FRENTES
POLÍTICOS/Excelsior, 29 de mayo de 2015
I.El
pajarito. De un tropiezo a otro, no logra reponer la compostura. Con su imagen por los suelos, Lorenzo
Córdova Vianello, presidente consejero del INE, primero se burló grotescamente
de los indígenas, y ahora deberá aclarar si la invitación a la guatemalteca
Rigoberta Menchú, fue gratuita o, en su desesperación por reivindicarse,
pagó a la Premio Nobel 12 mil 500 pesos por visitar las instalaciones del INE
y, según se difundió, 40 mil dólares por ser observadora electoral. Inaceptable
maniobra. Es una violación a la ley que se pague a los observadores
extranjeros. Pero en el INE no son tontos. El pago se hará a través de alguna
asociación. Vaya timo.
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Del Facebook del periodista Témoris Grecko
El de Rigoberta Menchú es otro ejemplo de buena voluntad escandinava invertida en alguien a quien en realidad no conocían. La señora ha ocupado el dinero y el prestigio recibidos con el Nobel de la Paz en provecho propio, convirtiéndose en un almacén de desaciertos. Se ha empeñado en presentarse como candidata presidencial tan solo para recibir porcentajes del voto ridículos, equivalentes a su credibilidad pública en Guatemala.
Fuera de su país, sin embargo, sigue siendo vista como un símbolo por quienes, tras 23 años desde que le dieron el Premio en Noruega, todavía no se han dado cuenta de que sólo se representa a sí misma --y de ninguna manera a los indígenas guatemaltecos-- y le pagan miles de dólares por prestar servicios de relaciones públicas al mejor postor y sentarse a decir insensateces.
Ahora viene a México a sueldo del Instituto Nacional Electoral (10 mil dólares) para fungir de "observadora" del propio Instituto Nacional Electoral, es decir, para presentarse el día de la elección a decir que todo salió maravilloso. Con dinero de nuestros impuestos. Tirado a la basura y en contra de los intereses de esta democracia.
No se sabe si la acusación de mentirosos que lanzó contra las familias de los 43 estudiantes desaparecidos venía en el paquete o fue un espontáneo gesto de cortesía hacia sus cientes.
Un esfuercito extra para ganarse que la vuelven a contratar.
#
CAÑERÍAS DE LA POLÍTICA Y PERIODISMO MERCENARIO/Francisco Garfias
Excelsior,
Historia a seguir.
Rigoberta Menchú confirmó ayer a Ciro Gómez Leyva lo que le adelantamos en este espacio. La Premio Nobel de la Paz 1992 le cobró al INE diez mil dólares más IVA por asistir, según voceros de la autoridad electoral, a un acto sobre paz y democracia celebrado en Acapulco.
“En estos tiempos ninguna persona es un pajarito que vive del aire, para los trabajos de observación se realizan muchos gastos”, señaló Rigoberta.
En Viaducto Tlalpan e Insurgentes se les pararon los pelos de punta con la pifia de Menchú. Está prohibido, por ley, pagar la observancia electoral.
La guatemalteca fue acreditada por el INE como “visitante extranjera” para realizar esa labor, pero dicen en el instituto que no se le dieron los diez mil dólares por eso, sino por su asistencia al acto de Acapulco.
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Del Facebook del periodista Témoris Grecko
El de Rigoberta Menchú es otro ejemplo de buena voluntad escandinava invertida en alguien a quien en realidad no conocían. La señora ha ocupado el dinero y el prestigio recibidos con el Nobel de la Paz en provecho propio, convirtiéndose en un almacén de desaciertos. Se ha empeñado en presentarse como candidata presidencial tan solo para recibir porcentajes del voto ridículos, equivalentes a su credibilidad pública en Guatemala.
Fuera de su país, sin embargo, sigue siendo vista como un símbolo por quienes, tras 23 años desde que le dieron el Premio en Noruega, todavía no se han dado cuenta de que sólo se representa a sí misma --y de ninguna manera a los indígenas guatemaltecos-- y le pagan miles de dólares por prestar servicios de relaciones públicas al mejor postor y sentarse a decir insensateces.
Ahora viene a México a sueldo del Instituto Nacional Electoral (10 mil dólares) para fungir de "observadora" del propio Instituto Nacional Electoral, es decir, para presentarse el día de la elección a decir que todo salió maravilloso. Con dinero de nuestros impuestos. Tirado a la basura y en contra de los intereses de esta democracia.
No se sabe si la acusación de mentirosos que lanzó contra las familias de los 43 estudiantes desaparecidos venía en el paquete o fue un espontáneo gesto de cortesía hacia sus cientes.
Un esfuercito extra para ganarse que la vuelven a contratar.
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CAÑERÍAS DE LA POLÍTICA Y PERIODISMO MERCENARIO/Francisco Garfias
Excelsior,
Historia a seguir.
Rigoberta Menchú confirmó ayer a Ciro Gómez Leyva lo que le adelantamos en este espacio. La Premio Nobel de la Paz 1992 le cobró al INE diez mil dólares más IVA por asistir, según voceros de la autoridad electoral, a un acto sobre paz y democracia celebrado en Acapulco.
“En estos tiempos ninguna persona es un pajarito que vive del aire, para los trabajos de observación se realizan muchos gastos”, señaló Rigoberta.
En Viaducto Tlalpan e Insurgentes se les pararon los pelos de punta con la pifia de Menchú. Está prohibido, por ley, pagar la observancia electoral.
La guatemalteca fue acreditada por el INE como “visitante extranjera” para realizar esa labor, pero dicen en el instituto que no se le dieron los diez mil dólares por eso, sino por su asistencia al acto de Acapulco.
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