27 jun 2013

Lefebvristas reafirman cisma y ponen fin al diálogo con Roma


 La Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX – lefebvristas) celebró y reafirmó el 25 aniversario del cisma que generó el fundador de su institución, el Arzobispo francés Marcel Lefebvre (que falleció excomulgado), a través de las ordenaciones de cuatro obispos que él realizó en 1988. El grupo reiteró su claro rechazo al Concilio Vaticano II y puso fin al diálogo con la Iglesia Católica.

En 1988 Mons. Marcel Lefebvre ordenó a cuatro obispos, a pesar de la expresa oposición del Papa Juan Pablo II. Al actuar así, tanto él como el co-consagrante, Mons. Antonio de Castro Mayer, y los prelados ordenados quedaron automáticamente excomulgados.
Estos cuatro obispos son Bernard Tissier de Mallerais, Alfonso de Galarreta, Richard Williamson -expulsado recientemente de la FSSPX-, y Bernard Fellay, actual líder de los lefebvristas.
Lefebvre y De Castro Mayer murieron en 1991.
El 21 de enero de 2009, el Papa Benedicto XVI decidió levantar la excomunión que pesaba sobre los cuatro obispos ordenados en el acto cismático, pero se precisó que estos están obligados al "pleno reconocimiento del Concilio Vaticano II" y del Magisterio de todos los Papas posteriores a Pío XII.
Sin embargo, en su comunicado publicado el 27 de junio por la agencia informativa de los lefebvristas, DICI, y firmado por Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais y Alfonso de Galarreta, la FSSPX reiteró categóricamente en sus duras críticas al Concilio Vaticano II y a la "libertad religiosa, el ecumenismo, la colegialidad y la nueva Misa". 

