Revista
Proceso
No. 1989, 13 de diciembre de 2014
Angélica
Rivera es, en sí misma, un conflicto de interés de Peña Nieto/JENARO
VILLAMIL
Al
margen de la increíble historia del financiamiento del Grupo Higa para la
adquisición de la residencia de Sierra Gorda por parte de Angélica Rivera, el
video en el cual ésta explica cómo adquirió sus inmuebles tiene un dato, uno
más, que debe destacarse: Afirma que en 2008 Televisa le entregó para su “uso y
gozo” la casa de Paseo de las Palmas 1325, pero resulta que ese año la
televisora era una de las proveedoras de servicios del gobierno mexiquense de
Enrique Peña Nieto y la actriz era parte de un convenio de publicidad en la
administración de quien pronto sería su esposo. En su momento la información
fue divulgada por el Instituto Federal Electoral, pero pasó prácticamente
inadvertida.
El
domingo 7 Enrique Peña Nieto inauguró el Tercer Foro de Comunicación en Boca
del Río, Veracruz, con un halago inusual a Televisa, la empresa que convocó y
organizó el encuentro entre medios afines y mandatarios reunidos en la XXIV
Cumbre Iberoamericana y un tuteo al presidente del consorcio, Emilio Azcárraga
Jean, molesto aún por los malos resultados del Teletón del día anterior.
“Emilio
(Azcárraga) lo entenderá y quienes están aquí como miembros de Televisa,
algunos pueden pensar que es equivocado hacer reconocimiento a esta gran
empresa mexicana, pero el presidente de la República quiere expresar que para
los mexicanos es motivo de orgullo tener una empresa mexicana productora del
mayor número de contenidos de habla hispana, que proyectan a nuestro país, no
sólo en el mundo de habla hispana, sino en el mundo entero”, afirmó Peña Nieto.
“Son
un medio que proyecta a México en el mundo y eso, a los mexicanos, nos
enorgullece. Por eso mi gratitud y reconocimiento por la organización de este
Tercer Encuentro de la Comunicación”, remató el primer mandatario, leyendo un
discurso que preparó el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño.
A
quien quisiera escucharlo, Nuño presumió que este halago era también un acuse
de recibo o un “ramo de rosas” del gobierno a la empresa Televisa.
Por
su parte Azcárraga Jean respondió en su discurso con quejas por las presiones
de “algunos esquemas normativos o políticos públicos orientados a frenar a los
medios, movidos por el ánimo de restringir la actuación y el desarrollo de las
empresas de comunicación a fin de promover agendas de interés público
contrarias a la competencia, el desarrollo económico y sobre todo a la libertad
de expresión”.
La
molestia entre Televisa y Peña Nieto se agudizó antes del acto en Boca del Río.
Durante la transmisión estelar del Teletón 2014, el comediante Eugenio Derbez
se burló del escándalo reciente de la Casa Blanca.
“No
tendría que comentar esto, pero hace un año dejé de ser empleado de Televisa y
sin embargo hoy regresé porque me enteré de lo que pagaban”, afirmó Derbez, en
uno de sus chistes de la noche. El comediante se siguió de largo para defender
al Teletón, que este año vivió una de sus peores crisis de imagen.
“Muchos
dudan de la transparencia de la fundación o de si esto es una estrategia de
Televisa para pagar menos impuestos; hasta se ha comentado si la lana se usó
para construir una mansión en Las Lomas”, continuó Derbez.
“Sólo
creo que no debemos mezclar cosas negativas que están ocurriendo en el país con
algo positivo como es el Teletón”, remató el comediante. En Los Pinos no gustó
nada este deslinde de la empresa que se asoció en el ascenso y la llegada al
poder con Peña Nieto.
La
crisis se gestó meses antes del escándalo de la Casa Blanca, pero se mezcló en
la transmisión del maratón destinado a recaudar fondos para discapacitados.
En
un reporte fechado el pasado 3 de octubre, el Comité de los Derechos de las
Personas con Discapacidad, de la ONU, criticó al Teletón y al gobierno mexicano
pues “buena parte de los recursos del Estado para la rehabilitación de las
personas con discapacidad sean administrados por un ente privado” y porque
“dicha campaña promueve estereotipos de las personas con discapacidad como
sujetos de caridad”.
