me permito decirlo porque ustedes me conocen, no soy de decir cosas que no siento, al contrario, normalmente digo todas las cosas que siento, algunas me traen problemas, pero en esta ocasión puedo decirlas y quedar muy bien, además.
Entonces si las digo cuando no les gusta, el problema es cuando uno tiene oportunidad de decir cosas que sientes y quedar bien, creo que es bueno hacerlo.
Creo que esta Visita de Estado va a profundizar aún más las excelentes relaciones comerciales que vienen acrecentándose en forma inédita en la historia de ambos países.
Significa también, además para nosotros, la ubicación de México en la región a la que pertenece y de la que forma parte: Latinoamérica; y también agradecerle, como lo hice hoy, el trato que México tuvo para miles de argentinos y argentinas que encontraron ahí un hogar en momentos difíciles.
De aquí diviso a la señora vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados, Patricia Vaca Narvaja, que sabe de lo que estoy hablando, precisamente, ella y su familia. Hoy cuando bajábamos por el Salón de Bustos, le comentaba al Presidente Calderón, que hacía poco tiempo habíamos colocado allí el Busto del Presidente Alfonsín y también el del Presidente Héctor J. Cámpora que, precisamente, había muerto asilado en la hermana República de México; todo gesto de solidaridades y amistad de un México que además ha hecho escuela internacional en materia de asilo político y de solidaridad con los perseguidos políticos.
Que lo ha distinguido siempre como un país de avanzada y progresista en materia de derechos humanos, lo cual nos merece a nosotros muchísimo respeto y muchísima adhesión.
También, charlando acerca de los instrumentos, de las políticas, de las acciones conjuntas que debemos hacer quienes tenemos en este momento difícil del mundo contemporáneo la responsabilidad de conducir los Estados, y fundamentalmente de hacerlo desde aquellos países que son considerados economías emergentes, y que hoy, a diferencia de otras oportunidades, no son los que han causado esta debacle internacional que parece no tener piso o no encontrar fin; sino que al contrario, durante la última década hemos sostenido el crecimiento de la actividad económica mundial, mayoritariamente dos terceras partes del crecimiento se explican fundamentalmente a partir del crecimiento de las economías emergentes.
Y ser precisamente hoy, tal vez, los países que tengamos que pagar las consecuencias de acciones que no hemos sido responsables.
Esto, lejos de llevar a quejarnos, debe llevarnos esencialmente a aunar esfuerzos y neuronas, digo esto también para encontrar caminos y soluciones alternativas. Y también compartir junto al Presidente Felipe Calderón lo que él planteaba en la última reunión en la República Dominicana del Grupo Río, que es precisamente, constituir a este Grupo, que ha tenido actuaciones importantes, como la que tuvo precisamente, por ejemplo, en aquel momento en Dominicana, también como un espacio omnicomprensivo de absolutamente todos los países que integran la América del Sur, América Central, México y el Caribe.
Creo que ese es un espacio natural en el cual todos debemos y podemos sentirnos representados en nuestros legítimos intereses y en nuestras respectivas identidades.
Así que con mucha felicidad por haber compartido también algo que lo vivo casi, un poquito personalmente, como es la puesta en marcha de la reconstrucción del mural de este genio mexicano que fue Siqueiros y que hoy pudimos visitar con el señor Presidente.
Un nuevo objetivo que había puesto en mi cabeza. Yo quería que cuando el Presidente Calderón visitara la Argentina, pudiéramos tener este Siqueiros, que es un poco el símbolo de las cosas que parecían que no se podía hacer nunca, 18 años arrumbado en depósitos judiciales, era un poco el símbolo; no era, solamente una cuestión artística, una cuestión que tuviera que ver con el origen mexicano del artista, no. Tenía que ver con algo emblemático.
Poder sacar del ostracismo, poder sacar del olvido cosas que son muy importantes para la historia de ambos países, y hacerlo también en un momento en el que hemos logrado sacar del letargo a esa relación argentino-mexicana en el aspecto comercial, porque en el otro, en el cultural, en el de hermandad siempre tuvimos una gran profundidad; era hora de sumarle la parte económica y comercial. Y estamos muy contentos de tenerlos a ambos aquí, en nuestro país.
