Ofrecerán sus testimonios durante el evento “Coliseo Rojo” dedicado a los cristianos perseguidos
Vatican Insider, Pubblicato il 22/02/2018;
SALVATORE CERNUZIO
CIUDAD DEL VATICANO
El sábado 24 de febrero por la mañana el Papa Francisco tendrá una audiencia especial con las víctimas de dos casos de persecución debido a la fe: Rebecca Bitrus, cristiana nigeriana que fue prisionera durante dos años de las milicias extremistas de Boko Haram, y al esposo y a una de las hijas de Asia Bibi, la mujer cristiana paquistaní que fue condenada a muerte con la ley de la blasfemia y que está encarcelada desde hace ya nueve años, esperando una audiencia decisiva en la Suprema Corte del país, según esperan sus abogados.
Ashiq y Esham Masih, respectivamente esposo e hija de Asia Bibi, en compañía de Bitrus, serán testigos excepcionales del evento que se llevará a cabo en Roma por la tarde el mismo sábado 24. La iniciativa es “Coliseo Rojo”, organizado por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, en memoria de todos los cristianos perseguidos y de los mártires de nuestros días. Por la mañana, a las 11.30, en el Palacio Apostólico, se reunirán con el Pontífice, en compañía del director de AIN Italia, Alessandro Monteduro, según confirmó la Sala de Prensa de la Santa Sede.
La audiencia habría debido ser un acto estrictamente privado, pero Bitrus no pudo contener su emoción y anunció a los periodistas su encuentro con el Papa. «Estoy muy contenta de esta oportunidad», dijo durante la conferencia de prensa para la presentación de la manifestación romana. A Francisco «le contaré mi historia, nuestras dificultades y también los esfuerzos que está haciendo la Iglesia por la vía del diálogo y la pacificación».
Envuelta en un elegante hábito que celebra el 50 aniversario de la diócesis de Maiduguri, una de las más afectadas por la violencia de Boko Haram (que ayer atacó una escuela de Dapchi, en donde secuestró nuevamente a más de cien estudiantes), Rebeca afirmó que ha perdonado a quien la privó de la libertad durante dos años y la sometió a violencias de todo tipo. «He perdonado, completamente, desde lo profundo del corazón», afirmó.
En cuanto a Ashiq y Esham Masih, no será la primera vez que se encuentren con el Papa Francisco. En abril de 2015, al final de una audiencia general, pudieron estrechar la mano del Pontífice, que les dedicó algunas palabras de consuelo: «Rezo por ella (Asia Bibi, ndr.) y por todos los cristianos perseguidos».
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Los abogados de Asia Bibi esperan una audiencia resolutiva antes de la Pascua
La mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia en Paquistán vive en la cárcel con una fe inquebrantable y es sostén de su familia. El marido y las hijas se encuentran en estos días en Roma
Vatican Insider, Pubblicato il 22/02/2018
PAOLO AFFATATO
LAHORE
Se estudia, se dialoga, se juega, se lee en el edificio de la Renaissance Education Foundation (REF) de Lahore. Jóvenes profesores y estudiantes viven un día normal de lecciones, en una espléndida jornada de primavera que da la posibilidad para que los estudiantes se reúnan a estudiar, en el patio… Entre los chicos que están aprendiendo inglés y matemáticas hay dos chicas especiales: son Esham y Esha, las hijas de Asia Bibi, la mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia que sigue recluida en la cárcel femenina de Multan.
La Renaissance Education Foundation, dirigida por el sociólogo y activista Joseph Nadeem, es la fundación que se está ocupando de la familia de Asia Bibi, empezando por su esposo, Ashiq Masih, que trabaja como “factótum” y chofer. «Desde el principio hemos tratado de garantizar un futuro a esta familia, afectada por un auténtico drama: la acusación y la detención de una mujer y madre inocente. Es un hecho que ha sacudido para siempre la existencia de una pobre familia de campesinos del Punjab», explicó a Vatican Insider Joseph Nadeem, que se encuentra en estos días en Roma con con Ashiq Masih ed Esham, para ofrecer una vez más su testimonio y su esperanza.
La esperanza no le falta a Ashiq, aunque a menudo parezca meditabundo: «Hemos pasado años difíciles, sobre todo para el crecimiento de las niñas: advierten fuertemente la falta de la mamá. Gracias a la Fundación hemos podido seguir viviendo. Nuestra esperanza nunca se ha apagado y todavía sigue viva. Rezamos y esperamos que Asia sea liberada, según la justicia de Dios», afirmó el hombre. «Esta esperanza la compartimos con Asia, a la que a menudo visitamos en la cárcel. Se le lee en los ojos. Y también nos da fuerza a nosotros, que sufrimos con ella y por ella», explicó conmovido a Vatican Insider.
