24 ene 2016

Un “pacto de impunidad” protege a las empresas del capo

Revista Proceso # 2047, 23 de enero de 2016..
Un “pacto de impunidad” protege a las empresas del capo/JESUSA CERVANTES
El gobierno federal presume la detención del Chapo pero permite que las empresas del Cártel de Sinaloa operen y hasta les da apoyos de programas públicos. Esto ocurre pese a que Estados Unidos comparte con México la lista de los consorcios donde los criminales lavan dinero. ¿La razón? “Un pacto de impunidad. Las propias campañas de los presidentes mexicanos… uno tiene que partir de la premisa de que han sido infiltradas por los grupos criminales”, asegura el académico Edgardo Buscaglia, estudioso de los fenómenos de la violencia y el crimen organizado.
 El Chapo fue recapturado y encarcelado el viernes 8, pero el patrimonio de su organización criminal continúa intacto: opera y lava dinero en el mercado mexicano a través de decenas de empresas de servicios.
 Para ello el Cártel de Sinaloa utiliza restaurantes, gasolineras, inmobiliarias, casas de empeño o procesadoras de carne –entre otras– en entidades como Jalisco, Ciudad de México, Baja California o Puebla, según ha detectado el gobierno de Estados Unidos desde el 2000.
Las decenas de compañías del emporio criminal trabajan al amparo de las autoridades mexicanas, pues pagan impuestos e incluso algunas han sido subsidiadas por la administración federal, que las incluyó en padrones de beneficio agropecuario o de seguridad social. Es el caso de las corporaciones Nueva Industria de Ganaderos de Culiacán, S.A. de C.V.; la Cooperativa de Avestruz Cuemir, S.C. de R. L. de C.V., o la estancia infantil Niño Feliz.

Además, dichas firmas boletinadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos no han sido sometidas en México a “auditorías tributarias” debido a un “pacto de impunidad”, sostiene Edgardo Buscaglia, investigador en materia de crimen organizado.
No se persigue a las corporaciones blanqueadoras aun cuando en abril de 2014 Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda, firmó con Washington un acuerdo que impide a personas y consorcios inscritos en dicha lista negra realizar operaciones en el sistema financiero de México. “O sea que el pacto de impunidad ya lleva el apellido Videgaray”, sentencia Buscaglia.
 Franquicias intocadas
 El gobierno de Peña Nieto capturó por primera vez a Guzmán Loera el 23 de febrero de 2014 y “ninguna autoridad impulsó acusación penal alguna contra cualquiera de sus múltiples redes de socios y franquicias empresariales, o contra los políticos asociados a sus actividades; tampoco se le tocó ningún activo”, reclama Buscaglia en su libro Lavado de dinero y corrupción política.
 Ello, sostiene en entrevista con Proceso, obedece al pacto de impunidad “cada vez más descarado” que hay: “México es un país en que el lavado de dinero es tan alevoso y obsceno que un equipo de preparatoria detecta las redes patrimoniales. No necesitas ser el fiscal Giovanni Falcone (mítico perseguidor de la mafia italiana). Está a la vista. El pacto de impunidad se respira, se toca”, acusa. Y lo mismo da, asienta, que el presidente de la República sea Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto.
 Agrega que Estados Unidos, el semanario Ríodoce u otro medio pueden enumerar las empresas de los grupos delincuenciales y nada ocurre.
 Entre noviembre de 2008 y julio de 2010, recuerda, convenció al gobierno de Calderón para que una unidad de investigación patrimonial de la Unión Europea trabajara seis meses en algún estado de la República, y ofreció que en ese tiempo se “desmantelarían cientos de millones de dólares en propiedades”.
 Persuadido Calderón, empezó el intercambio de cartas con Bruselas. “Se aceptó la misión en algún momento, pero después se canceló. Hubo resistencia dentro del gabinete y vaya a saber de dónde vino la cancelación”.
 Él lo tiene claro: No se hurga en el patrimonio del Cártel de Sinaloa porque la propia clase política “le tiene miedo a que te metas, porque eso tiene repercusiones políticas a través del financiamiento de campañas. ¡Ahí está el meollo del asunto! Si esto fuera un problema externo al Estado, en el que el ámbito político no está involucrado, estos delincuentes con grandes patrimonios serían desmantelados inmediatamente”.
 El también presidente en México del Instituto de Acción Ciudadana para la justicia y la democracia, considera incongruente que el equipo de Peña Nieto “le ponga tanto entusiasmo a perseguir a Kate del Castillo y tenga, a la vez, empresas ligadas a familiares del Chapo y otros capos –mencionadas por el Departamento del Tesoro, por Ríodoce, por ustedes– y nunca las haya auditado. Es incongruencia que fondea en lo tragicómico”.