Los invito, si alguien que debiera estar acá a lado mío y no está. Muchas gracias. Siempre fallan; pero no somos las mujeres las que fallamos.
Brindar con ustedes, Presidente, y con todos ustedes.
Última modificación:

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El Presidente Calderón

Excelentísima señora Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta de la República Argentina.
Señores presidentes de la Cámara de Diputados, de la Cámara de Senadores de Argentina, de la Cámara de Diputados de México.
Señoras y señores ministros, secretarios, embajadores, gobernadores.
Señoras y señores empresarios.
Señoras y señores:
Agradezco a la Presidenta Cristina Fernández, así como al pueblo y al Gobierno de la hermana República Argentina, su afectiva y muy cálida recepción.
En especial las emocionantes palabras, Presidenta, que usted acaba de pronunciar.
Es para mí un motivo de enorme satisfacción estar finalmente como Presidente Constitucional de México, en esta gran Nación; estar en Buenos Aires y decir de esta hermosa ciudad esta mañana lo que Leopoldo Marechal: Templada y riente resplandecía la mañana en la hermosa Ciudad de Buenos Aires.
Me alegra estar aquí, precisamente, en la plenitud de su primavera para dar los pasos que habremos de dar, que ensancharán las amplias avenidas que deben unir a México y a Argentina.
La Presidenta y yo ya nos hemos reunido en varias ocasiones. Nos hemos reunido, frecuentemente diría yo, si se considera la enorme distancia geográfica de nuestros países, porque así corresponde a la Alianza Estratégica y a los profundos vínculos de amistad que unen y deben unir siempre a nuestros pueblos.
Agradezco, insisto, sus palabras, Presidenta, y a todos ustedes, especialmente a quienes alguna vez, por razones que la historia ha juzgado, tuvieron que estar en México, quiero refrendarles que México es y será siempre la casa de los argentinos en tiempos difíciles, es y será siempre la casa de Argentina también en los buenos tiempos.
Le damos seguimiento al diálogo de alto nivel entre nuestras naciones con la certeza de que nuestras conversaciones, acuerdos y acciones en favor del fortalecimiento de la relación bilateral, serán altamente benéficos para nuestros países.
Esta relación bilateral se remonta a la época de los primeros contactos diplomáticos entre Argentina y México, hace más de 180 años. Uno de los primeros Ministros de Relaciones Exteriores de mi país, en el México independiente, don Juan de Dios Cañedo, fue el primer Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en la Argentina en 1831, habría de venir en frecuentes ocasiones.
He de destacar que en esos años la legación de México para toda Sudamérica estaba precisamente aquí, en Buenos Aires. Pero, sin duda, las primeras décadas del siglo pasado fueron las determinantes en la construcción de nuestros vínculos políticos, diplomáticos y comerciales. A la par fue por aquel entonces cuando comenzó a articularse el universo de lazos culturales e intelectuales que unen a México y a Argentina.
Una figura clave en la construcción de estos vínculos fue, sin duda, don Alfonso Reyes, amigo de Borges, de Leopoldo Lugones, de Victoria Ocampo y de Alfonsina Storni. A Reyes, un mexicano universal, incluso la prensa porteña llegó a llamarle el Embajador de los Intelectuales Mexicanos.
Y también sirvieron de puente entre nuestras naciones otros de los nuestros como Antonio Caso, Amado Nervo, Isidro Fabela, quienes desde el campo de las letras y a la par de la diplomacia representaron a México y enriquecieron esta relación de afecto; nos hablaron a los mexicanos de Argentina y de Buenos Aires.
A estos vínculos habría que agregar lo que para la amistad y la comprensión entre nuestros pueblos ha representado la gran comunidad argentina en nuestro país.
Como he dicho, como lo ha dicho la Presidenta, sabemos que muchos de ustedes llegaron a México en circunstancias difíciles e hicieron de nuestro país su segunda Patria.
Vinieron así la cultura, la gastronomía, el arte, las letras, el fútbol, en un enriquecimiento mutuo que nos hace verlos como parte de nosotros, porque están en su casa.
