Publicado en El Universal (www.eluniversal.com.mx) Jueves 27 de noviembre de 2008:
No es un exceso de Nelson Vargas gritar que “no tiene madre” la negligencia, ineficacia, corrupción… de nuestro sistema de justicia.
Ante el resultado de esas gemelas perversas que son ineficacia y cinismo —que atacan a policías y procuradores—, las palabras han perdido todo su sentido. El “¡Ya basta!” quedó olvidado entre túnicas blancas, en tanto el “¡si no pueden, renuncien!” fue derrotado en sólo 100 días de tragedias y promesas imposibles de cumplir por la arrogancia de la clase política y por los hombres del poder.
Hoy viene el “no tiene madre”, lance desesperado de un hombre que fustiga negligencia e ineptitud oficiales —ante el secuestro de su hija Silvia—, que seguro pronto caerá en desuso frente a fortalecidas expresiones de ineficacia y cinismo.
Vargas acusó de negligencia, ineficacia y corrupción a la PGR de Eduardo Medina Mora y a la SSP de Genaro García Luna, porque una familia agraviada por el secuestro, la ineficacia policiaca y la procuración de justicia debió convertirse en una familia de investigadores que —gracias a revelaciones ciudadanas— hizo parte del trabajo para identificar a los presuntos secuestradores. Al agravio por el secuestro se debe sumar la tarea de investigarlo, identificar a los responsables, seguir el proceso de impartición de justicia para impedir cochupos.
Vargas identificó a Óscar Ortiz González —quien fuera chofer de la familia— como parte de la banda de secuestradores Los Rojos, hermano de Raúl Ortiz González, El Flaco o El Azul, quien se escapó de la policía cuando era revisado por médicos en el Hospital de Xoco. ¿Alguien creyó en esa fuga?
Ni los “genios” de la PGR y menos los de la SSP fueron capaces de identificar una línea elemental de conexión entre los hermanos Óscar y Raúl González que los vinculara con el secuestro de Silvia Vargas. Pero el insulto es mayor si se recuerda que el padre de la secuestrada recibió la información de ese nexo, y que lo hizo saber a PGR y SSP. Aun así no pasó nada. ¿Cómo se le puede llamar a esa tragicomedia? Sí, como la llamó Nelson Vargas.
Y a la ineficacia denunciada siguió el cinismo oficial también envuelto en ofensa al sentido común. Resulta que la PGR dijo que “no hay corrupción en la PGR, y en las investigaciones del secuestro de Silvia Vargas”. Los “genios” de la PGR dan la razón a Nelson Vargas. La verdad es que “no tiene madre” que no quieran entender que una forma de corrupción —acaso la más insultante por su cinismo— es la negligencia, la incapacidad para responder al cargo encomendado, la ineficacia en una tarea por la que cobran decenas o cientos de servidores públicos. O mejor dicho, de dizque servidores públicos.
¿Qué sigue al “no tiene madre” que lanzó Vargas a PGR, a PFP y a todo el sistema de justicia?
Puede venir la más altisonante de las palabras, la mayor de las expresiones verbales contra la ineficacia y el cinismo. Pero frente a esas gemelas que han atrapado a los hombres del poder, las palabras, el grito de los ciudadanos ha perdido significado. Ya dice muy poco, si no es que nada. Se puede gritar de manera colectiva, con el respaldo de millones, un sonoro “¡Ya basta!”; se puede estremecer a toda esa sociedad con un grito solitario pero contundente: “¡Si no pueden, renuncien”. O se puede recurrir al corrosivo y expresivo “no tiene madre”, pero nada hará reaccionar a los hombres del poder; sean legisladores, dirigentes de partidos, gobernantes…
¿Qué le queda a la sociedad desesperada, de la cual hoy forma parte Nelson Vargas, ayer Alejandro Martí, hace meses la señora Wallace o hace años el señor Gallo… frente a la cachaza de dizque servidores que ni sirven ni conocen los básicos del deber público? Quizá, según los creyentes, debamos esperar “un milagro”. ¿Qué quiere decir eso? Que por vergüenza renuncien a sus cargos el procurador Medina Mora, el secretario de la Seguridad Pública, García Luna, y otros de Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
¿O de plano deberemos esperar que el Presidente, el Congreso y la Corte entiendan que el sistema está mal, que han cometido errores, que más allá de Medina Mora y García Luna deben mudar el modo de perseguir delitos e impartir justicia? Y parece tener razón Nelson. “No tiene madre” que no se atrevan al cambio. Y en el cambio va la vida o la muerte política.
