16 jun 2014

Más de Oceanografía


 La columnas políticas hoy....
Trascendió de Milenio
:Que el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, expondrá ante senadores los motivos de por qué la institución a su cargo no actuó de una manera más severa contra el administrador único y socio mayoritario de Oceanografía, Amado Yáñez Osuna.
En la PGR aseguran que durante los últimos días Murillo ha estado preparando su comparecencia, para la cual la comisión especial senatorial ya cuenta con información precisa sobre el caso.
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Columna Razones
Oceanografía y Yáñez: ¿dónde quedó el dinero?/Jorge Fernández M:
Excelsior,
Si como decía la semana pasada en su comparecencia ante los legisladores el director de Pemex, Emilio Lozoya, la empresa paraestatal no sufrió de daño patrimonial por el caso Oceanografía (más allá del otorgamiento discrecional de contratos, práctica que en buena medida se erradicará con las leyes secundarias de la Reforma Energética que están en discusión en el Congreso), la investigación en curso se tiene que concentrar en los verdaderos responsables del fraude cometido contra Banamex, responsables que están, tanto en la empresa como en el banco, plenamente identificados por la investigación que realizó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y que fue enviada a la Procuraduría Fiscal de la Federación a través del oficio 211-3/135448-MM/2014, misma en la que se sustentó la averiguación previa iniciada por la PGR. Pero incluso así, quedan preguntas sin responder.

La investigación no deja lugar a dudas que el propietario y administrador único de Oceanografía es Amado Yáñez Osuna. Todos los movimientos de factoraje realizados en contra de Banamex, falsificando facturas de Pemex o modificando datos, fueron firmados por Yáñez y manejados por uno de sus operadores de toda confianza, Israel Varela, y por Jorge Terán Vanoye, Juan Carlos Tapia Cárdenas, Alberto Duarte Martínez y Joaquín García Gómez.
También se desprende de ella el tipo de operación realizada, que termina siendo, a pesar de las cantidades involucradas, relativamente simple. A pesar de que desde 2009 Oceanografía estaba prácticamente en quiebra con adeudos de hasta mil millones de dólares, precisamente para que pudiera seguir funcionando y rescatar esos adeudos, Banamex le mantuvo su línea de crédito por 600 millones de pesos, pero la misma posteriormente se fue ampliando hasta llegar a los 900 millones y, en el último año, se multiplicó hasta en seis veces. ¿Por qué? Porque se modificó una cláusula del convenio de factoraje mediante la cual ya no se tenía que comprobar la validez de los contratos de Pemex que Oceanografía le entregaba a Banamex y la línea se iba ampliando en forma automática. En la investigación saber quién solicitó esa modificación, aparentemente a solicitud del departamento jurídico de Banamex, es clave para saber cómo se operó el fraude y cómo se abrió la puerta para que Amado Yáñez pudiera cometerlo.
Toda la operación, tanto de Oceanografía como de los funcionarios especializados de Banamex, se realizaba desde las oficinas de OSA en Playa del Carmen (y en todo el proceso dos operadores son claves: Israel Varela, por Oceanografía; y Erick Cervantes, en Banamex. Varela porque es el que recibía y entregaba la información de Pemex y el que verificaba el flujo de cobros y pagos, y Cervantes porque es el que supuestamente verificaba y autorizaba por el banco esos documentos), donde se presentaban los documentos que luego resultaron ser falsos o tergiversados. Ahí se autorizaban e iban directamente a la central de Banamex, desde donde se hacían los pagos directamente a la dirección de Oceanografía, o sea, a la cuenta controlada por el administrador único, Amado Yáñez, que manejaba esos recursos en forma personal, tanto que 308 millones de pesos se depositaron directamente a la cuenta personal de Yáñez y el resto sirvió, como decíamos el jueves pasado, para todo tipo de gastos personales, desde la compra de Rolls-Royce hasta de equipos de futbol.
Amado Yáñez quedó atrapado en la bola de nieve de las facturas falsas, porque siendo éstas de corto plazo, una falsa suplía a la siguiente para ocultar el mecanismo,  en algún momento, el ciclo no pudo perpetuarse, ya que al aumentar el endeudamiento, desde la central de Citigroup se pidió que se comenzaran a verificar las cuentas, éstas se revisaron con Pemex y se descubrió que eran falsas. Allí comenzó la investigación real.