Es invaluable lo que argentinos de talla universal aportaron a la vida cultural, social y científica de México. Uno de ellos, Arnaldo Orfila, durante 21 años dirigió el Fondo de Cultura Económica.
Pues bien, en su recuerdo, pero también para conmemorar la Independencia Bicentenaria de nuestras naciones y en ocasión de tan singulares festividades, anuncio a ustedes que el Fondo de Cultura Económica construirá y operará una librería aquí en Buenos Aires a partir de ahora.
Queremos que sea una forma de celebrar precisamente el Bicentenario de la Independencia, pero también un reconocimiento de lo que Arnaldo Orfila aportó al desarrollo cultural de México.
Espero que esta librería, estoy convencido de ello, se convertirá en un importante centro cultural, permitirá que los libros mexicanos tengan mayor presencia en Buenos Aires y fortalecerá la comunicación de los vínculos amistosos entre mexicanos y argentinos.
La política exterior que he instruido en el país es: más presencia de México en el mundo y más presencia del mundo en México.
La librería del Fondo de Cultura Económica hecha por México en ocasión de la celebración de las Fiestas del Bicentenario, será sin duda expresión de la presencia de México en Argentina.
Los gobiernos de ambas naciones reconocemos que nuestras relaciones hoy reflejan visiones compartidas respecto de lo que queremos para nuestros pueblos y para la región latinoamericana y caribeña, en su conjunto.
Queremos que esta región, donde convivimos diversas naciones latinoamericanas, se convierta finalmente, se reconozca finalmente lo que es una gran nación, un pueblo que vive una cultura, comparte ideas, valores, principios, lenguaje, historia.
Los retos son similares y debemos traducir el avance de nuestras economías en más y mejores oportunidades de desarrollo, de justicia y de superación de la pobreza a partir de mayor integración. Y espero que podamos cristalizar en el futuro la idea de hacer una gran organización de pueblos y países latinoamericanos.
Para alcanzar estos objetivos la cooperación es prioritaria. De ahí nuestro énfasis en seguir avanzando con pasos firmes a la integración de América Latina y el Caribe.
Juntos, lo hemos dicho muchas veces, somos mucho más fuertes. Mi Gobierno está comprometido con este proceso de integración latinoamericana y caribeña, así que junto con el esfuerzo y la voluntad del Gobierno de la Presidenta Cristina Fernández, México y Argentina seremos aliados incuestionables en esta gran vinculación.
Hemos logrado en esta visita consolidar un diálogo político fluido al más alto nivel, que nos ha permitido avanzar en los temas de nuestra agenda bilateral.
En el marco de estas afinidades, me congratulo por haber establecido el día de hoy, con la Presidenta Kirchner, el Consejo de Asociación previsto en el Acuerdo de Asociación Estratégica entre México y Argentina.
Amigas y amigos:
El Gobierno de la Presidenta Cristina Fernández y el mío se encuentran trabajando de manera muy cercana, solidaria y comprometida, a fin de profundizar una relación que va mucho más allá de lo institucional, lo político, lo económico o lo cultural; es una relación a la altura de la comunidad de origen y destino de nuestros pueblos.
Por ello seguiremos profundizando nuestros vínculos. La tierra que vio nacer a José Hernández, a Victoria Ocampo; la que vio nacer a Sor Juana Inés de la Cruz, a Juan Rulfo y a Octavio Paz, están unidas por una tradición que nos hermana.
Seguiremos honrando esta tradición y la amistad, que en su Otro Poema de los Dones, de Jorge Luis Borges, la definió como un arte, el arte de la amistad.
Una amistad, que en el caso de argentinos y mexicanos nace, sin duda, del corazón; e inevitable para mí el citar a José Hernández y su Martín Fierro: Dios formó lindas las flores, delicadas como son; pero al hombre le dio más cuando le dio el corazón.
Y con ese espíritu, con la mano extendida y el corazón abierto, agradezco una vez más la hospitalidad de la Presidenta Cristina Fernández y de todo el pueblo de la República Argentina.
Y les pido que me acompañen a brindar por el futuro y la prosperidad del pueblo de Argentina