El
comité de la ONU exhortó a “establecer una distinción clara entre el carácter
privado de las campañas Teletón y las obligaciones que el Estado debe acometer
para la rehabilitación de las personas con discapacidad. Asimismo, desarrollar
programas de toma de conciencia sobre las personas con discapacidad como
titulares de derecho”.
Ni
la cancillería ni el Senado mexicanos hicieron nada para frenar la difusión de
estas observaciones que molestaron a la fundación Teletón, dirigida por
Fernando Landeros, amigo de Azcárraga Jean. El gobierno de Peña Nieto decidió
replegarse y no aparecer en ninguna de las acciones de promoción del acto.
Apenas
en diciembre de 2012, días después de tomar posesión, Peña Nieto acudió al set
de Televisa, acompañado por su esposa Angélica Rivera, estrella de telenovelas
de esa compañía, para promover la donación al Teletón. En 2014 ni Peña ni
Rivera se manifestaron al respecto.
Landeros,
en entrevista con Milenio Televisión el lunes 8, se quejó amargamente por los
ataques contra el Teletón y ubicó tres orígenes: El “fuego amigo” de
fundaciones mexicanas que “fueron a Ginebra a hablar muy mal”, el propio comité
de la ONU que emitió sus observaciones y la campaña en redes sociales de
#NiUnPesoAlTeletón, y rumores que circularon con declaraciones falsas de
Lucero, la exconductora de Televisa.
Contratos
publicitarios
Desde
Televisa las diferencias con el gobierno de Peña Nieto se agudizaron tras el
escándalo de la Casa Blanca, pero en especial por el video que el 18 de
noviembre difundió la versión de la primera dama, Angélica Rivera, sobre el
origen de su fortuna y del primero de los tres predios que forman parte del
conjunto inmobiliario.
Sin
consultar con los directivos de Televisa, Rivera hizo tres afirmaciones que
incomodaron en la empresa: Que en la renovación de su contrato con el consorcio
ella recibió “un aumento derivado de los resultados de mi trabajo”, que en 2008
la compañía le entregó para su “uso y gozo” la casa ubicada en Paseo de las
Palmas 1325 y comenzó a vivir en ella ese mismo año, y que el 25 de junio de
2010 terminó su contrato original de 2004 y “se me pagó con la propiedad de la
casa que ya habitaba, es decir, Paseo de las Palmas”, además de 88.6 millones
de pesos más IVA.
Para
la mayoría de los analistas pasó inadvertido un hecho que el Instituto Federal
Electoral documentó en 2009 y 2011: El año en que Televisa le “dona” la casa a
Rivera, la empresa era proveedora de servicios del gobierno de Enrique Peña
Nieto (como el Grupo Higa) y que el propio mandatario mexiquense admitió en una
entrevista televisada que la actriz formó parte de un convenio de publicidad en
su administración.
El
12 de noviembre de 2008, en la emisión del programa Shalalá, conducido por
Katia D’Artigues y Sabina Berman, Peña Nieto contó lo anterior para explicar su
noviazgo con Angélica Rivera:
“¿Cómo
fue? ¿Usted la vio primero y tuvo una entrevista previa con ella para decidir
si la elegía ser el rostro del Estado de México?”, preguntó D’Artigues.
“No.
No hice casting ni nada de eso. Realmente decidimos que fuera a través de una
figura pública, una artista, para que nuestra comunicación fuera más eficaz”,
respondió.
“¿Quién
la propuso?”, insistió la periodista.
“El
área que nos hace la creatividad se entrevistó con ella y luego la propuso
Televisa, con la que tenemos un convenio de publicidad, como con otros medios.
El acuerdo decía que podíamos incorporar a uno de sus actores para apoyar la
comunicación. Me propusieron a Angélica y yo dije que estaba bien: ‘Me gusta
que sea Angélica’. Me entrevisté con ella en abril o mayo, justo para la
campaña de los 300 compromisos. Cuando se acabó la campaña, la invito a salir,
a cenar, para darle las gracias por su participación. Salí una primera vez,
luego una segunda vez”, dijo.
La
versión de Peña Nieto sobre la contratación de los servicios de Angélica Rivera
a través de Televisa y su posterior romance confirmó que La Gaviota formaba
parte de un “convenio de publicidad” entre su gobierno y la empresa de
Azcárraga Jean.