Ante el resultado de esas gemelas perversas que son ineficacia y cinismo —que atacan a policías y procuradores—, las palabras han perdido todo su sentido. El “¡Ya basta!” quedó olvidado entre túnicas blancas, en tanto el “¡si no pueden, renuncien!” fue derrotado en sólo 100 días de tragedias y promesas imposibles de cumplir por la arrogancia de la clase política y por los hombres del poder.
Hoy viene el “no tiene madre”, lance desesperado de un hombre que fustiga negligencia e ineptitud oficiales —ante el secuestro de su hija Silvia—, que seguro pronto caerá en desuso frente a fortalecidas expresiones de ineficacia y cinismo.
Vargas acusó de negligencia, ineficacia y corrupción a la PGR de Eduardo Medina Mora y a la SSP de Genaro García Luna, porque una familia agraviada por el secuestro, la ineficacia policiaca y la procuración de justicia debió convertirse en una familia de investigadores que —gracias a revelaciones ciudadanas— hizo parte del trabajo para identificar a los presuntos secuestradores. Al agravio por el secuestro se debe sumar la tarea de investigarlo, identificar a los responsables, seguir el proceso de impartición de justicia para impedir cochupos.
Vargas identificó a Óscar Ortiz González —quien fuera chofer de la familia— como parte de la banda de secuestradores Los Rojos, hermano de Raúl Ortiz González, El Flaco o El Azul, quien se escapó de la policía cuando era revisado por médicos en el Hospital de Xoco. ¿Alguien creyó en esa fuga?
Ni los “genios” de la PGR y menos los de la SSP fueron capaces de identificar una línea elemental de conexión entre los hermanos Óscar y Raúl González que los vinculara con el secuestro de Silvia Vargas. Pero el insulto es mayor si se recuerda que el padre de la secuestrada recibió la información de ese nexo, y que lo hizo saber a PGR y SSP. Aun así no pasó nada. ¿Cómo se le puede llamar a esa tragicomedia? Sí, como la llamó Nelson Vargas.
Y a la ineficacia denunciada siguió el cinismo oficial también envuelto en ofensa al sentido común. Resulta que la PGR dijo que “no hay corrupción en la PGR, y en las investigaciones del secuestro de Silvia Vargas”. Los “genios” de la PGR dan la razón a Nelson Vargas. La verdad es que “no tiene madre” que no quieran entender que una forma de corrupción —acaso la más insultante por su cinismo— es la negligencia, la incapacidad para responder al cargo encomendado, la ineficacia en una tarea por la que cobran decenas o cientos de servidores públicos. O mejor dicho, de dizque servidores públicos.
¿Qué sigue al “no tiene madre” que lanzó Vargas a PGR, a PFP y a todo el sistema de justicia?
