FIN DEL CIRCO?/Ricardo Alemán,

REGRESA ARISTEGUI: ¿FIN DEL CIRCO?/Ricardo Alemán

En la Otra opinión, Blog.

February 15th, 2011

Sin duda, todos deben aplaudir –debemos –, que se reanude el espacio periodísticos de la señora Carmen Aristegui.
Y es que la pluralidad y diversidad de voces en una democracia titubeante como la mexicana, es fundamental.
También se debe aplaudir que concesionarios y periodista hayan llegado a un acuerdo, que se haya reestablecido la relación laboral y que la audiencia de Aristegui tenga oportunidad de escuchar esa voz periodística.

De igual manera, resulta saludable que al final de cuentas haya aparecido el “código de ética” que la periodista negó en su momento, y que los concesionarios siempre defendieron. Además resulta ejemplar que en la nueva etapa de la relación entre Aristegui y MVS no sólo se ratifique y se haga público dicho código de ética, sino que se establezca una defensoría del radioescucha.
El conjunto de las buenas noticias anteriores hablan, de suyo, de la tolerancia, el diálogo y la madurez de la relación entre un concesionario y un grupo periodístico con tintes partidistas.
Queda claro, como aquí dijimos desde el primer momento, que esencialmente el diferendo era resultado de una relación laboral fracturada, en donde las partes tensaron la cuerda al extremo.
Sin embargo, los señores Vargas y la señora Aristegui deben muchas explicaciones no sólo a su audiencia sino a la sociedad en general.
¿Quién va aclarar las mentiras que voces cercanas a las partes echaron a rodar a lo largo del conflicto, y que lastimaron la confianza social en la libertad de expresión de la cual se goza en México?
¿Quién va a reconocer las mentiras en torno a que el Gobierno Federal metió la mano en el asunto?.
¿Quién va a aclarar y a reconocer equívocos y mentiras en torno a los excesos periodísticos de la señora Aristegui?.
¿Quién va a resarcir la vapuleada imagen del Presidente Felipe Calderón a quien se linchó por una difamación lanzada por el diputado Noroña la cual fue convertida en verdad absoluta por la señora Aristegui?.
¿Quién va a explicar a la sociedad en general, que tanto la periodista como los concesionarios montaron un grosero circo cuyos beneficios son evidentes en imagen y popularidad, a costa de lastimar la imagen de las instituciones del Estado?.
En efecto, se debe aplaudir la recuperación de un espacio periodístico y que una voz discordante, como la de la señora Aristegui esté de vuelta.
Pero nada justifica que –igual que en julio de 2006 se lanzaron montañas de lodo contra la democracia electoral mexicana –, hoy se hayan lanzado montañas de lodo contra la confianza y la credibilidad en una institución fundamental de la democracia; como la libertad de expresión.
Y es que la militancia y el periodismo carente de ética de la señora Aristegui no le da para ensuciar una libertad que a muchos costó mucho durante muchos años y por la que no pocos han dado la vida.