9 feb 2009

¿Estrategia vaticana?


Y sobre la pederastia, el silencio
RODRIGO VERA
Publicado en la revista Proceso (www.proceso.com.mx), # 1684, 8 de febrero de 2009;
La reciente estrategia del Vaticano en el sentido de hacer público que Marcial Maciel, fundador y líder “moral” de los Legionarios de Cristo, llevaba una doble vida al tener amantes con las que incluso procreó hijos, soslaya un negro antecedente: los casos de pederastia por los que el sacerdote católico fue “castigado” por el Papa Benedicto XVI el 19 de mayo de 2006. Lo grave es que Maciel no sólo sedujo y estafó a varias mujeres ricas, sino que destruyó las vidas de numerosos niños de los que abusó sexualmente. Él, sin embargo, se fue a la tumba sin recibir castigo judicial por estos delitos.
Obedeciendo a una estrategia del Papa Benedicto XVI, destacados discípulos de Marcial Maciel confirmaron que el fundador de los Legionarios de Cristo llevó una doble vida y contravino las reglas sacerdotales al seducir a mujeres acaudaladas, con las cuales llegó a procrear hijos.
Estos emisarios del Vaticano fueron obligados a revelar algunos detalles acerca de los amoríos
de Maciel, pero extrañamente evitaron comentar sobre los antecedentes más oscuros del personaje, fallecido hace poco más de un año: los abusos sexuales a los que, según diversas denuncias públicas y penales, sometió a numerosos niños y jóvenes al amparo de su ministerio.
La estrategia papal, que pasa por México, se propone “limpiar” y “reestructurar” a la Legión de Cristo. La medida dio inicio en 2006, cuando Benedicto XVI condenó al ostracismo a Maciel a raíz de los actos de pederastia en los que incurrió, y continuó en 2007, cuando liberó a los miembros de la orden de los llamados “votos privados” que les prohibían criticar los actos de su fundador.
Javier Bravo, vocero de los legionarios en México, comenta que tuvieron que plegarse a los dictados del pontífice:
“Nuestra consigna es actuar con obediencia, siempre obedecer al Papa y servir a la Iglesia. En 2006, por ejemplo, obedecimos de manera inmediata al Papa. Lo mismo hicimos ante otra consideración del pontífice sobre la Legión. Siempre estaremos a sus órdenes y lo seguiremos obedeciendo.”
Revela Javier Bravo que, desde antes de la muerte de Marcial Maciel, en enero del año pasado, el Vaticano ya contaba con una amplia documentación sobre sus affaires amorosos, la cual pensaba hacer pública, y así se lo hizo saber al padre Álvaro Corcuera, sucesor de Maciel al frente de los legionarios.
“Fue hacia el final de la vida del padre Maciel cuando fueron saliendo esos hechos sobre su conducta. Desde entonces, las autoridades eclesiales y el padre Álvaro Corcuera trabajaron con mucho acompañamiento”, dice el vocero.
–¿Se refiere a autoridades eclesiales del Vaticano?
–Sí, efectivamente, me refiero a algunos obispos y cardenales, a superiores que venían pensando sobre esta conducta. Es entonces cuando el padre Álvaro (Corcuera) toma la decisión de comunicar primero los hechos a los legionarios, a la familia, con el fin de ser absolutamente honestos y transparentes respecto a la vida de nuestro fundador. En ese proceso se dio todo esto.
–¿El Vaticano los presionó entonces para que dieran a conocer los hechos?
–Digamos que hubo un acompañamiento entre las autoridades eclesiales y nuestra congregación, que siempre, repito, obedecerá al Papa.
Estrategia mediática
La explosiva revelación fue hecha la semana pasada, a pocos días de la visita a México del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede y el segundo hombre más poderoso de la curia romana. En representación del Papa, Bertone vino para asistir al Encuentro Mundial de las Familias (EMF), celebrado en la Ciudad de México a mediados de enero pasado. También participó en un acto público realizado en el Teatro de la República, en la ciudad de Querétaro, donde criticó al Estado laico mexicano.