Puede venir la más altisonante de las palabras, la mayor de las expresiones verbales contra la ineficacia y el cinismo. Pero frente a esas gemelas que han atrapado a los hombres del poder, las palabras, el grito de los ciudadanos ha perdido significado. Ya dice muy poco, si no es que nada. Se puede gritar de manera colectiva, con el respaldo de millones, un sonoro “¡Ya basta!”; se puede estremecer a toda esa sociedad con un grito solitario pero contundente: “¡Si no pueden, renuncien”. O se puede recurrir al corrosivo y expresivo “no tiene madre”, pero nada hará reaccionar a los hombres del poder; sean legisladores, dirigentes de partidos, gobernantes…
¿Qué le queda a la sociedad desesperada, de la cual hoy forma parte Nelson Vargas, ayer Alejandro Martí, hace meses la señora Wallace o hace años el señor Gallo… frente a la cachaza de dizque servidores que ni sirven ni conocen los básicos del deber público? Quizá, según los creyentes, debamos esperar “un milagro”. ¿Qué quiere decir eso? Que por vergüenza renuncien a sus cargos el procurador Medina Mora, el secretario de la Seguridad Pública, García Luna, y otros de Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
¿O de plano deberemos esperar que el Presidente, el Congreso y la Corte entiendan que el sistema está mal, que han cometido errores, que más allá de Medina Mora y García Luna deben mudar el modo de perseguir delitos e impartir justicia? Y parece tener razón Nelson. “No tiene madre” que no se atrevan al cambio. Y en el cambio va la vida o la muerte política.
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¿Quiénes son Los Rojos?
Nota de María de la Luz González
Nota de María de la Luz González
El Universal, 27 de noviembre de 2008
La banda a la que Nelson Vargas relacionó con el plagio de su hija Silvia, está integrada al menos por 11 individuos, los cuales no han sido detenido hasta ahora
La banda de secuestradores conocida como "Los Rojos", de acuerdo con las investigaciones, está integrada al menos por 11 individuos cuyo jefe es Jesús Nava Romero, "El Rojo".
Ninguno de ellos ha sido detenido hasta ahora, salvo por unas horas, como ocurrió con Raúl Ortiz "El Azul", quien evadió la custodia policial y escapó del Hospital de Xoco el pasado 28 de septiembre.
La banda, a la que Nelson Vargas relacionó ayer con el plagio de su hija Silvia, está relacionada al menos con tres averiguaciones previas, correspondientes a igual número de secuestros, realizados en el Estado de México y el Distrito Federal.
La indagatoria, que llevan de manera conjunta la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal, ha permitido establecer que tienen su zona de operación en el Distrito Federal y los estados de México y Guerrero.
En las investigaciones también se ha perfilado el modus operandi de la organización, caracterizado por la combinación del secuestro y la extorsión, así como la utilización de teléfonos celulares y casetas telefónicas para contactar a las familias de las víctimas y negociar el rescate.
Recientemente se recibió la denuncia de una persona secuestrada hace 15 ó 16 años, con quien Raúl Ortiz González, "El Azul" trabajó como chofer. La denuncia está siendo investigada para determinar si existe relación con los otros tres casos.
"Los Rojos" cobraban los rescates exigidos en el estado de Guerrero y, tras liberar a sus víctimas, continuaban extorsionándolas mediante llamadas telefónicas con amenazas cada vez más violentas de dañar al extorsionado o a su familia.
Fue esa forma de operar la que permitió la captura de "El Azul" o "El Flaco", el pasado mes de septiembre, cuando se preparaba para cobrar una cantidad adicional al rescate pagada por su más reciente víctima, a la cual había comenzado a extorsionar. Ortiz González, o Ángel Cisneros Marín, era el encargado de negociar y cobrar los rescates.
Su hermano, Óscar Ortiz, está bajo arraigo como sospechoso de pertenecer al grupo, aunque hasta ahora ha negado cualquier vínculo con la organización. Manuel, otro de los hermanos, está prófugo y las autoridades ofrecen una recompensa por datos que lleven a su localización.
Tras la detención de "el Azul", las autoridades federales localizaron una casa de seguridad ubicada en Sección 2, lote 9, Edificio J, departamento 201, de la colonia Jardines de Los Báez, del municipio de Ecatepec de Morelos, donde mantenían a sus víctimas mientras negociaban el pago por su liberación.