Para la cismática FSSPX, si la Iglesia Católica no regresa "de modo rápido a la Tradición y a la fe de siempre", no se "restablecerá el orden" ante los supuestos "graves errores" que, en su opinión, la estaría "demoliendo".
Los lefebvristas acusaron también a la Misa según el Novus Ordo, promulgada por el Papa Pablo VI en 1969, de destruir "la espiritualidad católica fundada sobre el sacrificio de Nuestro Señor en el Calvario".
Como una exigencia para volver al seno de la Iglesia, los seguidores de Lefebvre demandaron que se les reconozca el supuesto derecho "de rechazar los errores que le son contrarios, con el derecho y el deber de oponernos públicamente a los errores y a sus fautores (sic), sean quienes fueren – lo que permitirá un comienzo de restablecimiento del orden".
A pesar de la exhortación de su fundador, citada en el comunicado del 27 de junio, en la que les pide "que permanezcáis unidos a la Sede de Pedro, a la Iglesia romana", los lefebvristas han dejado claro su distanciamiento al diálogo con la Iglesia Católica, asegurando que "cincuenta años después del concilio" las causas que los llevaron en su momento al cisma "permanecen".
Los obispos lefebvristas omitieron en su comunicado cualquier mención al diálogo que sostuvieron con la Iglesia Católica desde que Benedicto XVI les levantara la excomunión que pesaba sobre ellos, y que, de acuerdo a lo dicho por Bernard Fellay en noviembre de 2012 se encontraba "exactamente en el mismo punto en que estaba Mons. Lefebvre en los años 1974 y 1975".
En esa ocasión, Fellay aseguró que en la Iglesia Católica "se ve en los obispos, en los cardenales que no conducen ya las almas al Cielo, que bendicen los caminos del infierno".
Situación de la Fraternidad San Pío X
El 5 de julio de 2011 y luego que la Fraternidad San Pío X ordenara de manera ilegítima a 20 sacerdotes en Suiza, Alemania y Estados Unidos, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló a ACI Prensa que "mientras la Fraternidad no tenga un estatus canónico en la Iglesia –subraya Benedicto XVI– sus ministros no ejercen un ministerio legítimo en ella".
Lo dicho por el P. Lombardi reitera lo ya expresado por la Santa Sede en un comunicado en febrero de 2009 en la que se explicó que "el levantamiento de la excomunión ha liberado a los cuatro obispos de una pena canónica gravísima, pero no ha cambiado la situación jurídica de la Fraternidad San Pío X, que en el momento actual, no goza de ningún reconocimiento canónico en la Iglesia Católica", situación que no ha variado a la actual.
 Desde un comienzo los lefebvristas han mantenido un claro rechazo al Concilio Vaticano II, considerando que marcó un quiebre en la Tradición de la Iglesia, razón por la cual no aceptan el magisterio de los Papas desde Juan XXIII en adelante.
 ¿Qué es el Concilio Vaticano II?
 El Concilio Vaticano II, que congregó a centenares de obispos de todo el mundo en diversas sesiones entre 1962 y 1965 en el Vaticano, es uno de los acontecimientos eclesiales más importantes de la historia contemporánea.
 El histórico evento, presidido sucesivamente por los Papas Juan XXIII y Pablo VI, produjo un cuerpo de doctrina que busca promover la fe católica en el mundo, renovar la vida cristiana de los fieles adaptar la liturgia y alentar la presencia activa de los laicos en la vida de la Iglesia.
 El Concilio produjo 16 documentos, cuatro constituciones, nueve decretos y tres declaraciones conciliares.
 Para conocer la historia, las consecuencias y los entretelones del cisma de Lefebvre, puede ingresar a: http://ec.aciprensa.com/wiki/Lefebvre_y_la_tragedia_de_Ec%C3%B4ne#.Ucyr2Tvrytk
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Los lefebvrianos vuelven al ataque/ANDREA TORNIELLI
La buena voluntad y la paciencia, además de todas las concesiones que hizo Benedicto XVI, al final han sido ignoradas.  La Fraternidad San Pío X no parece tener ninguna intención para volver a la plena comunión con la Iglesia católica y con el Papa. Se puede leer en el comunicado conjunto que firmaron el superior Bernard Fellay y los otros dos obispos lefebvrianos, Alfonso de Gallareta y Bernard Tissier de Mallerais, el día que se cumplen los 25 años de su ordenación episcopal, que oficiaron mons. Lefebvre y el obispo brasileño De Castro Mayer en 1988, que provocó la excomunión.
Los obispos dicen que «la causa de los graves errores» que están «demoliendo a la Iglesia» no radica en una mala «interpretación de los textos conciliares –una “hermenéutica de la ruptura” que se opondría a una “hermenéutica de la reforma en la continuidad”–,  sino en los textos mismos, en razón de decisiones sin precedentes operadas por el Concilio Vaticano II». Pocas palabras para anular, desde su punto de vista, la posibilidad de una hermenéutica diferente de los textos conciliares, sobre la que desde el inicio de su pontificado había insistido Papa Ratzinger. El Vaticano II, según los tres obispos, representa «un magisterio resuelto a conciliar la doctrina católica con las ideas liberales», inmerso en los «principios modernistas del subjetivismo, del inmanentismo y en perpetua evolución según el falso concepto de la tradición viviente», que contamina «la naturaleza, el contenido, el papel y el ejercicio del magisterio eclesiástico».
El comunicado continúa indicando que debido al Concilio «la realeza de Cristo sobre las sociedades humanas simplemente es ignorada, incluso combatida, y la Iglesia es prisionera de este espíritu liberal que se manifiesta especialmente en la libertad religiosa, el ecumenismo, la colegialidad y la nueva misa».
Después hay algunos párrafos en los que se condena la declaración conciliar “Dignitatis humanae” sobre la libertad religiosa, el decreto conciliar sobre el ecumenismo “Unitatis redintegratio” y la introducción de «un espíritu colegial, igualitario y democrático» en la Iglesia a través de la constitución “Lumen gentium”, con obispos y sacerdotes que se ponen a escuchar y a seguir al «pueblo de Dios, nuevo soberano». Para los lefebvrianos, de todo esto deriva la «destrucción de la autoridad» y, consecuentemente, «la ruina de las instituciones cristianas: las familias, los seminarios, los institutos religiosos».
Para concluir, los tres obispos atacan la misa de la reforma litúrgica, que «obscurece la naturaleza sacrifical y propiciatoria del sacrificio eucarístico». «Bajo este nuevo rito se encuentra la nueva y falsa teología del misterio pascual».



Al leer este comunicado, parecería que nunca existió el largo camino de entrevistas y encuentros con la Santa Sede (que ha durado décadas). La Fraternidad San Pío X parece volver a encontrar la unidad para oponerse con fuerza a la «Roma conciliar», a esa Iglesia que habría cambiado radicalmente después del Vaticano II. En contra de esa «Roma» con la que dialogó durante los últimos años. Después de haber obtenido mucho (la liberalización de la misa antigua, la anulación de las excomuniones, diálogos doctrinales y una propuesta para encontrar una solución canónica a su situación) los lefebvrianos vuelven al ataque y parecerían volver al punto de partida.

 Fuente: ACI Prensa.