Sin embargo, Bertone no viajó directamente de Roma a la Ciudad de México, sino que vía Francfort voló directamente al aeropuerto internacional de Cancún, a donde llegó el 12 de enero por la noche. Ahí lo esperaba monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de la prelatura Cancún-Chetumal y el único obispo en funciones que tienen los Legionarios de Cristo en México. Fue una visita secreta que no figuró en la agenda de actividades del enviado papal. En los círculos eclesiales circuló la versión de que el cardenal italiano traía un mensaje para la Legión.
Días después, Bertone participó en el EMF, lo mismo que Álvaro Corcuera, quien reside en Roma y viajó a la Ciudad de México para participar en él con una ponencia sobre las virtudes teologales en la familia. A ese encuentro asistieron obispos y cardenales de todo el mundo; fue la ocasión ideal para tratar colectivamente el problema.
El exlegionario Patricio Cerda Silva, quien fue director del Colegio Cumbres que los legionarios tienen en Medellín, Colombia, y actualmente radica en España, señala:
“Un asunto de esta naturaleza, tan grave, sólo pudo salir de un mandato del Papa. No hay ninguna otra explicación, ya que los legionarios jamás hubieran revelado estos hechos por iniciativa propia, así se haya dado una división interna. Imposible que hayan denunciado a su fundador sin presión de Roma. ¡Imposible!”.
Supone que fue justamente durante el Encuentro Mundial de las Familias donde se debatió y se armó la estrategia para dar a conocer la noticia en los medios:
“Hay que recordar que el cardenal Bertone llegó primero a la prelatura de los legionarios en Cancún-Chetumal. ¿No le parece extraño que haya llegado primero ahí? Después, Bertone y Álvaro Corcuera estuvieron juntos en ese encuentro. Creo que ahí el cardenal los obligó a sacar a la luz ese escabroso asunto.”
La primicia la dieron dos importantes legionarios de Estados Unidos: el padre Scott Reilly, director territorial de la orden en Atlanta, Georgia; y Jim Fair, el portavoz de la Legión en ese país.
El lunes 2, el blog Exlcblog señalaba que Reilly ya estaba informando que el padre Marcial Maciel había tenido “por lo menos un hijo” y vivido una “doble vida”.
Después, en su edición del miércoles 4, The New York Times publicó que Maciel “tuvo un amorío con una mujer y procreó a una hija, mientras él y su orden se ganaban la aclamación del Papa Juan Pablo II”. Agregó que Corcuera estaba “discretamente visitando sus comunidades y seminarios religiosos en Estados Unidos, e informando que su fundador llevó una doble vida”.
El diario estadunidense publicó la declaración de Jim Fair: “Nos hemos enterado de algunos aspectos sobre la vida de nuestro fundador que nos parecen sorprendentes y difíciles de entender. Podemos confirmar que hay algunos de ellos que no eran apropiados para un sacerdote católico”.
El rotativo incluyó declaraciones del exadministrador general de la orden, el padre Stephen Fichter, quien reveló que Maciel, cada vez que salía de Roma, llevaba 10 mil dólares en efectivo pese que a los legionarios se les inculcaba una “pobreza muy estricta”.
El influyente Paolo Scarafoni, portavoz de la orden en el Vaticano y rector de la Universidad Europea de Roma (que pertenece a los legionarios), confirmó la versión de The New York Times. Dijo: “No podemos negar la existencia de esos hechos, pero no podemos entrar en detalles por respeto a la privacidad de las personas implicadas”.
Quedó la duda de si Maciel tuvo hijos con varias mujeres o si solamente procreó una hija. Consultado al respecto, Javier Bravo responde:
“Por respeto y por prudencia, no puedo decir más. Son hechos difíciles de entender. No hay más comentarios al respecto.”
Aclara, eso sí, que los legionarios no están apartándose de la figura de su fundador al ventilar sus devaneos amorosos: “No podemos deslindarnos de él, absolutamente no, pues el padre Maciel ha contribuido muchísimo a la Iglesia, independientemente de sus fallas. Le debemos gratitud. Sólo estamos comunicando un hecho doloroso que a nosotros nos provocó un shock”.
