1 jul 2014

Mireles: no quiero ser un mártir; sólo quiero seguir limpiando de criminales a Michoacán


La Jornada, Domingo 29 de junio de 2014
Mireles: no quiero ser un mártir; sólo quiero seguir limpiando de criminales a Michoacán
Sanjuana Martínez; especial para La Jornada
Periódico La Jornada, 29 de junio de 2014, p. 11
El doctor José Manuel Mireles sabía que lo iban a arrestar. Presentía la traición y esperaba como un destino manifiesto ese acto cobarde. La orden, le dijeron, viene directamente de Alfredo Castillo, comisionado para la seguridad en Michoacán. La advertencia que el funcionario federal había dado era clara: Apláquenlo.
Le mintieron. Alguien le dijo que un interlocutor del Ejército quería hablar con él. Cuando acudió a su encuentro, fue arrestado. Yo no quiero ser un mártir. Ya me han traicionado muchas veces, pero si hay una traición más, quiero que el pueblo de México lo sepa, simplemente quiero seguir avanzando en el proyecto que los verdaderos autodefensas nos hemos impuesto: limpiar de criminales nuestro estado, donde se encuentren, aún en el gobierno del estado o aún en la representación del gobierno federal como está sucediendo actualmente en Michoacán, fueron sus últimas palabras, antes de ser detenido.