Es el misterio y la fuerza de la fe. Asia Bibi, una inocente obligada desde hace nueve años a sufrir un destino injusto, encarcelada en una celda sin ventanas, vive con el corazón entregado a Dios, iluminada por el don de la gracia y de la fe. Como dijo Nadeem, que la visitó hace algunos días, la mujer «se encuentra en buen estado de salud física y psicológica». Ahora incluso está viviendo «un estado de gracia», condición humanamente incomprensible, dada la situación oprimente que vive en la cotidianidad. Pero la luz que viene de lo Alto tiene el poder de transformar su corazón y convertirlo en roca sólida. Y a ella se aferran sus familiares, que a veces caen en la depresión o en el desconsuelo.
El tiempo de la Cuaresma es para Asia Bibi un tiempo de espera no estéril o vacía, sino fecunda: una fecundidad que nace de la actitud de fe y de la oración incesante, la que encomienda cada una de las vicisitudes o cualquier sufrimiento a las manos de Dios. Gracias a la paciente obra de una mujer cristiana entre las guardias de la cárcel, Asia, que era una campesina analfabeta, en estos años ha aprendido a leer y ahora se edifica con la lectura de la Biblia. Es uno de los tantos dones que la mujer logra reconocer en este aislamiento forzado, «que considera una especie de ascetismo», según refirió Nadeem.
El equipo de sus abogados está haciendo todo lo posible para obtener la tan anhelada audiencia en la Suprema Corte, el tercer grado de juicio, que podría ser un momento decisivo. Después de la condena en primer grado y la confirmación del veredicto de apelación, solamente queda el Tribunal supremo de Paquistán. Los abogados, evaluando la situación, han preferido presentar un recurso a la sección de Islamabad, y se espera que los jueces de la capital paquistaní fijen la fecha para la audiencia. «Esperamos que sea convocada antes de la Pascua: para nosotros sería un gran regalo y la posibilidad de una verdadera resurrección», observó uno de los responsables de la REF.
No hay que olvidar que para establecer la fecha de la sesión del proceso pesa también el clima social y político que está viviendo la nación. En los últimos meses ha habido imponentes manifestaciones precisamente en Islamabad, con una protesta por parte de los grupos integralistas islámicos que duró semanas. Y no fue fácil para la estabilidad del país. En el tira y afloja con el gobierno, mientras los militantes paralizaron parte de la capital, el ejecutivo, con tal de acabar con esta situación pacíficamente, tuvo que firmar un memorándum con algunos acuerdos, que a muchos observadores pareció una especie de chantaje. En el texto, el gobierno se compromete a no modificar de ninguna manera la “ley negra”, la ley de la blasfemia, y, entre los puntos citados, había una referencia específica al caso de Asia Bibi.
Su caso se ha vuelto un símbolo en Paquistán, que va más allá de la realidad de los hechos y de la demostración de su inocencia o culpabilidad. «Los radicales islámicos solo quieren que sea ahorcada, como fue ajusticiado Mumtaz Qadri, el ex guardaespaldas y homicida del gobernador Salmaan Taseer, un valiente hombre político musulmán que defendió a Asia. En su lógica obstinada, ponen en el mismo nivel a un asesino con una inocente», reveló Nadeem.
Sin embargo, el final de la historia todavía no ha sido escrito. «Tenemos plena confianza en el estado de derecho y en la magistratura paquistaní. El caso es muy claro y es una construcción. Estamos convencidos de poder demostrar ante la Suprema Corte la inocencia de Asia Bibi», observó en una conversación con Vatican Insider Saiful Malook, el abogado musulmán de 60 años que se ocupa de dirigir la defensa de Asia Bibi en Lahore. A nueve años de aquel fatídico 19 de junio de 2009, día de su arresto, la vida de la mujer cristiana se encuentra en las manos de un profesionista musulmán, el abogado que la representa oficialmente ante la Suprema Corte. Malook insiste en que cree «en la justicia» y que no hace «ninguna discriminación en la elección de sus clientes».
Podría parecer paradójico, pero no lo es: la presencia de Malook también sirve para vaciar el caso de los significados religiosos y para volver a llevarlo al nivel del derecho y de la constatación de una verdad factual. Asia nunca quiso ofender a nadie, mucho menos al profeta Mahoma, y es víctima de una operación confeccionada para dañarla, puesta en marcha, entre otras cosas, manipulando la religión musulmana. El suyo es un caso evidente del abuso de la ley de la blasfemia, como muchos otros que se dan en Paquistán. «Pocos saben –explicó Nadeem– que, en la primera época, cuando la familia de Asia Bibi llegó a Lahore, fue alojada por una familia musulmana de buena voluntad, que les ofreció toda su amistad y solidaridad. Gracias a este y otros ángeles custodios todavía estamos aquí, rezando y sin perder la esperanza».
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