Manipulación y pecado
Entrevistado en Sevilla, España, vía telefónica, el otrora influyente legionario Patricio Cerda indica que, de acuerdo con sus informantes, la Legión tiene bien localizada a una hija de Maciel en ese país.
“La joven radica en Madrid. Es egresada de la Universidad Francisco de Vitoria, que los legionarios tienen en esa ciudad. Es una joven de unos 32 años de edad. Marcial la procreó siendo un sesentón.”
–¿Qué saben sobre la madre?
“En fin, no hay nada oculto que no se llegue a descubrir. Y esto tarde o temprano saltará a la luz. Ya se sabrá si Maciel tuvo solamente esta hija, o si procreó más hijos con otras mujeres, algo que todavía no nos queda claro.”
Por su parte, Alejandro Espinosa Alcalá, autor del libro El legionario, comenta: “Para nada me sorprende el que hoy se diga que Marcial Maciel anduvo con mujeres y tuvo hijos. ¡Hombre!, yo fui testigo de algunos de sus amoríos. Él mismo se jactaba de sus conquistas. Lo que pasa es que la atención siempre se centró en los abusos sexuales que cometía con niños”.
–¿Es cierto que sólo seducía a mujeres ricas?

–Sí, las manipulaba para sus fines económicos. Eran, a la vez, sus amantes y sus benefactoras. Las tenía embobadas. Algunas incluso querían tener con él un hijo de la carne, por eso no me extrañaría que Maciel pudiera tener algunos hijos regados por varias partes.
El exlegionario Espinosa Alcalá –de quien Maciel abusó aunque era su sobrino– acaba de escribir el libro El ilusionista, aún inédito, donde relata varias anécdotas sobre la relación del jerarca con las mujeres.
En la entrevista, menciona a algunas devotas damas benefactoras que, de los años cuarenta a los setenta, llevaron una relación íntima y fueron “explotadas económicamente” por el sacerdote michoacano: Talita Retes, Pepita Gandarillas, Pachita Pérez, Edmé de Galas, Dolores Barroso, Guillermina Dikins, Josefita Pérez, Consuelo Fernández viuda de Zertuche, Flora Barragán…
Recuerda que Talita Retes fue la primera dama “benefactora” que le conoció a Marcial Maciel, por la década de los cuarenta: era “fea, mucho mayor que Maciel (y) que se quería casar con él”. Dice que era rica, si bien ignora de dónde provenía su fortuna.
Poco después, Maciel intimó con Pepita Gandarillas, una cuarentona que vivía en una residencia porfiriana cerca de La Villa. Marcial llevaba a sus estudiantes a esa casa cuando los llevaba de peregrinación a la Basílica de Guadalupe.
Con Pachita Pérez el sacerdote “nunca se metió sexualmente, pero sí le sacó dinero”. Era una solterona, tía de José Antonio y Fernando Pérez Olvera, quienes luego denunciarían a Maciel por pederastia.
En los años cincuenta el sacerdote tuvo relación con Edmé de Galas, esposa de Santiago Galas, un acaudalado impresor dueño de la empresa Galas de México. “Doña Edmé era sumamente maternal, nos trataba muy bien a los estudiantes de Maciel. Iba a visitarnos a la Quinta Pacelli, donde vivíamos en Tlalpan, y nos llevaba un delicioso arroz con leche”. Su esposo se hizo Caballero de Colón gracias a las influencias de Maciel.
Dolores Barroso, integrante de la familia Barroso, dueña de la hacienda ganadera de Mimiahuapan, fue muy cercana a Maciel en los cuarenta y los cincuenta. “Yo conocí a doña Lola, tenía una casa en Cuernavaca a donde iba a descansar Maciel durante semanas”, dice Espinosa Alcalá.
Guillermina Dikins, esposa de un empresario británico, se vinculó con el fundador de los Legionarios de Cristo de finales de los cincuenta a principios de los sesenta. Tenía a sus hijos estudiando en el Instituto Cumbres, que pertenece a la orden.
