28 mar 2011

Copete mata demócrata; las cenas

Columna TOLVANERA/Roberto Zamarripa
El Código

Reforma, 28 de marzo de 2011:
"Tuvimos un encuentro (en la Casa de Gobierno) en el que el señor Gobernador (Enrique Peña) fue testigo simplemente, testigo de honor, en el que mis compañeros que hicieron pública su aspiración, le informaron que no participarían; el Presidente de mi partido reiteró su compromiso de seguir arbitrando este proceso interno y en el que expresé mis aspiraciones", contó sin rubor en conferencia de prensa Eruviel Ávila, beneficiario del dedazo.Qué detalle del gobernador: les prestó la casa, les dio de cenar, les puso meseros, pagó las bebidas, para que al calor del guisquito decidieran quién era el mejor candidato del PRI al gobierno del Estado de México.
Una versión complementaria indica que "Peña Nieto entró a la reunión en que estaban presentes los cinco que habían sido aspirantes a la gubernatura y el Secretario de Gobierno, en un esquema que se dio al menos seis veces en el último mes, pero ahora les informó que el candidato de unidad era Ávila, ante la sorpresa de casi todos los presentes. A partir de ahí simplemente funcionó la maquinaria priista". (Milenio, 27/03/11).
No es mal propio del PRI pero sí es suya la patente. Es el Viejo Código pintado de moderno pero aquí hasta el PRI nacional salió bailando. Humberto Moreira y Cristina Díaz no fueron convidados a la cena de la Gran Decisión del candidato del PRI en la Casa de Gobierno de Toluca, o lo que es lo mismo, el Partido no les fue heredado por sus próceres sino prestado por el Precandidato.




El problema no sólo es la maña sino el elogio. Lo que es visto como la magia de Peña significa una violación a la ley electoral: el uso de recursos gubernamentales en apoyo a un partido político. De corolario, la transmisión sabatina del canal oficial del gobierno del estado que dispensó una entrevista maratónica con Eruviel Ávila no como candidato sino prácticamente como gobernador. Copete mata demócrata.
En su libro Arturo Montiel, desde Atlacomulco (Editorial Planeta), el ex gobernador califica a Peña como un político "no sólo (con) los conocimientos técnicos sino la habilidad para operar y una visión moderna".
Montiel ungió a Peña con los mismos modos en que éste designó a Eruviel. La verdad eso tiene poco de moderno y, bueno, lo de "hábil" para los políticos mexicanos es sinónimo de otra cosa. Y dicho por Montiel...
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El encuentro del 9 de marzo en la casa de la presidenta del Tribunal Electoral, María del Carmen Alanís, para discutir la sanción del IFE contra el gobernador Peña por violar la Constitución, fue uno más de los cónclaves culinarios que resultan en pactos políticos.
Entre la dirigencia priista ha trascendido que la presidenta Alanís había informado a Peña de la dificultad de revertir en el TEPJF la sanción por violar el artículo 134 constitucional. De ahí que el gobernador pidiera a la magistrada que recibiera a Luis Videgaray para arreglar el entuerto.
Y como en el Estado de México "los compromisos se cumplen", la magistrada Alanís puso su casa e invitó al consejero electoral Marco Baños (quien fuera su socio en una empresa de consultoría), Enrique Ochoa, director de Capacitación del Tribunal (subordinado de la magistrada), al representante del PRI en el IFE, Sebastián Lerdo, y al enviado de Peña, Luis Videgaray (Reforma, 21/03/11).Los propios voceros del Tribunal reconocen que son habituales los encuentros de la magistrada con representantes de todos los partidos políticos, así como con otros actores públicos y privados. Sin embargo, en agosto del 2004, tanto la Suprema Corte, como el Consejo de la Judicatura y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación aprobaron un Código de Ética aplicable a todos sus integrantes, que de haberse cumplido impediría encuentros como el del 9 de marzo.
El Capítulo Uno del Código obliga al juzgador a "rechazar cualquier tipo de recomendación que tienda a influir en la tramitación o resolución de los asuntos que se sometan a su potestad, incluso las que pudieran provenir de servidores del Poder Judicial de la Federación".
En el Capítulo Segundo, numeral 2.4, se define que los juzgadores deben abstenerse "de citar a las partes o personas vinculadas con ellas, fuera de las oficinas del órgano jurisdiccional en el que ejerza su función".
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Más allá de las peculiaridades culinarias que enmarcan las decisiones que atañen al grupo político gobernante en el Estado de México (todo se pacta en comidas o cenas a cargo del erario público), esa cocina despide olores rancios. Imponer al sucesor, humillar a los contendientes, tomar el control del PRI sin ser el dirigente electo, alinear a los serviles árbitros en su favor, disponer de los medios oficiales como bocinas de propaganda partidista, contratar a los porristas para defenderlos y alabar el dedazo, se parece más al Código de Montiel que a la modernidad que presumen. Es el Viejo Código, ése sí lo obedecen.
tolvanera06@yahoo.com.mx

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