8 sept 2016

Manlio es nota de nuevo..,

Las columnas políticas hoy, a 8 de septiembre de 2016…
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Confirmado: Manlio Fabio Beltrones si estuvo ayer en Los Pinos. Se reunió con el Presidente antes de que se anunciaran los cambios, se le propusó ocupar una posisión de gabinete -se dice que fue la Sedesol-, algo que no aceptó, pero se confirmó la buena relación política y personal entre el sonorense y Peña Nieto..“ Columna Serpirntes y Escaleras de Salvador Garcia Soto.., El Universal.
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 Será?/24 Horas
Y a propósito de rumores, ayer trascendió que Manlio Fabio Beltrones habría recibido una invitación para incorporarse al gabinete. Sin embargo, el político sonorense ha dicho, en público y en privado, que eso no está entre sus planes. Su ortodoxia política no se lo permitiría, nos comentó uno de sus allegados. Nos comentan que más bien está pendiente del movimiento que se está gestando para modificar el método de elección de candidatos, en la 22 Asamblea Nacional del PRI. No hay fecha para su realización, pero podría convocarse en cualquier momento, incluso antes de lo que se imagina el propio Enrique Ochoa Reza. ¿Será?
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¿Nos quedamos sin vicepresidente?/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Más en serio que de broma, el diputado Agustín Basave Benítez soltó: “nos quedamos sin vicepresidente”.
El también exjefe nacional del PRD se refería, obvio, a la salida de Luis Videgaray de la Secretaría de Hacienda, y al vacío de poder que deja tras de sí el hombre que, hasta ayer por lo menos, le hablaba al oído al presidente Peña.
Simultáneamente, el ahora diputado del amarillo se hacía una pregunta muy válida: ¿Seguirá siendo consejero áulico (de palacio) o de plano se retira de la vida pública?
El tema no es menor. Para nadie es un secreto la enorme influencia de Videgaray. El hombre ¿era? un auténtico poder tras el trono. El Presidente tuvo que deshacerse de su alter ego. Ni más, ni menos.
Luis era el más fuerte de la llamada “triada” que integraba junto con Miguel Ángel Osorio Chong y Aurelio Nuño.
Su influencia rebasaba el ámbito económico y financiero.
Quedó demostrado con la llegada de Enrique Ochoa al PRI, en lugar de Manlio Fabio Beltrones. Una apuesta muy arriesgada dado el perfil del exdirector de la CFE que, a mi juicio, ahí la lleva.
Pero también con la salida de la experredista Rosario Robles de Sedesol y su reemplazo por José Antonio Meade.
Esa invasión de competencias fue su tumba. Videgaray fue quien aconsejó al Presidente para que invitara a Donald Trump —el hombre que más ha insultado a México— con la intención de blindar la economía de un eventual triunfo del candidato republicano en noviembre.
Error garrafal. Pensó en las finanzas y la economía y no en la dignidad de los ofendidos mexicanos.
Su salida es la confirmación de que el presidente Peña lo escuchó a él en un asunto que era del resorte de Claudia Ruiz Massieu quien, nos dicen, se sintió desplazada y alarmada por la visita del repudiado magnate.
La renuncia la presentó el secretario de Hacienda con carácter de irrevocable. No fue una destitución, según círculos oficiales.
El Presidente la aceptó contra su voluntad. No le quedaba de otra, después del fiasco de la invitación a Donald Trump y la forma en que el republicano se comportó durante y después de su entrevista con el Presidente en Los Pinos.
El xenófobo magnate ya hasta anda presumiendo que la salida del poderoso secretario es una muestra del “éxito” de su viaje, aunque no precisó porque lo considera así.
“Si nos fijamos que pasó, mira el resultado de hoy. La gente que organizó el viaje se ha visto forzada a estar fuera del gobierno”, comentó. No dijo más.
A Videgaray se le mencionaba durante la primera parte del sexenio como posible aspirante presidencial del PRI en el 18. Su cercanía con Peña era más que evidente.
El bajo crecimiento, la caída de los precios del petróleo y los nuevos impuestos hicieron crecer sus negativos. Sus aspiraciones dejaron de ser viables. No le alcanzaba ni para el Estado de México.
Pero no hay duda de que hay un proyecto que encabeza, del cual forman parte Enrique Ochoa, desde el PRI, y José Antonio Meade, ahora desde la SHCP. ¿Se desbarata? ¡Mmmmm!o.
