25 dic 2012

Más sobre legalizar (la mota) ya


Más sobre Legalizar ya
LA REDACCIÓN de Proceso, 23 de diciembre de 2012
PALABRA DE LECTOR
Señor director:
Al pedirle publicar esta carta dirigida a la psicóloga Sabina Berman, referente al texto que de ella se dio a conocer en Proceso 1885, respondiendo a mi nota incluida en esa misma edición, por su artículo Legalizar ya comprendido en el número 1883 de su prestigiada revista, le hago saber a Berman que de ninguna manera fue mi intención insultarla, como ella supone, aunque no encontré otra manera de escribir después de leer sus razonamientos, que en algunos casos sólo se basan en creencias. Al respecto, dejo al lector que valore su propuesta de que el Estado “…imparta educación sobre el uso afortunado de alteradores de conciencia”.

Son evidentes las coincidencias y diferencias entre su posición y la mía sobre legalizar la mariguana. En mi caso, tengo 35 años laborando en el campo de las adicciones, y soy autor de un modesto texto sobre la materia, cuya versión original fue financiada por el Ducado de Luxemburgo. Una discrepancia es que nunca he fumado la droga que venimos arguyendo; y destaco este hecho porque confirma que Sabina Berman pertenece al grupo de personas que sí la han usado sin haber experimentado consecuencias adversas graves. Cuando un sujeto prueba esa u otra sustancia adictiva por vez primera, no es posible deducir si quedará incluido en la categoría en que agrupo a Berman, o bien, que desarrollará dependencia. Seguramente ningún adicto actual a la mariguana previó que llegaría a tener esa condición cuando tuvo su primer contacto con la hierba.
 Para justificar el libre uso de la sustancia adictiva que se comenta, también argumenta que el Estado no tiene derecho a decidir lo que ingieren los individuos. Esa explicación olvida que el empleo de la mariguana, considerada como la droga ilegal de mayor consumo en todo el orbe, es causa directa del aumento de la criminalidad, conjuntamente con otras sustancias que alteran el humor, la conducta y la conciencia.
Alega que no hay ningún muerto por esa droga (Proceso 1884). Aunque aparentemente no hay fallecidos directamente por uso de mariguana, cabe recalcar que el forense no hace una búsqueda intencionada; hay afectados de diferentes formas, dándose casos de quienes llegan a perder la vida a causa de actos realizados por personas bajo el influjo de la hierba que se expone; invadiéndose de esa manera la libertad del prójimo, condición que estipula como limitante a la voluntad de intoxicarse con ese producto.
Admito que la utilización de la mariguana –afortunadamente– es menor en el país en comparación con lo que ocurre en otras partes del mundo, lo que a mi juicio es motivo no para propiciar su incremento con suposiciones como las de Sabina Berman, sino, como ya lo expresé, para acrecentar las acciones preventivas.
Resulta claro que el debate sobre este tema controversial no puede limitarse a solamente dos expositores, como es en este caso, sino que requiere de amplios foros de discusión, con la participación de un mayor número de conocedores y especialistas.
Por último, invito cordialmente a mi colega Berman dé a conocer su opinión sobre este escrito, si Proceso me permitiera una nueva réplica. De no ser ello posible, quedo a sus órdenes por el correo electrónico que cito en este mismo comunicado; en el entendido de que mi oposición es a sus ideas, no puede ser a su persona, ya que no tengo el gusto de conocerla. 
Atentamente
Psicólogo Carlos Hiram Culebro Sosa
 ¨
La Respuesta de Sabina Berman
Señor director:

Le agradeceré publicar las siguientes líneas.
Estimado colega psicólogo Carlos Hiram:
Si de verdad no desea insultarme, le pido cordialmente que deje de usar la expresión “como ella supone” o “con suposiciones como las de Sabina Berman”. Afirmo, no supongo, que la tendencia a la adicción en la gente que prueba la mariguana es baja porque lo afirma la Encuesta sobre la Adicción de las Drogas, de la ONU. 10% de los que la usan llegan a la adicción. En contraste del tabaco, donde la adicción es de 20% de los que lo prueban. Afirmo que ese mínimo grupo, en nuestro país menor a 0.17% de la población, está formado por adictos proclives a la pasividad, no a la violencia, porque la mariguana no violenta, sino relaja y conduce a la pasividad propia de la contemplación. Y afirmo que es absurdo poner en la balanza la salud del 0.17% de la población contra 70 mil muertos por bala a lo largo de seis años, lo que ha durado esta guerra boba contra las drogas.
Los mexicanos nos hemos ganado el Derecho Moral de decidir si legalizamos la mariguana, atendiendo únicamente a nuestro interés nacional. Ya hicimos la guerra que nos pidieron los estadunidenses, y el resultado son esos 70 mil muertos y el empeoramiento de la crisis de la seguridad, como oficialmente declaró ya este gobierno. Podemos decir al concierto de las naciones: legalizamos porque debemos separar el crimen de una planta. Está por hacerlo Nicaragua, y Costa Rica y Guatemala no se retrasarán. Podemos decirles: legalizamos porque es una tontería criminalizar la mariguana, miren acá las cifras de adictos y de sus agravios a la sociedad, al contrario: educaremos a la población en el uso benigno de esa hierba autóctona. Y como escribí en Legalizar ya, podemos decirles: además se las exportamos, la mariguana mexicana golden, ahora como un bien de lujo, semejante al coñac francés.
Mire, un amigo, a raíz de Legalizar ya, está comprando tierras propias para el cultivo en Morelos, preparándose para exportar.
Despreocúpese, sé que no me ataca a mí, porque no me conoce, en efecto. Lo saludo.
Atentamente
Sabina Berman

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