Por cierto, más allá de que Yáñez firmó todos los documentos, que los procesó su equipo personal desde Ciudad del Carmen, de que esos recursos terminaron en sus cuentas o financiando otro tipo de actividades que nada tenían que ver con Oceanografía, el propio Yáñez dice en su declaración ministerial (que se divulgó la semana pasada) que se distrajo de sus obligaciones porque tenía problemas conyugales. Los tuviera o no, lo cierto es que, durante todo ese periodo en el que se realizó el fraude, su esposa (está casado por bienes mancomunados) era miembro del consejo de Oceanografía, dueña de la mitad de la empresa y los equipos de futbol estaban a su nombre. ¿Cómo fue que a pesar de estos supuestos problemas ella aceptó firmar todos los documentos relacionados con esas empresas y cómo fue que se logró dispersar, con la propia chequera de Osuna, todo ese dinero? ¿Y dónde quedaron, finalmente, todos esos recursos? Porque hasta ahora, muchos de ellos continúan sin aparecer.
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Raymundo Riva Palacio/Oceanografía: ¿engañaron al procurador?
Ejecentral.com
El procurador general, Jesús Murillo Karam, está convencido –y así lo dijo públicamente el viernes pasado-, que el quebranto de Banamex por más de cinco mil millones de pesos fue realizado por empleados del banco y no por el principal accionista de la empresa petrolera, Amado Yáñez Osuna. Tan convencido está, que Yáñez Osuna se encuentra libre bajo fianza por un delito no grave que por desvío de 55 millones de pesos y con amplias posibilidades que nunca pise la cárcel. Lo que sorprende del procurador es que hable, en buena medida, a partir de las mentiras de Yáñez Osuna a la PGR.
Yáñez Osuna responsabilizó en sus declaraciones ministeriales a su socio Martín Díaz Álvarez, contra quien no hay aún orden de aprehensión, por presuntamente haber realizado directamente las negociaciones financieras con Banamex, entre las que están las del quebranto, y a Vicente Corta, socio del despacho multinacional White & Case, de quien dijo aprobó todo lo que se hizo. De lo que ellos manejaron, aseguró Yáñez Osuna, no estuvo enterado. En sus declaraciones ministeriales aseguró también que no conocía a Emilio Granja, ex director de la Unidad de Energía y Químicos, uno de los principales ejecutivos de Banamex presuntamente relacionado con el fraude.
El dueño de Oceanografía está escondiendo cosas a la PGR y encaminando a Murillo Karam a un pantano. El caso más evidente de las mentiras declaradas es sobre su relación con Granja. Yáñez Osuna declaró ante el ministerio público federal que jamás lo conoció. Granja lo desmintió. Afirmó que lo conoció junto a Díaz Álvarez en Pemex en 2011, en una reunión solicitada porque la paraestatal se negó a pagar unas facturas por irregularidades, y estuvo con él una vez más en 2012, cuando fue a Banamex para evitar que congelaran las cuentas de Oceanografía por las mismas razones.
En la batalla de dichos, hay un hecho. El 24 de diciembre, en su cuenta de Twitter, @AmadoAyanez, le escribió a @emiliogranja, la cuenta del ex ejecutivo de Banamex: “Los mejores deseos a ti y a tu familia”. Ese mensaje en Twitter ya no existe en el historial –llamado timeline- de la red social, pero la PGR puede acceder a ese mensaje mediante el trabajo de la policía cibernética. Otra forma de tener acceso al mensaje es con una imagen del mismo tomada en su momento, como a esta columna, por ejemplo, se la proporcionaron.
Otra de las inconsistencias del propietario de Oceanografía es al responsabilizar de las irregularidades a Díaz Álvarez, de quien dijo siempre le mostró los respaldos para los créditos –facturas falsificadas de Pemex- “como legítimas, pues pasaban los filtros establecidos del contralor y del despacho jurídico corporativo. En todo momento consideré que las operaciones que se realizaban eran las correctas. Yo no intervenía en las negociaciones de los financiamientos ante los bancos”. El despacho jurídico corporativo que mencionó Yáñez Osuna en su declaración fue White & Case, y el abogado era Corta.
Pero en una carta a esta columna, Corta lo desmintió tajantemente. “White & Case no tuvo involucramiento alguno (ni ninguno de sus socios, asociados o funcionarios) en la operación entre Oceanografía y Banamex, y por consiguiente, no participó en ninguna validación de estimaciones de factoraje para conseguir líneas de crédito con ese banco ni en ninguna otra actividad relacionada con este asunto. Incluso, White & Case tuvo conocimiento de esta operación hasta que se hizo pública a través de los medios de comunicación”, precisó.
 “No es práctica común que en la implementación de operaciones de factoraje o en la validación de las facturas en estas operaciones intervengan despachos jurídicos o se involucre a abogados, pues en su instrumentación intervienen exclusivamente el acreditado, el acreedor y la entidad que emite las facturas. Por lo general, los abogados sólo participan en el armado inicial de los documentos que regirán a dichas operaciones”.