 La red criminal de Sinaloa –liderada por Guzmán Loera, Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza El Azul– “se ha expandido a través de una gran protección patrimonial, por acción u omisión”.
 Buscaglia recuerda algo que ha dicho desde 2008 y que hoy la Europol confirma: el también llamado Cártel del Pacífico opera en 59 países.
 “Estas redes criminales tienen directores, y puedes apresarlos, pero si no les paralizas la infraestructura patrimonial no vas a poder atacarlas. Ellos reemplazan a sus directivos como los puede remplazar un banco.”
 El peligro, añade, es que el margen de maniobra económico que las bandas han conservado tiene como consecuencia un “tsunami de violencia”, homicidios y desapariciones.
 “La otra cara de la moneda de la impunidad son los 26 mil desaparecidos que hay en México. Esa infraestructura que hoy secuestra y hace desaparecer es la misma maquinaria económica que el gobierno mexicano no toca porque está a nombre de empresas que financian campañas políticas de todos los partidos.
 “Ningún presidente ha querido tocar eso y destapar la cloaca por cobardía, además de no querer pagar ese costo político. Las propias campañas de los presidentes mexicanos… uno tiene que partir de la premisa de que han sido infiltradas por los grupos criminales. Tú tienes, así, un pacto de impunidad basado en este círculo vicioso: violencia, impunidad, desapariciones forzadas, financiamiento de campañas, impunidad, y así.”
 Del narco a la política
 Buscaglia ha investigado cómo opera el crimen y lava dinero en más de 100 países, y ha hallado que en todos los sitios lo hace de modo similar. “Yo le llamo ‘ley de gravedad’: cuando caen personajes como Guzmán Loera, normalmente la ‘ley de gravedad’ te dice que caen cientos de políticos, de empresarios importantísimos de cada país.
 Pero para que eso ocurriera en México debería darse un “maxiproceso; y si no existe ese maxiproceso, no vas a ver el principio del fin de esta pesadilla”.
–¿Sin maxiproceso de nada sirve la caída del Chapo? –se le pregunta. 
–Sin maxiproceso no hay contención de grupos criminales, ni en el planeta Marte ni acá. Hoy lo que vemos es un Estado en descomposición y una violencia atomizada, descontrolada, que está basada en motivaciones económicas. Las desapariciones forzadas están basadas en motivaciones económicas de redes criminales.
 El investigador se refiere también a la posible extradición de Guzmán Loera a Estados Unidos. Dictamina: no servirá para llegar al fondo del problema.
 “Sería una válvula de escape patética y triste” porque no estaría sustentada en méritos jurídicos sino en el colapso del Estado mexicano, que no puede retener a un capo en su sistema penitenciario.
 “Si ocurre, en el proceso judicial el fiscal norteamericano se va a focalizar en los delitos cometidos en Estados Unidos y no va a abarcar a la clase política mexicana. El Departamento de Estado no permitiría que el Departamento de Justicia hiciera eso, es diplomacia básica. Abarcaría a algunos empresarios mexicanos y norteamericanos involucrados, pero no a la clase política en su conjunto.”
 De este modo, aunque el 13 de abril de 2014 Los Pinos y la Casa Blanca hayan firmado un acuerdo para que México pueda utilizar la lista negra que emite el país vecino –e impedir con ello que esas compañías y personas hagan uso del sistema financiero nacional–, sólo se trata de mera simulación entre ambos países, insiste Buscaglia.
 La lista
 Desde el año 2000 la Oficina de Control de Activos (OFAC) de Estados Unidos compendia los nombres de decenas de empresas y personas ligadas al crimen organizado. Vinculadas con el Cártel de Sinaloa, por ejemplo, existen casi 100, que en su mayoría siguen operando en México. No sólo eso: llegan a formar parte de los programas del gobierno federal.
 Entre las compañías relacionadas con el grupo del Chapo están Agrícola y Ganadera Cuemir, S.P.R. de R.I., alias Rancho La Herradura, y la Cooperativa Avestruz Cuemir, S.C. de R.L. de C.V.
 En 2010, Financiera Rural –que depende de Sagarpa– tuvo en su padrón de beneficiarios a Agrícola y Ganadera Cuemir. Sin embargo, le canceló el apoyo. En cambio, en 2011, el Fideicomiso de Riesgo Compartido, que también depende de la Sagarpa, le entregó a Cooperativa Avestruz Cuemir 2 millones 579 mil 656 pesos como apoyo para “modernización de instalaciones para obtener certificación TIF”.