4 comentarios:

Católico Responsable dijo...

3- Previo al Padre Murray, existe una publicación del canonista alemán, profesor Rudolf Kaschewski, aparecido en Una Voce – Korrespondenz 18/2 de marzo/abril de 1988, sobre el tema de la consagración episcopal sin mandato pontificio . Este estudio, publicado poco antes de las consagraciones y por un autor totalmente independiente de los círculos pretendidos "Lefebvristas o Lefebvrianos", demuestra categóricamente que, en base al Código de Derecho Canónico en vigencia desde 1983, la consagración episcopal sin mandato pontificio no puede ser penada con la ex-comunión. El autor escribe, en efecto, en la conclusión de su estudio: “La afirmación a menudo escuchada de que la ordenación de uno o varios Obispos sin mandato pontificio comportaría automáticamente la excomunión y conduciría al cisma, es falsa. Si se consideran los propios términos de la ley, en el caso en cuestión, la excomunión no puede ser aplicada ipso facto, ni por sentencia judicial” .
Recordaremos el vasto artículo aparecido en “Courrier de Rome” bajo el título “Ni cismáticos ni excomulgados”, en el cual al lado de apreciaciones teológicas inatacables, se demuestra cómo, en el caso de las consagraciones de Ecône, fueron cumplidas todas y cada una de las cinco condiciones requeridas para gozar del derecho correspondiente al estado de necesidad.

4- El Concilio Vaticano II (CVII), no fue un Concilio Dogmático, como si lo fueron los 19 concilios previos, sino Doctrinal, por tanto no es obligatorio de fe seguirlos. El CVII comete errores Gravísimos para la fe Católica los cuales ya habían sido condenados previamente por varios Papas en diversas Encíclicas, como el de su espíritu Ecuménico, la Libertad Religiosa, la Colegialidad y la Nueva Misa, ya mencionados en este artículo.

Católico Responsable dijo...

5- La Nueva Misa fue elaborada con la "AYUDA" de Protestantes, para que esta Nueva Misa les fuera mas a fin a los protestantes Herejes que se separaron de la iglesia Católica.
En 1965, Monseñor Bugnini, que dirigía los trabajos de la “reforma litúrgica” y gozaba por entonces de toda la confianza de Pablo VI, anunciaba el “deseo” que le animaba de «remover [del nuevo rito] cualquier piedra que pudiera constituir aunque sólo fuera la sombra de un tropiezo o de malestar» para los «hermanos separados» (L'Osservatore Romano, ed. italiana, 11 de marzo de 1965). ¿Y cuáles eran esas piedras de tropiezo y esos motivos de malestar para los “hermanos separados” sino los ritos y gestos que expresaban demasiado claramente las verdades católicas repudiadas por los protestantes y corroboradas por el concilio de Trento? (presencia real y sacerdocio ministerial, carácter sacrificial y propiciatorio de la santa misa, etc.); de ahí la confección de un rito ambiguo, susceptible de una doble interpretación, de un rito que vela las verdades católicas y que por ello puede ser interpretado por el católico a la manera católica, y por el luterano a la manera protestante

L’Osservatore Romano del 13 de octubre de 1967 escribía: «La reforma litúrgica ha dado un paso notable hacia adelante en el campo ecuménico y se ha acercado a las formas litúrgicas de la iglesia luterana».

Monseñor Lefebvre escribía al Santo Oficio el 26 de febrero de 1978, que el nuevo rito era «una síntesis católico-protestante»(Mons. Lefebvre e il Sant’Uffizio, ed. Volpe, p. 71), y protestaba que «queremos conservar la fe católica mediante la misa católica, no mediante una misa ecuménica, favens haeresim, favorecedora de la herejía , aunque sea válida y no herética»(Mons. Lefebvre, ibid., p. 72). El converso Julien Green definía el nuevo rito como «una imitación harto grosera de la función anglicana, que nos era familiar desde la infancia», y hablaba de misa «recortada, reducida a dimensiones protestantes» (Ce qu’il faut d’amour à 1'homme, ed. Plon, París, 1978).

Católico Responsable dijo...

