18 oct 2015

En el Triángulo Dorado, pánico y saqueos

Revista Proceso # 2033, a 18 de octubre de 2015..
En el Triángulo Dorado, pánico y saqueos/CRISTIAN DÍAZ /RIODOCE
A principios de mes, la Secretaría de Marina desplegó a sus tropas en la sierra de Tamazula para que peinaran la zona en busca de Joaquín El Chapo Guzmán, pero no pudieron localizarlo, según el semanario Ríodoce, que comparte su información con Proceso. Lo único que causaron los marinos fue pavor en las comunidades aledañas y desplazamientos, dicen los afectados, quienes ya presentaron cargos contra las tropas y exigen indemnización.
Desde la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán del penal de máxima seguridad de El Altiplano en julio pasado no se había registrado ningún operativo de las fuerzas federales en el llamado Triángulo Dorado que indicara la presencia del capo en la serranía.

Pero a principios de mes, ante el rumor de que Guzmán se encontraba en la zona, fuerzas especiales de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) comenzaron a desplegar sus tropas en los poblados aledaños, aunque desde mediados de septiembre los pobladores detectaron que un dron monitoreaba el entorno.
Al cierre de edición, los marinos que peinan la sierra de Tamazula provocan irritación entre los habitantes de la comunidad El Limón, quienes se sienten intimidados y se quejan porque las tropas disparan contra algunas viviendas y mantienen en virtual estado de sitio varios poblados.
Según los reportes oficiales del DIF de Tamazula, 180 habitantes de El Verano, El Águila, La Piedrosa, Las Coloradas, Rancho Viejo, Las Carreras, Jaqueme, Los Jacales, Lagunita y Barraganes abandonaron sus casas y se refugiaron en Cosalá, luego de que desde un helicóptero los marinos balearon algunas casas en El Limón, el martes 6.
Sin embargo, la Semar negó las acusaciones en un comunicado de prensa.