A su vez, Josefita Pérez era una venezolana cuya familia tenía pozos petroleros. Poseía una lujosa residencia en Cannes, Francia, que donó a Marcial Maciel. “Recuerdo dos costosos pianos de esa residencia, que Marcial se llevó a Roma, lo mismo que un automóvil antiguo”, afirma el entrevistado.
Y Consuelo Fernández era la viuda de un diplomático español de apellido Zertuche. Vivía en una residencia de la calle de Pánuco, en la colonia Juárez, y también solía ir a la Quinta Pacelli para convivir con los estudiantes de Maciel.
Cuenta Alejandro Espinosa que finalmente la regiomontana Flora Barragán de Garza opacó a las otras:
“Maciel la conoció allá por los años cincuenta. Todas las demás resultaron pobretonas en comparación con doña Flora, por eso las desplazó. Ella además le abrió las puertas de otras familias ricas de Monterrey.”
–¿Doña Flora fue amante de Maciel?
–Lo único que puedo decir es que la llevaba al colegio donde estudiábamos en Roma. Éramos puros hombres, pero ahí le teníamos su cuarto, que en ocasiones compartía con Marcial Maciel. Recuerdo que una vez Maciel le organizó ahí una romántica serenata. Hubo vinos, y viandas que yo mismo les preparé. Ahí los llegaba a ver del brazo, muy juntos, caminando a la luz de la luna.
“Maciel sostuvo una larga relación con doña Flora, que calculo se prolongó hasta los años setenta, hasta que le exprimió todo su dinero. Luego la botó… Ya no le servía para sus fines.”
En una entrevista realizada en Monterrey por los reporteros de Proceso Luciano Campos y Arturo Rodríguez, en enero de 2008, su hija Flora Garza relató:
“Era increíble cómo mi mamá le abría la chequera al padre Maciel. Le tenía una fe ciega, quizás porque era muy guapo, o con mucho carisma, pero siempre le dio lo que quiso. Y a fin de cuentas terminó abandonándola hasta que ella murió, a los 95 años. Murió pensando en él, pidiendo que la saludara, pero él no se dignó. La abandonó después de haberle donado como 50 millones de dólares” (Proceso 1631).
Cuenta Alejandro Espinosa que después de Flora hubo más mujeres acaudaladas en la vida del religioso michoacano: “Supe de algunas italianas y españolas, pero hasta ahí. Yo ya no estaba en la Legión. Me había distanciado de Maciel”.
Estos amoríos, que hasta ahora empiezan a ventilarse en Roma, son una flagrante violación a los votos de castidad sacerdotal. Espinosa Alcalá espera que, por lo menos, el escándalo logre impedir la apertura del proceso de canonización de Marcial Maciel que empujan sus legionarios. Por lo pronto, ya abrieron el proceso de su madre, conocida como “Mamá Maurita” (Proceso 1498).
“Se les complicará la canonización de Maciel. Espero que no intenten arreglar el asunto con dinero, como suelen hacerlo”, comenta.
Por su parte, Patricio Cerda señala que la revelación de que Marcial tuvo hijos es sólo un paso de una estrategia de largo alcance impulsada por Benedicto XVI.
Afirma que el Papa tomó una primera medida en mayo de 2006, cuando sentenció a Maciel a llevar “una vida reservada de oración y de penitencia, renunciando a todo ministerio público”. A partir de entonces, el sacerdote se retiró a Cotija, Michoacán, su pueblo natal.
Un año después, Benedicto XVI les quitó a los legionarios los “votos privados”, que los comprometían a no criticar jamás a los superiores ni a sus actos de gobierno, con lo que se aseguraba la impunidad de Maciel y su círculo más cercano.
“Ahora, sin el obstáculo de esos votos, el Papa está obligando a los legionarios a cuestionar a su fundador”, dice Cerda.
–¿El Papa tomará más medidas a futuro? –se le pregunta.
–Creo que intentará hacer una especie de limpia y reestructuración, aunque veo muy difícil que se pueda emprender un deslinde entre los Legionarios de Cristo y Maciel. Son la misa cosa. A menos que se tenga que refundar la congregación… habrá que esperar… habrá que esperar...

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