De acuerdo con las denuncias recibidas, "Los Rojos" acostumbraban interceptar a sus víctimas con lujo de violencia a bordo de sus vehículos, y trasladarlos en otras unidades a la casa de seguridad, donde permanecían de 15 a 45 días, en promedio.
Las averiguaciones previas relacionadas con la banda son la FSPI/TI/01558/08-08,
FSPI/TI/01558/08-08 y la PGR/SIEDO/UEIS/315/2007, iniciadas por los secuestros de un empresario, un comerciante y un abogado, cometidos entre noviembre de 2007 y agosto de 2008. mma
La banda a la que Nelson Vargas relacionó con el plagio de su hija Silvia, está integrada al menos por 11 individuos, los cuales no han sido detenido hasta ahora
La banda de secuestradores conocida como "Los Rojos", de acuerdo con las investigaciones, está integrada al menos por 11 individuos cuyo jefe es Jesús Nava Romero, "El Rojo".
Ninguno de ellos ha sido detenido hasta ahora, salvo por unas horas, como ocurrió con Raúl Ortiz "El Azul", quien evadió la custodia policial y escapó del Hospital de Xoco el pasado 28 de septiembre.
La banda, a la que Nelson Vargas relacionó ayer con el plagio de su hija Silvia, está relacionada al menos con tres averiguaciones previas, correspondientes a igual número de secuestros, realizados en el Estado de México y el Distrito Federal.
La indagatoria, que llevan de manera conjunta la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Federal, ha permitido establecer que tienen su zona de operación en el Distrito Federal y los estados de México y Guerrero.
En las investigaciones también se ha perfilado el modus operandi de la organización, caracterizado por la combinación del secuestro y la extorsión, así como la utilización de teléfonos celulares y casetas telefónicas para contactar a las familias de las víctimas y negociar el rescate.
Recientemente se recibió la denuncia de una persona secuestrada hace 15 ó 16 años, con quien Raúl Ortiz González, "El Azul" trabajó como chofer. La denuncia está siendo investigada para determinar si existe relación con los otros tres casos.
"Los Rojos" cobraban los rescates exigidos en el estado de Guerrero y, tras liberar a sus víctimas, continuaban extorsionándolas mediante llamadas telefónicas con amenazas cada vez más violentas de dañar al extorsionado o a su familia.
Fue esa forma de operar la que permitió la captura de "El Azul" o "El Flaco", el pasado mes de septiembre, cuando se preparaba para cobrar una cantidad adicional al rescate pagada por su más reciente víctima, a la cual había comenzado a extorsionar. Ortiz González, o Ángel Cisneros Marín, era el encargado de negociar y cobrar los rescates.
Su hermano, Óscar Ortiz, está bajo arraigo como sospechoso de pertenecer al grupo, aunque hasta ahora ha negado cualquier vínculo con la organización. Manuel, otro de los hermanos, está prófugo y las autoridades ofrecen una recompensa por datos que lleven a su localización.
Tras la detención de "el Azul", las autoridades federales localizaron una casa de seguridad ubicada en Sección 2, lote 9, Edificio J, departamento 201, de la colonia Jardines de Los Báez, del municipio de Ecatepec de Morelos, donde mantenían a sus víctimas mientras negociaban el pago por su liberación.
De acuerdo con las denuncias recibidas, "Los Rojos" acostumbraban interceptar a sus víctimas con lujo de violencia a bordo de sus vehículos, y trasladarlos en otras unidades a la casa de seguridad, donde permanecían de 15 a 45 días, en promedio.
Las averiguaciones previas relacionadas con la banda son la FSPI/TI/01558/08-08,
FSPI/TI/01558/08-08 y la PGR/SIEDO/UEIS/315/2007, iniciadas por los secuestros de un empresario, un comerciante y un abogado, cometidos entre noviembre de 2007 y agosto de 2008. mma
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