Continuación del 5.
Monseñor Klaus Gamber, que no era “tradicionalista”, sino sencillamente un experto en liturgia (director de las Ciencias Litúrgicas de Ratisbona y miembro honorario de la Pontificia Academia Litúrgica de Roma), denunció en 1979 la«destrucción» del antiguo rito romano, que se había custodiado sustancialmente intacto a lo largo de los siglos y que todos los Pontífices romanos habían recomendado a la Iglesia«se remonta al Apóstol Pedro» (La reforma de la liturgia romana, ed. Renovación, Madrid 1996, pág. 51 ss.) (2).
Omitiendo otros muchos testimonios llegamos, por último, al de Jean Guitton, filomodernista e íntimo de Pablo VI (es el autor dePaul VI secret). El 19 de diciembre de 1993 afirmó, en el debate Lumiére 101 de Radio-Courtoisie, que «la intención de Pablo VI respecto a la liturgia, respecto a la denominada vulgarización de la misa, era la de reformar la liturgia católica de suerte que coincidiese, sobre poco más o menos, con la liturgia protestante[...] con la cena protestante». Y más adelante: « [...] repito que Pablo VI hizo todo lo que estuvo en su mano para acercar la misa católica –más allá del concilio de Trento– a
la cena protestante». Guitton respondió lo siguiente a la protesta de un sacerdote: «La misa de Pablo VI se presenta ante todo como un banquete, ¿no es así? E insiste mucho en el aspecto de participación en un banquete, pero mucho menos en la noción de sacrificio, de sacrificio ritual [...] En otras palabras, Pablo VI albergaba la intención ecuménica de cancelar –o, al menos, de corregir o atenuar– lo que había de demasiado [¡sic!] ‘católico’, en sentido tradicional, en la misa, y acercar la misa católica –lo repito– a la misa calvinista» (Una Voce francesa, mayo-junio de 1994) (3). Así, pues, también para Jean Guitton el nuevo rito de la misa está “protestantizado”. La única diferencia estriba en que para los neomodernistas dicha protestantización es una conquista porque, al decir de L’Osservatore Romano del 13 de octubre de 1967, constituye “un notable paso adelante en el campo ecuménico”, mientras que para los católicos fieles, que tales son los denominados “tradicionalistas”, es una revolución litúrgica que plantea gravísimos problemas a la conciencia católica no sólo porque el rito nuevo es un rito protestantizado, sino también porque es, como resulta lógico, un rito “protestantizante” (lo cual es peor todavía). Con una misa «recortada, reducida a dimensiones protestantes –escribía Julien Green– [...] la realidad del sacrificio propiciatorio se está eclipsando discretamente de la conciencia de los católicos, sean sacerdotes o seglares.
Los que deseen profundizar con respecto a la nueva misa puede descargar Breve Examen Critico del Novus Ordo Missae del Cardenal ottaviani y Bacci en el siguiente enlace:
www.statveritas.com.ar/Liturgia/Breve_Examen_Critico_del_Novus_Ordo_Missae(Ottaviani_Bacci).pdf

Católico Responsable dijo...

1- Es equivocado titular este artículo como se ha titulado, ya que Mons. Lefebvre no inventó una nueva Doctrina o Nueva Filosofía, sino simplemente enseño lo que le había sido enseñado según la tradición de la Iglesia Católica por más de 19 siglos y medio, por tanto los seguidores son Católicos de la Tradición Católica y no "Lefebvristas", adicionalmente la FSSPX, no celebró NUNCA el aniversario de Ningún CISMA, sino de las ordenaciones sacerdotales en Ecône, las cuales se dieron por un Estado de Necesidad y cumpliendo todos los requisitos para que se ordenara un obispo.

2- Existe una Tesis Complementaria de Licenciatura en Derecho Canónico debatida y aprobada con el Máximo de votos en 1995 en la Universidad Pontifica Gregoriana del Sacerdote Estado Unidense (No pertenece a la FSSPX) Gerald Murray donde este sostuvo que la excomunión latæ sentetiæ infligida en su tiempo a Monseñor Lefebvre, a Monseñor de Castro Mayer y a los cuatro Obispos consagrados por Monseñor Lefebvre sin mandato pontificio, desde el estricto punto de vista canónico no es válida, al igual que la acusación conexa de cisma en sentido formal, donde se hace un estudio teológico de la Excomunión y Supuesto Cisma, donde se determina en forma clara y precisa que teológicamente y Canónicamente No puede haber Ex comunión o mejor dicho La excomunión es una Ex comunión invalida y mucho menos Cisma, ya que se hace evidente que no se da a los nuevos Obispos ordenados misión territorial ni se expresa deseo concreto de Cisma ni de crear una jerarquía paralela al de la iglesia Católica. (Si desean Conocer al detalle, pueden visitar: www.statveritas.com.ar/Libros/Una_excomunion_invalida_(estudio_canonico).rtf

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