Ríodoce recorrió la zona y entrevistó a varios marinos, quienes aseguran que un grupo delictivo utiliza uniformes apócrifos de la Armada para hacer sus tropelías. Eso, dijeron, es lo que provoca las acusaciones contra la Semar.
Pobladores de Tamazula, Durango, cercana a Cosalá, Sinaloa, comentan al reportero que alrededor de las 7:30 horas del martes 6 varios helicópteros sobrevolaron la zona y se escucharon disparos por el rumbo de El Limón. Después de la intensa balacera, los marinos que iban en los aparatos empezaron a disparar contra otros pueblos.
 Por la tarde del mismo martes 6, atacaron la comunidad de El Verano, lo que provocó pavor entre los lugareños, algunos de los cuales huyeron. Unos se escondieron entre el monte y caminaron de noche para evitar ser agredidos.
 Tardaron días en llegar a Cosalá. Desde ahí, acompañados por la Comisión de Defensa de Derechos Humanos (CDDH), presidida por Leonel Aguirre Meza, reportaron los abusos ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y pidieron apoyo para sacar a sus familias.
 Heraclio: el coraje que da el miedo
 Heraclio, quien vive en la comunidad El Águila, municipio de Tamazula, y 50 personas se reunieron en la plazuela de Cosalá y ahí esperaron a los representantes de la CDDH para que los acompañaran a los pueblos a verificar la situación que mantenía la Semar, y pedirle a los marinos que dejaran salir a quienes aún estaban en las comunidades.
 Heraclio traía en brazos a su bebé de cuatro meses. A su lado estaba su esposa Yanet. Vestían la ropa que les habían dado la noche anterior, cuando llegaron ahí después de cuatro días de caminar entre el monte.
 “Veníamos como unos 10. Nosotros veníamos con la niña, todos igual, sufriendo hambre y todo. La niña ya mero se nos moría… Nosotros queremos regresar (a nuestras comunidades) porque ahí está la gente; ahí está mi apá”, dice.
 Heraclio se despidió de su esposa. Le dejó a su hija y se unió a la caravana de alrededor de 50 personas. Acompañados por Aguirre Meza, el activista Óscar Loza Ochoa; el síndico procurador de Tamazula, Juan José Maclovio González, y el secretario del ayuntamiento, Eduardo Mejía, buscaron a las autoridades y les pidieron apoyo para llegar a los poblados.
 En la comunidad de Palo Verde, saliendo de Cosalá, la comitiva se topó con el primer retén. De manera pacífica, la gente se dirigió a las tropas para pedirles garantías para llegar a los poblados.
 Algunos se quejaron porque, dijeron a los marinos, en comunidades como El Verano viven en una especie de estado de sitio. El oficial a cargo dijo que el derecho de libre tránsito está garantizado para cualquier persona. Comentó que los disparos habían sido hechos por un grupo que está suplantando a la institución castrense.
 Heraclio encaró al oficial y le espetó: “¿Están seguros que no son ustedes? Miren, ya tenía más de dos semanas una avioneta alta, que de hecho poco se mira y a eso de las 7:30 de la mañana (del martes 6) apareció una avioneta de dos turbinas o de dos motores… Pasó bajitita por el rancho. Salimos a verla por el zumbidón. A minutitos, no pasaron ni cinco, cuando salieron tres helicópteros bajitos. Ni modo que digan que no son de la Marina”.
 El día que mueras…
 Luego de tres horas de camino, antes de llegar a la comunidad El Verano, la caravana liderada por la CDDH encontró un segundo retén de la Semar, cuyos elementos tenían insignias de la Unidad de Operaciones Especiales (Unopes), un grupo táctico operativo de fuerzas especiales de la Marina, quienes registraron a todos los integrantes de la caravana.
 Al llegar al Verano lo primero que se vislumbra es una secundaria del Consejo Nacional de Fomento Educativo, un solo salón que parece abandonado y en el cual acamparon los marinos.
 Y aunque ellos refieren que fueron atacados y muestran unos casquillos de diferentes calibres, las paredes del salón no tienen ningún impacto.
 “El día que mueras recordaras esta noche ‘20 años’ después”, está escrito con gis en la pizarra del aula. Desde ahí se observa un pueblo silencioso de alrededor de 15 viviendas. Poco a poco fueron saliendo las personas. Eran 43 las que fueron trasladadas hasta Cosalá.
 La casa de Martha Marbella fue la más afectada por los disparos hechos desde un helicóptero, presumiblemente de la Semar.
 “Yo corrí por mi niña y a cerrar la puerta. Ya venía en la pura esquina cuando empezaron a tirar. Corrí y me tiraron a dar, pero no me pegaron. Me fui por atrás de la casa y me refugié. Esperé que el avión se fuera y corrí al baño, allá fue donde me refugié la hora y media del tiroteo que hubo”, dice la afectada.
 “El Chapo” no aparece
 Aun cuando las autoridades de Sinaloa no informaron sobre el operativo de la Semar en la sierra en Tamazula, la semana pasada el gobernador Mario López Valdez, Malova, confirmó en Mazatlán que el despliegue tenía como objetivo localizar al Chapo.
 “Sabemos que hay un objetivo dirigido por las fuerzas especiales que vienen directamente de la Ciudad de México. Ustedes ya lo saben detrás de quién andan, pues hasta ahorita no ha habido resultados. Ese es uno de los objetivos que trae el grupo especial”, declaró Malova.
 ¿Del Chapo? –se le cuestionó.
 –Sí, señor.
 Y añadió: “Quizá la presencia de éstos ha provocado temor, miedo y se han tenido que mover. Espero que una vez concluido el operativo se generen las condiciones de tranquilidad y de paz para todos los que habitan esa zona”.
 Según los pobladores, los marinos comenzaron a retirarse. Hasta el cierre de edición se concentraban en El Limón.
 Un grupo de desplazados se trasladó el viernes 9 a las instalaciones de la Procuraduría General de la República de Culiacán para interponer una denuncia contra los marinos. Pidieron indemnización por los daños a sus viviendas y vehículos.  l

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