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Cambios en el límite/Jorge Fernández Menendez
Excelsior
Luis tuvo un poder enorme en esta administración y eso genera adhesiones y enemigos.
Los cambios en el gabinete no se dieron en el contexto del IV Informe. Lo que obligó la salida de Luis Videgaray, el movimiento más importante que ha hecho en su gabinete el presidente Peña Nieto en lo que va del sexenio, fue consecuencia directa de la visita de Donald Trump y, como decíamos ayer, de la inocultable división que ello generó en el equipo presidencial.
Videgaray, artífice de la visita, fue exhibido por las propias filtraciones internas. Por la oposición evidente que mostraron otros miembros prominentes del equipo gubernamental. El presidente Peña trató, incluso, de proteger la durísima ola de críticas que sufrió Videgaray asumiendo toda la responsabilidad por la visita del candidato republicano. Irónicamente parecía que el Presidente era el fusible de sus colaboradores. Pero el proceso interno, incluyendo la presentación del Presupuesto 2017, la dureza de la oposición dentro y fuera del gobierno, el desenlace que tuvo la visita con el propio Trump y con Hillary Clinton, ambos distanciados del Presidente, hacían imposible que toda la carga fuera para Peña Nieto. El costo político, elevadísimo, no podía ser asumido de forma íntegra por el propio Presidente. Por eso la renuncia de Videgaray terminó siendo impostergable. Ésa y no otra, es la principal causa de su salida, de una renuncia que el propio Videgaray le presentó al presidente Peña.
También, era evidente que ante ese movimiento su reemplazante natural no podía ser otro que José Antonio Meade. Nadie en el equipo directo de Videgaray tenía el empaque y el conocimiento como para reemplazar a su jefe. Meade es un hombre que tenía y tiene la confianza de empresarios, de los mercados, un hombre que los conoce y a quien conocen dentro y fuera de México. Es el único funcionario que ha estado en cinco carteras ministeriales tanto en el pasado sexenio como en este: en Energía y la SHCP con Felipe Calderón, en la cancillería, en Sedesol y ahora de regreso a Hacienda con Peña Nieto. Y lo notable es que en todas esas responsabilidades lo ha hecho bien, se ha ido con buena fama y por eso regresa a Hacienda generando confianza.
Desconcertó, por otra parte, que no llegara a Sedesol Osorio Chong, un  movimiento que muchos esperaban, incluso, cuando el propio Meade fue encargado de esa cartera, hace más de un año. El movimiento lógico hubiera sido Osorio a Sedesol y que en su lugar se quedara en Segob, Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobierno, amigo de toda la confianza del presidente Peña Nieto. El Presidente decidió invertir el movimiento: el que llegó a Sedesol fue Miranda. El Presidente cambió en el centro de su confianza personal dentro del gabiente a un Luis por otro Luis.
Ese movimiento tiene que entenderse, también, como relacionado con el 2018. Osorio está al frente en todas las encuestas entre priistas, pero no tiene asegurada la candidatura y parece obvio que el presidente Peña no quiso enviar una señal tan fuerte en ese sentido como hubiera sido colocar a Osorio en Sedesol. Por el contrario, al colocar en esa dependencia a Miranda, la ocupa con alguien de toda su confianza personal, mientras que le da a Meade una cartera clave como es Hacienda, con posibilidades de mayores costos políticos, pero donde también puede cosechar en su favor, paradójicamente, el antagonismo que había generado Videgaray, con o sin razón, en torno a su persona.
Luis tuvo un poder enorme en esta administración y eso genera adhesiones y enemigos. No los hereda Meade, por lo que puede quedarse con unos y neutralizar a otros. Quien crea que su nueva responsabilidad lo aleja del 2018 se equivoca. En realidad lo pone seriamente en esa carrera.