Las declaraciones de Yáñez Osuna han servido para inculpar y abrir otras líneas de investigación, pero como está emergiendo con datos, soncuestionables. La PGR no ha buscado encontrar toda la verdad, según se desprende del poco alcance de las preguntas en los interrogatorios, ni se han dado a la tarea de corroborar todo lo que dice. Por ejemplo, hasta donde se sabe, Corta no ha sido llamado a comparecer para que explique su papel en el caso, ni tampoco a las personas que identificó Granja en las dos reuniones donde estuvo con Yáñez Osuna, ni se incorporó el timelinede la cuenta de Twitter del empresario, donde revela familiaridad con el ex ejecutivo de Banamex.
Legalmente no puede determinarse aún, como afirma el procurador Murillo Karam, que el quebranto a Banamex sólo fue perpetrado por los ejecutivos de Banamex, donde no tiene nada que ver Yáñez Osuna. Pero lo que sí está claro cada vez es que el procurador no tiene toda la información, que la PGR no está realizando la investigación profunda sin miedo a llegar a donde sea, como se prometió, y que Yáñez Osuna probablemente esté  mintiendo en declaraciones hechas bajo juramento, lo que constituiría, además, un nuevo delito.
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Columnas del domingo.
BAJO RESERVA/ EL UNIVERSAL
Sin peces gordos en Oceanografía
SI USTED pensaba que por el escándalo de Oceanografía van a caer “peces chicos o gordos” en Petróleos Mexicanos o en alguna oficina gubernamental, se va a quedar esperando con la caña de pescar y la canasta vacía. Desde el gobierno federal no ven a servidores públicos con alguna implicación en el presunto fraude del socio mayoritario de Oceanografía, Amado Yáñez Osuna, en contra de Banamex. En todo caso, nos dicen, habría sanciones leves, que ni a inhabilitaciones llegarían. El argumento central: el ilícito se cometió en contra de la institución bancaria y Pemex siempre tuvo una relación normal con la empresa en cuestión. Pronto habrá resultados y todo quedará en un asunto “entre particulares”, nos aseguran. ¿De verdad?
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Columnas del sábado 14 de junio
TRASCENDIÓ/Milenio
Que la euforia futbolera no fue un distractor para que Emilio Lozoya Austin, titular de Pemex, compareciera en San Lázaro, ante la comisión investigadora de los contratos otorgados a Oceanografía.
Como la reunión inició alrededor de las 10 de la mañana y se prolongó más allá del México-Camerún, el coordinador priista, Manlio Fabio Beltrones, hizo marcaje personal en el terreno legislativo del Salón Verde, para centrar a su equipo tricolor y dominar el encuentro.
El sonorense se dijo satisfecho con la acción, pues los diputados de oposición le reconocieron cumplir su palabra y no ser ordinario dejando todo el trabajo hecho para esconderse a ver el juego de México.
Dicen en San Lázaro que Beltrones sí que sabe cuidar el fuera de lugar.
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BAJO RESERVA/EL UNIVERSAL
Aíslan al director de Pemex
EN UN HECHO poco común en San Lázaro, el Salón Verde del Palacio Legislativo fue aislado de los partidos de futbol del Mundial de Brasil. La comparecencia del director de Pemex, Emilio Lozoya, para hablar del caso Oceanografía transcurrió sin interrupción alguna por el primer encuentro de la selección mexicana contra Camerún. Los encuentros se empalmaron y ni legisladores ni funcionarios se movieron de la sesión de la comisión que indagada todos los contratos de la empresa pública. Pero quien de plano no aguanto el marcaje personal y se dio una escapada de la reunión fue el diputado del Verde, Ricardo Astudillo. El legislador visitó la sala de prensa para ver una parte del juego. “¡Chin ya me toca!”, se retiró para participar en el encuentro, nos cuentan. No hubo, pues, tarjetas de amonestación.
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FRENTES POLÍTICOS&Excelsior
VI.No más corrupción. Emilio Lozoya, director general de Pemex, compareció ante diputados y confió en que casos de corrupción como el de Amado Yáñez y su empresa Oceanografía, no volverán a presentarse, gracias a la Reforma Energética que traerá transparencia y rendición de cuentas. Pemex, aseguró, tomó medidas para evitar nuevos fraudes a través de un instrumento. Se trata de una bóveda electrónica, pues con ella, tanto bancos, como proveedores y Pemex comparten y verifican toda la información de los contratos en curso. Como siempre, la oposición puso en duda la voluntad del actual gobierno. No otorgan siquiera el beneficio de la duda. ¿Ellos lo harían mejor? Hasta el momento, no lo han demostrado.
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