En
esa fecha, noviembre de 2008, no se conocía que Televisa le hubiera “donado” a
Rivera para su “uso y goce” una casa en las Lomas.
El
vínculo contractual entre Televisa y la actriz fue confirmado en octubre de
2008 por una fuente del gobierno del Estado de México, la cual aseguró a la
cadena estadunidense Univisión: “Nosotros no llamamos a Angélica Rivera
directamente, sino que fue a través de Televisa. De hecho el gobierno no paga
los honorarios de Angélica, eso ya está cubierto dentro de la pauta que tenemos
con Televisa” (Proceso, número especial Los aspirantes).
En
revistas como la española Hola! se ventiló que Rivera fue pareja durante 14
años del productor de Televisa José Alberto El Güero Castro, hermano de
Verónica Castro, celebridad también del “canal de las estrellas”. La revista
Quién publicó en su edición 175 la “historia del romance entre Peña Nieto y La
Gaviota”, pero no fue hasta la emisión del programa Shalalá, en TV Azteca,
cuando el mandatario estatal confirmó su romance.
La
polémica antes de la boda entre ambos se concentró en si el matrimonio de
Angélica Rivera y El Güero Castro fue anulado o no por El Vaticano. En la
edición del 10 de junio de 2009, la actriz le declaró a la revista Quién que
nunca estuvo casada con el productor de Televisa.
“No
fue anulación, la Iglesia lo dictaminó como algo inválido. No tuvo validez
porque no llevamos las formas como la Iglesia lo requiere, fue un error de
parte de nosotros. La Iglesia lo tomó así”, afirmó la actriz que apareció en la
portada como “Mamá Gaviota”.
La
boda entre Peña Nieto y La Gaviota se concretó el 27 de noviembre de 2010,
justo antes de que se iniciara la precampaña para designar al sucesor de Peña
Nieto en el gobierno del Estado de México y que él aceptara ser aspirante a la
Presidencia.
Según
la versión de Angélica Rivera en su video de YouTube sobre la Casa Blanca, en
junio de 2010 ella y Televisa terminaron su contrato de 2004 y se le pagó “con
un aumento derivado de los resultados de mi trabajo”. Era ya la novia oficial
de Peña Nieto.
Producto
integrado
Para
el exconsejero del Instituto Federal Electoral Alfredo Figueroa, uno de los
grandes vacíos en la legislación mexicana es la regulación de lo que se conoce
como “producto integrado” o propaganda encubierta de gobernadores, candidatos o
funcionarios que aparecen en pantalla.
Consultado
por Proceso, Figueroa afirma que en la difusión del “producto integrado” no se
advierte al espectador que la información es propaganda, pues se transmite como
cápsulas en los noticiarios o como entrevistas en programas de espectáculos,
deportes y hasta en telenovelas y no son explícitamente inserciones pagadas.
La
contratación de Angélica Rivera para la promoción de la campaña de los “300
Compromisos Cumplidos” en el gobierno estatal de Enrique Peña Nieto fue
originalmente una estrategia para darle la vuelta al artículo 134
constitucional, que prohíbe la contratación de espacios en medios electrónicos
donde aparece la figura del gobernador.
Cuando
la campaña concluye y se inician el noviazgo y su cobertura en los medios y en
las revistas del corazón, Rivera se convierte también en parte de la propaganda
encubierta conocida como “producto integrado” y del convenio que Televisa firmó
con el gobierno mexiquense.
Para
Figueroa “es inexplicable que Televisa no le haya donado a Rivera una casa en
el momento más alto de su carrera, cuando fue la estrella de la telenovela
Destilando amor, sino cuando se hace novia de Peña Nieto y se confirma la
realización de la boda”.
Gracias
a su romance con La Gaviota, Peña Nieto pudo aparecer en todos los espacios de
información de espectáculos y de revistas del corazón y de sociales que
normalmente no forman parte de la inspección de los organismos electorales.
Ahora
esa estrategia de “producto integrado” es analizada con lupa por distintos
legisladores de la oposición y medios extranjeros a raíz del escándalo de la
Casa Blanca. El presunto conflicto de interés no es sólo por la relación entre
el gobierno estatal y federal de Peña Nieto con el Grupo Higa, de Juan Armando
Hinojosa Cantú, sino con Televisa y su expromotora y actual esposa, Angélica
Rivera.
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