Asaltan
instalaciones de la revista Contralínea que dirige Miguel Badillo.
¡No se vale!
Las
instalaciones de la revista Contralínea. Periodismo de Investigación –ubicadas
en la transitada avenida Río Churubusco 590, colonia Del Carmen, Coyoacán–
fueron asaltadas la noche del lunes 23 de junio de 2014. Como resultado de
ello, los delincuentes se llevaron expedientes periodísticos de los reporteros.
También, documentación personal que algunos periodistas resguardaban en sus
escritorios.Además,
fueron sustraídos 19 equipos de cómputo –incluidas las laptops del director
Miguel Badillo y el subdirector José Réyez–, una cámara de video profesional, 3
pantallas de televisión, equipo de audio, incluida una consola de producción
radiofónica. Los asaltantes también se llevaron discos compactos con
información editorial. Todos los escritorios, gavetas y cajones de la redacción
fueron saqueados.
La
Casa de los Derechos de los Periodistas A.C. de la cual el periodista Miguel
Badillo es socio, reprueba esta nueva acción en perjuicio de la Revista
Contralinea y exige a las autoridades de procuración de justicia del Distrito Federal, la investigación inmediata y eficiente para
dar con los responsables intelectuales y materiales de estos hechos y a la Procuraduría General
de la República (PGR) le pide que atraiga el caso, ya que se trata de una agresión sistemática en contra de esta
publicación como se demuestra con el historial de agravios que esta organización a documentado.
Este
acto intimidatorio se da en un contexto de agresiones constantes en contra del
equipo de Contralínea. Tan sólo el 18 de abril pasado también fue asaltado el
domicilio particular del director, sin que hasta la fecha la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal haya podido resolver el caso. Ello a
pesar de existir grabaciones en video de los asaltantes y el vehículo que
emplearon (AP: FCY/COY-2/T2/0105071406).
Ahora,
en el robo ocurrido este lunes 23 de junio, se observa que la caja fuerte
–localizada en la oficina del subdirector– fue violentamente forzada. Algunas
puertas y ventanas fueron rotas, además de que los delincuentes movieron las
cámaras de vigilancia y cortaron sus cables.
Cabe
destacar que dichas cámaras forman parte de las medidas cautelares dictadas por
la Secretaría de Gobernación a favor de este medio, como parte de los
protocolos del Mecanismo de Protección para Defensores y Periodistas. Ello,
tras las peticiones hechas directamente por la Organización de las Naciones
Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que se garantizara
el libre ejercicio de expresión e información del equipo de Contralínea.
Y
aunque dicho Mecanismo también incluía vigilancia permanente al lugar de
trabajo, esta nueva agresión demuestra la ineficacia de Gobernación para
garantizar y proteger la labor periodística.
Como
se recordara, a lo largo de su historia Contralínea ha sido objeto de amenazas,
persecuciones, juicios, robos, allanamientos, vetos publicitarios e
informativos gubernamentales, un arresto y una emboscada.
Algunas
de las agresiones
El
5 de agosto de 2007 representantes del Grupo Zeta Gas irrumpieron en las
instalaciones de Contralínea; amenazaron con desaparecer la publicación y
exigieron que se les revelaran los nombres de fuentes de información. Un día
después iniciaron las acciones judiciales. Jesús Zaragoza López, director de
Zeta Gas, presentó la primera de tres demandas por supuesto daño moral ante el
Juzgado 44 Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. La
demanda contra la revista y sus periodistas se resolvió en diciembre de 2008
con una resolución condenatoria.
Entre
las irregularidades del caso destaca que el juez se excedió al dictar su
resolución e impuso obligaciones de imposible cumplimiento; además, el juzgador
de primera instancia pretendió respaldar su decisión con consideraciones no
jurídicas, sino de apreciación personal y de valor en contra de los periodistas
y del medio.
El
7 de noviembre de 2007 Oceanografía, SA de CV, interpuso un juicio civil por
“daño moral” ante el Juzgado 40 de lo Civil, en contra de la revista y de
algunos de sus reporteros.
Durante
las audiencias se cuestionó la calidad de los periodistas, así como de las
pruebas ofrecidas por ellos. Se desecharon pruebas de la misma naturaleza y
calidad que las ofrecidas por la parte demandante, sin que a ésta se le hayan
desechado.
El
13 de agosto de 2008 los abogados Graham Alberto Zubía Félix, Francisco Cuellar
Ontiveros, Diego Romero Velasco, el actuario Juan Manuel Aguilar Maya y el
perito auxiliar Sergio Guillermo Gonzáles Pulido, de la empresa gasera Zeta
Gas, allanaron las instalaciones de Contralínea acompañados por guardaespaldas
armados y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.
Contralínea
interpuso una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por acoso
judicial y amenazas de muerte el 12 de septiembre de 2008.
El
16 de enero de 2009 elementos de la Policía Bancaria e Industrial del Distrito
Federal arrestaron a Miguel Badillo, director de Contralínea. El 11 de febrero
de 2009 representantes del Grupo Zeta Gas allanaron de nueva cuenta las
instalaciones; exigían ingresar a los escritorios y archivos de los
trabajadores y periodistas.
El
22 de abril de 2009 Blue Marine Technology Group demandó a Contralínea y a sus
periodistas por “daño moral”.