 El doctor Mireles aseguraba haber recibido amenazas de parte de Papá Pitufo (Estanislao Beltrán) desde la una y media de la mañana, y por eso solicitó a su Consejo Ciudadano de Autodefensas que le grabaran un mensaje: “En la mañana que entramos a las 7:45 a La Mira con 300 gentes que traíamos de Caleta y otras 300 de aquí que habían ido a verme, a la media hora llega un comando del Ejército a saludarme, y el general manda decir que estaban a nuestras órdenes por si ocupábamos apoyo. Y las amenazas eran que venía Pitufo con Los Viagras, el Cinco, el Burro y 300 sicarios que ellos cargan para todos lados donde van, y dicen que es por orden de Alfredo Castillo, que dice que me aplaquen, que así les dijeron en Tancítaro a todos los compañeros autodefensas”.
 La ayudante cubana de Castillo
 En ese momento preparaba en La Mira la asamblea para la integración del Consejo Ciudadano de Autodefensas, con el objetivo de que fueran los mismos pobladores los que eligieran a sus miembros, y no estaba dispuesto a abandonar a su gente: Pero estas amenazas ya se habían dado desde las cuatro de la tarde del día anterior, mediante Ilse, la cubana que anda con Castillo, en el teatro de supuestamente armar autodefensas, ya que de 15 mil hombres armados que había en Tepeque, nomás desarmaron a 120, y de esos, 60 están de guardia y 60 de descanso. Esa es la principal burla que hacen: primero minimizarlos y luego jugar con ellos.
 Acusó a Ilse, la ayudante cubana de Castillo, de amenazar a las autodefensas de la costa michoacana: Les dijo que si seguían apoyando el movimiento social de Mireles sin el permiso de ella, iban a tener problemas mucho muy graves. Es más, tuvimos que sacar un documento firmado por la jefatura de tenencia, donde los pobladores de La Mira fueron a Caleta a pedir la presencia de nosotros en Lázaro Cárdenas para formar las autodefensas ciudadanas.
 Y eso es lo que estaban haciendo cuando el doctor Mireles fue arrestado por fuerzas federales: “Tenemos el temor y muy grande de que vayan a venir con los teatros que hace Castillo con el Pitufo y sus Viagras y toda la gente armada que él trae. No es posible que en lugar de venir a apoyar la limpieza que estamos haciendo en todo nuestro estado, vengan a impedir nuestros avances, y además desarmarnos y detenernos a toda la gente que cree en un movimiento social y piensa que es la única forma que existe de proteger su vida y la de sus familias”.
 La situación se tornaba cada vez más tensa, el doctor Mireles tenía la información de que entre La Mira y Lázaro Cárdenas había una fosa clandestina con 32 cadáveres, e hicieron el reporte a los federales, aunque oficialmente sólo dijeron que encontraron 12: Esa información quiero que se difunda. La primera fosa que hallan es de 210 cadáveres, pero como esa, hay muchas en este mismo tramo, aseguró.
 Añadió: Ocupamos el apoyo moral de todos los michoacanos, donde quiera que se encuentren, y ocupamos también el apoyo moral de todos los mexicanos, porque nosotros queremos seguir avanzando para limpiar de criminales nuestro estado, y no aceptamos, no concebimos que esa parte del gobierno federal que mandaron aquí, en lugar de ayudarnos, nos está entorpeciendo, bloqueando y deteniendo.
 El doctor Mireles llevaba 36 horas en La Mira cuando fue arrestado por fuerzas federales junto a 82 hombres que le acompañaban. Fueron acusados de violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, porque supuestamente traían armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas al ser detenidos.
 Libertad
 El consejo ciudadano del Movimiento Nacional de Autodefensas emitió un comunicado, que entregó a La Jornada, en el que exige la libertad inmediata del doctor Mireles y del resto de los hombres que lo acompañaban: “Los autodefensas que fueron detenidos no son más que la expresión garante de la dignidad y soberanía que nuestra Constitución reconoce. El territorio michoacano, al igual que el resto del país, se vio secuestrado por una rebelión inhumana, armada, cruel y violenta, que encuentra su manifestación en el crimen organizado y en el gobierno corrupto que coopera con éste.
 Debido al trastorno público que esto significó, se estableció en dicho estado un gobierno contrario a los principios que emanan de nuestra Constitución. Las fuerzas de autodefensa no hicieron y no hacen más que recobrar la libertad del pueblo, y no tienen más discurso que el restablecimiento del orden constitucional que tanto el crimen organizado como el gobierno corrupto han violado sistemáticamente.
 Consideran que el comisionado Alfredo Castillo traicionó los intereses populares y el orden constitucional: “José Manuel Mireles Valverde representa en carne propia la dignidad del pueblo de México en contra de la opresión y del mal gobierno. Él y el movimiento autodefensa no evocan más que las ansias de libertad y justicia de las que habla el artículo 136 de nuestra Carta Magna.
 Por el contrario, Alfredo Castillo representa, también en carne propia, el contubernio entre el crimen organizado y las instituciones secuestradas; él personifica al dictador leguleyo que con papeles en la mano intenta tapar la realidad que sus actos u omisiones generan. Castillo debe entender que la realidad de Michoacán le es muy ajena; que antes de su llegada el pueblo había sufrido una década de violencia, opresión, impotencia y frustración. Debe entender que las instituciones que él defiende son las mismas que le han dado la espalda a los michoacanos durante años; que entre la ley y la vida se privilegia siempre la vida, y que en todo caso las autodefensas no hacen más que defender la Constitución frente al desorden.
 El texto añade: El levantamiento de autodefensas no es ninguna violación del derecho, sino única y exclusivamente restauración del mismo. En esta guerra valiente que nuestros compatriotas michoacanos están dando, argumentar que portar armas es delito parece digno de una comedia. Es preciso que Alfredo Castillo y el gobierno que lo cobija recuerden que esta guerra tiene sus orígenes en su negligencia, la cual no termina con los discursos ni con los actos de presencia que un delegado federal tiene en Michoacán. Deben entender que nadie toma las armas por gusto, y que si el pueblo seguía armado es porque si las dejaba se estaría suicidando.
 Es inocente
 La familia del doctor Mireles dijo a La Jornada, mediante un portavoz, que la detención es ilegal, porque no hay delito que perseguir, ya que todas las armas que traían él y sus escoltas fueron registradas en su momento.
 Revelaron que la detención fue una traición de parte del comisionado Alfredo Castillo, quien se puso de acuerdo con el doctor Mireles para registrar policías legalmente en La Mira: Fue una trampa, bien planeada por Castillo, quien fraguó la traición. Siempre lo ha querido chingar. Fueron golpeados. Exigimos su liberación inmediata y responsabilizamos al gobierno de cualquier cosa que les suceda. Él es inocente.
 Para la familia del doctor Mireles, su detención confirma el vínculo entre Castillo y el crimen organizado: “Es él quien mueve a La Tuta con el cártel H3 y federales. Ellos son el cártel, puro malandrín. Son intocables.
 “Como La Tuta ya no se puede mover con los templarios, porque la gente los reconoce, lo mueven en helicópteros del gobierno: ¡para qué se hacen pendejos. Eso lo sabemos todos en Michoacán!”

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