Mientras tanto, Osorio Chong sigue en Gobernación y sabe, más aún después de lo ocurrido este miércoles, que si quiere llegar a la candidatura priista en el 2018, más allá de las encuestas, deberá seguir caminando en el límite y picando piedra. Lo increíble es que con tamaño desafío sigue encabezando las encuestas, sobre todo entre priistas. Ayer preguntábamos aquí si no era ya hora de darle mayor protección, pero con la salida de Videgaray darle la protección de Sedesol hubiera sido tomado como un destape adelantado, algo que Peña no está decidido a hacer. Por eso se queda en Gobernación, quizás con un beneficio adicional: el espacio que ocupaba Miranda en Bucareli era muy amplio, tan amplio como puede ser el derecho a picaporte en Los Pinos del que gozaba Miranda. Si bien la relación de Osorio con Miranda nunca fue mala, esa situación también generaba contradicciones en la operación de Gobernación. Quizás ahora Osorio pueda completar su equipo poniendo alguien de su confianza en esa posición. Algo importante, sobre todo ahora, cuando sabe que su futuro en la administración y en sus aspiraciones pasará, necesariamente, por su desempeño en Gobernación.
De cara al 2018, el equipo presidencial seguirá con dos polos: Gobernación y Hacienda, pero se suma de lleno un interlocutor que hasta ahora estaba en la sombra: Miranda.
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Videgaray salió por el Edomex, no por Trump/Raymundo Sánchez
La Razón
Buenas fuentes tiene el líder de los senadores del PRD, Miguel Barbosa. Ayer sostuvo en conferencia que “Manlio Fabio (Beltrones) no quiso entrar al gabinete. Yo tuve una llamada telefónica con alguien muy cercana a ese ambiente, que me aseguró que sí estaba Manlio y que le estaban proponiendo la Sedesol. O sea, Manlio decidió no participar”.
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VIDEGARAY, EL ‘TORNIQUETE’ POLÍTICO/ Leonardo Curzio
El Universal, 
Cayó el hombre fuerte del gabinete. El secretario más poderoso de la administración Peña Nieto dejó su cargo con un tinte de dramatismo, pues lo hizo a la víspera de la presentación al Congreso del paquete económico para el 2017. Hay mil lecturas posibles, pero la más sólida me parece que nos lleva a la visita de Donald Trump a México, cuyo artífice fue el propio Luis Videgaray. Desde el punto de vista de la responsabilidad gubernamental, Videgaray le hace un servicio a su jefe, deteniendo con su cabeza la hemorragia política y de credibilidad que la propia Presidencia sufría por defender lo que a todas luces fue un gravísimo error de sensibilidad política. Videgaray hace pues las veces de torniquete político, para una Presidencia debilitada. No debió ser fácil para Peña prescindir de quien fue su coordinador de campaña y más poderoso agente movilizador de agendas (dicen que hasta en la de anticorrupción tenía injerencia, a pesar del escándalo de su casa de Malinalco). El tamaño del error explica su salida, ya que el Presidente había mostrado ser un jefe indulgente y comprensivo, vamos, hasta a Castillo perdonó, pero sostener a Videgaray implicaba que él mismo siguiera pagando la costosísima factura y, como comentábamos el pasado lunes, un Presidente que está en los veintes bajos no puede gastar más capital político cuando le quedan dos años de ejercicio y resurge un movimiento que pide su salida.
Por otro lado, el regreso de José Antonio Meade a Hacienda tiene dos implicaciones directas. La primera es que el nuevo secretario se convierte en una especie de Antonio Ortiz Mena de los tiempos modernos, es decir, el garante de la estabilidad macroeconómica en tiempos difíciles, pero por otro lado, limita seriamente sus posibilidades de ser candidato a la Presidencia. Es arduo imaginar que con los tiempos que corren se pueda construir una candidatura desde Hacienda. Estoy seguro de que le hará un enorme bien a una secretaría cuyo titular ya estaba en demasiados palenques.
Por otro lado, el movimiento de Miranda a Sedesol refrenda esa tendencia a que los presidentes se rodeen de sus amigos en los momentos más turbulentos de la administración. Circula la versión de que Sedesol le fue ofrecida a Manlio Fabio Beltrones, lo cual hubiese implicado un gesto político de reapertura a ese sector del PRI. Lo cierto es que con Miranda el Presidente gana a un hombre fiel, pero pierde a un precandidato, con lo cual se reduce su baraja sucesoria. Esta nueva realidad ubica a Osorio Chong en el centro del gabinete y con una renovada energía, pues no se ve que en el corto plazo algún secretario funcione como contrapeso como lo hacía Videgaray, pero queda claro que si antes los golpes se dividían entre los dos alfiles de Peña, ahora toda la grilla interna del gabinete se dirigirá en favor o en contra de Osorio Chong.
Analista político.
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