El
14 de septiembre de 2009 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió la
Recomendación 57/2009, donde acredita la discriminación publicitaria de la que
es objeto la revista por el gobierno federal.
El
10 de abril de 2010 desconocidos allanaron y saquearon las instalaciones de
Contralínea. En ese mismo mes, pero el día 27, la Caravana por la Paz que se
dirigía a San Juan Copala fue emboscada. Entre sus integrantes estaban los
reporteros Érika Ramírez y David Cilia, quienes estuvieron en calidad de
“desaparecidos” dos días. Fueron rescatados el 29. Ambos periodistas
presentaban deshidratación, David Cilia, tres heridas de bala.
Entre
el 31 de agosto y el 1 de septiembre fueron asesinadas las periodistas Marcela
Yarce Viveros, fundadora de Contralínea, y Rocío González Trápaga. Las
comunicadoras fueron agredidas en el contexto de violencia que se vive en todo
el país.
En
diciembre de 2013, la Secretaría de Gobernación, la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos iniciaron una
nueva investigación por las violaciones a derechos humanos cometidos por jueces
de Jalisco contra periodistas de la revista Contralínea.
El
Grupo Zeta Gas consiguió una sentencia contra el medio de comunicación
violentando el debido proceso: a espaldas de los periodistas se inició y
concluyó un juicio en el que no se les permitió defenderse. Esta revista fue
condenada a pagar medio millón de pesos.
El
Juzgado Noveno de lo Civil en el estado de Jalisco condenó a la revista
Contralínea y a trabajadores de este medio a pagar una multa por 500 mil pesos.
El proceso, promovido por Grupo Zeta a través de su filial Thermogas, inició y
concluyó a espaldas del medio de comunicación, pues no se notificó a los
periodistas interesados. Con ello, el Poder Judicial del Estado de Jalisco
violó los derechos humanos de los hoy sentenciados y les canceló su derecho a
un juicio justo, además de atentar en contra de la libertad de prensa y el
derecho a la información.
En
el caso intervinó la Secretaría de Gobernación, a través de su Unidad para la
Defensa de los Derechos Humanos (UDDH). Mediante el oficio UDDH/911/5689/2013,
el titular de la Unidad, Juan Carlos Gutiérrez Contreras, solicita al
magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Jalisco,
Luis Carlos Vega Pámanes, se investigue “la presunta violación a los derechos
humanos en relación a su garantía de audiencia y al debido proceso”.
En
el documento oficial se hace referencia a la recomendación 57/2009, emitida por
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en 2009 y la reciente
Recomendación General 20, en las que se documentó la violación al debido
proceso en que incurrió el Poder Judicial del Estado de Jalisco en otros
juicios interpuestos por Zeta Gas en contra de Contralínea. Por ello, la
Secretaría de Gobernación solicita al magistrado Gutiérrez Contreras “su
colaboración institucional, con la finalidad de que sirva informar aquello que
permita conocer las acciones que a favor de los derechos humanos se hubiere
realizado, así como el estatus y el nivel de cumplimiento de la recomendación”.
En
su comunicación, la Secretaría de Gobernación le recuerda al Poder Judicial del
Estado de Jalisco –representado por el presidente del Supremo Tribunal de
Justicia de la entidad, Luis Carlos Vega Pámanes– su obligación “de prevenir,
investigar, sancionar y reparar violaciones a los derechos humanos, así como de
promover, respetar, proteger y garantizar los mismos”.
La
CNDH, por su parte, también ha abierto un expediente en el que documenta los
más recientes agravios en contra de la revista Contralínea y sus periodistas.
El visitador adjunto adscrito al Programa de Agravios a Periodistas y
Defensores Civiles de Derechos Humanos, de la Quinta Visitaduría General,
Arturo E Pech Rodríguez, dio entrada a la queja presentada por Contralínea.
En
el documento se establece que los periodistas no fueron notificados del juicio
instruido en su contra, como tampoco de ninguna acción judicial dentro del
juicio 0906/2009, en el que se les permitiera “conocer las acciones en su
contra y emprender la defensa adecuada”.
Asimismo,
en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la
Libertad de Expresión, de la Procuraduría General de la República (PGR), se ha
abierto un expediente con el que se han iniciado las investigaciones para
deslindar responsabilidades en los ataques sistemáticos a un medio de comunicación.
Por
su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a través de su
relatora Especial para la Libertad de Expresión, Catalina Botero Marino, ha
tomado conocimiento del caso y estudia el tipo de acción a emitir al respecto.
La
Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado Jalisco sólo escuchó la
relatoríade la queja de los periodistas, pero no se comprometió a nada y dijo
que en 5 días hábiles darán una respuesta si admite o no la queja.
Grupo
Zeta consiguió del Juzgado Noveno de lo Civil en el estado de Jalisco una
sentencia condenatoria contra la revista Contralínea. Sin que se hubiera
notificado al medio de comunicación ni a los periodistas involucrados, el
proceso avanzó sigilosamente y concluyó en una condena a pagar una multa por
supuesto daño moral por 500 mil pesos. La disposición también dicta el remate
de la casa familiar del director de Contralínea, Miguel Badillo, para pagar la
condena.
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