9 may 2014

Rosario Robles, del error a la soberbia


Rosario Robles, del error a la soberbia/ Luis Manuel Arellano *
Publicado en  La Otra Opinión, 9 d emayo de 2014
Rosario Robles, del error a la soberbia
El affaire mediático que está viviendo la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, más que producto de errores en la elaboración de un discurso de trabajo es la consecuencia de su soberbia como funcionaria, pues tardó seis días en aclarar que no había dicho lo que dijo el 30 de abril en el poblado Los Encinos, en Nayarit, durante una gira de trabajo donde expresó: “Oportunidades ya no va a beneficiar a las que tengan muchos hijos, sino que va a apoyar a las que tengan pocos hijos”.
En lo personal me queda claro que Robles Berlanga, desde su experiencia como militante de izquierda y del feminismo político, jamás habría aconsejado a las mujeres indígenas o campesinas tener menos de tres hijos para recibir los beneficios del Programa Oportunidades. Se trató, eso creo, de una desafortunada declaración, a lo mejor fuera de contexto, y por ello también creo que se podía haber corregido inmediatamente.

 Sin embargo no lo hizo por ese tufo que ahora tiene de arrogancia frente a la crítica y sobre todo la incapacidad de reconocer que tampoco está rodeada del mejor equipo de colaboradores ni siquiera para la elaboración de tarjetas informativas o discursos de trabajo. Una necedad que la está hundiendo en un importante sector de la opinión pública.

Al no precisar el sentido de sus palabras, Rosario hizo que éstas se sobre dimensionaran por parte de la prensa que no la quiere y de “activistas” cibernéticos que la tundieron duro burlándose y criticándola; incluso los reproches ligaron este tropezón discursivo con la vida personal de la ex presidenta nacional del PRD. Por si fuera poco, el yerro creció con el oportunismo del Partido Acción Nacional que sabiendo cómo funciona dicho Programa Oportunidades en cuanto a que efectivamente solo se ofrecen becas de asistencia infantil pero hasta “tres hijos” por familia, tuvo el cinismo de presentar una denuncia en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

En los hechos, Rosario Robles no ha cometido ningún delito, pero sí un descuido que, como se ha señalado, proviene de esa altanería con la que ahora se comporta quien fue una promesa en las filas de la izquierda, y que lamentablemente aparece como una funcionaria más, una del montón (eso sí, bien pagada), en el gabinete presidencial.

El tema, además, sirve para evidenciar que el talón de Aquiles en el gabinete del presidente Peña Nieto es esa incapacidad de incorporar operadores efectivos en el manejo de discurso, en el uso inteligente y oportuno de los medios de comunicación y las redes sociales, pero sobre demostrar si efectivamente esta administración tiene intereses humanitarios, sociales y de justicia social, frente a un escenario que parece señalar lo contrario, porque el ingreso sigue concentrándose y son millones de ciudadanos quienes viven con salarios mínimos o de plano en la miseria.

Como están las cosas, vale la pena preguntarse si Rosario Robles aceptó administrar la pobreza. Pero algo que sí está sucediendo es que le  falta humildad ante sus errores. Una altanería que se está convirtiendo en cochambre y -como bien sabemos- la mugre en política también cicatriza, no solo por fuera sino también por dentro.

*Periodista, @LuisManuelArell

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