23 abr 2013

Karol Wojtyla será santo subito


  • Los médicos del Vaticano aprueban el milagro que hará a Wojtyla santo

 La comisión médica ha reconocido que la curación es inexplicable. Si llega el ok de los teólogos, Juan Pablo será santo tan solo ocho años después de su muerte
 La canonización convertirá a Juan Pablo II en el segundo Papa proclamado santo en el último siglo, tras pío X. 

 Nota de ANDREA TORNIELLI
Vatican Insider
«¡Santo subito!»: la canonización del Papa Vojtyla se está acercando a pasos agigantados y podría celebrarse ya el próximo mes de octubre. Durante los pasados días, la Comisión Médica de la Congregación para las Causas de los Santos de hecho ha reconocido que es inexplicable una curación atribuida al beato Juan Pablo II. Un presunto «milagro» que si es aprobado también por los teólogos y los cardenales, como es muy probable, hará que el Pontífice polaco desaparecido en el 2005 obtenga la aureola de santo en un tiempo récord, apenas ocho años después de su muerte.

Todo ha tenido lugar con un gran secreto, con la máxima discreción. En enero, el postulador de la causa, monseñor Slawomir Oder, presentó a la Congregación vaticana para los santos para un dictamen preliminar una presunta curación milagrosa.  Como es sabido, tras la aprobación de un milagro para la proclamación como beato, el procedimiento canónico prevé el reconocimiento del segundo milagro.
 Dos médicos de la comisión vaticana han examinado previamente este nuevo caso, dando ambos su dictamen favorable. El dossier con los historiales clínicos y los testimonios, consecuentemente ha sido presentado oficialmente al dicasterio que lo ha incluido enseguida en agenda para su examen. Los pasados días ha sido discutido por una comisión de siete médicos, presidida por el doctor Patrizio Polisca, cardiólogo de Juan Pablo II, médico personal de Benedicto XVI y ahora del Papa Francisco. También la comisión médica ha dado su dictamen favorable, el primer vía libre oficial por parte del Vaticano, y  ha definido por lo tanto como inexplicable la curación atribuida a la intercesión del beato Karol Wojtyla.
 Se trata de la superación del primer obstáculo fundamental, dado que el presunto milagro tendrá que ser ahora aprobado por los teólogos y luego por los cardenales y obispos de la congregación, antes de ser sometido al Papa para el «sí» definitivo. Pero de todos modos, el de la comisión es el trámite que se considera más importante: ni los teólogos ni los cardenales entran de hecho en las valoraciones clínicas concernientes al caso.
 Es evidente, por los pasos que ya han sido dados, la voluntad de la Congregación para las causas de los santos de proceder de manera veloz, como ya sucedió con la beatificación de Juan Pablo II, celebrada por su sucesor Benedicto XVI el 1 de mayo de 2011. Este carril preferente que sigue estando abierto para Wojtyla indica que también el Papa Francisco está a favor de la canonización del Pontífice polaco.
 Todavía es prematuro hablar de fechas para la canonización, pero la rapidez con la cual está teniendo lugar el proceso del milagro deja todavía abierta la posibilidad de que se celebre el domingo 20 de octubre, aprovechando la fiesta litúrgica asignada al beato Wojtyla, fijada el 22 de octubre.
 La canonización convertirá a Juan Pablo II en el segundo Papa proclamado santo en el último siglo, tras pío X. Otros dos Papas beatificados pero no declarados santos son Pío IX y Juan XXIII.  Otro Pontífice que está viendo llegar su beatificación es Pablo VI:  tras la conclusión del proceso ya ha sido presentado a la Congregación para las causas de los santos un milagro atribuido a su intercesión. Todavía se espera la indicación de un milagro para la causa de Pío XII. Mientras se encuentra en fase avanzada el proceso de Papa Luciani. La historia del papado del Siglo XX, como se ve, está atestada de aureolas.
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03/28/2013
"Sería maravillosa la canonización de Wojtyla en el Año de la Fe”
Domenico Agasso Jr enrevista al cardenal y arzobispo d Cracovia, Stanislaw Dziwisz
 Toda Polonia espera e invoca la canonización de Juan Pablo II, “y sería maraviloso si se diera en el Año de la Fe, es decir antes de noviembre”. Palabra del cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia e histórico secretario particular de Karol Wojtyla. Niega haber hablado con el Papa Francisco sobre la santificación del Pontífice polaco, pero no esconde sus esperanzas al respecto: “tal vez en octubre, a los 35 años de su elección al Trono de Pedro”. Es una petición explícita la del purpurado que vivió al lado de Juan Pablo II durante casi 27 años. De cualquier manera, está “feliz de que sea Francisco el que la celebre”, porque Jorge Mario Bergoglio “hará como Juan Pablo II: derribará los muros, abrirá de par en par las puertas de la iglesia a todos y acercará el mundo a la Iglesia”.
 ¿En qué le recuerda Francisco a Juan Pablo II?
 Estoy contento de nuestra elección en el Cónclave por muchos motivos, pero en particular: porque Bergoglio habla la lengua de la pobreza, con discursos frescos, y la Iglesia necesita este carisma. Y luego, se parece a Wojtyla; me gusta subrayar que Bergoglio fue nombrado arzobispo en 1992, y cardenal en 2001 por Juan Pablo II. Estoy convencido de que la historia los unirá en una obra: haber abierto las puertas de la iglesia a todos, haciéndola más cercana a la vida cotidiana y concreta entre la gente; por haber creado puentes incluso con mundos lejanos y adversos. Partiendo de la comunicación: Francisco tiene una forma de comunicar semejante a la de Wojtyla; lo hemos visto en estos primeros días, respeta el protocolo, pero adora hablar improvisando, con un lenguaje directo y claro. Y esto aumentará su simpatía.

 ¿Alguna otra semejanza?
 Wojtyla luchó contra los extremismos del comunismo; Bergoglio en contra de las distorsiones de la Teología de la liberación: no identificaron al marxismo como la solución de los problemas sociales. Y aún más: las primeras exclamaciones a los cardenales del Cónclave después de la elección (“que Dios los perdone por lo que hicieron”) de Bergoglio y las palabras de Wojtyla (“¿qué es lo que han hecho?”) demuestran que el sentido y la ironía son los mismos.
 ¿Su frase sobre Wojtyla (que no había abandonado la Cruz) era una comparación con la renuncia de Benedicto XVI?
 Todavía me duele esa polémica, me atormenta todos los días, porque no dije eso. No puse en relación, o peor en contraposición, la renuncia de Benedicto XVI y el comportamiento de Juan Pablo II. Yo quiero muchísimo a Joseph Ratzinger, inmensamente.
  
A Francisco lo eligieron con mucha rapidez. ¿Cuál es el significado de esta velocidad?

Quiere decir que el Colegio cardenalicio trabajó seriamente, que es maduro, responsable y unido. Y también significa que el Cónclave fue guiado por la mano del Señor.

¿Qué fue lo que pensó cuando escuchó el nombre de Francisco al final del Cónclave?

El elegirlo comunicó el programa del Pontificado: pobreza, sencillez y humildad. Y lo ha puesto en práctica inmediatamente.

¿Ha hablado de algo en particular con Francisco?

Lo volví a invitar, como hicimos con Benedicto XVI, para organizar la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia y, obviamente, para que nos visite en 2016 (que se cumple el aniversario de los 1050 años del “bautismo de Polonia”.


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