11 mar 2009

Calderón en la American Chamber

El presidente Felipe Calderón demandó una acción más decidida de parte del gobierno de EE UUen su lucha contra el narcotráfico pues, señaló, este "delito no se explica sin la corrupción de las autoridades que en esos niveles permiten ese tráfico".
Calderón exigió a los norteamericanos "un apoyo solidario y explícito que se refleje en recursos, cooperación, información que genere inteligencia, verdad y claridad acerca de lo que pasa en México y una firme determinación para detener el flujo de dinero que viene de allá y las armas que se usan en contra de ciudadanos mexicanos"; minar el esfuerzo de México es hacerle un favor gratis y una irresponsabilidad para con los ciudadanos de ambas naciones, dijo.
Fue durante un encuentro con empresarios con intereses en nuestro país organizados en la American Chamber Of Commerce of México, donde Calderón reclamó un mayor respaldo y acciones más decididas de parte de las autoridades norteamericanas en este combate contra la delincuencia organizada.
"La situación actual no es un tema que concierna exclusivamente a México y probablemente ni siquiera haya tenido su origen en nuestro país, esa es la verdad. El crimen organizado representa un desafío para México y Estados Unidos. Nuestras naciones podrán enfrentar este reto sólo a través de la cooperación y el entendimiento".
Los comentarios del Presidente calderón se dan horas después de que el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Dennis C. Blair, señala que el crimen organizado ha provocado ingobernabilidad en algunas regiones del país.
Parte del discurso
"El otro tema, queridos amigos, al que debo referirme, es al de la seguridad pública, porque sé que es una preocupación importante de las empresas que ustedes representan.
Coincido con lo señalado por Neal en varios temas. Uno, en que la ilegalidad, la corrupción, la impunidad, son obstáculos reales para la inversión y para la competitividad económica.
Así lo hemos entendido en mi Gobierno desde el primer día, y por eso estamos enfrentando con todo, y con los costos que, sabemos, deben asumirse en términos de tiempo, de recursos, aún de vidas humanas, a la delincuencia y al crimen organizado en nuestro país.
Porque nos hemos puesto una meta indeclinable para nosotros, de transformar a México, y de transformarlo en el país de orden, de respeto, de Estado de Derecho que México debe ser y que nunca debió dejar de ser.
Una Nación que brinda seguridad y confianza a sus ciudadanos y a la inversión; un país con autoridades comprometidas con la legalidad y el combate a la impunidad; un país en el que las empresas no tengan que pagar elevados costos para proteger a sus trabajadores, directivos e instalaciones.
Un México en el que la propiedad y las inversiones están protegidas por un sistema judicial que brinda certidumbre a todos por igual.
El Estado mexicano está plenamente comprometido con la legalidad y gracias por haber actuado a tiempo, preservamos no sólo la integridad de todos y cada uno de los puntos del territorio nacional, sino también la vigencia de la ley de los mexicanos, la ley que emana de nuestras instancias soberanas, porque estamos comprometidos con la protección de los derechos de todos.
Esta no ha sido, amigas y amigos, una tarea fácil, lo sabíamos desde el principio, sabíamos que enfrentamos obstáculos e inercias acumuladas a lo largo de muchos, muchísimos años.
Enfrentamos a enemigos poderosos, que ampliaron su influencia, a través de décadas de tolerancia o de amparo de la impunidad o de la corrupción.
Pero eso no nos ha hecho dudar, al contrario. La firme convicción de que el deber del Gobierno es, precisamente, proteger a sus ciudadanos; la certeza de que las fortalezas del Estado son muy superiores a las fortalezas de la criminalidad ha llevado a mi Gobierno a una actuación firme, decidida, determinada de lucha contra la delincuencia y de lucha por la preservación de la seguridad pública de todos los mexicanos y de todos los que tienen la atinada decisión de negocio, de invertir en nuestro país.
Así lo hemos hecho y así lo seguiremos haciendo.
Día con día combatimos y debilitamos a las organizaciones criminales, y al mismo tiempo, fortalecemos la autoridad del Estado. La reacción de la delincuencia puede ser violenta o desesperada, pero ante la falsa disyuntiva de una paz ficticia o claudicante y el verdadero imperio de la legalidad, nosotros hemos optado, sin titubeos, por la única vía posible para México, que es la vía de la ley.
La situación actual, por otra parte, no es un tema que concierna exclusivamente a México y probablemente ni siquiera haya tenido su origen en nuestro país. Esa es la verdad.
El crimen organizado representa un desafío, tanto para México, como para los Estados Unidos de América. Nuestras naciones podrán enfrentar este reto sólo a través de la cooperación y del entendimiento.
El hecho indiscutible de que Estados Unidos sea el principal mercado de drogas del mundo, de que millones de norteamericanos se dediquen a consumir o a traficar drogas, de que también sea el principal mercado de armas para las organizaciones criminales que operan en ambos lados de la frontera, nos obliga a las autoridades de ambos países a reforzar los mecanismos de cooperación.
Yo quiero decirles que he encontrado en el Presidente Obama, una actitud de colaboración, que esperamos se transmita también a los integrantes de su equipo y se traduzca, específicamente, en acciones concretas, en temas como el control de la venta de armas a las bandas criminales, particularmente la de rifles de asalto y armas de alto poder, que fue liberada en 2004 en Estados Unidos, porque representan una amenaza, no sólo para la seguridad de los mexicanos, sino también para la propia seguridad de los estadounidenses.
Acciones que se traduzcan en una reducción eficaz del consumo y, desde luego, en el tráfico de drogas en ese país que, bien lo sabemos todos, no se explica sin la corrupción de las autoridades que en esos niveles permiten ese tráfico.
Es por eso mismo que el esfuerzo que realiza cada soldado, cada policía mexicano, el Estado nacional, en su conjunto debe encontrar en los Estados Unidos un apoyo solidario y explícito, que se refleje en recursos, cooperación, información que genere inteligencia, verdad y claridad acerca de lo que pasa en México, y una firme determinación para detener el flujo de dinero que viene de allá y las armas que se usan contra ciudadanos mexicanos.
Minar el esfuerzo que hoy hace el Gobierno mexicano en la lucha por construir una región más segura es una irresponsabilidad con los ciudadanos de ambas naciones, y es también un favor gratuito que se le hace al crimen.
Yo quiero agradecer en este foro el valioso apoyo, así como la voluntad y la labor de los integrantes de la American Chamber para difundir, como lo ha mencionado su Presidente, información objetiva y equilibrada sobre la seguridad en México, porque sólo a través del entendimiento y la comunicación fluida entre ambas naciones, podremos implementar políticas más exitosas en esta materia.!

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