 En 2008 la OFAC incluyó en su lista negra a Nueva Industria de Ganaderos de Culiacán, S.A. de C.V. (que produce la marca de leche Santa Mónica), como propiedad del Mayo Zambada.
 Ya desde 2002 ese consorcio recibía ayudas destinadas a pequeñas y medianas empresas (pymes). Y en 2008, el 13 de agosto, fue incluida por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en su padrón de compañías que ofrecían empleos. Aún más: en octubre de ese año recibió otro apoyo de la Secretaría de Economía, a través del Fondo de Pymes.
 La OFAC también relacionó a la Estancia Infantil Niño Feliz, S.C., con el Cártel de Sinaloa. Y todavía en 2009 el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) validó a ese centro como una de sus guarderías.
 La oficina estadunidense incluyó en su catálogo a Establo Puerto Rico; Gasolinera Rosario; Multiservicios Jeviz; Piscilanea, S.A. de C.V. (que vende artículos para alberca); Provenza Center; La Tijera Parque Industrial, y Terraza 9140 (utilizado como salón de fiestas). Las últimas cuatro están en Tlajomulco de Zúñiga y Proceso corroboró que siguen operando.
 Igualmente se hallan Prenda Todo, S.A. de C.V.; Casa de Empeño Guadalajara, S.A. de C.V.; Prestafácil y Andamios Dalmine de México: el semanario Zeta la indagó y descubrió que en diversos años esta compañía recibió contratos del IMSS, INBA, Fonatur y Comisión Federal de Electricidad mediante adjudicación directa.
 Además detectó que tiene 13 sucursales en el país. Está en Tijuana, Culiacán, Mazatlán, Ciudad de México y Cuernavaca, por ejemplo.
 El inventario incluye a Consorcio Inmobiliario del Valle de Culiacán, S.A. de C.V.; Comercial Domely, S.A. de C.V.; Cocinas de Tijuana, R.L. de C.V.; Multiservicios AGSA, S.A. de C.V.; comercializadora Toquin, S.A. de C.V.; Operadora Integral de Comercio, S.A. de C.V.; Comercializadora Jalsin, S.A. de C.V.; Sepriv, S.A. de C.V.; Sin-Mex Importadora, S.A. de C.V.; Autotransportes Jym, S.A. de C.V.; Arte y Diseño de Culiacán, S.A. de C.V.; Zarka de Occidente, S.A. de C.V., y Zarla de México, S.A. de C.V.
 En Jalisco están Audioalarmas, S.A. de C.V.; Basaltos Tonalá, S.A. de C.V.
 En 2007, cuando la OFAC hizo referencia a los consorcios del Mayo Zambada, Hacienda respondió, según reportó el diario El Universal el 6 de junio de 2007: “En México no existen evidencias de operaciones ilícitas en las empresas señaladas por los estadunidenses”.
 Como sea, en el catálogo está también el bar Lucrecia o Bocados de Autor, ubicado en Jalisco y perteneciente a la familia Sánchez Garza. En septiembre de 2012, Alejandro Sánchez Garza se entregó a Estados Unidos y reconoció el delito de lavado de dinero. Luego de ello se atribuyó a sus hermanos Mauricio y Diego haberse quedado con los negocios de lavado de dinero del Cártel de Sinaloa.
 Apenas el pasado miércoles 13, la Procuraduría General de la República (PGR) capturó a Mauricio, quien fue requerido por el Juzgado Octavo de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México por los delitos de extorsión y lavado de dinero, consignados en la solicitud de extradición de las autoridades de Estados Unidos, y también es requerido por la Corte Federal para el Distrito Oeste de Texas.
 La PGR lo ubica como el encargado de financiar la película autobiográfica que Guzmán Loera quería que se filmara, según reportó el diario Excélsior el viernes 15.
 Y de acuerdo con la OFAC tienen las siguientes inmobiliarias: Cariatide Grupo Inmobiliario, S.A. de C.V. (RFC: CGI0501197ST); Constructora Acantu, S.A. de C.V. (RFC: CAC931015UC2); Inmobiliaria Novsa, S.A. de C.V. (RFC: GIN050623D21); Grupo Insa, S.A. de C.V. (RFC: GIN050207A76); Grupo inmobiliario OCSA, S.A. de C.V. (RFC: GIO050907D57), e Inmobiliaria ASYSA, S.A. de C.V. (RFC: IAS050907A14). l


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